UNA BUENA PERSONA

Sotas, caballos y reyes,

lo traigo en tan buenas leyes

para cuando salte a tierra

poner mi campo de guerra

y en la cortina del muelle.

UNA BUENA PERSONA.

 

Esencialmente eso era mi hermano Jose Luis López-Harras. Una buena persona.

Y ahora, se ha ido para siempre. Con una lentitud irreflexiva y exasperante. Se lo ha pensado demasiado, muy mucho, a pesar  de las consecuencias que le acarrearía esa demora.

Y no quería irse porque amaba demasiado la vida. Una vida que, en algunos momentos agridulce, siempre disfrutó con una vehemencia inconsciente.

Formaba parte Jose Luis –por derecho propio- de nuestra familia. Familia   Souvirón.. Adoraba a mis padres, nos adoraba  a todos tal si como fuesemos suyos propios. Nosotros a el..

Siempre, y digo lo de lo de siempre con intención, fue uno de mis  hermanos mayores. Nunca dejó de serlo a pesar de los avatares de la vida, que también los hubo. Que remedio!

Y participaba en esta familia, continúo, de una manera entrañable y cercana. Del que se sabe perteneciente y aceptado en ella sin ningún atisbo de duda. Como así , felizmente, sucedía.

Nunca entendí mi vida sin Jose Luis. Desde siempre estuvo conmigo. No creo recordar momentos importantes de mi existencia sin el.

En las fiestas familiares, cuando Tío Matías, acompañado a la guitarra, cantaba verdiales, siempre le seguía Jose Luis; y en su voz , El Piyayo: Sotas, Caballos y Reyes… Siempre. Invariable e indefectiblemente.

Jose Luis, fue mi mentor. Sin la menor duda.

Trató infructuosamente de inculcarme sus aficiones, pues no las continué. ¿Infructuosamente he dicho? Me parece que me he precipitado…

Pescamos los robalos en Estepona viendo salir el sol en la playa. Desayunamos migas en Córdoba mientras esperábamos al enorme cochino- jabalí que nunca aparecía- detrás de un seto en un puesto de caza. Un anís de Cazalla horrible e imposible.

Disparábamos a los zorzales en los Montes de Málaga, para después, bajar y tomarnos un chorizo y un refresco en la Fuente de la Reina.

Tantas cosas me enseñó. Tantas cosas que no arraigaron en mí, porque , que,  ya te digo,  no continué.

Ni la caza, ni la pesca, ni la cofradía…

Pero, como he dicho antes, no fueron estos intentos  infructuosos, porque de estos entrañables pasajes de mi vida, saqué un importantísimo rédito. Me quedé con la copla. Y de que manera!

Me quedé con la copla de cómo, en esencia, era Jose Luis. Jose Luis López-Harras. Un perfecto caballero. Marqués de Macharaviaya en su Almoradú..

Y me quedé con la copla del ejemplo de su cariño y de su bonhomía. La que el, con su comportamiento, me inculcó. Y eso, eso si que lo asumí. Y también,  para seguir la tradición, trato de pasárselo a mis hijos. Mis hijos que tanto le querían. Entrañablemente.

Una buena persona.

Era Jose Luis un enamorado de su tierra. De España, de Málaga y de su gente. Adoraba pasear –impecablemente vestido, como siempre, por las calles del centro , preferiblemente por Calle Larios, para en un interminable cabeceo y besamanos, saludar a todos los que conocía. Que eran incontables. Café Cosmopolita.

Siempre deseó ser más mayor de lo que era,  para sumar más prestancia, – si cabe- a su aspecto y parecerse a su adorado Tío Manolo.

Fue un hombre decimonónico. Partidario absoluto de las buenas formas y maneras. Del respeto. Coleccionista de amigos;  a los que siempre se refería  con nombre y apellidos. Con los dos.

Era un portento para hilar familias con familias; para conformar, un parentesco gigantesco (aunque no lo hubiese) entre todos los amigos que le rodeaban. En una nostálgica Málaga, ya desaparecida, donde casi todos nos conocíamos y que ya se nos escapa de las manos. Desafortunadamente.

Y ahora se ha ido. Se ha ido a pesar de la insistencia de los que le queríamos y que demandábamos a no se quien, (el si) que  retrasase la partida. A pesar de.

Pidió a su hija Mónica que en el momento de su transformación en humo, le acompañase una vieja y apergaminada bandera de España que conservaba desde hace no se cuanto tiempo. Así se hizo. Genio y figura hasta la sepultura.

Ya no volveremos, querido hermano de armas, a saltar en la cama elástica de Madamme Pirrote bajo la mirada atenta de Carlete y Marisa y de tu principal amor. De tu fiera corrupia (como ayer me comentaba Rafael Rodrigo entre risas y lágrimas.)

Ya no volveremos a pisar ninguna playa en busca de la presa deseada, amigo. Tampoco haremos ningún periplo por lo pueblos con tu sempiterno Range Rover verde delante  provocando interminables caravanas. El carro de la canne.

No te volveré a imitar a los mayordomos de trono sevillanos para que llores de risa. Tampoco a Gracita Morales.  No te cantaré nunca más. Y tu, tu tampoco, volverás a enseñar a pescar con mosca a mi hijo en el río de los cocodrilos. ¿Te acuerdas?.

Ya no podré regalarte la pulsera de pelo de elefante prometida.  No me has dado tiempo.

Porque ya, descansado por fin, estarás paseando como a ti te gustaba, tocado de sombrero y bastón. Con esa sonrisa cortés y perenne y dirigiéndote a La Nueva  Cosmopolita a tomarte un café sentado en la terraza para, sin parar, seguir saludando a los caballeros. Cabeceando a las damas.

Aunque insisto. Has comenzado demasiado pronto tu largo viaje sin retorno. Pero siempre, amigo, querido amigo, seguiremos siendo compañeros de armas.  Brothers in Arms. Forever…

Te querré siempre, hermano. Siempre…

9 respuestas

  1. TIO ALVARO, COMO LA CARTA QUE LE ESCRIBISTES A MI MADRE QUE FUE UNA MARAVILLA, LA DE MI PADRE NO LO ES MENOS. NO PUEDO PARAR DE LLORAR ES UNA PRECIOSIDAD TE LO AGRADEZCO UN BESO TU SOBRINA MÓNICA,

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  2. Lourdes y Jose Luis siempre estarán en nuestras vidas.
    Son personas únicas,irrepetibles, originales, con las que charlar un rato era volver a creer en los demás y te contagiabas de inmediato de su alegría, de su simpatía…,eran dos seductores…
    Un recuerdo entrañable me viene a traer la larguísima tarde que pasamos juntos los tres, con la excusa de una comida improvisada en un encuentro casual, que son los mejores. La chanza, la burla de nosotros mismos, que pasábamos por malos momentos, esa comicidad mágica rematada por la seductora y bromista invitación que le hizo Lourdes a Jose Luis en mi presencia, cuando nos despedíamos: «Voulez vous caliqueño?». Todavía hoy soy capaz de sonreír recordando las carcajadas de los tres!!
    Derrochador de cariño como nadie fue Jose Luis y tú Alvaro eres un privilegiado y un «suertudo» que lo tuviste de mentor y Vive Dios, como diría el propio Jose Luis, que no ha sido en vano. Por eso eres como eres!
    Un fuerte abrazo a todos !

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  3. Impagable sin más, te acompaño en el sentimiento amigo.
    Un abrazo

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  4. Lo siento Alvaro.
    Tus palabras me han emocionado,el desfile es lento pero seguro.
    nada permanece, todo cambia.
    Muchos besos y animo

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  5. Admiro la fuerza que sacas en los momentos mas dificiles para escribir y hacerles tan bonito homenaje.

    Te acompaño en el sentimiento Alvaro, un abrazo y un beso muy fuerte.

    Ester

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  6. Querido Álvaro siento que esté pasando por momentos tan difíciles y te admiro por saber transmitir tus sentimientos de esa manera.
    Recibe mi más sincero pésame. Un beso grande.
    Pepa

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  7. Querido Álvaro, siento mucho que estéis pasando tú y los tuyos por el triste y amargo trago de perder a una persona querida. Mi más sentido pésame. Un fuerte abrazo

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  8. alvaro,es lo que tu dices era una buena persona,que buenos ratos he pasado con lourdes y el pella,se fueron los dos demasiado pronto,alvaro,yo me acuerdo casi todos los dias de tu hermana,lno te puedes imaginar la cantidad de vivencias que tengo de ella y las pechas de reirnos cuando trabajabamos juntas,que era casi siempre porque cambiamos los servicios,un beso muy fuerte

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  9. […]  https://fathergorgonzola.com/2010/09/03/una-buena-persona/ […]

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