ANTONIO ABRIL. DESPEDIDA Y CIERRE

ANTONIO ABRIL.

Ahora me encuentro terriblemente triste. Desoladoramente triste. No os podéis imaginar como.

Me han llamado a eso de las cuatro de la tarde y me han comunicado la fatal noticia del fallecimiento, inesperado y repentino de mi queridísimo amigo Antonio Abril. Ahora son pasadas las seis y escribo esto con el corazón en un puño. Afortunadamente, el teclado no se emborrona fácilmente.

“Para mi gordi del alma y su maravillosa familia”

No hace todavía un año, Antonio, con ese no darle importancia a lo que él hacía, me ofreció gran parte de su obra pictórica en un CD  para que  -ante mi sorpresa- pudiese elaborar yo una entrega en este blog. La ilusión fue inmensa. La entrega se transformó en una fantástica trilogía y con esa trilogía compuse un libro – del cual hice una copia para él, y un original  con lomo de piel gofrado y tapas duras para mí-  que me firmó con esas palabras.

“Para mi gordi del alma y su maravillosa familia”

Fue una noche en casa de la Oíaporculo, cuando le llevé el libro de marras para que me lo dedicara. Ante la insistencia de Santa de que se lo dedicase a ella… No! A los niños! No! A mi! … No! Antonio, cortó por lo sano y nos lo dedicó a todos de una sola tacada. Como hacen los mejores. Con unas palabras que significaban una declaración de amor y amistad a mi, y hacia  Santa; hacia Cris y Cigalowsky. A toda la familia Gorgonzola. A toda la familia Souvirón-Tejero. En pleno.

No voy a volver a repetir otra vez, lo que ya dije en los prólogos que efectué para cada una de las entradas que compusieron esa- para mi- inolvidable trilogía llamada Antonio Abril: Dibujos y pinturas. Podéis verlas en este blog. Ahí lo digo todo sobre mi querido amigo. Ahí lo dice él todo con sus pinturas. Con sus dibujos.

Fue un placer realizar esa tarea. Y ahora me alegro mas que nunca por lo que conlleva de “eternidad”

Una vez que tuve el libro en mi poder, ya debidamente firmado, lo puse sobre un atril en un mueble principal de mi salón; sólo para él, más para presumir de la amistad que manteníamos la familia entera con el artista, que para que fuese admirado por todo el que fuese a mi casa. Cosa que hacen invariablemente todos los que van a ella.

Aquel trabajo fue recompensado –con la generosidad de siempre.- con dos dibujos debidamente firmados que hoy -y ya antes- son los cuadros más queridos y apreciados de mi casa.

No voy a insistir sobre eso de que Antonio era la persona mas culta e inteligente que conocía –que duro se me hace esto de los pretéritos- ni una de las personas mas fiel y cariñosa que haya pasado y pasará por nuestras vidas. Si diré que ahora, nuestra existencia- y hablo de todos los amigos comunes- estará mucho mas vacía. Será, mucho más pobre. No podéis imaginar cuanto de pobre será. Ni tampoco os imagináis la cantidad de huérfanos que deja. Amigos de verdad.

Antonio me ha dejado una herencia impagable. Una herencia de amor y de amistad que fue inquebrantable y que perdurará en mi memoria, en la memoria de toda mi familia. Pero también me dejó cosas tangibles: Me dejó enseñado el Peace Like a River de Paul Simon. También el Eleanor Rigby de los Beatles.  Me dejó la emoción de oírle cantar –y enseñarme- Song for the Asking; Ríete de los Talking Heads. Fíjate que aun puedo recordar su contacto físico, cuando – a petición mía- me interpretó otra vez “Algo así como un tango”  de los Tabletom y del poeta Juan Miguel González, sentados los dos juntos en el sofá Cumpianesco. Ese sofá manchado de Lunes Santos y de gitanos chillones empapados en bulerías.

Lo que es la vida. Lo que es la muerte. Que no hace un mes, le pedí un dibujo para ilustrar un relato jocoso mío, con el Cristo de los Gitanos -moviéndose a ritmo de Mambo- de protagonista. “Con muchos colorines Antonio… Y con movimiento!!  te doy el texto, te lo lees, y así te haces una idea!”. Ni una semana tardó en hacerme feliz proporcionándome este dibujo.

Antonio, como todas las personas extremadamente inteligentes, no presumía de los dones que poseía. Nunca se peleaba seriamente, aunque siempre discutía, y cuando lo hacía, el contrincante –de antemano- se sabía perdedor. Porque el cabrón, siempre, siempre, siempre llevaba razón.

Ahora no podré pedirle canción dedicada alguna, ni verle saltar con los goles de España. No podré ofrecer un inesperado chupito después de una vida abstemia y que se tomaba muy, muy, muy de vez en cuando. Pero sobre todo, no podré volver a sentirme orgulloso cuando me abrazaba fuertemente sintiéndome -de inmediato- querido. Tampoco podré consultarle otra vez cualquier duda de esas que no te aclara Google.

Los humanos no deberíamos de tener alma, Deberíamos de tener “Caja Negra” para poderla recuperar.

Lo que son las cosas: El final del prólogo que efectué para la tercera entrega de la trilogía, decía así:

“Espero que esta no sea la última presentación que hago de Antonio Abril. Pero si lo fuese, quedará en este blog como una preciosa y magnifica trilogía… Antonio Abril. Dibujos y Pinturas.

 Nosotros, afortunadamente, seguiremos disfrutando de su amistad. Y del mutuo cariño.

Por qué  poco tiempo ha sido al final, querido amigo. Por qué poco tiempo.

Ahora me encuentro terriblemente triste. Desoladoramente triste. No os podéis imaginar como.

Nota:  Todos los dibujos insertados en este trabajo, son regalos de Antonio Abril que cuelgan, orgullosamente, en las paredes de mi casa.

6 respuestas

  1. Me has dejado desolado, Alvarito. No me llames más para hacerme llorar. Porque ahora, ya, no sé que hacer para poder decirle lo que en tantos años tuve la oportunidad de decirle. Aunque sé, que él ya lo sabía. Porque el último abrazo que nos dimos, hace apenas unos días, fué una carga de amistad tan enorme, que sólo bastaba ver su sonrisa eterna bajo su poblado y eterno bigote, para comprender que siempre habíamos compartido la vida. Brindaré por él en esta noche, que dicen que será la mas corta del año. Está bien. MAS INTENSO
    HA SIDO EN NUESTRAS VIDAS

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  2. Joder tío, mira que no me meto en el Caralibro. Pues hoy lo he hecho y acabo de quedarme alelado. ¡Que terrible e inesperada noticia! Por si faltara algo, me pones el corazón en un puño con tu apesadumbrada prosa. Que palo. Verdaderamente que era una maravillosa persona y um artista admirable y desprendido. Ahora me acuerdo de sus bocetos para nuestro Vaticano. Intento recordar cuando coincidí con él por última vez y afortunadamente caigo, si no me falla la memoria, en que esa última cita fue en el redondo cumpleaños del Angelín. Y fuí afortunado, me regaló un gran abrazo y una sonrisa franca debajo de su blanco mostacho. Así lo recordaré. Lo recordaremos siempre.

    Un abrazo de tu Afilado

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  3. La mas bella persona que conoci….de verdad lo digo. Te echaremos mucho de menos Antonio.

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  4. Te acompaño en el sentimiento (que es una frase muy blanda y manida, pero que se ajusta exactamente a las circunstancias y al momento).

    Es muy jodido perder a los que queremos.

    un abrazo, virtual, pero fuerte

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  5. No hay palabras que consuelen la fatal perdida de un amigo, pero en la memoria queda. En el salon de mi casa cuelga un dibujo original de mi amigo Antonio, parece igual al de los cantaores en el bar, y sin duda la sorpresa que me dio cuando me regalo una caricatura mia tocando la guitarra, sin olvidar el jersey pijo anudado en el cuello, gran detalle nunca lo olvidaré,
    .

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  6. Yo tengo el recuerdo de una tarde en casa del Angel, cuando llegó Maxi y después de mucho hablar y mucho fumar…., le comentó a Antonio que nosotros eramos primos, y entonces, Antonio comentó que si yo era prima de Maxi, también era prima suya, aún no recuerdo porque, sé que lo celebramos y eso que a mi me llamaba Atila, ya que no sacaba más que unos en el Parchis. Lo recuerdo con mucho cariño, ese que se toma a los 19 años, como a todos vosotros. Menuda panda.

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