ONCE UPON A TIME IN THE WEST

Mi amiga Rosa Marcos, confirma la regla; la de la excepción o no se que cosa. Esa que dice que se puede apreciar -y mucho- a alguien a quien no has visto en tu vida. Si, si has hablado con ella muchas veces por teléfono y te has escrito otras muchas también. Pero no la has visto en tu vida.

 Confirma pues Rosa, que puede haber amistad más allá de la presencia física.

 Rosa también es una buena vendedora. Y no se dedica a ello.

 Pero tiene una especial habilidad en vender –muy bien por cierto- afinidades. Vendedora de afectos que se dice.

  De ese modo, por esa capacidad de transmitir empatía, puedes sentir que aprecias de igual manera a su costillo- Patxi- o a ese remedo de siamesa valenciana que más que gemela es prismática (por lo cercana y lo lejana que es). Por poner unos someros ejemplos.

 Va la buena señora -buena amiga de sus amigos, ya te digo-  y tiene la ocurrencia de irse con la familia  a realizar un periplo por las Américas del Western.

Para limpiarse  los rescoldos  de circunstancias adversas,  que últimamente le estaban mareando la perdiz. O la vida, para ser más exactos.

  Fíjate como será Rosa que, incluso allí, quedó citada con otras dos amigas_ y sus familias correspondientes-  para darse un garbeo por Yosemite (o similar) como quien se va de pintxos por su preciosa San Sebastian.

 Y cuando vuelve, me conmueve. Me conmueve, pues no solo de acuerda de mi en forma epistolar, sino que además sabiendo de mi predilección por la Navidad, me trae un regalo de la ciudad de San Francisco para colgar en mi Christmas Tree.

 Es ladina la tía. Ahora, con ello, se asegura de que me acuerde de ella cada Navidad. Todas las Navidades. Y eso, que quieres que te diga, me resulta entrañable. Junto con los de Nueva York los pondré.

 Además me hace llegar, aparte del tarro de mermelada de moras elaborada por ella, una serie nada corta, de más de 1500 fotos,  realizadas en su periplo por su querido Patxi. Un magnífico fotógrafo.

 Uno, que es manifiestamente partidario del “ser agradecido” no tiene sino – por otro lado un placer-  realizar una presentación  Power Point con una selección de fotos sacadas de esta estupenda colección que me ha hecho llegar. Los Arrietas en el salvaje oeste. Como a ella le gusta decir.

 Esta primera entrega, es una referencia absoluta hacia la desbordante naturaleza del oeste americano. Unas preciosa fotos de Monument Valley, de Bryce y Grand Canyon, y del Sequoia National Park. Ni están todas las que son, ni son todas las que están. Pero algunas más caerán. Y otras más que será mas urbanas…Aunque habrá de todo.

 Pero es este trabajo, un buen aperitivo para que los Arrieta- Marcos puedan dar el coñazo a las visitas o pasándole a los amigos, que son muchos, de fuera de Donosti, este link (donde está colgado) que os  hago llegar. Pesa 32 megas!!

 Rosa…Ha sido un placer para mi, ser el receptor de tu confianza en forma de reportaje fotográfico. También lo ha sido el realizar este humilde trabajo para ti…

 Dale un beso a toda la familia de parte del Father…

 Si queréis descargaros y guardar este trabajo, podéis hacerlo desde aquí:

 http://cid-9b5ad4b7dbd9e872.office.live.com/self.aspx/THE%20ARRIETA%20FAMILY%20IN%20THE%20STATES/THE%20ARRIETA%20FAMILY%20IN%20THE%20STATES.pps

 Que lo disfrutéis.