LAS CORNEZUELAS DEL CENTENO
Insiste mucho el rapsoda culé en el título de esta entrega: El Corazón de la Alcachofa.
Y, además, me dá subrepticia y tajantemente la orden de que la presentación verse sobre sus hermanas. Por cohoness. Como si la inspiracion pudiera domeñarse.
Fíjate tú que Pablo Neruda decía que las alcachofas son los guerreros medievales del huerto con el corazón tierno.
“Ellas sabrán el porqué del título”. Me dice. Y vá el cabrón y no me lo aclara. A mi! Que soy su escriba, trascriptor y traductor. Queledén!
En fin…Nada se me antoja, a priori, mas fácil que hablar del sexteto centenéreo. Porque las he vivido y mucho.
Porque que las conozco de sobra a cada una de ellas. Desde el principio de mis tiempos y de los suyos. Y poniéndome a pensar y a escribir se me llena la cabeza de anécdotas sucedidas con todas. Con la caterva de lobas que, perennemente, acompañaban a los que, ilusamente, se creian los amos y señores de la manada. Ilusamente, repito.
Pasé tanto tiempo y me pasaron tantas cosas con ellas, que a una, a Primera, estuve a punto de matarle dos veces al marido. Una vez de un abrazo fraternal (que solo se quedó en una costilla rota). La otra vez, de pura risa. Ellas pueden certificarlo. Al final, mira tu por donde, se fueron para siempre ambos dos. Una falta de delicadeza hacia sus afectos por otra parte.
No se puede negar, pués, que hayamos pasado una vida entera juntos. De risas, de muchas risas; y tambien de llantos, que de todo tiene que haber en esta putesca viña del Señor.
Muchas veces, cuando acudía a la Plaza del Obispo en busca de Luís, no importaba si estaba este o no. Siempre habia alguna de las hermanas con sus novios – Fantástico Alborto- que suplian esta ausencia.Con creces.
Casi siempre estaban Primera, Tercera y Cuarta. Por no faltar, no faltaba ni Girilín.
Yo llegaba. Saludaba. Me acurrucaba en la mesa de camilla, desplazando inopinadamente a Quinta y Sexta, que tambien solían estar, y que se dejaban avasallar ante mi inconmensurable personalidad y algún que otro culazo; sacaba mi bolsa de pesetas y a devorar horas jugando al Cinquillo. Interminables y entrañables partidas de cartas.
Hasta que, mas tarde, cuando llegaba Luis de juntar magreos para futuras odas descarnadas, y me proponia salir de copas, yo le decia : Mmmmmm…NO! Me quéo! Y me quedaba jugando tó calentito. Y el también, claro está.. Hasta que la noche mas última me expulsaba a la puta calle. Acompañado siempre, eso si, de la amistad inquebrantable y leal de mi bolsa de basura.
Hay algo mas parecido a un hogar interino? Jugar fuera de casa se le dice a esto.
Sabía y sé todavia, todo sobre ellas. Todos sus secretos mas íntimos. Lo que fumaban. Unas asquerosidades que iban desde el Sombra imposible hasta el Vencedor ya perdido de antemano. Humo negro matón.
Sabía lo que bebian. Gin tonics y cubatas de ginebra y cola. Sabía siempre el color de las braguitas que llevaban – siempre con un dia de retraso, desafortunadamente – Pués las veia, siempre, ahorcadas en el tendedero del patio de la casa… Sabía donde tenian sus nidos de amor. Hotel Maestranza. Ahora lo puedo decir por fin.
Sabía…Sabía que a Segunda le llamaban la guapa, me lo decía Titalín. Y tambien sabía lo mucho que apreciaba yo a Segundo, su marido: porque este me enseñó- con su proceder- a ser mejor hombre. Más libre. Aunque tambien me hizo la putada y se me murió. Como Primero que se llamaba Buen Nacido de segundo.
Y se me antoja fácil, ya te digo, porque podria hablar y mucho de cada una de ellas.
Podria hablar de Cuarta. Pero no lo voy a hacer. Porque es la que más quiero y ella sabe que todo lo que vaya a decir de ella, ya se lo he dicho. Porque me acompañó en la etapa mas enriquecedora de mi vida. Porque compartimos los mejores amigos que uno pueda tener en la misma. Porque sus hombres, fueron mis hermanos. Y algunos, a pesar de la lejanía, lo siguen siendo.
Tercera siempre tenía una palanca de whisky DyC escondida en su cuarto. Y todos sabíamos donde. Mamaluísa tambien. Ejerció eficazmente de Coordinadora de Acólitos Anónimos en el Vaticano.
De Quinta me pasa algo así como con Cuarta. Que forma parte inseparable de mi vida, pues tambien me acompañó en los primeros despertares. Tantos dias felices que se sucedían igualmente dichosos y divertidos unos tras otros. Sin parar. El día de la Mammota (sic)
De Sexta -una preciosa, gruñona y pequeña Nutria- de corazón mas feminista que ninguna, aunque todas lo son. Pero a esta la enervaba muchísimo la reiterada displicencia que mostraban los machos de la manada (a los que dedicaré la próxima y última entrega de esta saga) para levantarse de la cama y afrontar el dia.
Y si se me pone en el brete de decidir quien es o quien fue la mejor, no sabre discernir si Sexta o Tercera. Ni tampoco si Segunda o Cuarta. O Primera más que Quinta.Porque todas son igualmente buenas y el orden de los factores no altera el resultado.
Y si sé que todas son, como diría el malagueño mas perchelero y ordinario: De la leshe que mamaron. Y eso, afortunadamente, no se puede evitar. Porque se lleva en la sangre.
LUIS CENTENO. POEMARIO V.
EL CORAZÓN DE LA ALCACHOFA
# 01
Ay Luisito!
Con lo listo que eres y que torpe es tu vida
Ay Luisito!
La achicoria es amarga
Y te engañas con dos gramos de azúcar
Ay Luisito!
La colilla manchada de amor terminado
De noches sin ti,
Se volvió un huracán
Gestionado como otro Katrina
No supiste la fuerza y la ira
Que te fue a matar
Ay Luisito!
Que conviertes tormentas de arena
En brisas ligeras
Y al momento una brizna de hierba
En un bosque sin sol.
Guárdate el estallido
Que quiere salir de tus ojos
Dosifica la lágrima que hay en tu corazón
Ay Luisito!
Que disgustos me das
Siéndome tan cercano
No te empeñes en hacerme espía de tu soledad;
No renuncio de ti
Pero a veces me cansas
Cuando sigues con la letanía
Cercana y constante
De la falsedad
Cuando llegues del tiempo pasado
Y quizás no me encuentres
Con los brazos abiertos
Y el alma pendiente de ti
No me pidas que olvide el vacío
De ese número oculto
Te fallé, lo cogí, lo lloré
Y ese anónimo puto
Me rasgó el corazón
Los pulmones, la vida y la piel
Pero en fin,
No eres tú
Quien merece que pierda este tiempo
No eres tú
Quien merece este instante de noche despierta
No eres tú
Quien merece este instante de noche sin luz
Ojala ni una lágrima asome por estas ventanas
Tan oscuras
Tan en las tinieblas
Teñidas de azul
No es preciso que diga
Que en la noche perdida
Ya no lloro por ti
Lloro, por mi Luisito
Tan listo
Y tan torpe en mi vida
Ay Luisito!
# 02
Déjalo
No creo que merezca ya la pena
Que pienses que mis noches se me queman
Queriéndote escribir.
Déjalo
Que importa que pasara las noches en vela
Si el tiempo para ti es la primavera
Y otoño para mí.
Déjalo
Ayer dijiste que si estabas sola
Querías venir conmigo a ver las olas
Pero hoy ya no es así.
Y calla que llega la primavera
Y desde que era invierno no has visto mi escalera
No digas otra vez quizás me cure
Hoy sé
Que si hay mal que cien años dure
Déjalo quizás olvide.
Déjame
Al menos que te escriba estas canciones
Aunque queden dormidas en mis cajones
Si no quieres volver.
Déjame
Que en sueños quede dormido en tus pechos
Si no quieres volver tienes derecho
No digas nada más.
Y calla que llega la primavera
Y desde que era invierno no has visto mi escalera
No digas otra vez quizás me cure
Hoy sé
Que si hay mal que cien años dure
Déjalo quizás olvide
# 03
La música suena triste
Sus notas ya no son notas
No tiene aroma el jazmín
La lluvia no cae a gotas
Para mí.
Toda poesía es tristeza
Una canción añoranza
Una palabra una queja
Cuando no hay esperanza
Se deja.
El sol ya solo se aleja
La luna nunca aparece
Cuando se muere se reza
Cuando algo llega al cese
No empieza.
Ya no suena una guitarra
Que diga de entre sus cuerdas
Que el barco, el mar y la amarra
Haga que yo un día pierda
Mis ansias
Ya no hay un vaso de vino
Que me devuelva alegría
Ni me brinde en el camino
De vez en cuando, algún día
Un pino.
Ya no habrá nadie que grite
Para buscarme querellas
No habrá una voz que me chille
Ni en el cielo habrá una estrella
Que brille
Ya no habrá una voz que diga
Devuélveme aquella flor
Y si algunos ojos miran
Buscando ansiosos amor
Es mentira.
Ya se me ha muerto la flor
Ya he perdido su fragancia
Ya no tengo su calor
Y quisiera oír con ansias
Esa voz.
Ya no volveré a escuchar
Latidos de un corazón
Ya solo puede esperar
Poco a poco y sin calor
Soledad.
Ya no volveré a sentir
Ni una caricia ni un beso
Ni podré jamás pedir
Que me dejen un recuerdo
Ni alguien me ayude a decir
Sentir lo que estoy sintiendo
No es vivir.
# 04
Bien. La situación es esta:
La mujer principal era un encanto
Un oasis de ternura, y entretanto
Se entremezclaban las obesas y las bestias
Y la madre de aquella deslenguada
Y la torti, que era de Riogordo
Y, en medio Enrique, como de la nada
Que unas veces era mudo y otra sordo
Yo, me encontraba en un mundo sin sentido
Me sentía como un objeto maltratado
La madre de estos versos anteriores
Me vio, sin yo saber; como follado.
# 05
Hoy,
No se si estoy inspirado
Pero quiero escribir
Y quiero escribirte
A ti mujer
Quisiera decirte tantas cosas
Tantas cosas que guardo
Desde hace tanto tiempo
Decirte
Que apenas si te recuerdo
Que apenas ya si te deseo
Que apenas ya te necesito
Decirte
Que apenas ya te quiero.
# 06
EL CORAZÓN DE LA ALCACHOFA
Que poco tiempo hizo falta para quererte,
Y cuanto tiempo he gastado en olvidarte.
Pero, mira, ahí está el arte,
En dejarse arrastrar por otros vientos.
A mí, la verdad, me va bien de momento,
Algo mejor de cómo siempre ha sido.
Pero no voy a hacer leña del árbol caído,
Encenderé la hoguera con los rastrojos
Del alma que quemaste con tus ojos
Y me tuvo tanto tiempo así, perdido.
He caminado lento, sin sur ni norte,
Y alguien sin saberlo me ha empujado,
Y me ha gritado: corre, no te cortes!
Y he corrido feliz, como un poseso;
No te ofendas. Tú ya sabes, es por eso,
De que Dios aprieta, pero no ahoga,
Y por fin, me han liberado de la soga,
Que me tenía atado a nuestros besos.
Y no es por nada,
Pero al ver que el mundo, no se para con mi historia,
No me entristece ver, que muere mi memoria
Solo me alegra saber, que ya se ha ido
Esa triste persona, que nunca he sido.
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