EL OJO LUBRICO

EL OJO LÚBRICO

(De Sarmale)

 

Dos nuevos amigos -ya buenos nuevos amigos- me facilitan enormemente, la labor de incrementar las entradas en este recién estrenado apartado llamado El Rincón Lujurioso.

(Que contento estoy con las aportaciones de los amigos)

El uno -el de Manhattan, New York- mediante una traducción imposible que le pedí con la que está trabajando aún.

Lo sé Roy, lo sé, por eso te he traspasado el problema; una traducción imposible, decía, de una lista de precios de un lupanar de a principios del siglo XX. De 1912, concretamente. Y sé que no va a ser un trabajo fácil; ni tan siquiera para el, que lleva años dedicándose a esto del traducir.

El otro amigo -en realidad una amiga- me proporciona una colección de pensamientos íntimos que tiene guardados en un lugar que yo ahora -por su generosidad- comparto; pues me ha proporcionado la llave.

Textos mojados en sentimientos de deseo y de anhelo. Empapados en pasión y arrebatos de acaloramiento. Concupiscencia arremolinada de dos en dos. Sean personas o sean dedos; sean gemidos o sean polvos; sean lo que sean, pero de dos en dos. Hay veces, que puede que hasta cinco -los polvos digo- nunca tres;  porque tres -ya se sabe- tres polvos… ya es una relación.

Y además, si ya con dos -personas en este caso- es difícil tener una relación, con tres….

Pero ya lo dice ella misma: Sé que soy una sosa.

Me proporciona Sarmale una nómina de textos llenos de lascivia y de carnalidad, de obscenidad y erotismo. De incontinencia sexual muy propia para engrosar la lista de entradas de este Rincón Lujurioso. Que a partir de ahora es más lujurioso que nunca.

Y lo hago, porque a pesar de que -cómo me pasa con el de Manhattan- tengo su permiso Ad Aeternum, en esta ocasión he tenido la precaución de pedir su consentimiento por tres veces  -como Pedro, aquel que trabajaba de discípulo- para que no haya lugar a equívocos. Y las tres veces me los ha dado. Con un pequeño atisbo de duda la primera vez, pero me lo ha dado. Y el poder de la libre selección.

Si me lo hubiese negado, con una sola vez de las tres que lo hubiera hecho, hubiese sido suficiente.

Pero no! Me ha dado su consentimiento. La licencia que se llama.

La pregunta que me hago es, si estos textos son fruto de su imaginación y si por el contrario, son recreaciones escritas de sus propias experiencias.

Yo que soy bastante truculento e intuitivo, y además empiezo a conocerla un poco- solo un muy poco, no creáis- estoy seguro de la respuesta.

Haceros vosotros, si queréis, la misma pregunta, porque mi respuesta queda solo para mí.

Textos lúbricos. Salidos de mil momentos de cien noches de pasión,Quizás solo de diez. Que trasforman la lectura en roces de piel  y sudores compartidos. Besos de mil bocas o de cien, o quien sabe, quizàs de solo diez. Tantas bocas como lectores tengan.

Y otra cosa, por último…No creo para nada que sea una sosa. De eso, estoy absolutamente seguro; nada de sosa.

y estos son los textos. Adornadlos con esta música. (Saldrá en negro, pero os dará paso al link de Youtube)

# 01

 

Tú mismo lo decías.
«Más de tres polvos es una relación».

El primer día fueron dos.
El segundo, cinco.
No hubo un tercero.

Me pregunto si te habrás divorciado ya.

# 02

 

Cinco horas mal contadas me sirvieron:

-para abrazarte las costillas.
-para comprobar que besas como si quisieras aprenderte mi boca.
-para darnos la mano por la calle y reírnos de los juegos adolescentes.
-para descubrir que un polvo en un ascensor cuando sólo se suben tres pisos es una empresa imposible.
-para no deshacer la cama, de la urgencia.

Eso me recuerda que tengo que lavar la funda del edredón.

#03

 

Me gusta dormir pegadita a tu espalda. Y despertarme a trompicones, durante la noche, para besarte entre los omoplatos, rozarte la piel que cubre tu columna vertebral, pasar mis dedos por tus corvas, seguir la curva del deltoides y el camino que traza tu sartorio.

Me aprendo tus huesos y los nombres de tus músculos.

Nunca tuve mejor lección de anatomía.

# 04

 

Sé que, cuando me duche contigo, vas a lavarme mucho rato. Tus dedos, concienzudos, dentro de mí.

Y que me mojarás para después secarme. Y que, mientras me secas, volveré a estar mojada otra vez.

# 05

 

Mientras te espero, escribo y fantaseo. Busco fotos. Ya dije lo que ocurría con las imágenes, siempre. Pero a veces ocurre también cuando te pienso, los dedos diestros, la piel suave, esa forma de mirarme y no mirarme con los ojos entrecerrados cuando te beso.
Ven. Ven ya, no tardes. No me hagas esperarte mucho.

#06

 

-Date la vuelta.

Te gusta mirarme. Te gusta hacerme cosquillas en la espalda y en la cintura, dibujarme arabescos, notar cómo me río y cómo me erizo. En la mesilla hay aceite de masaje, depositas un beso en mi nalga, te lubricas un dedo.

-Cierra los ojos.

Te lubricas un dedo y me recorres. Me llenas de aceite, desde el inicio y noto cómo cae. Respiro hondo. Haces círculos con el dedo alrededor de mi ano, tu dedo índice abriéndose paso, muy despacio, una falange primero, luego dos, tengo los ojos cerrados, no los he abierto, estoy mojada. Eso pienso: estoy mojada otra vez, me está metiendo un dedo, el dedo ya no se mueve, está dentro del todo, ahora me muevo yo, quiero dejarte entrar, quiero que uses la mano que tienes libre para que me masturbes, para que entres en mi sexo, para que te quedes quieto ahí mientras yo siento, sólo siento, siento cómo sale tu dedo de mi ano, cómo te lo voy apretando, cómo lo mueves, tan lento; cómo te gusta explorarme, cómo me gusta que me explores…

Vuelves a coger el aceite de masaje.

-Voy a entrar con dos- dices.

Y me deshago

# 07

Así. Cuando me pides que me dé la vuelta, que ponga los hombros pegando a las sábanas, que baje mucho más el pecho para alzar mucho más aún las caderas y te oigo, detrás de mí, después de un beso en la grupa, un beso con lengua que me hiende y me eriza:

-Ábrete para mí.

Entras. Y ya sí. Ya me alzas, para salir y entrar y embestirme. No puedo verte la cara y, por eso, te escucho y te siento más que nunca. Tus manos reptan. A mis pezones. A mis hombros. Tu boca jadea casi en mi oído.

Me gusta así.
Ya lo sé. Siempre lo he sabido.
A ti también te gusta.

# 08

 

Quiero besos con sabor a tabaco, a marihuana, a hachís, a café solo y a cerveza. Para descubrir después que tu boca tiene un sabor único que sólo yo conozco y que no puedo describir sin evocarlo.

# 09

 

Termino de hablar contigo y estoy húmeda. No sé cómo lo haces. Lo que sé es que hoy pasarás la noche conmigo. Que, mientras estés tomando copas, yo meteré una mano por debajo del pantalón y deslizaré un dedo entre mis labios, arriba y abajo, que luego serán dos o tres y la palma de la mano abierta, apretando, y frotándome con ella: como ahora mismo, que acabas de irte y que me estoy moviendo en la silla, intentando calmarme mientras te escribo.

Hubo una noche que no fui capaz. Tuve el primer orgasmo, me dormí desnuda, me desperté, la habitación oliendo a sexo, a mi sexo, se me abrieron las piernas, a veces es inconsciente, se me abren las piernas como si te llamaran, pero no estás. Sólo están mis dedos. Me acaricio, como si me estuvieras acariciando tú. Bordeo mis pezones, voy de uno a otro, erizados, duros. Me molesta el roce de las sábanas. Me molesta todo lo que no sea tu lengua. Bajo con la palma de la mano, voy bajando por el vientre, noto la respiración agitada, el sexo abriéndose y cerrándose, cada vez más rápido, enredo los dedos en el vello, me demoro en el pubis, lo aprieto, sigo abriendo las piernas, juego con un dedo, lo introduzco, pero nunca es suficiente.

Nunca es suficiente porque no son mis dedos lo que necesito.

Siempre acaricias lento. La curva de mi espalda mientras yo me monto encima de ti, vestidos aún, y me froto contra tu sexo. Los párpados, que cierro, los dos a la vez, mientras me besas. La areola, trazando círculos. La cara interna del muslo y mis cosquillas. Los brazos.

Siempre acaricias lento. Pero no siempre lo haces con las manos.

# 10

 

 

Poco me excita más que las palabras. Quizá los gemidos, quedos. O esa manera imperceptible, acariciadora, que tienes de hormiguear por mis muslos, casi sin tocarme. Pero, cuando me susurras al oído, cuando me escribes y me describes lo que querrías hacerme, sin que yo participara -este tiempo es para ti: no te muevas-, cuando me preguntas si me gusta -claro que me gusta-, cuando me cuentas que estaré bocabajo y me recorrerás el cuerpo y todos los surcos con la lengua y que entrarás en mí y me abrirás las nalgas y querrás olerme…

Cuando me mandas esos correos y me dices que me piensas y te masturbas, yo te correspondo. Y no puedo parar de tocarme. Durante horas.

UNA NOCHE DE PORNO EN BERLIN

 UNA NOCHE DE PORNO EN BERLIN

 

Corrían los principios del año 1979.

 Por aquel entonces, aún pertenecía el futuro Father Gorgonzola a la Distinguida Tuna de la Facultad de Económicas de Málaga. Aunque  estuviese matriculado en la Escuela de Empresariales junto a mi amigo y compañero de viaje, el actor Luis Centeno y su hermana Mammota.

Surgió por  aquellos días un viaje a la ciudad de Berlín. Y como inveterados viajeros que éramos, nos apuntamos en tropel para dejar muy alto el pabellón de España en la hoy capital de Alemania (En aquellos tiempos era Bonn) como así fue. Massomenoss.

  Massomenoss lo de dejar el pabellón alto, digo.

 Eran tiempos en los que aún le quedaban al Muro cainita diez años de existencia. Así que tengo el dudoso honor de haber atravesado el Muro de Berlín.

 Tengo muchos, muchísimos recuerdos grabados de forma indeleble en mi memoria.   Muchos recuerdos y una pérdida: Por días no pude asistir, con todo el dolor de mi corazón, a un concierto de Lou Reed. Lou Reed en Berlín…se puede pedir más? Malajuerte!

Recuerdo perfectamente el dolor de muelas, por ejemplo, que padeció el mencionado Luis y como tuvimos que llevarlo a un hospital para que lo medicaran, pues tenía tó la cara del Netol.

 

Recuerdo a un Pepote blasfemando en un perfecto alemán de Torremolinos cuando, por un inevitable resbalón en el suelo helado, cayó encima de su acordeón emitiendo este – el acordeón- un musical y sordo quejido debido a lo que le había caído encima. Pepote, casi se rompe un  brazo debido al enorme saleazo. Y él,  la cara a nosotros debido a las impagables carcajadas.

 Recuerdo la locura que resultaba el pedir comida en los restaurantes o en un simple puesto de Hot Dogs. Por ejemplo…llegabas al puestecito salchichero de marras y señalabas el letrero de las salchichas. La oronda germana te preguntaba: Bratwurst?  Brühwurst?  Weisswurst?, Pimmelwurst,? Franfurt? Pinkerwust? Mein Herrrr???

 

Jarrenperbarben und Embutedungem (En alemán en el original), decíamos nosotros Y le volvíamos a señalar una salchicha y una cerveza en el cartel. Una jarra pa cáuno (Jarrenperbarben) reiterábamos.

O si te ibas a un restaurante y te atrevías a pedir algo desconocido: Leverkazeconcronfleisss… decías con un magnifico acento alemán;  y te encontrabas con esto: Leberkäse, Kronfleisch (pleura o diafragma de la ternera) que se sirve con pasta de rábanos y pan negro. (Wiki)

Una delicia repugnante.

Recuerdo, con especial cariño, a mi buen amigo Jesús El Rojo; este cumplía años y le dije…Rojo! Te voy a regalar el colocón más grande de tu vida! Y cumplí mi palabra. Vaya que si la cumplí; solo se acuerda de medio viaje.

Todavía me lo refiere -hoy día- con un cierto deje de nostalgia y cariño. Para que tú veas!

Recuerdo la nieve ya negra por los humos de los coches amontonada por toda la ciudad. O a la modelo de promociones realmente fisna y divina de la muerte -de Madrís- que alababa vehemente el Shampán Guachandó.

Yo solo bebo Shampán Guanchandó! Decía por Moêt & Chandon, la pija de Vallecas.

Recuerdo, entre otras cosas, nuestra visita a Berlín Oriental pasando el Muro a través de una frontera sacada de una película de Welles. Obedecimos las órdenes de la Embajada de no pasar ni prensa, ni revistas eróticas, ni drogas ni alcohol. La verdad… No sé que cara nos verían. A lo mejor solo se fijaban en Jesús.

Así que dejamos todo el alijo en el hotel y allá nos fuimos. Cuando la sargenta rusa, en la frontera, nos miró por encima de su poblado bigote, nos alegramos de haber sido obedientes. Peaso malabestia la íalagranputa.

Me acuerdo también de una amiga que nos echamos allí, anarquista lesbiana, que nos enseñó-amabilísimamente- la ciudad. Nunca se aprendió mi nombre y estaba convencida de que yo me llamaba Albatros.

Por acordarme, todavía me acuerdo, de que estamos fichados por la policía berlinesa por un disparecer con un nazi propietario del hostal donde nos alojábamos. Por algo así como un sofá roto (ya lo estaba) en el transcurso de una de nuestras reuniones culturales.

Pero de lo que más me acuerdo, era que en aquellos tiempos  y me imagino que ahora, Berlín era una de las capitales culturales de Europa y una noche nos fuimos todos en animosa compañía para ver un espectáculo porno en vivo en un local, entre cutre y casposo, de los muchos que pululaban por la ciudad. El sueño de Torrente.

También era la capital europea del porno Berlín. Todo hay que decirlo.

Y esto es lo que sucedió una nefanda noche. Cuando pasamos:

UNA NOCHE DE PORNO EN BERLIN

 

Habíamos terminado nuestro trabajo de animación en el Stand de España en el Palacio de Congresos donde se desarrollaba la Feria Internacional de Turismos de Berlín (ITB)  una de las más importantes del mundo. Estábamos ya descansando en el Hostal bajo la atenta mirada del cancerbero nazi, sin saber que hacer.

Este, el cancerbero, desde el episodio del sofá- con intervención de la embajada incluida- no nos quitaba el ojo de encima. El muy mamón. Así que ante la imposibilidad de liar otra reunión cultural en el hotel, pensábamos en donde podíamos ir a distraernos antes de acostarnos.

Pero que se puede hacer en una  ciudad frigidísima y cubierta de nieve? Tempänen inch dier Güeben. Con un frío de cohonees (Nota del Traductor)

–         Porque no vamos a ver un show ponno? Dijo Jesús balbuceando a causa del colocón.

Así que sopesando la posibilidad y que en teniendo en cuenta que nosotros siempre fuimos partidarios de asimilar la cultura de allá donde fuésemos y -por ende, insisto- Berlín era la capital del porno mundial, nos dijimos…Vale! Todo sea  por el enriquecimiento personal.

Y pallá que nos fuimos para la zona de Schöneberg, barrio con una enorme proliferación de locales dedicados a los shows pornográficos en vivo. Un enorme puterío allá donde miraras.

Entramos en uno que nos pareció sugerente;

y…como explicaría yo como era el local por dentro?…

A ver:

Imaginaros como veinte cabinas unipersonales puestas en círculo. Dentro de cada cabina había una especie de mostradorcito con un rollo enorme de papel higiénico -me imagino que para tomar notas- y una ventanita rectangular de cómo unos 30 x 20 cms. Con una ranura al lado.

Y en el centro del círculo formado por las cabinas, un recinto donde había una especie de mesa acolchada donde una pareja hacían toda clase de guarreridas  sexuales. El, con una enorme gallinácea (un pollón) y ella con una maestria inigualable en el arte de domeñar a la susodicha gallinácea.

Se trataba pues de comprar fichas, meterse en la cabina, meter una ficha en la ranura y entonces, se levantaba una tapa que cubría el ventanuco y, a través de un cristal,  se veía a una pareja haciendo acrobacias sexuales. Nada que ver con un karaoke. Aunque habia veces que lo parecía. Pero no voy a decir cuando.

Era todo un espectáculo mirar por todo el perímetro interno del circulo y verlo llenos de ventanitas con dos ojos ávidos detrás de cada una de ella. Un poco esperpéntico, todo hay que decirlo. Parecía un cine en 3D todo el mundo con sus gafitas.

Sigo…

A los cinco minutos…Chank!! Se cerraba la tapa y si querías otra ración (perdóneseme el símil gastronómico, pero es que había que ver lo que se comía aquella señorita.) se volvía a echar de nuevo otra fichita, Y así hasta que te jartabas.

Muy edificante. Tengo que reconocerlo.

Después de un par de fichas cada uno, y de advertir -no solo que se nos iba una pasta, sino que además los cinco minutos pasaban rapidísimamente- una mente preclara (me imagino que Jesús) dedujo- que para eso era un economista en ciernes… «Compramos dos fichas cada uno y nos metemos todos en dos cabinas y eso que nos ahorramos»

Dicho y hecho. Que mente mas privilegiada la de los españoles!!! Y que tontos los alemanes que no habían pensado en esa posibilidad. Es que parecen tontos de honraos que son, los maharetass!!! Dijimos.

Nos metimos como pudimos en dos cabinas. Tres españoles en cada una. E iniciamos la tramposa estrategia.

Estábamos enlatados; apretujadísimos. No podíamos ni respirar! Y el poder turnarse para trincar la ventanita de marras era un suplicio de mil pares de cohoness.

El aire se hacía irrespirable, el cristal estaba ahumado por el vaho de nuestros alientos… así que nos dijimos….Vámonos pa fuera! Que esto no hay quien lo aguante. Quemasfixio!!

Nos dimos los tres la vuelta al unísono-porque no había espacio suficiente para hacerlo de otra manera, y nos enfrentamos a la puerta de salida. Sacamos una mano –el que pudo- para tratar de abrirla cuando de pronto –horrorizados!!!- nos damos cuenta de que la puerta no solo era abatible, sino que además abría para adentro.

Glub! Dice uno. Glubglub, dice el otro…Tres glubs más gimió el tercero. Una suerte de gluglubeos angustiosos. Empezamos a sudar, hacinados como estábamos, en una estrecha cámara de tortura.

La sola idea de morir asfixiados no era tan terrible como la mortificación que suponía el que nos encontraran amorcillados- pues estábamos embutidos practicamente dentro de la maldita cabina- en un Porno Live Show de Berlín.

Una vergüenza absoluta para las respectivas familias.

Así que decidimos usar la cabeza. Uno se subió como pudo escalando sobre los otros dos para encaramarse encima del mostrador donde estaba antes el rollo de papel higiénico.

Father -por su corpulencia- fue designado Base de Operaciones. Es decir me agacharía para que el que quedaba, se sentase en mis hombros. Y como pudimos, formamos una sola figura para hacer hueco a la maldita puerta abatible que Alá confunda.

Así lo hicimos. Y, con un titánico esfuerzo y un agobio del copón, logramos abrir la puerta de lo que -al fin y al cabo- era lo más parecido a una cámara de gas. Made in Germany, por mas señas.

Abrimos la puerta, ya te digo, y nada mas abrirla- justo delante- estaban esperando el encargado de la tienda- con un enorme turco detrás- que miraban asombrados la escena:

Uno encima del mostrador. Otro agachado y absolutamente sofocado por el esfuerzo  y, por fin, el tercero, encima del grande haciendo equilibrios y con los huevos pegados al cogote del Father.

Empezó a bramar en alemán y el turco amenazaba con blandir una cachiporra y a amenazarnos en que idioma  sabe Dios. Y nos fuimos todos de allí echando leches.

Father jadeando, decía aún ahogado por el esfuerzo….Yo follo dos vueltas mas y me voy para la casa. Me cagontólas putas de Berlín!!!!

Como decía Goethe:

Dieses Baums Blatt, der von Osten
Meinem Garten anvertraut,
Gibt geheimen Sinn zu kosten,
Wie’s den Wissenden erbaut.

Ist es ein lebendig Wesen,
Das sich in sich selbst getrennt?
Sind es zwei, die sich erlesen,
Dasz man sie als Eines kennt?

Solche Frage zu erwidern,
Fand ich wohl den rechten Sinn:
Fühlst du nicht an meinen Liedern,
Dasz ich Eins und doppelt bin?

 

Y que queréis que yo os diga…No puedo estar más de acuerdo con el.

DINNER FOR ONE

UNA JOYA DE HUMOR INGLES! 

 

LEE Y LUEGO PINCHA EN EL ENLACE.

En Alemania, cada Nochevieja desde 1963, ponen en la televisión alemana “Dinner for One”  (también titulado The 90th Birthday en ingles o Der 90. Geburtstag en alemán), un sketch de humor británico producido por la cadena de televisión Norddeutscher Rundfunk (NDR).

Este sketch, que se retransmite en ingles desde hace 46 años el último día del año, se ha convertido en una película de culto.
“Dinner for one”, protagonizado por los actores británicos Freddie Frontón y May Guarden, se desarrolla durante una cena, que como cada año, se celebra con motivo del cumpleaños de una anciana de la alta sociedad inglesa llamada Miss Sophie. La cena es servida, como siempre, por el viejo mayordomo James.
Durante la cena con cada plato se pronuncia un estribillo, que se ha convertido en mítico en Alemania:
James: The same procedure as last year, Miss Sophie? (¿ El mismo procedimiento del año pasado, señorita Sophie?)
Miss Sophie: The same procedure as every year, James! (El mismo procedimiento de todos los años, James)
La interpretación del mayordomo (Freddie Frinton), genial, desde el principio al final, in crescendo. Una joya.  DISFRUTALA. (Si sabes inglés y/o francés, mejor. Si no, no pasa nada; lo entenderás igual).

http://www.dailymotion.com/swf/x5zld2

GULLIVERIANA. De Milo Manara

  

Una segunda entrada para este recién inaugurado espacio erótico – festivo que es:

El Rincón de la Lujuria.

 

GULLIVERIANA.

De Milo Manara

 

 Tuve mi primer contacto como lector de cómics con Milo Manara a principios de los 80.

 Fue con su mas famosa obra: El Click (1983). Una obra enormemente erótica que me fascinó y que me hizo admirador y seguidor del italiano ya para siempre.

 

Siguieron incrementando mi colección, aparte del citado El Click, otros trabajos anteriores (eran los que llegaban a España) como HP y Giuseppe Bergman,  el Rey Mono, o El Perfume del Invisible que era este último, un trabajo ya posterior. Entre otros.

Además de las publicaciones por capítulos en multitud de revistas de cómics – que por aquella época coleccionaba todas, con lo que eso conllevaba de ruina económica-  que seguía fervorosamente..

 Después, llegaron las tres partes continuación de El Clic hasta que tuve en mi poder Gulliveriana. Una versión erótica de la novela de Jonathan Swift que siempre me apasionó. Y ahora la descubría en una nueva faceta. Como nunca hubiera podido imaginarla. Ni yo, ni el autor de la novela original.

Saco de la Wikipedia esta critica:

«Su producción erótica evidencia todos los defectos y virtudes del cómic erótico actual«, afirmando de «El Click» (1983) que «El dibujo es perfecto, limpio y elegante; el contenido nulo y sin interés: se limita a enlazar una anécdota sexual tras otra«.

Aunque – digo yo- que con semejantes imágenes, poca falta hacía argumento alguno.

Sus protagonistas, sigue la crítica…

Poseen matices andróginos, libidos insaciables, códigos amorales y, sin embargo, suelen estar bañados por una infantil inocencia. Las chicas de Manara en fase de máxima excitación son una turbadora mezcla entre la voraz ninfómana entregada a sus vicios y la cándida colegiala que se aplica en los deberes que más le gustan[]

 

Me llega ahora, a mi poder, un pps con la historia completa de Gulliveriana que cuelgo en este blog, para deleite de quien le plazca leer esta versión.

Podéis bajaros este trabajo desde aquí:

http://cid-9b5ad4b7dbd9e872.office.live.com/self.aspx/GULLIVERIANA%20De%20Milo%20Manara/gulliveriana.pps

Y mientras se baja, distraeros con este video del trabajo de Milo Manara y con una  música más que apropiada.

Que lo disfrutéis.

EL JUEGO DE LOS SENTIMIENTOS

 

EL JUEGO DE LOS SENTIMIENTOS

 (Tal como me llegó lo transcribo)

Cuentan que una vez se reunieron todos los sentimientos y cualidades del hombre en un lugar de la tierra.

 Cuando el Aburrimiento ya había bostezado por tercera vez, la Locura, como siempre tan loca, les propuso:

– ¿Jugamos a las escondidas?

La Intriga levantó la ceja y la Curiosidad, sin poder contenerse, preguntó:

– ¿A las escondidas? ¿Y cómo es eso?

– Es un juego -explicó la Locura- en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón, mientras ustedes se esconden.
Cuando yo haya terminado de contar, el primero que encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego.

El Entusiasmo bailó secundado por la Euforia.


La Alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la Apatía, a la que nunca le interesaba nada.
La Soberbia opinó que era un juego muy tonto (en el fondo, lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido de ella) y la Cobardía prefirió no arriesgarse.

– Uno… dos… tres… cuatro…, empezó a contar la Locura.
La primera en esconderse fue la Pereza, que, como siempre, se dejó caer tras la primera piedra del camino.
La Fe subió hasta los cielos, y la Envidia se escondió tras la sombra del Triunfo, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto.
La Generosidad casi ni alcanzaba a esconderse, pues cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para algunos de sus amigos. Si era un lago cristalino, ideal para la Belleza. Si era la rendija de un árbol, perfecto para la Timidez. Si era una ráfaga de viento, magnífico para la Libertad. Así terminó por ocultarse en un rayito de sol. El Egoísmo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo, pero sólo para él.

La Mentira se escondió en el fondo de los océanos (mentira, en realidad se escondió detrás del arco iris) y la Pasión y el Deseo en el centro de los volcanes.

El Olvido no recuerdo donde se escondió, pero eso no es importante.
Cuando la Locura estaba por el 999.999, el Amor aún no había encontrado sitio para esconderse, pues todos estaban ocupados… hasta que divisó una rosa y, enternecido, decidió esconderse entre sus pétalos.

 –         Un millón!! contó la Locura, y comenzó a buscar.

La primera en aparecer fue la Pereza, sólo a tres pasos de una piedra. Después se escuchó a la Fe discutiendo con Dios en el cielo sobre la zoología. Sintió vibrar a la Pasión y al Deseo en el centro de los volcanes. En un descuido encontró a la Envidia y claramente pudo deducir dónde estaba el Triunfo. Al Egoísmo ni tuvo que buscarlo, él solito salió disparado de su escondite… que había resultado ser un nido de avispas. De tanto caminar le dio sed, y al acercarse al lago cristalino descubrió a la Belleza. Con la Duda resultó mucho más fácil aún, pues la encontró sentada sobre una cerca sin saber de qué lado esconderse.

Así fue encontrando a todos. Al Talento entre la hierba fresca, a la Angustia en una oscura cueva, a la Mentira detrás del arco iris (mentira, estaba en el fondo de los océanos), y hasta al Olvido, quien ya se había olvidado que estaba jugando a las escondidas.

Sólo faltaba el Amor. No aparecía por ningún lado. La Locura buscó detrás de cada árbol, bajó a cada arroyuelo del planeta, subió a las cimas de las montañas.

Cuando estaba a punto de darse por vencida, divisó un rosal, tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas. De pronto se escuchó un doloroso grito.

 Las espinas habían herido al Amor en sus ojos. La Locura no sabía cómo hacer para disculparse, lloró, imploró, suplicó, rogó, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.

Desde entonces, desde que por primera vez se jugó a las escondidas, el Amor es ciego y la Locura lo acompaña.

NUEVA YORK. De Edward Rutherfurd

NUEVA YORK

De Edward Rutherfurd

Bueno…pues ya me he terminado el tocho. Casi mil páginas. Y esto es lo que me ha parecido:

La primera impresión que tiene el libro en si, no el texto ni la historia, es mala. Papel malo, color de las páginas oscuro y demasiado finas (las páginas). Me imagino que tenían que ser así. De lo contrario pesaría un kilo al menos.

A lo importante:

La historia no es solo la historia de la ciudad de Nueva York- que lo es- es también la historia de la formación de los Estados Unidos desde la época de los indios Algonquinos hasta hoy día. Tambien la Europea en su relación con los States.

Va la historia de la ciudad pasando por la guerra de la Independencia de Inglaterra, la de Secesión, por los cracks económicos, por todas las épocas de construcción de lo que hoy nosotros conocemos como la gran manzana.

Todo a través de la Familia Master –como eje central-y otras adláteres que complementan la historia.

La historia de una saga familiar al estilo de los Cole de Noah Gordon que empezó con El Medico…siguió con Chamán…La doctora Cole… y no me acuerdo de más, porque ahí la dejé; que ya iba bien.

Quiero decir con esto, que es una novela que puede parecer semejante a cualquier otra que contenga los parámetros de saga familiar y situación histórica.

Pero pasa una cosa. Que esta opinión no la está dando un crítico literario, como es manifiesto. La está dando alguien –como yo- que no está preparado en modo alguno para emitir opinión objetiva de este libro. Porque soy un friki de Nueva York. Y a mucha honra.

Y esto es lo que me pasa a mí con el libro:

Era un placer arañar ratos al día, o cuando llegaba la noche, para poder retomar la lectura del tocho. Porque para, repito, un friki de Nueva York, era mágico que una historia estructurada en torno a una ciudad, me diese a conocer otra mirada de ella a través de la suya propia.

Y me situase continuamente en muchísimos rincones donde se desarrollaba la acción. Y no sabéis como eso ayuda a la lectura y como produce añoranza por la vuelta.

Y era muy interesante saber como se desarrollaba el comercio –al principio de la saga, y en torno a un cinturón Wampum del primer Master- en el río Hudson. Como se construyó la Trinity Church, como se incendió la ciudad en aquellos días. La construcción de Wall Street…. Y mas tarde… Como y cuando colocan la cúpula al Chrysler, o como planean y construyen Central Park. El Empire State…Y el porqué  aquel sitio era un deposito de agua antes que una Biblioteca Pública … Cómo son los barrios que ahora visitamos tan tranquilamente y antes era una arriesgada aventura meterse en ellos.

 Como se erigen las Torres gemelas y como sucumben. Tomarte un perrito en Nathan’s.

Pasear por la Tercera Avenida y saber como vivia por allí la gente antes que Roy Batty. Mi querido y añorado amigo de Manhattan.

Una historia de Nueva York que para el que no forme parte de su corazón – como todos nosotros- Les parecerá una historia como muchas. Histórica y de saga familiar, ya te digo.

Pero para algunos – como nosotros- nos resultará entrañable conocer como se construyó El Pier 17 cuando recordemos que hemos paseado por el. O el Puente de Brooklyn cuando sabemos lo que es atravesarlo andando. Saber como vivía la gente en Park Avenue, cuando vamos hacia la Grand Central Station. Y entender la soplapollez que aún mantienen los propietarios de edificios -como el Dakota- para decidir quienes serán merecedores de ser sus nuevos vecinos.

Conocer que, cuando nos sentemos en Bryant Park a tomarnos un capuchino, estamos ante un no muy lejano estercolero lleno de ratas y vendedores de drogas.

Yo, sinceramente recomiendo la lectura. A todos vosotros que tenéis el mismo sentimiento que yo hacia la ciudad de Nueva York. Porque ese sentimiento te hace querer volver allí para poder verla con mucho mas conocimiento. Como decía antes… Con otra mirada.

EL ENSANCHE DE MANHATTAN

 

EL ENSANCHE DE MANHATTAN CUMPLE 200 AÑOS

Me envía mi buena amiga Sarmale, -Cuando tendré el inmenso placer de volver a leerla – Una estupenda informacion que inserto para su lectura por lo interesante que es.

 Esta es:

La ciudad conmemora su famosa cuadrícula urbana, denostada hace dos siglos y reivindicada hoy

 Fuente: http://www.ABC.es

Nadie se pierde en Manhattan así acabe de llegar. Todo el mundo sabe que aparte de algunas ínsulas y excepciones (Central Park, West Village, el espinazo en diagonal de Broadway, etc), la ciudad consiste en una plantilla perfectamente cuadriculada. En vertical corren las anchas y potentes avenidas, en horizontal las calles más seguidas y más ágiles, todo perfectamente numerado, salvo algunas letras y nombres propios que han aparecido con el tiempo. Pero sin alterar una estructura básica que este martes 22 de marzo ha cumplido doscientos años. Y que, como el vino, parece que gana con la edad.

Fue en 1811 cuando la ciudad tuvo que organizar un plan urbano para ver qué hacía con la tierra de Manhattan recién comprada, y que se extendía de la actual calle 14 hasta Washington Heights, lo que hoy se conoce como el Harlem latino. En 1807 había sido designada una comisión de tres miembros: Gouverneur Morris, uno de los padres de la Constitución americana, el abogado John Rutherfurd y el geógrafo Simeon De Witt. Entre los tres dieron forma el Ensanche de Manhattan, mucho más contundente que el que más o menos por la misma época empezaba a cuajar en la ciudad de Barcelona.

El carácter de la ciudad

En los dos casos se aprovechaba una expansión súbita y significativa para modelar una urbe no según la costumbre y el capricho sino con un plan preconcebido. En su día algunos calificaron esto de herejía. Los promotores del plan neoyorquino fueron acusados de ser capaces de cortar las siete colinas de Roma en bloques cuadriculados si les dejaban. Parecía que el carácter, por no decir el alma, de la ciudad, podía desvanecerse.

A favor estaba la evidencia de que una estructura cuadriculada lo suficientemente desahogada favorecía la iluminación y la ventilación de los espacios, aumentando la salubridad y la calidad de vida. Incluso la comercial; hoy en día abundan los elogios y se reconoce que las espaciosas avenidas de Manhattan son imanes naturales para el comercio.

Hay que decir que el plan de Nueva York en general se cumplió mucho más al pie de la letra que el de Barcelona, donde hubo múltiples desviaciones de los designios originales de Cerdà. Este había imaginado dos avenidas diagonales atravesando la ciudad en lugar de sólo una. Y los edificios de sus famosas manzanas octogonales con chaflán tenían que tener un patio interior al aire, no construirse hasta el último milímetro, como finalmente ocurrió.

El plan de Nueva York en general se cumplió mucho más al pie de la letra que el de Barcelona

El plan para Manhattan era bastante más pragmático. Sus manzanas cuadradas con esquinas de ángulo recto garantizaban la construcción más económica de los edificios y dependían menos de la floritura modernista para alcanzar cohesión y sentido. Lo cual no obsta para que también con el tiempo hayan surgido especificidades, como las nuevas avenidas Madison y Lexington intercaladas en la numeración original, la Alphabet City en el East Village, el espacio abierto por la Universidad de Columbia y su campus, etc. Y sobre todo la apertura del inmenso pulmón de Central Park en 1853. Pero todo eso fueron expresiones de la vitalidad de una metrópoli que en breve alumbraría los edificios más asombrosos del mundo.

Nadie puede negar hoy que Nueva York tiene carácter, y que la cuadrícula original no sólo no lo desvirtúa sino que lo potencia. Hace la ciudad más asequible e inmediata, más abierta a los forasteros. Favorece su magnetismo como capital oficiosa del mundo. «The New York Times» ha decidido celebrar el bicentenario del plan publicando en su edición digital (que en breve va a ser de pago) una comparativa interactiva del mapa original de 1811 y el actual, para que los lectores se entretengan rastreando similitudes y diferencias.

Por su parte el otro gran rotativo de la ciudad, «The Wall Street Journal», ofrece una antología de sucesivos mapas históricos y/o curiosos, algunos de los cuales han dado pie a pósters muy codiciados. Destacan un poema o más bien un caligrama con forma de plantilla de Manhattan compuesto en 1997 por Howard Horowitz, una reconstrucción de 1609, de cuando la tierra pertenecía a los indios y nadie imaginaba que un día habría asfalto y rascacielos, y una audaz representación de la ciudad doblándose sobre sí misma que parece un fotograma de la película «Origen». (La foto que encabeza este post)

Asi como una imagen de la orografia de la isla de Manhattan.

 

MAPAS DE LOS BARRIOS Y ZONAS DE NUEVA YORK

MAPAS DE LOS BARRIOS Y ZONAS DE NUEVA YORK

 Estamos acostumbrados a oír continuamente los nombres de los barrios y de las zonas de la ciudad de Nueva York.

 Chelsea….Soho…Greenwich Village….Harlem…. Upper West Side …Pero… Sabemos situarlos en el mapa de Manhattan? Sabemos donde se encuentran para organizar mejor nuestra visita a Nueva York?

 Mi buena amiga Sarmale, me envía una serie de enlaces para que los incluya en mi blog.

 Uno de ellos me lleva a estos estupendos mapas realizados -el primero, por Jenny Beorkrem- que no son  sino unas representaciónes gráficas de la Isla de Manhattan por zonas y que puede servirle al viajero, si tiene a bien el imprimirlo o consultarlo, para conocer donde se sitúa cada zona de la isla en su viaje a la City y así organizar su planning mas coherentemente.

 Muy interesantes, como podréis comprobar.

 Aquí podéis verlos, copiarlos y guardarlos en vuestro ordenador.

 

BERT MONROY. PINTURA DIGITAL

BERT MONROY. PINTURA DIGITAL

 Bert Monroy nació y se crió en Nueva York, donde pasó 20 años en la industria de la publicidad como director de arte y director creativo de varias agencias, así como la suya.

Su obra también ha sido utilizada para introducir muchos productos de software como Photoshop, Video Works (predecesora de Director), PixelPaint, SoundCap y ImageStudio (predecesora del Pintor). 

Un maestro consumado, Bert, actualmente es profesor de un seminario nacional y es miembro del Photoshop Dream Team.  En 2004, Bert fue incluido en el Salón de la Fama de Photoshop.

TIMES SQUARE

En esta obra, Bert Monroy, ha sido capaz de exprimir al máximo el potencial de PhotoShop creando un fichero PSD de 750.000 capas compuesto a su vez por más de 3.000 ficheros individuales de Photoshop e Illustrator.

Pero si estos datos te han dejado boquiabierto, te sorprenderás al saber que se trata de una pieza con un tamaño de 6,52 GB y unas dimensiones de 1,5 x 7,6 metros.

El artista neoyorquino ha estado trabajando en la obra la nada despreciable cifra de cuatro años.

Aquí podéis al artista junto a su obra “Times Square” y pinchando en el link más abajo de la foto, podréis asombraros paseando por la céntrica plaza de Nueva York.

http://www.bertmonroy.com/timessquare/timessquare.html

Por fin, desde este link, podréis bajaros el trabajo que he realizado con parte de su obra digital para que veáis lo que hace este artista con Photoshop. Una maravilla.

 Aquí:

http://cid-9b5ad4b7dbd9e872.office.live.com/self.aspx/BERT%20MONROY/BERT%20MONROY.pps

Que lo disfrutéis.

Mientas se baja, podéis distraeros con esto. Un grupo danés representando una obra musical basada en canciones de Bob Dylan.  TeaterKoncert. Un grupo de teatro que me tiene AB-SO-LU-TA-MEN-TE  fascinado

Hala!!!

LA COLLIE CHATA

LA COLLIE CHATA

  

Ocurrió esto, hace ya mucho tiempo; al principio de mi noviazgo con Santa.

Trabajaba esta atendiendo una tienda de regalos propiedad de sus padres.

Una tarde, pasó una señora solicitando información acerca de donde se encontraba un estanco cercano. Santa la informó amablemente y cuando la señora se disponía a irse, esta, volvió a acercarse al mostrador y le dijo:

– Es que voy a regalar un cachorro de Collie, porque mi perra ha tenido una camada de seis y ya no sé que hacer con ellos.

Mientras decía eso, sacó de un bolso grande que llevaba, un precioso cachorrito que hizo babear a Santa al instante. Oiiiiiiiiiiiii! Dijo Santa al verlo.

Inmediatamente y sin pensárselo dos veces, le dijo a la señora:

Si en el estanco no lo quieren, me lo quedo yo! Oiiiiiiiiii!! Que asioso!

Todo eso, sin tener en cuenta que sus padres se negaban absolutamente a tener cualquier animal doméstico en su casa.

Pasado un rato, volvió a entrar la señora en la tienda e hizo entrega del cachorrito a Santa. Patí! Le dijo la amable señora.

Mi Santa se volvió loca con el animalito. Le preparó una caja en el almacén, le puso agua y se puso a pensar en el nombre.

-Coco, se dijo; se llamará Coco!

A continuación me llamó por teléfono…

-Chatooooo… a que no sabes lo que “tenemosss”?

– Lo cuar? Pregunté yo.

– Un Collie!!! Un cachorro de Collie!!! Oiiiiiiiii!!

La verdad es que yo, que estaba acostumbrado a tener solo perros callejeros en casa de mis padres y que además TODOS se llamaban Cuchi, por deseo expreso de mi madre, como que mi hizo ilusión tener, aunque fuera en comandita, un perro de la clase y alcurnia de, nada menos que la raza Collie. Un perro Collie. Y no se llamaría Cuchi!!!!

Ni ná que íbamos a fardar con ese animal con su impresionante  pelaje, su elegante porte  y, sobretodo, con su prominente hocico.

Llegué a la tienda en un plis-plás, a borde de mi Mini Morris Van amarillo. Una suerte de coche fúnebre para enanos según algunos amigos maledicientes y envidiosos sin medio de locomoción propio.

 

Llegué ufano a la tienda y cogí de inmediato al cachorro en mis manos.

-Se llama Coco!!! Oiiiiiii!! Me dijo santa con una carita iluminada por la ilusión.

De dos cosas me di cuenta inmediatamente. La primera de que Coco era en realidad hembra. Así que de inmediato, Santa – sin pensárselo ni importarle lo más mínimo- le cambió el nombre por Coca.

De modo y manera que cuando nos preguntaban por el nombre de la perra, le teníamos que aclarar que se llamaba Coca por el refresco y no por su adicción.

De lo segundo que me dí cuenta, fue que la puñetera perra carecía del debido y obligatorio apéndice nasal puntiagudo.

– Una Collie Chata? Me pregunté en voz alta. Inmediatamente dedujimos que la madre de la susodicha estaba más cruzada que un paso de cebra.

En fins. No había mas remedio que joerse.

Llamó Santa a su madre; y para convencerla, le comentó los datos acerca del linaje de la perra y que era un regalo mío y que podían hacerme ese feo. Así que la madre no tuvo más remedio que adoptar a Coca. Por cohoness.

Seis meses duró el animal en casa de mis suegros. Los seis meses en que tardó la puta perra en devorar todos los bajos de los muebles de la casa de Santa. Los muebles del salón, los sofás, los muebles fabricados por el Tito Pepe- un magnifico carpintero a la antigua usanza- todo, absolutamente todo tenia una rasposa cenefa de madera astillada y roída de quince centímetros de altura. Todo.

Así que volvió a la tienda, donde convivía con el citado Tito Pepe- donde tenía instalada su carpintería- y con Santa que diariamente atendía la tienda en sí.

Coca era inmensamente feliz debido a los largos paseos que le dábamos Santa y yo y sobre todo a los platillos de vino dulce que le proporcionaba Tito Pepe vezencuando. Mayormente Moscatel.

Cuando yo llegaba, era tal la alegría que le producía mi presencia, que empezaba a dar altísimos saltos y a mearse a chorreones. Con lo que conseguía ponerme la nariz perdida a lametones y los pantalones pringando de meaos. Una alegría. Pero es que era cariñosísima la animalito.

Pasó algún tiempo y nuestra queridísima Coca enfermó de parvovilosis. Entre la mala praxis del veterinario y el puto virus, Coca acabó por fallecer. Causándonos a Santa, a Tito Pepe y a mí una pena irremediable por tan trágico desenlace. Estábamos destrozados.

Así que pensamos que debíamos de hacer con el cadáver. Y después de sopesarlo me dije, insensatamente, que mí querida perra Collie chata, no descansaría para siempre sino enterrada en el campo rodeada de árboles y pajaritos. Una feliz idea. Lo sé, soy un romántico.

Y un enorme gilipollas.

Así que me hice con un saco, con un pico y una pala y decidí que una altísima montaña a la que se llegaba con coche (porque a mitad de ella había un enorme aljibe) en el Puerto de la Torre de Málaga, sería el lugar idóneo donde deberían de reposar los restos de nuestra querida Coca.

 

Metí toda la impedimenta en el coche y me fui a la tienda donde, desolados, esperaban Tito Pepe y Santa con la perra tapada con unos trapos.

Llegué a la tienda y les explique en que consistía mi plan de enterramiento. Impedí con todo rigor que Santa me acompañase a tan penosa tarea y metí a la perra en el saco que tenía preparado al efecto. Salí en dirección al coche con semejante equipaje sabiendo que daba la mismísima apariencia del Hombre del Saco.

 

La metí en la mini furgoneta que adquirió en ese mismo momento el aspecto de Coche Fúnebre que tanto les gustaba decir a mis amigos. Los íolagranputas.

Llegué al Puerto de la Torre, me dirigí hacia el aljibe situado en la cima de la montaña, y allí entre algarrobos, encinas y almendros, con una impresionante vista sobre la bahía de Málaga, decidí que ese seria el lugar de descanso de mi querida perra. De Coca; nuestra Collie Chata.

Aparqué junto al camino, cargué en un hombro pico y pala y en el otro el saco con el cadáver canino. Temeroso, todo hay que decirlo, de que me viese la Guardia Civil con semejante pinta y disparase antes de preguntar. Empecé a andar un buen trecho.

 

Bajé como pude una ladera empinadísima que llevaba al clarito donde había decidido enterrar a Coca. Bajé como pude, ya te digo, pues además del peso muerto- que Dios me perdone la expresión- llevaba las manos ocupadas.

Solté con cuidado el saco en el suelo, cogí el pico y me dispuse a cavar.

Clang! Sonó la primera picada que además, me provocó una enorme sacudida en todo el cuerpo.

– Ahí hemos pinchao! Me dije. Y me desplacé unos metros buscando un sitio más idóneo.

Clang! Clang! Clang! Tres cimbreos más y tres latigazos y el suelo ni se enteraba. Estaré cavando en el Peñón de Gibraltar? Me pregunté.

Así que me desplacé otros diez metros más pallá para ver si encontraba suelo blando.

Clang! Clang! Clang! Clang. No había puta forma de hoyar el maldito suelo!!!

Los sudores me corrían por la frente, pues al esfuerzo del infructuoso picoteo, había de añadirle el ejercido por el traslado de tan infausto cargamento.

Clang! Clang! Clang! Clang. Clang! Clang! Clang! Clang.

IM-PO-SI-BLE!!!

Un suelo pétreo, compacto e inmensamente consistente se burlaba de mí a cada picada.

Así que desesperado, y un arrebato de cólera, cogí el saco por el cuello y dando tres vueltas lo lancé tan lejos como pude mandando a la perra a que tomara posesión de su ultima morada: es decir: A tomar por saco…

Recogí -sin mirar atrás- los trastos y subí jadeando la cuesta de vuelta al coche maldiciéndome a mi mismo. Metí apresuradamente el pico y la pala en el puto coche fúnebre y antes de meterme en este -con el corazón encogido por la pena- miré, para despedirme por última vez, a Coca.

Atónito me quedé!!!  No daba crédito a lo mis ojos veían. La mardita perra yacía fuera del saco patas arriba.  Tres de esas patas encogidas; pero la pata derecha delantera, tiesa como la mojama en un rictus que asemejaba de una forma harto elocuente a un saludo falangista.

 

Empecé a reírme con una risa nerviosa tremenda. Los ojos se me inundaban de lágrimas producidas al cincuenta por ciento por la risa y otro cincuenta por ciento por la pena.

La perra seguía abajo saludándome al mas puro estilo fascista y con la boca entreabierta. Parecía estar riéndose de mí pues tenía el labio superior levantado y enseñaba los dientes como divertida por la situación.

 

Así que me resigné y emprendí oootra vez la bajada de la ladera para acercarme al cuerpo yacente.  Miré a mi alrededor y divisé en cien metros a la redonda una gran cantidad de piedras de buen tamaño. Ofú lo que me espera!!  Me dije.

Así que me puse a recoger piedras una a una y trasladarlas junto a la perra. Cada vez que pasaba a su lado parecía decirme con el brazo alzado. Arribassspaña!!! Y se reía. La cabrona se reía.

Me tiré casi media hora trasladando piedras que iba situando alrededor de la perra cadáver y subiendo fila a fila hasta tapar casi por completo a la interfecta.

Cuando terminé la tarea, subí agotado y echando el bofe la cuesta otra vez para irme de allí de una puñetera vez. Maldiciéndome otra vez a mi mismo por la genial idea del sepelio campestre.

Una vez arriba, me volví para despedirme de ella por ultima vez, y entonces, me di cuenta de que el catafalco de piedra parecía un monumento a la teta, pues había un enorme montón redondo de piedras y arriba – como coronándolo- otro pequeño túmulo que le tapaba la estirada pata fascista, a modo de pezón.

 

Volví a llorar otra vez, pero esta vez, solo de risa histérica. Me monté en el coche y me fui de allí – ya casi de noche- completamente empolvado, sudoroso, con las manos hechas mierda y absolutamente agotado.

Cuando llegué a la tienda, Santa y Tito Pepe, estaban preocupadísimos por la tardanza. Antes de que me preguntaran,  les dije…Ya está descansando en paz la pobresita!

No le dije la verdad a mi mujer hasta unos años después: Cuando ya estábamos casados y teníamos a Olivia, nuestra perra fox-Terrier.

 

 

P.D. Si queréis leer otra historia, pero esta protagonizada por Olivia, lo podéis leer desde aquí: Se llama: La noche de bodas de Olivia.

 https://fathergorgonzola.com/2009/03/21/la-noche-de-bodas-de-olivia/