UNA NOCHE CON FITO PAEZ….Y CON BOLINDRE

  

Todo empezó con una llamada de nuestro cuñado ofreciéndonos unas entradas para un concierto de Fito Páez en el Teatro Cervantes de Málaga. Putamadre!

 Empezamos Santa y yo a dar saltitos de gozo y júbilo tarareando el…Por la booca viiiiivel peeeezzz…….

 Cuando al rato nos damos cuenta de que ese no es el Páez sino el de los Fittipaldis. Chasco. A ver lo que nos ofrece el argentino. Recordamos algunas canciones de este y sus colaboraciones con  Sabina y Calamaro.

  Parecen el nombre de un bocata. Manolo!!!!! Ponme uno de Sabinas y Calamaros!!!! Y una servesita fresca!!!! Arfavó!

 Nos aventuramos a leer referencias del concierto en la red. Para situarnos.

 Buena pinta si que tiene: Siete músicos y el Flaco.

 Así que desechamos la visualización del partido en casa del inefable Girilín y nos vamos pal Cervantes.

 Media entrada en el teatro. Suficiente para darle ambiente al concierto. Además la inmensisíma mayoría de asistentes son argentinos. Me pregunto si habrá algún argentino todavía en Argentina. Aparte de los gallegos, claro.

 15 minutos de retraso. Nos distraemos Santa y Father en observar el público que se distribuye alrededor nuestra. Sólo oíamos… Boludo!!! Pelotudo!! Vós!!  Píbe!!!  Chifla boludo!!! Sabés chiflar??? Que padrísimo!!

  En ese momento, antes de empezar ,llegan por el pasillo –estábamos en el patio de butacas- tres chicas: una altísima, otra normalita, y otra bajita de cuerpo que se llama. Gordita, muy gordita….extremadamente gordita. Bolindre podríamos decir. Sandalias de tacón. Pantalón pitillo pegadísimo a un culo ciclópeo. Camiseta negra de tirillas que dejaban al aire dos michelines sobaquiles que se asemejaban  a algo parecido a dos albondigones.

 Larga melena rubiisima. De bote, of course.

 Se ponen dos filas más adelante que nosotros; y al hacerlo, solo le sobresale la melena leonina por detrás de su butaca. Nada que objetar por ahora……quince minutos de retraso.

 Quespera el boludo del Fito? Se pregunta un Argentino de la Provincia de Rosario, sin ir más lejos. De esta procedencia, nos enteraríamos mas tarde.

 Comienza por fin el espectáculo con el aviso por megafonía de que estaban prohibidas las cámaras… los videos y de que se apagasen los móviles.

 Salta Fito al escenario y una nube de flashes inunda la sala. De nada ha servido el aviso. Problemas de idioma, supongo yo.

 Inicia  Don Fito con un impactante y rockero Folis Verghet que hace que Santa y yo nos miremos y asintamos con la cabeza.Nos congratulamos, que espectáculo nos espera!!  No lo sabíamos bien; todavía.

 Nada más sonar el primer acorde. Da Bolindre un salto espectacular e inesperadamente ágil y comienza a dar saltos en la butaca ante la atribulada mirada de veinte personas a la redonda. A su redonda, nunca mejor dicho.

 Desde atrás –que es desde donde la veíamos- solo se veía una melena rubiiisima agitándose al viento coronada con dos bracitos regordetes que subía y bajaba alternadamente y una uñitas pintadas de negro que completaba el demoníaco espectáculo. Las mollitas del sobaco tenían vida propia

 El concierto sonaba magníficamente. Tres teclados (un grandioso Roland el del Fito) dos guitarras eléctricas, una acústica. Un bajo y una batería completaban el elenco. Seguía el concierto.

 El griterío de los argentinos de la sala acompañaban las canciones y, todo hay que decirlo, daban un magnifico ambiente

 Seguía desgranando Fito, muy amable y simpático, canciones una tras otra.

 Bolindre seguía saltando como una posesa. Sentada. Saltaba sentada al borde de la butaca y los que estaban a su lado saltaban involuntariamente debido al vaivén provocado por tan tremendísimo culo. Seis, al menos, a su derecha. Otros tantos a su izquierda.

 No se agotaba la joía! Saltaba y saltaba en su asiento, En el borde de su asiento. Ya todos los que la rodeábamos, estábamos mas pendientes del crack del moribundo asiento que agonizaba entre crujidos, que del propio concierto.

 Los cuellos de los compañeros de fila crujían también al compás de las culadas de la posesa Bolindre.

 Llega un momento de calma. Una preciosa canción: Te ví , que sosiega momentáneamente a la bahíta de cuerpo fan. Ser limita solo a levantar los brazos y balancearlos al aire acompasadamente. Los de los asientos de atrás, tendrían que estar cagándose en todas sus mulas. Encenderá un mechero también?

 Llueve sobre mojado….empieza el tema y Bolindre, salta de nuevo como un resorte, Esta vez ya de pié, entre las butacas, impidiendo la vista a los de atrás completamente. La joíaporculo no para de levantarse, sentarse, levantarse, sentarse, levantarse. Un puto resorte. Se sienta.

  El movimiento de los brazos provoca que por encima de la sisa de la camiseta negra de tirillas que lleva, asomen los dos michelines que se asemejan a las tetas del juicio.

 Salta, salta, salta…no para la ialagranputa. Salta, salta, salta. Es agotador solo el verlo. No para!!! Sigue saltando.

 Dormir contigo es estar solo dos veces. Es la soledad al cuadrado canta Fito, que de vez en cuando, miraba a la descosida y escocida espectadora.

 Coge Fito la guitarra. Guapo!!! Oye éste y aprovecha para dirigirle un comentario – Vós tené cuidado que serás la próxima!!!-  el patio de butacas ríe. Menos la fila de ella, que no solo está hasta los cojones de la saltimbanqui, sino que además, tienen todos un considerable dolor de cuello producido por el indeseado vaivén….Tortícoliss..Viste???

 Coge Fito la guitarra, digo, y se pone a chillar nombres de ciudades. Cada nombre que decía, cada salto que daba en el sillón la peliteñida de los cojones. Bolindre del diablo.

 Guitarrazo….La Paz!!!!…Crack! Restallaba la butaca

Guitarrazo…Buenos Aires!!!!!…Crack! crujía el asiento entre sollozos de terciopelo

Guitarrazo…Madrid!!!!… Crack! Chirriaba en maderamen

Guitarrazo…Rosario!!!! Gritaban como locos los de atrás. Ahí nos enteramos de la procedencia.

Guitarrazo…Venezuela!!!!…..Crack saltaba la puta pequeña langosta.

Guitarrazo…Máaaalaaagaaaa!!!!!! Crack! Crack! Crack!  No se como resistía el mártir sillón

 Y empieza un tema que nos pone los pelos de punta. Peliteñida incluida.

 Todo el  mundo de pié. Aprovechan los gorgonzolas, para quitarse de en medio a la saltarina bolindre y terminan de ver el concierto en la tranquilidad de la solitaria parte de atrás del patio de butacas. Oasis de reposo bolindrón.

 Salen unos minutos antes para tomarse unas cervezas con unas amigas que estaban esperando en un bar en las inmediaciones del Teatro Cervantes.

 Cuentan a estas la odisea de la satánica seguidora, cuando, en un momento dado, volvemos la cabeza y…Allí…Allí, estaba  la joiaporculo. Sentada con las dos amigas. Absolutamente derrengada en el sillón de una terraza de un bar. No sabía este de lo que se estaba librando.

 Al rato le ponen delante de las narices un enorme trozo de carne asada. Suponemos que será un bife de chorizo.

 Ajolá ze le atragante. Que decía Juan de Dios. Jaté!