DE JUAN MANUEL VILLALBA Y TODO LO CONTRARIO

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DE JUAN MANUEL VILLABA,

Y TODO LO CONTRARIO

Otra entrega –la segunda– de la serie de poetas elegidos y destacados por mi amigo el insigne dramaturgo y poeta Francisco Fortuny. Otra gentileza de mi amigo que, sirviéndose de la artimaña de la amistad, consigue arrancar a Juan Manuel Villalba unos poemas (uno de ellos inédito) para engrandecer la dotación poética de este blog.

Vuelvo a repetir y a considerar la enorme satisfacción que siento al poder hospedar a tan grandes poetas en este humilde sitio gracias a la influencia y a las buenas artes de mi amigo Curro.

Hoy tengo el placer de presentaros –primero la semblanza– una muestra del trabajo de Juan Manuel Villalba. Disfrutadla!!

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SEMBLANZA

Variaciones sobre un título de J. M. Villalba

Voy a hablar a favor de Todo lo contrario.

Todo lo contrario es un libro de poemas. Pero también es todo lo contrario: es un libro de prosa, porque es un libro tremendamente, trágicamente prosaico, como lo es la misma prosa de la vida.

Se piensa demasiado a menudo que la prosa de la vida es tema indigno de la poesía, que es, según cree el vulgo, todo lo contrario. Pero yo les aseguro que la verdad es todo lo contrario de eso.

Todo lo contrario, todo lo que nos es contrario en la vida, es, querámoslo o no, la sustancia primera de que se nutre la poesía. Porque la poesía es el non pus ultra de la inteligencia, y una inteligencia que no se para a contemplar la prosa de la vida no es inteligencia: es todo lo contrario.

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Pero todo esto no quiere decir que la poesía no sea posible en este mundo: más bien sucede todo lo contrario: este mundo no sería posible sin poesía, porque la poesía, en el sentido más ancho de la palabra, es la condición previa e imprescindible de todo proceso creativo: el sine qua non de toda creatividad.

Y el Universo es creativo: el Universo, del que formamos parte y a cuyas leyes estamos sometidos, evoluciona, es temporalmente creativo; ergo la poesía, condición previa y sine qua non de toda creatividad, es condición previa y sine qua non de este universo, la posibilidad de su existencia y de su continua trasformación evolutiva.

Pero a menudo se piensa que creatividad es algo necesariamente positivo, feliz, gozoso. Y no: suele ser más bien todo lo contrario. Toda imperfección implica algún grado de sufrimiento, y la única perfección posible está en la esterilidad simétrica de la Nada. La creación rompe esa simetría, destruye esa nada, y ninguna destrucción es gozosa; es todo lo contrario. Lo cual nos sirve para explicar por qué la vida, la conciencia, en cuanto nacidas (“delito mayor”), creadas a base del cadáver de la nada y sus secuaces, es todo lo contrario de la felicidad. La vida es sufrimiento, y el libro de Juan Manuel Villalba, Todo lo contrario, es sufrido y solidario testimonio creativo de lo mismo.

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Pero Todo lo contrario, pese a todo, no es un libro desesperado o desesperanzado: es todo lo contrario. Es un libro que se enfrenta valientemente con el tormento de vivir y lo convierte en materia de una creatividad que da lugar al nacimiento de un vástago del Universo creativo: la obra de arte: un libro que convierte el dolor en belleza, como hiciera Orfeo y como hace todo verdadero poeta: visto el dolor, la angustia de vivir, los personajes que lo representan se yerguen dentro de los poemas, y esos personajes son reflejo del autor sin ser el autor, son sus ficciones, símbolos plásticos de pinturas poéticas hechas a base de palabras en vez de pigmentos.

Y esa pintura verbal es bella. Pero no es que sea bella porque representan cosas bonitas; no: más bien es todo lo contrario: el tema de los cuadros puede ser feo, pero el cuadro es hermoso, porque los colores están dados con la maestría del maestro del pincel verbal: cada adjetivo, cada acento caen en su sitio de una manera tan perfecta que la nitidez absoluta de la imagen es inevitable. Los poemas son bellos porque son tremendamente significativos, y la significación es la tarea más alta y profunda de la inteligencia.

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Se produce así, entre realidad e imagen verbal, una simetría especular tal, que la simetría que se perdió o se pierde con el acto mismo de la creación de la materia, la vida y la conciencia queda restituida por la creatividad artística, dándole a la fealdad de la materia prosaica y cotidiana, sede del sufrimiento, su única posible razón de ser: la de convertirse en todo lo contrario de sí: materia de belleza artística, fuente de significación.

Esa ha sido desde siempre la labor del poeta, aunque hoy día haya poetas que se empeñen en todo lo contrario.

Gracias a los cielos, o a las leyes dinámicas del Universo que permiten la creación de poetas auténticos, hoy y aquí podemos disfrutar del poeta de Todo lo contrario.

 

Los poemas:

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FURTIVOS

El miedo aleja a los furtivos
de los tibios senderos de los bosques,
los dota de una sombra pesada y delatora,
pone nombre a sus rostros apagados.
Persigo a los furtivos. Es mi oficio.
Conozco sus caminos y artimañas,
conozco a sus esposas, a sus hijos,
con muchos celebré la Navidad.
El amo me encomienda que persiga
y expulse de su tierra a los furtivos,
que dispare sin miedo contra ellos:
no hay piedad ante tantos criminales
que profanan la tierra de sus muertos.
Trabajo y obedezco. Disparo sin descanso
contra las sombras altas de los árboles,
apunto hacia las nubes que traspasan
la noble propiedad de mi señor;
detono por los valles la escopeta,
levanto polvaredas de gorriones
en los claros minúsculos del bosque.
El amo me interroga cada noche,
camina por su hacienda en mi mirada.
Me recuerda que espera resultados
y me exige valor y diligencia.
El amo ya no caza, está muy viejo,
se pudre día a día en su sillón.
Me humilla y me amenaza con el hambre.
Yo tengo la escopeta entre las manos.

(De “Todo lo contrario”)

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LIMBO

El mar tan agitado como el sueño
de un marino en mitad de travesía,
lugares conocidos, otros sitios,
la impresión que producen al llegar:
aquí estuve yo en el futuro
de una vida que no me corresponde.
Veo pelear dos gallos bajo el aire
negro del cobertizo, lanzo rupias
o escudos portugueses, cualquier cosa
que anime la pelea. Miro a un hombre
con aspecto probable de ocultar
enormes tatuajes en el cuerpo,
historias que el pasado ha detenido
en el mapa imborrable de la piel.
Y atardece durante muchas horas,
los lagartos se esconden en palmeras
y huyen del crepúsculo agotado.
Yo soy de este lugar y estoy mintiendo;
entro en sitios con nombres de ciudades
que creo conocer. Pero fue antes,
mucho antes de morir al otro extremo
del mundo: aún estaba vivo, solo.
Yo tenía razón, no estaba loco
ni bebido en la sombra de mi cuarto.
Yo tenía razón, el mar no existe
aunque los perros ladren en la playa.

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SIN LUNA 

(Inédito)

Aléjate, descansa de la luna
que más tarde será viento brillante
castigando a los árboles sin tregua.
Los cubre con su plata envejecida.
Aléjate de su luz lenta, cruda,
que pretende mentirte silbando en tus oídos
igual que un niño enfermo y contagioso.
La luna trae puñales disueltos en el aire
que quieren engañarte con sus cuentos.
No hagas caso. La luna te seduce,
te quiere como un alma en su bolsillo,
hipnótica y confusa, te quiere para sí.
La luna es la antesala del desastre,
la alfombra de las ráfagas de viento,
del cielo y sus maldades, mandando un canto frío
que rapte tu descanso y mine tu confianza.
Yo así lo aprendí, aléjate y no mires atrás.
La luna es un invento de alguien que escribió.
O nada o luna, elige con premura,
no mires hacia arriba, no caigas en su pozo
igual que yo lo hice, no puedes permitirte
beber de su crueldad. No mereces permitirte
estar tirando versos media vida
igual que yo lo hice cayendo en su locura.
Si acaso, de reojo, salúdala con tiento,
respira y disimula. La luna es el comienzo
de mil noches de tinta malgastada,
de miles de problemas sin respuestas,
de versos y delirios confundidos
por no escapar a tiempo de su ojo nuclear.
La luna ha envenenado este poema,
yo quiero protegerte, salvarte para siempre.
Déjame a mí la luna, libérate sin miedo.
Mi caso está perdido. Tú aún estás a tiempo
cargando entre mis hombros su blanca tempestad.

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JUAN MANUEL VILLALBA

Juan Manuel Villalba

Madrid/Málaga, 1964. Ha publicado los libros de poesía “Húmeda Húmeda Alcoba”, Dip. de Málaga 1984; “Fondo”, Pre-Textos 1992; “Todo lo contrario” Pre-Textos 1997; “Indignación” Pre-Textos 2002, y el libro de relatos “Un Mundo Secreto” Pre-Textos 2001. Incluido en las antologías “Poesia Espanhola de Agora” Relógio D’Água” 1997; “Feroces” DVD 1998; “La Generación del 99” Edit. Nobel 1999. Ha colaborado con asiduidad en las secciones de opinión de varios diarios y en revistas especializadas.

Nota: Todas las imágenes que ilustran esta entrada son obras de la artista Colette Calascione

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