LOS YUPPIPOLLAS,
LOS TRIUNFADORES
Y LOS TONTOS DE SIEMPRE
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Si se quiere, se pueden sacar conclusiones positivas de las crisis que hemos y estamos padeciendo. Es un ejercicio de buenísima voluntad y de optimismo, porque… ¿Que queréis que os diga? Es lo que nos queda. Y el efecto más positivo, os cuento, es que ha habido una profunda limpieza general en el país, de imperecederos tontos del nabo y de irremediables piojos resucitados.
Los llamados Yuppipollas y los llamados Triunfadores. Para quedar, después, con cara de haba… !!!Los Tontos de siempre!!!
Me explico: El mejor ejemplo higiénico, purificador e higienizante de las últimas crisis que llevamos pasadas -y estamos pasando- es , sin lugar a dudas, la cantidad de pamplinas y empresarios de medio peo (si, he dicho peo) que nos hemos quitado de encima. Grá y adiós! Que decía Carmen Sevilla. Aquellos que salieron -los años anteriores a las crisis- con la idea de comerse al mundo antes de -pretendiendo encumbrarse ellos- hundirse con él. Lo digo con rencor e inquina, sobre todo, por el desprecio que demostraban estos imbéciles a las clases trabajadoras y profesionales. De cualquier categoría.
Veréis, lo que quiero decir…Vámonos a las postrimerías de la Crisis del 92. A esa la llamaremos “La Crisis del Yuppipollas”.
En aquellos años -cercanas Olimpiadas en nuestro país- surgió una nueva especie de animal negociante, llamado: Yuppie. O lo que es lo mismo: “Ignorantes, aunque sobradamente preparados ” El que no era Yuppie en aquellos tiempos, podía considerarse un fracasado absoluto. Un pobretico sin título, inventado y por la cara, que llevarse a su tarjeta de visita.
Así lucían: Peinaban pelo cortísimo –y a pesar de eso- engominado hasta la textura de un almendrado comprado en calle Nueva. Vestían traje negro de chaqueta – mejor si era de marca pseudo italiana del Corte Inglés- y rutilantes zapatos imitación de Castellanos. Corbata de topitos y camisa celestona. Por supuesto, agenda sobaquera atiborradísima de datos, direcciones y teléfonos de Luis Buitrón. Dicho sea de paso, era el mismo uniforme que usaban en Bodas, Bautizos y Comuniones. Lo que inducía a la duda de si estaban asistiendo a un enlace matrimonial -pongamos por caso- o si estaban vendiendo una magnífica y súper necesaria colección de enciclopedias de la famosa editorial ¿Que passa, Calpe?
En aquellos tiempos, antes del crack del 92 de pamplinas emperifollaos, se hablaba, con una inconsistente soltura de grandes negocios y proyectos y del devenir de las nuevas tecnologías aplicadas a los estudios de mercado, (aunque fuesen humildes vendedores de Enciclopedias) con una familiaridad pasmosa.
Existían también, Oh desdichados! los Tontos de siempre. Solo había que observar los bares del Centro por la noche para darse cuenta de que las cazadoras de pana, los pantalones vaqueros y la ausencia de corbata, no sólo estaban proscritos, sino muy requetemalisimamente vistos. ¡ Estos Tontos de siempre… son unos desgraciados! decían mirándonos los trajeados yuppies representantes de comercio con su copa en vaso de tubo en la mano y moviendo una pata al son de la música.
Todo esto, con un desprecio notorio hacia empleados, funcionarios, médicos, abogados, administrativos o autónomos. -porque debemos de meternos todos- que, horrorizados, contemplábamos como pasaba por delante de nuestras vidas la oportunidad única -de ser Yuppies exitosos y adinerados- y dejarla pasar. Nosotros: Los tontos de siempre. Sniff. Buá!
Llegó la crisis y los Yuppies se fueron directamente a tomar por el culo. Agenda incluida.
Continuamos…
Llegamos a los años anteriores a la nueva crisis del 2007 que aún todavía dura. Valga la “repugnancia”. Aquí nos viene “La Crisis del Triunfador”
Son aquellos años del falso esplendor, de riqueza sin fin (ein?), y de trabajo para todos. En ese tiempo surgió una nueva especie urbana llamada: Los Triunfadores.
Los Triunfadores, peinaban pelo cortísimo –y a pesar de eso- engominado hasta la textura de un almendrado comprado en Paguís oh lálá! . Vestían traje negro de chaqueta – esta vez, si de auténtica marca italiana Armani , aunque también del Corte Ingles- y zapatos rutilantes (esta vez auténticos) marca Todd’s. Por supuesto, Black Berry de última generación. Para las bodas bautizos y comuniones, disponían de otras vestimentas de lujo e incluso chaqué -que por cierto les sentaban fatal a la mayoría- para demostrar el falso postín del que disfrutaban.
Esta fauna estaba compuesta por individuos semejantes a los otrora Yuppipollas de la Generación del 92, pero con la diferencia que ahora TODOS, eran promotores noveles, constructores noveles, enchufados sobradamente preparados, especuladores sin corazón, y políticos insultantemente untados. Cuando no, todo a la vez.
Todo esto, con un desprecio notorio hacia empleados, funcionarios, médicos, abogados, administrativos o autónomos, –porque debemos de meternos todos- que, horrorizados, contemplábamos como pasaba por delante de nuestras vida la oportunidad única de ser Triunfadores exitosos y adinerados, y no poder serlo. Los tontos de siempre. Sniff. Buá! otra vez.
¡No se si os suena!
Sigo…
Ahora, la mitad de estos Triunfadores, o están arruinados, o cargan con inasumibles hipotecas imposibles de pagar (*) Pero ahora…Ahora, los que nos sentíamos unos desarrapados y unos desgraciados por no habernos subido al autobús de éxito de los Yuppies y Triunfadores, sino que nos conformábamos con ser -simple y llanamente- trabajadores y profesionales, que solo queríamos cumplir con nuestros cometidos y arreglarnos con lo que ganábamos -fuera mucho o fuera poco- ahora resulta, digo, que somos nosotros, los Tontos de siempre, los que debemos de pagar los cristales rotos por esta pandilla de imbéciles que no supieron estar en el lugar que les correspondía. Bancos innobles, incluidos.
Así que… Además de habernos comido sus miradas por encima del hombro, sus ínfulas, y sus comentarios despectivos, ahora… ahora tenemos que pagar los platos rotos de estos hijos de la grandísima pata. (pata, realmente va con primera u)
Quedo tranquilo de todos modos, porque -hoy voy y me entero- de que los ilustrísimos Sres. Diputados, han votado a favor -todos en comandita, que es como debe de ser- de viajar en preferente; no se vayan a quebrar sus delicados siesos maníos.
Es, desde luego, como para denunciarlos a la policía. Si, a esos mismos que les quitan frutas y patatas a los vendedores ambulantes -que se están buscando la vida- y se las quedan para ellos. ¡¡¡País de sinvergüenzas!!! ¡Ejincreiiible! Que diría el rizos Bisbal. ¡¡Jíncreiiible!!
(*): Juro que conozco casos de profesionales de la albañilería que -construyendo pisos para verdaderos promotores profesionales- adquirían un par de esos pisos para especular. Ahora se comen los pisos y las hipotecas con papas. Bueno…sin papas. Ni mamas (porque los avalaron)
…///…
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