DERMOESTÉTICA MASBELLA

 

“DERMOESTÉTICA  MASBELLA”

-CENTRO DE BELLEZA CORPORAL Y  ESTÉTICA-

Se anuncian, incansablemente, las campañas publicitarias de los institutos de belleza en cada una de las ciudades -costeras o no- seis meses antes del verano. Justo después de las comilonas navideñas (hay que ir preparando el tipín) para atrapar a las incautas y , sobretodo, para ayudar a que la operación “Bikini” sea un éxito sin precedentes.

Es decir, se trata de superar el éxito sin precedentes del año pasado. Y ese pasado éxito sin precedentes del año pasado, al del antepasado éxito sin precedentes del antepasado año. Así que, suponemos, que después de seis años de tratamientos, la paciente es -al día de hoy- absolutamente irreconocible. Y no queremos con esta aseveración sentar precedente, pues no nos parece procedente. No se si me explico bien o me estoy liando.

Hagamos, para enterarnos, una sucinta descripción de la parafernalia esteticista y sus funestas consecuencias en el cuerpo humano para que sirva de ejemplo:

Usaremos a modo de prototipo a la angelical Maríloli. Vecina que es del Camino de las  Pirámides, cerca de la Avenida los Guindos. 52 años. Deseparada hace ya algún tiempo de su marido.

Se levanta Mariloli una mañana, pasadas las últimas navidades, ciertamente mosqueada.

Pues observa ante el espejo con estupor, que una verruguita mínima que tenía desde siempre encima del labio superior, está  coronada con un insolente, inhiesto y largo pelo negro. Se aterra de inmediato! y tras consultar a tres o cuatro amigas, ya debidamente recauchutadas y pasadas por láser, se decide ir a la Clínica Dermoestética “Masbella!!”  para que le quiten criológicamente el verruguín y ya, de paso, el puto pelo que tan feo le queda. Que eso de la verruguita es mú malo por lo del sol; y el aditamento piloso, no queda muy apropiado para la edad que tiene. Para que negarlo.

Se dirige pues a la reconocida y renombrada clínica  estética “Masbella!!” recomendada por sus recauchutadas amigas.

Escena Primera: Le abre una preciosa recepcionista que viste cortísima e impoluta batita blanca  -con una tarjetita prendida en el pecho donde se puede leer: “Rocío del Carmen Gutiérrez  Pérez-Medina. Auxiliar de Clínica”.Una chica, todo hay que decirlo, atribuladoramente atractiva y despampanante.

Dispone Rocío del Carmen de unas tetas absolutamente caídas hacia arriba con una turgencia que se adivina desde lejos. Los labios, dos rodajas de tomates frescos y maduros son; y, complementan al guayabo, un culito la mar de respingón y textura similar a los melocotones: es decir: por dentro carne rosada y por fuera pelusica.

Acompañan al conjunto, una piernas esbeltas y unos muslámenes tersos y morenos con pelusica rubia también. Calza manoletinas blancas. Uñas a la francesa moderadamente largas.

Edad de la auxiliar: 19 añitos de nada. Por supuesto er chichi se le supone (como el valor en la mili) rasuradito a la brasileña; es decir, como si fuese un bigote fascista pero en vertical.

Podríamos decir que para el trabajo que desempeña, es el reclamo perfecto. Rocío del Carmen Gutiérrez  Pérez-Medina; una monada de niña.

La gordita de la verruguita, queda abrumada ante la visión de la belleza descomunal de la chiquilla de dientes blancos y perfectos que -con una cautivadora sonrisa- le está diciendo, subliminalmente, que si no está como ella es porque no quiere. Porque ella, Rocío del Carmen, era hasta hace poco de trabajar aquí, casi igual de rechoncha y desproporcionada. En el pelo de la verruga ni se fija.

– Buenas   tardes, dice Mariloli: Que venía yo –continúa-  por un tema de una verruga…

– Si! Un momento, Flap! Le interrumpe el bombón de cortita y ajustada bata, que enseguida la plapso. Pase a la sala de espera por favplap!

Quince minutos después  -tiempo suficiente para que Mariloli nerviosa, se lea la infinidad de títulos de especialidades estéticas que cuelgan en las paredes de la sala de espera y expedidos en la República Dominicana- la hace entrar en una sala monísima de la muerte donde la psicóloga del gabinete, la hace sentarse frente a ella.

Escena segunda: La psicóloga, muy jaquetona ella y de profusa conversación, dispone de tetas tipo mostrador bajo una bata con botón a punto de ser disparado, ojos abiertos hasta el asombro a causa del abuso de bótox y labios Flap-Flap. Es decir esos labios carnosos y desproporcionados que emiten ese ruido al hablar. Maquillada a lo Monet.

–         Flap! Buenas Tardesss! Le dice. Que Flap! estamos? Siéntese, por flapvor!

–         Mirusté –dice Mariloli- que yo venia a por lo del retoquito… (pensando en la verruguita y el pelo incipiente)

–         Claro! La interrumpe. Viene por lo de los pechos caídos, verdad? Flap!

La otra se queda estupefacta. Pssseeeinn?  Estoooo…yoooo…Responde atónita Mariloli.

– Y por lo del codiguito de barras de encima del labio, verdad? Jijiji, Flap!

-Buenoooo…responde la atribulada y futura pacienta, yo en realidad a lo que venía era, precisamente, por lo de la playa y el pel…

Comprendo…. Las cartucheras! La interrumpe de nuevo la infalible Psicóloga. Flap!

No!  No! responde la otra. Por lo de…

El vello púbico. Claro que si! Desde luego no hay nada mas feo que esos pelucones que sobresalen por las ingles en la playa. No se preocupe que le vamos a dejar el potorrito como el de una puberte. Como un San Luís, vamos. Flap, flap.

A esas alturas, Mariloli, está absolutamente apesadumbrada y con un complejo -tal y como dicen los teólogos- del copón.

Pero, Flap! no se preocupe que tenemos un paquete veraniego que le cubre todas esas necesidades de cara al verano.

– Rocío del Carmeeen!! Dice mientras pulsa un botoncito en la pared.

Entra la enfermera maciza y le dice: Tráeme los formularios para mi nueva amiga Rosamari.

– Mariloli, dice la otra,;

– Eso…Para Rosamari, es que tengo una cabeza! Flap!

Escena tercera: Media hora más tarde –y tras hacerle firmar a Mariloli un cúmulo de impresos-  hace pasar a la atribulada señora al despacho del Doctor para la consulta magistral.

Se levanta el Doctor. Impecable; con sonrisa Profidén y un moreno rayos UVA.

– Pase, pase, Rosamari.

– Mariloli, dice la otra.

– Eso. Pase, pase Marirosi, es que son tantas las pacientas…

– Póngase detrás de ese biombo y desnudese completamente, por favor, le dice con una sonrisa tan taimada como blanca nuclear.

– Oiga! Que yo solo venía a…

– Calle, calle, Rosaloli!

Rocío del Carmeeen! La Polaroid!! Y la tira tres fotos a Mariloli posando en bolas para que sepa con quien se juega los cuartos. Que si no paga, las fotos pal Facebook.

Hala! Le dice el médico, pase Ud. por caja que mañana mismo empezamos el tratamiento. Un momento!!! Rocío del Carmeeen! (Y pone las manos en plan cirujano dispuesto a operar) Las pinzas!!….MMMMmmm espereee…ya!!!! le he quitado un pelito que le estaba saliendo en el lunar; ese tan monísimo que tiene encima del labio. Sabe que le queda muy Marilyn?

Hala! Hala! Hasta mañana!

Escena cuarta y última: Pasan seis meses. Mes de agosto. Playa del Lavashoshos en la Malagueta. Junto al Restaurante La Moraga de Dani Martín. Mariloli esta tumbada en la toalla junto a tres amigas.

Toma el sol, aunque protegiéndose debajo de una sombrilla. Las tetas son dos medios balones de Rugby de tiesos y duros. Neumáticos. Los labios se asemejan a dos plátanos maduros que le ocultan cuasi la boca. Dos enormes media lunas rojas custodian los muslos por la parte interior haciéndole feísimo; muy cerca de las ingles; y coronando uno de los plátanos que configuran la boca, la verruguita -desplazada hacia la oreja- con un pelo enorme que  sobresale orgulloso de haber sobrevivido al calvario.

Que! como se está a la sombrita? Le pregunta un conocido a Mariloli…

Fenomenflap! Contesta ella. Fenomenflap!

Y mira hacia el horizonte, con un deje de tristeza en la mirada.