NAVIDADES FAMILIARES

NAVIDADES FAMILIARES.

 

Todo el que me conoce sabe que no soy nada dado a lo iconoclasta. No soy adorador de imágenes ni de símbolos. Huyo de lo extremista que me parecen determinadas actitudes. Ácrata espiritual.

Soy, sin embargo, un admirador ferviente de demostraciones “religiosas” que con el tiempo que nos acontece, son confundidas con épocas de consumismo desaforado.

Me gusta la Semana Santa. Ver los tronos y las cofradías desfilar por las calles abarrotadas del Centro de Málaga. Me gusta y mucho, pero sin llegar al extremismo del” capillita” o incluso al personaje que va, rayando el patetismo, detrás de las bandas musicales de las procesiones grabando la marchas que estas interpretan. Son estos personajes los denominados: Tontos de Capirote.

También me encanta la Navidad, aunque reconozco que la provocación  del consumismo innecesario es exacerbante.

Me encanta pasear por los mismos lugares que meses antes están ocupados por los desfiles procesionales.

Tampoco caigo en la exageración del amor incondicional, los buenos deseos hacia aquellos que durante el resto del año me importan un cojón de mico. Me joden los que saludan a los vecinos, antes ignorados,  amablemente , y aduciendo la celebración de la llegada al mundo del Niño Jesús, se cogen unas terribles  melopeas en nombre de la Fe. Son estos personajes los denominados :Tontos de Nacimiento.

La Navidad tiene en mi un sentimiento de nostalgia que se renueva cada año. Trato de inculcar valores de comportamiento ético a mis hijos .Con el mío propio. De respeto en el  modo de actuar en la vida y de preparación futura. Pero también tengo especial interés y cuidado en que no pierdan las costumbre familiares que será una parte de la herencia que les deje. Remembranza familiar.

Las primeras navidades que recuerdo, con inmenso cariño, son las de mi segundo hogar de mi niñez.

Los primeros ocho años de mi vida transcurren en la céntrica casa de la Plaza de los Mártires,17. Nos mudamos de dicha casa, digo, a Calle Pinos situada en un incipientísima nueva urbanización en la zona de La Victoria: Barcenillas. En las cercanías del Santuario de la Patrona de Málaga.

En esa época solo había dos edificios rodeados de campo. Y estábamos situados , los antes  citados, en la falda del Monte de Gibralfaro. Los pinos del monte , llegaban casi hasta nuestra casa y en la época navideña era un maravilla poder observar los días lluviosos, desde el salón  y al calor del brasero de cisco, el manto verde del enorme pinar y coronando el monte el Castillo de Gibralfaro que le daba nombre.

Se daba la circunstancia que la cara sur del Monte de Gibralfaro era propiedad de la familia, así que cuando llegaban estas fechas, subíamos los hermanos atravesando el monte hasta llegar a casa de Tía Lourdes y Tío Matías, (Tioma) para que este ultimo cogiera su hacha y cortara el pino mas bonito que habría de adornar nuestra casa cada año. Cañada de los Ingleses.

Mi Tío Ignacio, que vivía con nosotros, al igual que Abuelita, -que tiempos aquellos en que los familiares eran acogidos en los hogares y no relegados a la residencia de turno- continúo… Tío Ignacio y Abuelita, al igual que mis padres, tenían la costumbre de darme una paga semanal . La cuota le llamábamos en la casa.

En cuanto recibía la cuota, salía corriendo hacia la Plaza de La Merced donde si instalaban unos puestecillos de Navidad donde compraba con verdadero placer figuras de barro para conformar un Belén o Nacimiento que con los años llegó a ser precioso. Mas aun cuando mi padre encargó al ayudante del famoso escultor malagueño Pimentel, una recreación  en escayola del paisaje de Belén incluyendo montañas y el Pesebre.

Esta recreación preciosa, se perdió para siempre, no así las figuras que volvieron a mi poder al ser encontradas en lo mas recóndito de un trastero de mi hermana Lourdes con motivo de una mudanza.

La fragilidad de las figuritas -eran de barro- había provocado que algunas de estas perdieran algún que otro miembro conformando una suerte de Belén paralímpico, Incluso uno de los caballos de  determinado Rey Mago sufrió la misteriosa amputación del hocico, quedando desde ese momento bautizado con la denominación de Caballo Cocainómano. Lástima que no hubiese sido camello. Perfecto le hubiera quedado el apelativo.

Esta foto es de hace algunos años ,pocos, del Belén de referencia que hasta hace cuatro años instalaba en el Salón de mi casa, Ya los niños son mayores y me limito al Árbol, guirnaldas y adornos variados.

Sigo con la niñez navideña. .Parezco un Dickens de pacotilla. Cuento de Navidad.

El adorno del árbol recién talado, era un acontecimiento familiar ; se hacia té caliente y empezábamos a elaborar pascueros de papel Pinocho, si pintaban piñas ,recogidas en el pinar cercano de purpurina dorada.

Ramas de Algarrobos también se convertían en oro a base de pinceles. Los penachos de ramas de pinos se mezclaban con naranjas cachorreñas conformando unas preciosas guirnaldas ,que aún, algún año he recreado en mi casa actual.

La cena de Navidad era un verdadero acontecimiento en mi casa..Se reunía la familia paterna en torno a una mesa que ,de manera distinta a la de hoy día, se comían las famosísimas croquetas de mi madre, las enormes fuentes de chanquetes fritos que nuestra Tata: Manola-una madre para mi, pues entró en mi casa cuando yo tenía dos años- freía a petición de mi Tío Antonio que venia desde Valencia cada año con mono del pececito de marras. Preciosa mesa que ponía mi madre. Sopa Viña AB y albondigón.

Venía Tío John –el marido americano de Tía Pilar- Venía nuestro insigne tío poeta y escritor :José María.-mi padrino- y cuando todos estos llegaban a mi casa solíamos recibirlos con el Pequeño Tamborilero de Raphael sonando en el Picú.

A los postres empezaban los cánticos y la sempiterna borracheruza de cognac de Tía Pilar. Tioma  tocaba con maestría y cantaba  verdiales de los Montes de Málaga (tenia su propia  Panda de Verdiales) y Tía Lourdes cantaba al alimón con mi hermana el Minuit Chretiens que todos oíamos con deleite.

Los Christmas Carols americanos sonaban sin parar. Bing Crosby y Frank Sinatra, Harry Belafonte y Burl Ives. Nat King Cole.The Bells Of Christmas (Greensleeves) siempre me emociona profundamente el oir esta cancion a Sinatra, siempre. Tiempos pasados.

La tómbola de la Plaza de José Antonio-así se llamaba en aquella época- el acudir a ver las cabalgata de Reyes desde los balcones de familias amigas en la Calle Larios ,la Noche de Reyes. Ilusión a borbotones. Pastorales recorriendo las calles.

La depresión post-navideña. acompañada de la obligación de la vuelta al colegio, hacía este periodo de vuelta a la normalidad ,en cierto modo, insoportable.

Todas estas tradiciones, como he dicho antes, han sido trasmitidas por mi a mis hijos.

Cada año, salíamos mi hijo y yo -Santa y Cris se quedaban montando el Árbol y las guirnaldas en casa- salíamos ,digo, mi hijo y yo al monte cercano a mi casa (ahora que lo pienso, siempre he estado arropado por un monte en toda mi vida aunque ahora este se llama San Antón) y nos acercábamos a una zona llamada Lagarillo blanco donde nos proveemos de musgo y piñas, ramas de pinos y algarrobo, lentisco, tomillo y romero que conformaran la arboleda en miniatura del Belén. Naranjas cachorreñas. Tengo que volver a hacer esta sopa de naranja amarga.

Nada de plástico en el Belén. Solo vegetales. Corcho y barro. Piedra y luz.

Y cuando hacemos el montaje y acompañando la escena con chupitos de ron (antes whisky) a al son del White Christmas del Sinatra y de mi colección de música navideña, rememoro a Tío Matías y Tía Lourdes. Tía Pilar y Tío John. Tío José María. Manola. Hermanos y primos. Canciones de toda la vida que cada año se renuevan en la memoria..Y los echo de menos.

El recuerdo se adorna también de ausencias. Cada día mas.

Solo espero que la misma pasión que pongo cada año en adornar mi casa y mi vida en Navidad, le haya calado hondo a mis hijos. El recuerdo de su infancia ya no los abandonará nunca . De eso, ya me he encargado yo.

FELIZ NAVIDAD A TODOS,

 

MERRY CHRISTMAS!!!

2 respuestas

  1. Como cambies me cabreo!!!!!!!!!!

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  2. Me has hecho revivir la niñez, también íbamos al campo a recoger musgo, ramitas de cualquier arbol, piedrecitas para encauzar el rio… Una de las figuras que más me gustaba era la del tío cagando, ¿no es costumbre por estos lares? Después, cada semana, los reyes se acercaban un poquito al portal, las otras figuras cambiaban de sitio (solo algunas)… Sin sacar las cosas de madres (sin fanatismo, como dicen algunos), es una parte del año muy bonita.

    Feliz Navidad

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