¡¡¡MIERDA DE LUNES!!!

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MIERDA DE LUNES!!


“Los lunes siempre son largos y aburridos.

 A poca gente le apetece levantarse de la cama e ir a trabajar.

Sin embargo, hay que comenzar la semana con el mejor ánimo,

 con mente positiva y con ganas de afrontar nuevos reto”

 

(Y una Polla, como una olla!!!)


Lunes, Lunes, Lunes… Mierda de Lunes! Todo lo malo que ha sucedido en este mundo, que sucede y sucederá, tiene al Lunes como día fijo de serie. ¡¡Lo que yo te diga!!

Eva dio a probar a Adán el fruto prohibido el Lunes, justo después de que Dios se echara un ratito a descansar. Es por eso, que los Domingos no se trabaja y el Lunes es mal día para ir al mercado de abastos.

Sara esposa de Lot y sobrina putativa de Abraham, quedó convertida en sal por cotillear y mirar hacia atrás contraviniendo la orden del Jefe Supremo. Por eso, en el Jardín de los Patos de Málaga (lugar de reunión de sátiros, lujuriosos y lascivos) no es buena costumbre -y está muy mal visto- el mirar hacia atrás cuando te chiflan.

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La Peste Negra, que asoló Europa en 1948 -estoy convencido- comenzó en Lunes. El Titanic, el probo transatlántico, chocó un Domingo 14 de Abril de 1912, ¿Pero cuando se hundió?  En Lunes! La pandemia de la Gripe Española de 1918…En Lunes, seguro! Incluso, creo que a Rajoy le ofrecieron eso de ir cabeza de serie por el PP un Lunes. Por lo que podemos colegir, teniendo en cuenta todos estos datos, que el Lunes es el más puto, sádico y denostado día de la semana.

La Insoportable crueldad del Lunes que diría Kundera.

Bob Gedolf  -líder de The Boomtown Rats– solo obtuvo antes de dedicarse a organizar conciertos benéficos, un éxito: I Don’t Like Mondays; donde se narraba la historia de una angelical chiquilla que se dedicó a tirotear su instituto (mató a dos e hirió a muchos con un rifle regalo de su inefable padre) porque realmente, lo que le pasaba, era que no le gustaban los Lunes a la  Angelito mío! La íadelagrandísimaputa.

Lunes tristes y miserables en los que te fallan las fuerzas para empezar a terminarlos. Lunes agotadores y abrumadores  donde el despertar es una afrenta al espíritu del ocio. ¿No os habéis dado cuenta de que no se está mejor metido en la cama – tan plácida, descansada y confortablemente- como un mezquino y desdichado Lunes por la mañana?. ¿No habéis caído en que Sábados y Domingos (por eso de la costumbre) te levantas a la misma hora de siempre por la imposibilidad de estar más tiempo en la cama, y que llega el Lunes y el sueño es insufriblemente placentero y deleitoso?

Puto Lunes. Repulsivo, repelente, nauseabundo e irritante Lunes.

PESTE

En Lunes tuvo que nacer mi jefe. Y también caen -en este primer día de la semana- todos los Lunes habidos y por haber, De eso, si que estoy completamente seguro. El día en que la Infanta Elena se fijó en su esposo el jiráfido Duque Empalmado fue Lunes. Y un Lunes, antes de las tres de la tarde, crucificaron a Cristo después de que un Domingo de Ramos, entrase en Jerusalén a tó mecha, tó enterao Él, a lomos de una burra.

Fue a últimas horas del Domingo cuando Noé dijo aquello de “Parece que va a llover mañana”  Y también fue en Lunes cuando se inventó esa frase hiriente para los ojos, que dice “ola ke ase”.

Pero vosotros, os preguntaréis extrañados y curiosos… ¿Y que le pasa al Father Gorgonzola de los cohonness con los Lunes?

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Pues bien… lo cuento.

Present Day. Hoy: Lunes, 25 de Febrero de 2013. 07.15 A.M.

Me levanto con el ánimo hundido porque así, el primer día de la semana, lo requiere. Sacando fuerzas de flaquezas, me dirijo al cuarto de baño, inicio y termino el rito de la ablución y el desalojo de sobrantes. Me visto y me dirijo a la cocina para el delicioso café que me proporciona, amablemente, mi Dolce Gusto. ¿Ola ke ase? Le digo al artilugio cafetero sin poderlo remediar. Pongo pan en la tostadora, pues hoy no tengo previsto desayunar en la calle. Espero relajado y animoso -a pesar del día- a que salga el café apoyado, displicentemente, en la encimera de granito situada encima de una isla en la cocina.

De súbito -yo os digo que es Lunes- ésta se desplaza  abrumada por mi singular majestuosidad. La encimera, como cinco centímetros de ancho, se desplaza irremediablemente. Doy un respingo hacia delante, acorde con mi legendaria y mítica agilidad, y recompongo la encimera en su sitio correcto. Al hacerlo, la puta encimera choca contra dos azulejos de la isla, me los despega, y me los tira al suelo. La jodimos.

Maldigo a la Diosa Selene (Diosa de la Luna y, por consiguiente, de los putos Lunes) y me pongo a recogerlos. Un ruido semejante a un churrichurrichurri, me indica que el café -del cual me había olvidado completamente- y ya desbordado de la taza, corre alegremente por la encimera y cae en una mala muerte de cascada marrón sobre el suelo entarimado de la cocina. Chof…chof…chof…chof…

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Ostiapu!!! Exclamo abrumado por las circunstancias, Ostiapú!!! Y atrapo un rollo de papel absorbente de cocina (abandonando los azulejos) para evitar que el tsunami de café con leche llegue hasta el salón. Cuando ya parece que las desgracias tienen clemencia con mi espíritu, una humareda y un terrible olor a quemado llega a mi olfato procedente de la tostadora. Ostiapú! Repito atolondrado. Ostiapú! Ostiapú!!

Saco las martirizadas tostadas del crematorio, las raspo con un cuchillo para quitarles el resquemor que sentían hacia mi persona y hacia mi descuido, y empiezo la operación mantequilla.

Las bajas temperaturas que nos ocupan estos días, ponen muy tensa a la mantequilla, y estas, no ayudan mucho en la operación que consiste en untarlas debidamente en las achicharradas. Ya se sabe, que están a  temperatura ambiente. Es decir, fría de cohoness.

Nada más empezar a hacerlo, estas, se resquebrajan en mil pedazos provocando una incontenible lluvia de migas quemadas que dejan el suelo- ya de por sí pringoso- hecho un mar de chapapote.

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Lunes. Execrable, irrepetible y maldito Lunes.

Ñri…ñri…ñri…ñri…me voy pisoteando -y dejando un rosario de huellas parduscas en todo el camino- hacia el salón para desayunar un café frío en una taza pringosa, ¿llegas tarde o ke ase? … Unas quebradizas tostadas coronadas de témpanos de mantequilla y un reconfortante vaso de agua fría que me ayudan a tragar los tres Tranxilium 10 que me han de socorrer en este miserable Lunes que, despiadado, se me presenta.

Me voy blasfemando en arameo. Pidiéndole a la repelente Diosa Selene, que me proteja – aún más si cabe- de la bronca que me deparará la otra Diosa Fortuna cuando mi mujer entre en la cocina y compruebe, estupefacta, el estropicio indescriptible que le he ocasionado de forma tan tempranera como involuntaria.

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Puto Lunes!!! Execrable, irrepetible y maldito Lunes. Ya te digo.

Que le den, Ke le den muy mucho… ¿o ke ase?

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