APOLOGÍA DE LA INMADUREZ.
Tengo que reconocer, que algún componente de inmadurez debo de tener aferrado en mi personalidad y en mi carácter. Afortunada y dichosamente.
Y digo eso de afortunada y dichosamente, porque desdichado e infeliz es aquel que es viejo prematuro, que no se guarda en la faltriquera restos de la infancia pasada; incluso, diría yo, aquel que se siente lejano y trasnochado en cualquier época de su vida. Debe de dejarse eso, para el momento en que se encara la decrepitud mas inevitable e irreversible. Esa de la luz del final del túnel; el diñe que le llaman.
El espíritu, debe de- para conservar la salud, física y mental, mas o menos domeñada- intentar permanecer siempre unos años por debajo de la edad biológica. A pesar del peligro existente de que los envidiosos te llamen justo eso: Inmaduro.
Mirusté; Yo Grá y Adiós, tengo que reconocer que soy algo inmaduro. Lo suficiente como para que todavía me emocione viendo brincar de nuevo a Tintín de la mano de Spielberg. Es más, aun conservo y tengo expuesta en mi despacho- ese que está rodeado de muros de Afectos- mi colección de tomos y lomos de tela de colores del amigo del etílico Capitán Haddock.
También, como es natural una fantástica colección de muñequitos de capa y espada; algunos Cow Boys y sus coetáneos nativos norteamericanos que se llaman ahora los indios de toda la vida. De Asterix (más sus libros al completo -originales- por supuesto) y, como no, un nutrido y carísimo (zuputamadre!) muestrario del elenco del ya tres veces citado reportero belga.
Pero ítem más que dicen los picapleitos: Conservo colecciones de tebeos históricas y de álbumes de cromos de cuando yo era un pezqueñin (Si alguna vez lo fui) En fin… Creo que ya estoy dando bastantes muestras de mi inmadurez, isn’it?
Pero…otro ítem más para gozo y algarabía de los de la gran puñeta: Todavía disfruto como un enano cuando veo alguna historieta animada de Bugs Bunny, Correcaminos o el diablo de Tasmania. Que decir de la lagrimilla huérfana con Popeye o Félix el gato. Moriría por Tiroloco McGraw. Cualquiera de los antiguos de Hanna Barbera o de la Warner antes que Disney.
Esta bien decir que tengo algún DVD de estos personajes? No sería demasiado vergonzoso que -para escarnio de mis hijos, que se burlan de mí- confesase que tengo (en DVD) la película de Los Tres Cerditos?
Lo sé; afortunada y dichosamente, soy un inmaduro. Pero estoy feliz de serlo, aunque si me lo propongo, mirusté, puedo ser un perfecto íolagranputa; porque para eso no hay que estudiar, sino observar detenida y atentamente a tu alrededor. Sobre todo a los medradores y rapiñadores de la clase política.
Hay muchos viejos prematuros, mucha alimaña suelta por ahí rodando, empeñados en que perdamos la ilusión.
En que sólo estemos preocupados por una futura –y ya casi presente- sociedad del malestar que se lleva gestando hace ya unos cuantos años. Por eso, en este blog, esos tontopollas, no tienen cabida para la crítica que se merecen.
Porque estos, ya tiene bastante con vivir (de puta madre casi todos, eso sí) en su propia ruindad y miseria moral. Del cuento mas descarado y descarnado que existe. De nuestra malgastada y dilapidada confianza
Siempre me gustaron los personajes de cuentos. Esos personajes desgraciadísimos con finales terribles, o que en el mejor de los casos, acababan empachados de comer perdices; que, por otro lado, debe de ser un asco.
Brujas envenenadoras. Enanos que trabaja a destajo en las minas. Niños proclives a la diabetes por mor de casitas de chocolates. Ogros caníbales. Madrastras crueles y envidiosas. Reyes y asesinos a sueldo… ¡¡¡Que delicia!!! Hasta los soldaditos eran de plomo y los patitos feos.
Pero, como soy un inmaduro, y no me creo, que la gente esté pensando que estos personajes estaban desaparecidos, observo con estupor, que aun siguen jodiendo al personal. Solo hay que darse una vuelta por cualquier partido político sean del color que sean las cortinas que decoran las ventanas del salón su casa ideológica.
Para que sepáis que todavía existen cuentistas expertos (de los de verdad) os he preparado esta selección de personajes victorianos; de dibujos que ilustraban libros de Jane Austen (Sentido y Sensibilidad) de Shakespeare (Las alegres Comadres de Windsor). O de J.M. Barrie (Ya sabéis, el autor de Peter Pan). Todos ellos, creados por Hugh Thompson. Mas que nada para que podamos apreciar primero, a los profesionales del ramo; y segundo, la belleza del dibujo de su autor. Personajes que vivían en las historias. No del cuento.
Si queréis ver esta preciosa selección de dibujos, que he realizado en esta presentación de Power Point, podéis descargárosla desde aquí:
https://skydrive.live.com/redir.aspx?cid=9b5ad4b7dbd9e872&resid=9B5AD4B7DBD9E872!2417&parid=root
Mas que nada para que veáis a los auténticos, no a los mercachifles de subvención y comisión (sea parlamentaria o no) que son los que ahora, nos producen pesadillas de las de verdad.
Está bien eso de ser un inmaduro. ¡Pá lo que hay que ver!
Mientras se descarga el archivo, podéis distraeros con esto:
Que lo disfrutéis!
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