JOAQUÍN CHIPOLA. PINTURAS

Joaquín Chipola.

Pinturas.

Lo primero que me gustó (y sorprendió) cuando -a través de mi querido amigo el Maestro Ángel Idígoras- contemplé una pintura de Joaquín Chipola, fue el enorme parecido que yo le sacaba a su trabajo con el otro de mi queridísimo amigo (esta semana se cumple un año de su Viaje a Ninguna Parte) Antonio Abril.

Lo segundo –e incido en el tema- es que la temática que ejerce Joaquín Chipola, me vuelve a llevar de la mano hacia, otra vez, mi querido amigo desaparecido.

Si a estas dos circunstancias, se les une la especial recomendación del Idígoras, mucho tiene que pasar y muy grave ( por ejemplo, un rescate económico en esta España choricera que desde el Lazarillo de Tormes (Fíjense Uds. en que ya empezaban los anónimos) no han dejado de esquilmar esta sufrida tierra que es nuestra atribulada España) para que yo no elabore una presentación en Power Point con las pinturas de Joaquín Chipola.

Dejemos lo desagradable… Y sigamos con el Arte. ¡Que más nos vale!

Si Joaquín maneja con una absoluta maestría los trazos que configuran y conforman a los músicos de Jazz, Antonio Abril lo hacía con los músicos de Blues. También ambos dominaban el universo mágico de los saltimbanquis y de los juglares. De los intérpretes del desarraigo.

Ciñámonos a Joaquín Chipola. A este enorme pintor, no tengo el gusto de conocerlo personalmente. Aunque como viene avalado por Ángel Idígoras, ya dispone-por lo que a mi respecta- del beneplácito de la amistad y del respeto artístico. Otro artista avalado.

Husmear por la obra de Joaquín Chipola, me ha llevado a pasear por una galería de personajes de especto desgarrado. Músicos atormentados por noches interminables de humo y alcohol. Figuras que llevan aparejadas -en el lienzo- el movimiento, e incluso si le prestas la atención debida, se  pueden intuir cánticos aunque sean de desesperanza. De resignación.

Unos paseos interminables por el delta del Mississippi o por los tugurios y locales del jazz de Bourbon Street en el Mardi Grass de Nueva Orleans.

Bailarinas náufragas en océanos de color. Magos y cómicos de la legua en mundos imaginarios. Caras de desconsuelo en casi todas las figuras que componen este cosmos musical de Joaquín Chipola.

El club de jazz, se hace color en este trabajo que ahora expongo auspiciado por el siempre garantizado aval de otro común que nos une en lo desconocido.

Joaquín Chipola! Pinturas.

Si queréis bajaros este trabajo, podéis hacerlo desde aquí:

https://skydrive.live.com/redir?resid=9B5AD4B7DBD9E872!2429

Que lo disfrutéis!!!

A %d blogueros les gusta esto: