La Buena Música
(de Father Gorgonzola)
The Weepies.
Hay veces que te encuentras entradas en el Facebook que son -en cierto modo- como sagas. Una retahíla de número incierto, con un tema común, que conforman un todo con un especial valor: Te ofrecen las preferencias del autor. Y eso -creo que sin pretenderlo- te dan, a veces, el ascua primera que desencadena eso que los espíritus libres buscan y llaman: La Inspiración.
Pongo dos ejemplos por si no me he explicado bien:
Uno)
Mi amiga Marisa Alonso, tiene -y mantiene- la particularidad de insertar en dicha red social (recordad que estamos hablando de Facebook) una preciosa, e insisto, inspiradora muestra de las mas fantásticas pinturas jamás realizadas por los artistas del pincel: “Buscando el Cuadro más Bello del Mundo” se llama. Y esa colección, me ha llevado en mas de una ocasión a realizar alguna entrada en mi Ateneo’s Alas Consecuencias de este Blog. La Inspiración , ya te digo!
Dos)
La misma circunstancia se me dio con otro amigo: Ángel Idígoras. Este tenia un cierta recurrencia en insertar canciones que estaban inspiradas -fíjate que casualidad- en pintores. Fue de esa manera, buscando una canción inspirada en un pintor, y que yo quería regalar al Idígoras, cuando llegué a Chagall a través de The Weepies.
Así que esta entrada va dedicada a estos. A The Weepies.
Mi querido y admirado Juan Gámez en su página “El Explorador Celeste” dice de ellos:
“The Weepies es un dúo de Massachusetts compuesto por dos cantautores: Deb Talan y Steve Tannen que en 2001 se encontraban desarrollando sus carreras individuales. El caso es que se admiraban mutuamente y cuando se conocieron, intercambiaron ideas y decidieron unir sus fuerzas para componer canciones y cantar juntos. Editaron un álbum independiente antes de fichar por Nettwerk que hasta la fecha les ha editado 3 cd’s entre 2006 y 2010. The Weepies es un término peyorativo, sinónimo de películas románticas que hacen llorar. Su música es muy simple: melodías conmovedoras sin llegar a ser cursis, interpretadas con voces, guitarras acústicas, bajo y batería y vestidas con arreglos nada recargados.
The Weepies son la simplicidad hecha arte. Sus canciones tratan de amores perdidos o inalcanzables, envueltas en melodías brillantes e interpretaciones sentidas que compensan el desánimo producido por las historias contadas. Incluso los relatos más tristes, ofrecen esperanza por sus melodías luminosas y sus empastadas voces.
Esta es una muestra de sus trabajos. Que los disfrutéis.
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