(Extracto de «La balada de la muchacha que curaba los espejos»
del libro LA LLUVIA PROMETIDA de Juan Miguel González)
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Hay circunstancias en la vida –oportunidades que se llaman– que no debiéramos de dejar de pasar ante nuestras narices. Momentos que tendríamos que –siendo medianamente despiertos y avispados– estar al loro de la conveniencia y la oportunidad del acudir al acto que nos avisan.
Suelo recomendar pocas cosas en esto de las redes sociales. Más que nada, porque cada uno es de su padre y (sobretodo) de su madre; y yo no me arriesgo a la crítica o a la reclamación. Pero eventos haylos que, por eso de la excelencia, no puedo dejar de comunicar a mis íntimos y aconsejarles la asistencia. Sugerencia y admonición le dicen los profesionales del apercibimiento. «Noselopierdan» que le llamo yo.
El grupo musical «Sólo un Momento» es un interesantísimo colectivo cultural; una amalgama ilustrativa de las más bellas de las Bellas Artes: La música, la poesía, el teatro y la danza … Un compendio de disciplinas artísticas que, cuando el grupo se reúne sobre el escenario y realiza su performance, transmiten a sus oyentes la delicadeza y la elegancia de su inspiración y su talento.
No se prodigan demasiado. No! (siempre lo digo porque es verdad) Pero cuando lo hacen y actúan (¡no les hace falta, maldita sea!) es un hito en la cultura, el mestizaje y la ilustración en una Málaga que está por lo que vale en cuanto a eso de ser líder en manifestaciones artísticas progresistas, rompedoras y vanguardistas.
Cada concierto de «Sólo un Momento» es una ocasión única para congregar a lo más granado de la fauna palpitante de esta ciudad; en especial, a todo el conjunto de ciudadanos que tienen inquietudes artísticas y culturales. De aquellos que se estremecen ante la manifestación de lo hermoso, de lo exquisito y de lo estético. Yo recomiendo encarecidamente asistir a este espectáculo. Más que nada, porque el día menos pensado que dejen de actuar, entonces llegará el rechinar de dientes de aquellos que no me hicieron caso y dejaron de ver en directo a un grupo muy especial. Muy peculiar y diferente. Distinto a todo lo que por aquí se presenta. Puedo asegurarlo.
Aprovechen esta oportunidad. Gocen de un directo fresco, insolente y rozagante. Viajen a las tierras de la ensoñación y de la fantasía. De las letras de los poetas más notables de estos lares. De la música más personal y exclusiva. Déjense acunar –me lo agradecerán siempre– por las ninfas del Arroyo de las Campanillas.
El próximo día 30 de este que nos ocupa, se subirán en lo alto del escenario de La Cochera Cabaret. Y se suben, más por ellos –para darle rienda suelta a sus impulsos estéticos– que por nosotros (su público). Porque «Sólo un Momento» –maldita la falta que les hace, no sé si lo he dicho alguna vez, que creo que sí– de vez en cuando, bailan, cantan, y actúan; y nos regalan, esos instantes y esas experiencias que les da vida y que le proporcionan la vitalidad necesaria para abstraerse y soportar la ignominia perversa de estos miserables días de necedad y estulticia que nos están tocando vivir por mor de los de siempre.
El viernes 30 de junio, a las 22:00 H. estarán en La Cochera Cabaret, invitados por La Sociedad de Blues de Málaga.«Noselopierdan».
Me llamó –hace ya unas cuantas semanas– la rubia azabache Suzette Moncrief para comunicarme la intención de organizarle un Tributo–Homenaje al bueno de Lito Fernández este próximo sábado día 27 de Agosto coincidiendo con su cumpleaños.Pasado mañana.
Me dijo que guardase el debido silencio sobre este proyecto hasta que no estuviese más o menos enjaretado; no saben ustedes, el trabajito que me ha costado el cumplir mi palabra.
Lito Fernández; amigo ante todo –y colega desde que uniformábamos por la Madre Patria en verde caqui– es también –no digo nada nuevo– uno de los mejores músicos de blues de este país y una de las mejores personas que conozco.
No es nada fácil que casen bien el genio, el talento, la excelencia en la ejecución y el dominio absoluto sobre un instrumento –en este caso, la guitarra– con la modestia, la llaneza y la humildad que siempre he disfrutado y compartido con nuestro querido amigo el músico. Lo digo, sépanlo ustedes, con conocimiento de causa. Lo digo, otra vez, desde esa atalaya de certeza y convencimiento que me permite la amistad que comparto con el maestro desde hace ya más de ocho lustros que es lo que vienen a ser unos cuarenta y dos años con sus picos más o menos.
Puedo asegurarles que nunca, jamás de los jamases, en este largo espacio de tiempo, he visto a Lito regañar, reprender o enfadarse con alguien, si no fuera o fuese, por algún motivo grave o por imponderables de la profesión. Nunca ha sido destemplado o desacorde (esa palabra no entra en su vocabulario) gratuita o vanamente. Yo, sin ir más lejos, le he brindado alguna que otra ocasión para el oportuno tirón de orejas; y esa pesada culpa, la asumo con más dolor por mi parte que reconvención por la suya. Los grandes, ya te digo, Rodrigo, son así de generosos y misericordiosos.
El Viernes 27, Lito cumple años (63) y sus amigos nos vamos a reunir en aquelarre musical para –con la participación de esa banda de fieles golfos apandadores que son los componentes de la Sociedad del Blues de Málaga (comandados por Javier Martín Aguilar), la impresionante e inimitable Free Soul Band y –como no podía ser de otra manera– su excepcional Blues Band, rendirle un merecido homenaje al Maestro.
Allí estaremos una inconmensurable legión de colegas; de amigos y admiradores; de artistas renombrados en todas las disciplinas. Gente del buen malvivir codo con codo con escritores, con poetas y con cantantes ilustres. E ilustrados. Músicos por doquier. Compañeros de viaje del homenajeado. Tipos y tipas (seamos paritarios) que habiendo tenido la fortuna de haber compartido parte de su existencia con el Genio, no querremos perdernos la oportunidad única de demostrarle al amigo, nuestro más sincero afecto y nuestra más inquebrantable amistad en este acto tan especial. Manifestándole, otra vez con nuestra presencia, que seguimos queriéndolo como siempre. Más que nunca. Más que nunca desde el tiempo infame (ya pretérito afortunadamente) de la pérfida mala salud. Y sí! Lo siento mucho. Que se joda el Litón!!! Porque allí estaremos todos muy a su pesar; agobiándolo con el beso y con los abrazos; con esas palabras de devoción que tanto le abruman y apabullan; admirándolo como siempre lo hemos admirado. Ahora, con más razón que nunca, porque entre todos – nosotros con el ánimo y él con su entereza– le hemos cortado las orejas para siempre al reputo lobo y le hemos propinado dos buenas patadas en el culo mandándolo a tomar el viento fresco para que le vayan dando muy mucho por el mismísimo espinazo al agorero animal.
Ahora mucho más que nunca, ya os digo, y hasta el final de los tiempos de cada uno de nosotros, estaremos con él. Y este sábado –en la Plaza de La Nogalera de Torremolinos, a partir de la 21:00– nos reuniremos para decirle, otra vez, que no le vamos a permitir, para nada, que nos vuelva a intimidar con la velada amenaza del silencio. Te aseguramos, querido amigo, que no te lo vamos a permitir.
Lito. Por muchos años más!!! Por muchos años más!!!
El pasado fin de semana, tuve, como todos los años, el placer de asistir a la esperada Fiesta Veraniega que celebran mi querido amigo Fernando Cumpián y su mujer la deliciosa Eli Luque. Decir que estas fiestas, son –cada una de ellas– la perfecta combinación de diversión, jarana y manifestación artística, sería quedarme muy corto. Artistas de diversas disciplinas, se reúnen en torno a una piscina junto a la cual, se instala un escenario vegetal y en éste se ubican toda clase de instrumentos musicales que se ponen a disposición de los asistentes para realizar diversas actuaciones y sus posteriores jam sessions para deleite de los que nos atrevemos a subirnos y, sobretodo, a compartirlo con reconocidísimos miembros de la escena musical de Málaga.
No pocas copas hay que tomarse para atreverse a compartir tablas con guitarras míticas como son Lito Fernández y Perico Ramírez. Tocar con Ramón Baena, Ángel Céspedes o Jesús Ramos. Con todos los demás componentes del grupo «Sólo un Momento» y que pertenecen a ese clan ilustrado, culto y erudito que es la familia Cumpián a la que tan unido me siento.
De esa noche, me han remitido unos cuantos archivos sonoros correspondientes a una improvisación que realizamos cuando ya los vapores invadían (y empañaban) mi sentido del ridículo. No hubiese colgado este, de no ser porque que el ego me nubla la vista y la razón, porque tocar con los referidos no sólo es un honor y un placer, sino que representa para mí, un regocijo y una satisfacción extraordinaria. Algo que sólo se da pocas veces en la vida. Una vez al año en esta época estival, en la que los «divinos» dejan que se acerquen a ellos el resto de los mortales para beber el Néctar y que cumplan sus empeños más deseados .
La banda en esta improvisación está compuesta por:
Guitarras: Lito Fernández y Perico Ramírez. Bajo: Jesús Ramos. Batería: Ramón Baena. Teclados: Ángel Céspedes. Voz primera parte: Ami Cumpián. Voz segunda parte y Armónica: Father Gorgonzola.
Se suelen prodigar poco. Por eso, cuando deciden dar un concierto, este es recibido con albricias, regocijo y satisfacción por parte de sus seguidores que no somos pocos. Cada uno de los diez componentes del grupo «Sólo un Momento», cada uno digo, son artistas multidisciplinares y, además, con profesión propia; de modo y manera que no necesitan sus habilidades estéticas, teatrales y musicales para su «modus comendi». De ahí sus contadas apariciones encima de los escenarios y por ende el interés y la expectación que levantan entre el público aficionado a la música, al teatro, a la danza y a las letras (especialmente escogidas de entre los mejores poeta malagueños de hoy y de siempre) cuando, por fin, se deciden a regalarnos su show en directo.
El sábado 20 de Junio a las 22:00 en la Sala La Cochera Cabaret -y organizado por la Sociedad del Blues de Málaga- tendremos una oportunidad especial y singular de poder disfrutar de un espectáculo único y diferente de lo que estamos acostumbrados a ver encima de un escenario. On Stage.
El excelso Poeta Juan Miguel González del Pino, escribió en su día, una semblanza del grupo después de su memorable actuación en el Teatro Echegaray de la ciudad de Málaga que ahora podéis leer a continuación. Para poneros en antecedentes de lo que se avecina el próximo sábado.
Totalmente recomendable.
LA REBELIÓN DEL BUEN GUSTO
El hombre al que quebranta una tos muy antigua, lamenta no haber podido asistir al concierto de “SÓLO UN MOMENTO”, en el Teatro Echegaray. Aunque quién sabe si envió su ectoplasma dado la inusitada ocasión de semejante privilegio estético. Este hombre fue informado al día siguiente de la actuación de dicho grupo, por un sensible y culto espectador, José Antonio Quesada que, con ánimo sereno y penetrante, no escatimó, sorprendido, sinceros elogios a la excelente actuación y puesta en escena de tan singular y ecléctica banda.
Ya era hora de que alguien se levantara contra la larga tiranía de la mediocridad que tanto padecemos. ¡Enhorabuena y ánimo!. Frente a la cochambre hegemónica de coleguillas subvencionados, ¡la insurrección de la delicadeza¡; contra la plaga de advenedizos trileros, ¡la noble apuesta por la belleza!; frente a tanta voraz ramplonería monotemática, ¡la rebelión del buen gusto!
Hace casi media eternidad que conozco a Auxi Toro y a Ami Cumpián. Ambas damas postulan no la utópica y sangrienta revolución permanente trotskista, si no la creación amorosa y diaria que aconsejaba Juan Ramón Jiménez. Auxi viene de los goliardos, de Jorge Manrique, de Quevedo, de Goya, de todos los romanticismos, de Valle-Inclán, de Artaud, del surrealismo, de Ionesco, de Gutiérrez Solana, de la copla española, de Gómez de la Serna, del fado lisboeta y de Emilio el moro. Posee un corazón tierno y vehemente, atemperado por esa dulce melancolía tan propia de los espíritus íntegros y delicados que nunca olvidan que “el niño es el padre del hombre”.
Ami, a quien conozco menos, es más evanescente, con ese laconismo un poco inglés del Grupo Bloomsbury. Esbelta y sensitiva, distante y serena, siempre me ha parecido un trasunto de los artistas prerrafaelistas, con algo de la exquisitez decadente de los hermanos Rossetti, Dante Gabriel y Cristina. Para esta distinguida dama, la filosofía del arte por el arte sigue siendo tan necesaria y cotidiana como el canto del petirrojo.
Del resto de los componentes del grupo ya iré avanzando mis daguerrotipos líricos conforme vaya adquiriendo mejor conocimiento de ellos.
El hombre al que la lluvia lo devuelve a la infancia, da gracias a la caudalosa amistad de Álvaro Souvirón, que una vez más ha hecho acopio y labor de la mejor escuela de cronistas. Espléndido su blog; contagiosas sus palabras entusiastas; evocadoras las bellas imágenes de tan inolvidable efemérides.
Gracias a todos por creer en la libertad, la justicia y la belleza, ideal impulsor de toda verdadera aventura del espíritu. Gracias por haber entreabierto la puerta para poder vislumbrar al unicornio, aunque haya sido SÓLO UN MOMENTO.
Mezclen Uds. en un vaso enorme unas generosas partes de creatividad, inventiva e imaginación. Añádanle bastante de inspiración y de talento. Súmenle muchísimas horas de experiencia, maestría y destreza; y obtendrán, como feliz resultado, un producto que sin ser nuevo es innovador. Algo que sin dejar de ser eficiente se fortalece con lo enérgico, con lo perdurable y con lo vigoroso. Algo aislado de lo comercial y de lo habitual. Estoy hablando de los amplificadores de válvula y productos que fabrica mi amigo Juan Antonio López, propietario y máximo artífice de Lica Vintage.
Juan Antonio fabrica en su estudio–taller de Algarrobo Costa en Málaga unos aparatos únicos y especiales que son el complemento perfecto para el guitarrista de blues. Para el aficionado a la música en general. No es, miren Uds. el recurrente “renovarse o morir” no es eso. Es darle la vuelta a algo ya inventado para engrandecerlo; para embellecerlo hasta transformarlo en una posesión enormemente apreciada. Algo que quedará sin duda, como un clásico renovado y mejorado (envidiados los afortunados poseedores) por mor de la técnica de este afanoso artista. Mi amigo Juan Antonio López es una especie de luthier dedicado a la fabricación de unos inimitables y fantásticos amplificadores a válvulas que conjugan no sólo el sonido típico de las pasadas décadas sino que los dota de una estética moderna, rejuvenecida y fresca que los hace inconfundibles al dejar las tripas al “aire” mediante su caja transparente de metacrilato. Además, si así se quiere, los personaliza debidamente; yo he podido ver el del maestro Raimundo Amador y el del más que maestro Lito Fernández; y puedo asegurarles que no dejan indiferente; ni en cuanto a aspecto; ni en cuanto a sonido. Algo singular, exclusivo e inimitable.
(Lito Fernández usando el amplificador)
Juan Antonio empezó en los años setenta, con las válvulas; siguió en los ochenta con la electrónica de consumo, y desde entonces hasta ahora, sin parar, con las válvulas. Tiene diseñado siete modelos de High End y cuatro para instrumentos. Y lo que sabemos que tiene que venir. Son amplificadores de Boutique, hechos a mano punto a punto, técnica de montaje de los años cincuenta y sesenta. Unas maravillas que son –y ahora me repito– únicas e irrepetibles. Sonido crudo, así lo definen todos los que lo han probado. Es decir, ese tono que buscan la gran mayoría de los músicos. Pero no se crean Uds. que es cosa baladí el trabajarlos, me cuenta; porque el bicho chivatea todo fallo que se comete. Aún así los que los han probado, los prefieren a otros amplificadores fabricados en serie. Le prometí a Juan Antonio hacer una referencia a sus artículos. En este blog –que huye de la publicidad y no permito referencia alguna a productos que se puedan comercializar– hago una excepción y muestro sus creaciones. Porque así se lo prometí –ya te digo– y porque así yo lo quiero. (Raimundo Amador con su amplificador personalizado)
Uno que lo es, ha tenido la fortuna y el placer de asistir a – no demasiados, es verdad– conciertos, donde al alimón, han coincidido encima del escenario José Fernández y Pedro Ramírez; o lo que es lo mismo: Lito y Perico.
Podría hablar del uno y del otro, pues los dos son grandes y antiguos amigos. Podría loar a cada uno de ellos por sus capacidades como músicos; cómo compañeros vitales. Podría hablar también de sus características técnicas en cuanto a su magistral forma de tocar la guitarra, pero no lo voy a hacer; porque la intuición innata de uno, el talento compositor del otro, la enorme destreza en cuanto a la ejecución del uno y del otro son sobradamente conocidas por todos los me leen; pues ambos, han salido repetidamente referenciados en este blog con sus bandas: The Lito Blues Band y Tabletom.
Complementos directos son. A veces, también, circunstanciales.
Ahora –y para despedir el robado mes de Abril– mis amigos se suben juntos en un escenario para, recreando a los clásicos, enfrentarse en un duelo de guitarras que nos llevará, a sus admiradores que somos todos, a ese deseado cruce de caminos de las autopistas 49 y 61 en Clarksdale con Robert Johnson o a la California de las Madres del Invento de Frank Zappa entre otros lugares.
El día 30 de Abril, en la Cochera Cabaret, podremos disfrutar de tan alto evento; acompañado –cómo no podría ser de otra manera– por una selección de la élite de músicos que conforman las bandas de las que ambos son núcleo y germen principal.
Allí nos veremos los de siempre; la crema y la nata de los oidores de buena música de esta ciudad que, desde hace tantos que no me atrevo a señalarlos, venimos siguiendo a estos dos excelsos músicos. Juntos o por separado. Dos de los mejores guitarristas de la escena española. Y me quedo corto acotando tanto el territorio.
Tiempo hace ya que no inserto ninguna recomendación musical en este blog. Es hora de remediarlo.
Y lo vamos a remediar con un grupo minoritario. Un grupo del que, a pesar de su longevidad encima de los escenarios -llevan en activo desde 1970- este que os escribe, no tenía ni la más remota idea de su existencia.
Encuadrados dentro del estilo folk-pop, realizan una música tan sencilla como encantadora, lejos de complicaciones tanto instrumentales como vocales. Sencillez, pero muy eficaces y agradables en dichos lances. Sonido algo ingenuo y humilde. Espontáneo.
El grupo, formado en su natal Gateshead (Reino Unido) por Brian Hume, su mujer Irene y Ian Vardy. Más tarde Chris Ringer se unió a ellos como bajista. En los videos que vais a ver ahora, también los acompañan Steve Cunningham y Paul Hooper.
Prelude aún siguen dando recitales (no creo que conciertos sea muy apropiado) en los círculos británicos del folk y el pop mas fresco y natural. Mondo y lirondo. Por eso, precisamente, me gustan.
Los temas incluidos en los videos, pertenecen a su ultimo trabajo discográfico (tienen publicada una extensa discografía): “The Belle Vue Sessions”. Estos videos empiezan con un minuto de disertación explicativa por parte de cada uno de sus miembros. Dejadlo correr o pasadlo hasta que empiece el tema musical. Ya veréis cómo os gustan y no defraudan.
Va a ser que voy que tener que dividir esta entrada en dos partes bien diferenciadas. Dos partes con un nexo común: El concierto que ofreció Mark Knopfler en la Plaza de Toros de La Malagueta el pasado sábado 27 de Julio de 2013.
Un previo primero, y después, para terminar, la crónica del concierto. Un concierto que he tenido la suerte y el privilegio -impensado y casual, pero anhelado – de haber asistido.
EL PREVIO.
Hacía ya un año -demasiado tiempo para un desasosegado e inquieto rabo de lagartija que soy- que tenia yo conocimiento de la celebración del concierto de Mark Knopfler en Málaga. Lo adelantado de la fecha primero y después el alto precio de las entradas y de los adminículos -taxis, tapeo y cervezas; las entradas, copas e imprevistos- me desanimaban cosa mala. La cosa, ya se sabe, está como está.
Pero no puedo, a mi pesar, evitar ser un animal inquieto y desasosegado. Nervioso hasta la exageración y la angustia. De modo y manera que cuando la «reconcomilla» y el remordimiento, el sentimiento de pérdida de la ocasión única, desplazaron de mi mente la precaución y el recelo hacia la desmesura económica, las entradas, ya se habían agotado. Totalmente. No había la más mínima posibilidad. Agotadas; ya te digo.
Me maldije cruelmente por mi indecisión e indeterminación en un caso tan excepcionalmente ilusionante para mí. Una oportunidad, que yo -dejándome de milongas- debería de haber previsto con antelación suficiente. Perderme la actuación en Málaga “del zurdo que toca con la derecha” y yo permanecer tranquilo, impávido e impasible en mi casa? Era una circunstancia dolorosamente impensable. Los nervios me devoraban. La inquietud -estoy seguro- y el abatimiento, se habrían instalado en mi ánimo -con una fuerza insoportable- hasta por los menos, un par de años desde la celebración del concierto.
A dos meses vista, acudí a mi ángel de la guardia de ultimo recurso (AGUR); alguien a quien aprecio sinceramente: Mi queridísimo amigo Luis “Toro” Bravo. Sabiendo que es el dilecto padre de la Diputada de Cultura de la Excma. Diputación de Málaga, y creyendo –ilusa e ingenuamente- que las cosas eran como antes de los antes, llamé a mi amigo para ver si pudiera hacerse con dos entradas para el concierto. Ese concierto que ya -por la circunstancia de que estaban agotadas las entradas- me producía los estertores de la no presencia. De forma irremediable. “Money for Nothing”.
Dos meses que se me hicieron eternos. Las noticias del AGUR llegaban con desalentadora escasez y parsimonia; y las que llegaban, iban pintadas de negrura y tenebrosidad en cuanto a previsiones de éxito. Espantosa e insoportable era la situación. Tensa la espera. Mecagontó!
Aconteció, por primera vez, que la guapísima diputada Marina Bravo -¿aún no habéis vistos sus ojos?- disponía -como es natural- de dos entradas invitación para ella y su costillo. Aconteció, por segunda vez, Oh gracias hados del destino! que esta pareja estaba invitada a celebrar un bautizo en el que ella actuaba de Madrina! Gracias también a Cástor y Pólux, dioses romanos preferidos míos que son!; Así pues, de esa manera, se abría la posibilidad de que yo pudiese ir al concierto acompañando al padre de la criatura. Perdón; de la Diputada.
Aconteció, por tercera y maldita vez (que ya está bien de acontecimientos!!) que mi amigo fue también invitado con su Santa al mismo bautizo antes citado. Así que las invitaciones, Oh perverso, pérfido y vil destino, quedaron desleídas de forma indefectible e invariable en el caldo de la decepción y de la angustia. Perdidas como lagrimas en la lluvia una vez vuelto del más allá de la constelación de Orión que últimamente está muy visitada.
El día del concierto, yo reposaba, desencantado; conformado y desilusionado -a eso de las cuatro de la tarde- con la resignación por montera. Sabía que se me había escurrido de entre los dedos, la última oportunidad de ver al de Glasgow en directo. Con la presentación de su primer disco doble que había estado oyendo atentamente durante mese por si acaso de daban las coordenadas especiales necesarias. Además, uno de sus mentores J.J. Cale, había fallecido por la mañana. Intuía yo homenaje por parte de Knopfler hacia otro de mis imprescindibles.
De pronto, recibí un mensaje de texto: “los milagros existen; tengo dos entradas para ti”
El corazón me dio un vuelco.
Repítemelo!, le dije… y dos? Dos!! Luisss? La foto la recibí un minuto después. Vente a por ellas!!! me dijo. Otro vuelco del desbocado.
Me levanté de la cama como un resorte oxidado que soy, le dije a Santa lo que pasaba. Nos duchamos, nos vestimos, cogimos aprovisionamiento de ron, y casi sin resuello, allá que nos fuimos a casi 25 Km. de distancia a recoger el preciado salvoconducto hacia el paraíso de sonido y luz.
Nada más salir a la autovía me para la Guardia Civil. La cagems tots dije para mí en prefecto catalán. Cuando bajo la ventanilla me dice el agente que continúe el camino que solo era una comprobación sobre nosequé de un accidente. Otra prueba de los dioses a mi poca paciencia.
Vaya susto que me han dado Uds.!! , le comenté… y me fui cantando muy bajito por si acaso. Sigo mi camino y -por fin- llego a casa de mi amigo.
Nos hacemos foto de rigor demostrativa del logro…
Me aprovisiona de agua fresca para la vuelta. Me hace jurar crónica escrita del concierto y nos desea que lo pasemos bien y que lo disfrutemos. Asegurándonos con la boca más chica que yo haya visto en mi vida, que si! Que si le apetecía mucho ir al bautizo en vez de al concierto. Así, que para pagar la deuda contraída, eso es lo que estoy haciendo ahora. La crónica precedida por este previo.
A las seis y media de la tarde llegamos a Málaga. Nos encaminamos para hacer tiempo al templo Cumpián donde ordeño debidamente a una Chivas de 12 años. Y nerviosos, a eso de la ocho y treinta de la tarde, nos encaminamos hacia el coso de la Malagueta. A ver la inmensa e ilusionante faena que se avecinaba.
Quiero dar las mas efusivas gracias a mi querido amigo Luis; a su hija Marina, porque sin saberlo ellos, me han proporcionado una de las más inolvidables veladas musicales de estos últimos años. Un concierto que figurará en los anales de mi recuerdo junto a los entrañables de David Byrne (Talking Heads), The Police, Génesis, Rolling Stones, Bob Dylan y Paul Simon entre muchísimos más. Entre muchísimos muchísimos más.
Mi más encarecido agradecimiento!!
EL CONCIERTO.
“Me gusta tocar las viejas canciones.
Yo las escribí y a la gente le gusta escucharlas. Tan sencillo como eso”.
(Mark Knopfler)
Abandonamos Casa Cumpián con un puntito muy adecuado para acudir a un concierto de estas características.
Lo primero que observamos otra vez ( yo lo habíamos hecho a eso de las seis de la tarde) era los cuatro enormes trailers de equipo que traía el Knopfler (dispuesto estaba ya en un enorme y suntuoso escenario); las largas colas de antes, ya habían desaparecido; recuérdese que aún faltaba mas de una hora y media para que empezase el concierto y que, además -cosa que agradezco- no había telonero petardo.
Quiero indicar que la organización fue perfecta. Los acontecimientos acaecidos en Madrid, parece ser, han puesto un poco en orden las cosas en tanto y en cuanto a los aforos y sus correspondientes y proporcionales entradas a la venta.
Los espacios de pista (ruedo) y gradas, estaban perfectamente delimitados; de modo y manera que los de gradas no podían acceder a pie de escenario y viceversa. Así que, aunque lleno absoluto, en el coso nos disponíamos con anchura y comodidad. Pudiendo abandonar nuestro sitio -casi en primera fila- cuando queríamos para ir a repostar cervezas, y, después, poder volver cómodamente a tu sitio anterior.
La fraternidad se presentó con el encuentro imprevisto de dos amigos jienenses – Alfonso y Tronco- que, aun acabándolos de conocer en ese momento, fuimos fieles acompañantes, los unos para los otros, durante todo el concierto; Alfonso con un conocimiento exhaustivo, total y absoluto de la vida y obra de Mark Knopfler, me iba indicando tema a tema, cada uno de los títulos que empezaban a sonar y al álbum al que pertenecía dicho tema. Gracias a él, documento de forma más veraz este artículo. Todo eso, habiendo oído solo un par de acordes. Un maestro.
Por otra parte, Tronco, fue la representación gráfica y física de lo que una persona puede disfrutar, deleitarse y divertirse en un concierto de música. Desde aquí mi mas afectuoso saludo para los dos. Buenísima gente. Alfonso y Tronco. De Jaén. Quesos Romero.
Ah! Recuerdos de Nini!!!
Sigo…
Grandes y organizadas barras, vendedores de pizzas por el ruedo, Cabinas higiénicas para necesidades perentorias, riquísimos perritos calientes. La temperatura fantástica con rachas de aire que refrescaban el ambiente; y, allí situado, un enorme, gigantesco escenario donde se ubicaba el esplendido equipo de sonido y luz; y después, el grupo al completo; estos fueron:
Richard Bennet (guitarra), Jim Cox (piano), Guy Fletcher (teclado), John McCusker (violín) y Mike McGoldrick (flauta), Glenn Worf (bajo) y Ian Thomas (batería).
Salen, con el jefe, junto a nosotros que le esperábamos pegados a la barrera de separación del escenario. Ocho musicazos contando al maestro.
La primera canción “What It Is” de su álbum “Sailing to Philadelphia” nos anuncia por donde iba a ir los derroteros. Una mezcla de viejos temas con los nuevos de su ultimo trabajo “Privateering” que da nombre a la gira.
Después del “What It Is” le tocó el turno al rock n’ roll “Corned Beef City”, para después relajar los brios y deleitarnos con la preciosa balada acústica “Privateering” en la onda mas dylaniana del concierto. Siguieron entre otras “Father and Son”, que hiló con la acostumbrada “Hill’s Farmer Blues”…. Después vinieron muchas más entre las que se incluyeron temas clásicos de su época con Dire Straits (faltaron “Lady Writer” “Once Upon a Time in the West” y, sobretodo “Sultans of Swing”; pero juro por mi honor que no importó. No importó nada de nada)
Siguió con el mítico tema “Romeo & Juliet” que dio pie a la anécdota de la noche:
Tras dicha interpretación, el publico empezó a entonar los primeros «oéoes». La banda, animada por el propio Knopfler, no dudaron en seguir con un improvisado acompañamiento el coro del público. Este precioso detalle, hizo vibrar la plaza de La Malagueta. El artista fue correspondido con una agradecida, emocionante y atronadora ovación al grito de Torero! Torero! Torero! .
Mark Knopfler se estaba divirtiendo en Málaga; y eso se notaba en el escenario y en el ambiente. Aun, puedo asegurarlo, que si cierro los ojos, todavía consigo ver brillar el dobro resonator guitar de Knopfler refulgiendo en el azul oscuro de la noche.
Después la preciosa “Postcards from Paraguay”, y tras algunas otras maravillas que ya se me escapan, (Alfonso, sabría cuales) y para intentar cerrar el concierto, un esplendido y soberbio “Telegraph Road.”
Saludando, salieron.
El publico vociferaba sin descanso reclamando otra vez la presencia del músico en el escenario. Cuando subió para los bises, la Malagueta parecía que iba a derrumbarse. “So Far Away” hizo que todo el mundo, embelesado, empezase a bailar de nuevo para, por fin, terminar con el éxtasis producido por el himno único que supone el “Going Home” de su mítico “Local Hero”.
Una maravilla musical, un espectáculo sublime y excepcional broche final para una noche inolvidable. No puedo saber si Dios escribe derecho con renglones torcidos. Lo que si sé a ciencia cierta, es que Mark Knopfler tocando -siendo zurdo- con la mano derecha, nos eleva hasta el cielo de la satisfacción.
Quiero volver -porque me sale del alma- a dar las gracias a mi querido amigo Luis Bravo, por haberme procurado dos placeres anhelados en un cortísimo espacio de tiempo: El poder asistir a los conciertos de dos de los mas grandes músicos y guitarristas vivos de la historia de la música: Robert Cray y Mark Knopfler. Si no hay dos sin tres, me pregunto que será lo que está por venir…el Sábado, se lo preguntaré en su casa. El Sábado, sin dudarlo, se lo preguntaré.
Te quiero Toro!!! Ya lo sabías de antes. Ahora ya lo sabes más todavía. Si cabe, amigo mío; si cabe.
Si os apetece ver el concierto completo de la gira Privateering (esta vez en Amberes) podéis hacerlo desde aquí. Yo desde luego os lo recomiendo.
Soy un absoluto adorador de los créditos. Se me entienda bien… No de los créditos bancarios, of course, sino de los que dan fe y complementan la información de las obras artísticas. Los que ponen los méritos de cada uno en su debido lugar.
Verán Uds.… porque no se si he empezado explicándome mal.
Cuando voy al cine -pongamos las películas como primer ejemplo- me molesta soberanamente que el público se levante inmediatamente, si no incluso antes, de sus butacas justo cuando llega la palabra FIN (or The End). No soporto -ni entiendo- que haya espectador alguno no interesado en el cast de los actores o en los productores que se pagan el invento. No entiendo como a la gente no le puede interesar quien compone la banda sonora de la película o quienes interpretan los temas musicales. A mi, por interesarme, me interesan hasta los lugares de filmación, como se llama realmente el perro que sale en la película o quien les proporciona el catering. Lo juro por mi honor!
Considero una enorme falta de respeto que una parte de ese público -que levantándose de sus asientos- impida al resto (pocos somos, mucho me temo) que aún estamos sentados, disfrutar de un espectáculo que todavía estamos pagando.
Si hablamos de la Televisión, estonces es para llorar, pues en cuanto empiezan a salir los créditos, los cortan por lo sano de una manera insultante obligados por la puta publicidad.
Pero no solo los créditos aparecen en las películas. Y viene ahora el ejemplo que más me gusta. Los Discos. Así les llamábamos antes a esas maravillas negras y circulares que suponían, las mayoría de la veces, la más perfecta y confortable compañía.
En los otros tiempos de antes de Internet, la información complementaria, venía en las fundas de los vinilos. Lloro desconsoladamente cuando veo mi colección condenada a cadena perpetua -eso si, en una preciosa vitrina antigua en mi salón- penando el castigo del olvido sin haberlo merecido. Hoy en día, la escueta información que proporciona el CD -a veces compensada por los libretos que contienen- y la nula que proporcionan los medios digitales, solo la puedes sustituir por la enorme profusión de datos a los que puedes acceder por la Red. Pero claro, hay que estar predispuesto a ello.
Pero hubo un tiempo -sépanlo los jóvenes de hoy- que cuando se adquiría un Long Play de vinilo, no solo adquirías “la placa” con la música, sino también un universo cuasi interminable de reseñas interesantes. Los nombres de los músicos… los autores…los nombres de los temas y su duración…lugar de grabación, técnicos de sonidos, colaboraciones… las letras… pero sobretodo, sobretodo, la portada del disco; la carátula, la funda…como queráis llamarlo.
Y ahí, dispuesta, la más maravillosa y docta referencia complementaria al trabajo de los músicos.
Y lo mejor…. Lo mejor de todo eran las fotos o dibujos que eternizaban la obra en las retinas y en la memoria colectiva de los admiradores .
Tengo que confesar, que me he ido por los Cerros de Úbeda. Muy muy mucho, por los Cerros de Úbeda. Pues la idea primigenia de esta entrada, era la de ofrecer un concierto en directo de uno de mis grupos favoritos de allá por los finales de los 70. YES. Pero pensando en como encauzar el principio de este texto, me he liado y he soltado el rollo.
Lo que quería decir era que… La gente “normal” -y pongamos de ejemplo al grupo YES, y ahora enlazo con el prólogo involuntario- conocía que el grupo se llamaba así: YES. Y pare Ud. ahí de contar. Poco más.
Pero los adictos a los créditos, los adictos a los créditos, sabíamos que … Primero: No se podía confundir a Ian Anderson (Jethro Tull) con Jon Anderson ( YES) pecado mortal era. Además, sabíamos de corrido que los componentes “fetén” eran el Anderson cantando, el ilustre Steve Howe a las guitarras, Bill Bruford a la batería y el sempiterno Chris Squire al bajo. A veces de tres mástiles para envidia de mi amigo Alex Meléndez “El Zurdo” que sólo dispone de dos.
Eso si, mirando, dichos mástiles, para Motril en vez de mirar para Tarifa.
Adornábamos y poníamos guinda al pastel con una disertación sobre Rick Wakeman y sus “Seis Esposas de Enrique VIII”. Después -y para desdicha del profano- enlazábamos con Frank Zappa, Leonard Cohen, Uriah Heep, King Crimson, Eric Clapton, Wishbone Ash, Cream, Moody Blues, The Who, Procol Harum, Yardbirds, Love, Jefferson Airplane, The Beatles, Cat Stevens, Dire Straits, Queen, David Gilmour, John Mayall, Carlos Santana, Mahavishu John MacLaughin, Roger Waters, Steve Vai, Led Zeppelin, Emerson Lake and Palmer, America, Gentle Giant, Paul Simon … y citábamos al menos al guitarra principal y al cantante de cada uno de esos grupos o solistas.
Los “normales” solían o desmayarse, o mandarnos directamente a tomar por el culo.
Todo ese conocimiento- en aquella época- te lo proporcionaba la lectura impenitente de las carátulas. Las mismas que componían esa colección ahora arrinconada.
(En una entrada próxima, voy a centrarme en uno de los mejores ilustradores (precursor, sin duda alguna, de la estética “Avatar” ) que jamás haya habido en la historia de los “cover designs” referente a las fundas de discos: Roger Dean. Pero eso, ya os digo, merece capítulo aparte y personalizado; y ya está en puertas.)
Bueno.. a lo que vamos: Uno de los Conciertos mas recordados de YES fue editado con el nombre de Yessongs.
Considerado por la crítica como el mejor álbum en vivo de toda la era progresiva en los años 70.
Este es el Setlist del concierto:
1. I’ve Seen All Good People
2. The Clap
3. And You And I
4. Close To The Edge
5. Excerpts From The Six Wives Of Henry VIII
6. Roundabout
7. Yours Is No Disgrace
8. Würm (Excerpt From Starship Trooper)
El álbum, documenta la gira Close to the Edge, aunque incluye dos canciones de la gira de Fragile. Prestad atención al tema interpretado por Steve Howe: The Clap. Una maravilla.
Con respecto a las interpretaciones, si bien algunas son muy similares a las versiones de estudio, otras (como «Perpetual Change» o «Starship Trooper», por citar dos ejemplos) son superiores y revelan la potencia de la banda en sus actuaciones en vivo. (Wiki)
Ahora, os pongo un historygramma interesantísimo, donde podéis observar en una tabla que recoge los álbumes y el tiempo de permanencia de la totalidad de los componentes que formaron parte del grupo a través de su historia.
La noche del día 28 del mes de Diciembre de este año final de los tiempos, tuve el privilegio de acudir a la Sala Cochera Cabaret, para asistir al Concierto que el enorme Richard Ray Farrell y su magnifica Spanish Band ofrecieron en dicha sala dentro de las actividades que, afortunadamente, organiza la Sociedad del Blues de Málaga.
Este concierto se ha quedado marcado indeleblemente en mi memoria por circunstancias distintas: La primera es el haber asistido un potentísimo concierto donde Richard ofreció no solo lo más granado de su repertorio, sino que, además, pude apreciar muy de cerca (justo debajo del escenario) el magnífico trabajo de la banda compuesta por Javier Martín al bajo, mi admiradísimo teclista Jesús Durán y el baterista Quique Porras. Intervenciones maestras aparte de Gus Herrera y de Javier Paxariño “El Pájaro”.
La segunda circunstancia, fue que tuve el placer de poder entrar repetidas veces en los camerinos para que el Maestro Durán me invitase a una cerveza, el amigo Javier Martín me regalase una púa suya para mi colección y que …increíble!!, que después de tantísimos años, pudiese abrazar al Pájaro, unos de los mejores instrumentistas de viento de este país.
La tercera circunstancia fue en sí el concierto. Un concierto con un sonido magnífico, compacto y macizo. Un placer oír tocar a Gus Herrera la armónica. Un placer oír ese teclado golpeado con saña por Jesús; el bajo medido y exacto de Javier; la contundencia de la batería de Quique. Pero sobre todo, la voz, las guitarras, los solos de armónicas.
La inmensa y disciplinada soledad del artista, sentado en medio de las tablas con su guitarra y fascinando al público mientras los músicos descansaban. El fantástico detalle del acercamiento a los que estábamos a sus pies con el bajarse del escenario para estar con SU público. Richard Ray Farrell en concierto. Richard Ray Farrell en vivo y en directo Una gozada. Un privilegio.
Finalizando el concierto, Richard me regalo una púa desde arriba. Se la pedí y me la dio. Cuando todo hubo acabado y se acercó hacia nosotros, le dije –abusando de la confianza que aún no tenemos- que quería la púa pero la que acababa de usar en el concierto Generosamente me la dio también.
Ahora, están enmarcadas junto a la Javier y otra que me regalo este mismo de la Sociedad del Blues de Málaga. Junto a la de Lito o la de Perico. La de los guitarras de Sólo un Momento. Junto a las baquetas de Nicolás Huguenin, y las de Ramón Baena. Junto a la partitura firmada y dedicada por Perico Tabletom Ramírez de unos de los próximos temas de su nuevo trabajo. Junto, por fin, a los poemas que el Maestro de Poetas, Juan Miguel González ha tenido el detalle de escribir para mi.
Ya le he pedido a Javier que me informe de que es lo que tengo que hacer para hacerme miembro de la Sociedad del Blues. Es algo que quiero hacer.¿Como no voy a querer yo pertenecer a tan egregio grupo en el que se encuentra la crema y la nata de los músicos y de los aficionados de esta ciudad al blues?
Pensaba hacer una glosa, mas extensa y pormenorizada de los músicos y del propio Richard Ray Farrell; pero releyendo la entrada que inserté en este blog acerca de estos el 30 de Enero de 2012, me doy cuenta que no cambio ni una coma de mi parecer y opinión acerca de cada uno de ellos. De mi admiración mas entregada hacia cada uno de ellos. Así que os pongo el enlace a dicha entrada para que, de camino, podáis visualizar y oír algún trabajo de estos enormes músicos.
Que viva Robert Johnson! Y que viva el Blues! Que viva la Sociedad! Y la madre que nos parió! Que viva la Blues Harp afinada en LA Mayor!