El Tremebundo, Espantoso y
Fastuoso Circo de los Errores!!!
Personajes circenses somos todos. Personajes que vivimos y trabajamos -obligados por las indeseadas circunstancias- bajo la carpa de un Tremebundo, Espantoso y Fastuoso Circo de los Errores.
Aquí todos, por cojones, ya sabéis, somos artistas de la vida que diría mi amigo el Laporte.
Somos artistas cualificados de la Cuerda Floja del bienestar. Contorsionistas expertos en el nuevo arte del evitar el cambio y/o el derribo de las leyes protectoras. Somos Domadores de abatimientos y desánimo. Escapistas de los arribistas y bandidos adinerados. Forzudos forzados a golpe de soportar infamias. Volatineros de las sorpresas infaustas. Malabaristas de finales de mes. Acróbatas sin Seguridad Social ni derecho a huelga (el decirlo). Tragafuegos ignífugos de mezquindades e iniquidades. Los mejores Tirititeros del (éste irreconocible) mundo entero. Muñecos de Ventrílocuos sodomizados por los poderosos que nos imponen su opinión y nos proporcionan la voz. Payasos falsamente alegres para muchos; Augustos para pocos. Y por fin, casi todos, Directores de nuestra propia Pista sin trabajo para nadie, ni nadie a quien dirigir. Sin nadie a quien arengar.
Había una vez un circo, que alegraba siempre el corazón… Decía la anticuada canción. ¡Hola amiguitos, niños y niñas, monstruos y monstruas…¡¡¡Pasen y Vean!!!!! . decía la otra…
Este mundo es un circo, si!: Es el Tremebundo, Espantoso y Fastuoso Circo de los Errores!!! Y nosotros, sus inevitables personajes.
(La figuras que adornan esta entrada, todas son obras
de mi querido amigo el artista plástico Jose Luis Zambrano.)
LOS PERSONAJES Y
LAS ARTES CIRCENSES
***
Las Acróbatas
Galatea y Griselda. Pájaros sin alas. Se juegan la vida cada noche bailando por las alturas, entre velos de tafetán plisados sin red ni Seguridad Social, y ante la estupefacta mirada de los preocupados asistentes que no dan crédito a sus ojos.
Las Anillas
Obdulio Monteleone. Suspendido, melancólico y cabizbajo, da vueltas sin parar a vuela pluma, en el aire de la desesperanza y el desasosiego más impenitente y postconciliar.
El Aro
Balbina Rituerta. Sufre de atroces dolores en la cadera e insufribles calambres en las articulaciones de tanto bailar el Hula–Hoop a horas intempestivas. Cuando se le pregunta si le duele, ella siempre asevera diciendo… Aro, aro!
El Payaso Augusto
Bernardo Rompiente. Es ahora mucho más payaso serio que nunca. Y peor aún, diría yo: Es bastante pragmático tirando a lo epicúreo, comodón y mundano; con un cierto atisbo de grandilocuencia bastarda y mentecata . No se encuentra Augusto consigo mismo.
El Balancín
Sabino y OvidioMondadori. Suben y bajan como si fuesen una alegoría de estos tiempos infaustos que nos están tocado vivir. Sabino y Ovidio, suben y bajan a destiempo, y nunca se encuentran, ni siquiera un momento, para charlar un poco y consolarse mutuamente de la vida tan ajetreada que les ha tocado.
La Báscula
Fabiolo, Hugo y Nicolás. Se ponen los tres verticalmente, uno encima del otro para tratar de divisar el futuro incierto que se divisa a lo muy lejos; pero sin llegar ni tan siquiera a vislumbrarlo. Tienen el carácter agrio. Tan áspero y avinagrado, cómo repelente y desagradable.
La Contorsionista
Salomé O’Bdongo. Se he hecho experta, a fuerza de posturas y composturas; y a través del retorcimiento y la contracción corporal, en el nuevo arte del evitar el derribo de las leyes de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia .
La Cama elástica
Zoila y Ramiro Pontedeume, se levantan cada día de ésta, terriblemente cansados; porque les resulta imposible conciliar el sueño y descansar en tan inmensa zozobra y falta de equilibrio alegórico dantesco.
La Cuerda
Soraya Paniagua i Peña: Pasea inagotable, su esbelta figura sobre el abismo de la incomprensión, por la oscilante Cuerda Floja del malestar, el desazón y la molestia más fastidiosa.
El Domador
Abelardo Ruiz de Piñones, es ahora, un reconocido y admirado amansador de abatimientos y desánimos. Y no se crean, que su trabajo le ha costado!
El Director de Pista
Florián Ezequiel y Pérez del Funicular, no tiene trabajo para nadie. Nadie a quien dirigir. Nadie a quien arengar. Fiel seguidor de Heraclio Fournier, es incapaz de barajar ninguna posibilidad.
El Diábolo
Pascual Altramuz, sólo sueña con morir indebidamente.
El Número Ecuestre
Rosalía y Soraya, las dos enanas y hermanas, siguen esperando –tenaz e infructuosamente– una oportunidad para tener novio; y mientras, cabalgan a lomos de sus ponies –también enanos– e igualmente abatidos por el desamor y la interminable espera.
La Equilibrista
Violeta Mancillada, sortea los manotazos que le da la vida con una mezcla de insensatez y armonía. Desechando la pertinaz sequía de buenos momentos y ratos agradables.
Los Escapistas
Oriol y Facundo Jiménez–Enciso, explican y dan instrucciones –entre risas y desde el centro de la pista– como escabullirse de los arribistas y bandidos adinerados. De los banqueros taimados y circunspectos. De los mamones, correveidiles y acusicas tarjetiplásticos.
Los Forzudos
Bartolomé y Ctesifonte Jaramillo. Son forzudos a golpe de soportar infamias. Considerados dos Hermanos Cristianos Evangelistas del Séptimo Sello ejemplares por comulgar, diariamente, con ruedas de molino.
El Funambulista (retirado)
Fermín Azcárate y Alzacorta. Pensaba éste, que el funambulismo era el andar dormido; y desde entonces, deambula por el circo en las noches y duerme por el día. No actúa, por consiguiente, en ningún número remunerado. Vive de lo que le proporciona el Mago Constantino.
El Hombre Bala
Donato Singrasia, murío por un desafortunado disparo de sí mismo en la sien. Fue enterrado boca abajo por lo que pudiera pasar.
La Magia
Constantino El Mago, avezado prestidigitador y nigromante aficionado, sacaba de su chistera los días malos, dos conejos, tres palomas y un zorzal para hacer con ellos un arroz bien caldoso para alimento de todos y jolgorio y regocijo general.
El Malabarista
Leonardo T’Estim, Catalán del Alto Ampurdá, es experto lanzador de finales de meses al aire y dejarlos caer hasta estrellarse contra la próxima quincena.
El Mentalismo
Olvido Extravío Resién es la más feliz de todo el elenco. Vive en el paraíso del extravío y de la distracción indeseada. Nunca acierta, pero le da exactamente lo mismo.
El Monociclo
Abundio Loriguillo, deambula y callejea, desconfiado y cauteloso; antes era biciclista, y ahora –a falta de una rueda– ha cambiado de actividad y carrera profesional.
El Payaso
Nabucodonosor Méndez Perejíles, es falsamente alegre; y su trabajo es el más difícil y complejo de todos. No es sencillo hoy en día sacar una sonrisa, a público tan provecto y avezado, cómo acomodado y condescendiente con la tristeza.
El Péndulo de la Muerte
Darío y Mandonio se cuidan el uno al otro; porque saben que la vida de cada cual, depende de ellos mismos y esa responsabilidad, lo saben y no rechistan, no es nada fácil de sobrellevar.
La Rola Bola
Ginés de Todos los Santos, surfea inestable y movedizo, sobre un cilindro emboquillado de tabaco rubio americano de liar, de máquina y contrabando.
El Swing
Mariola Fontdelgat, toca el Ukelele en los entreactos, y desafina siempre en re menor; amanece, no sabe cómo, espatarrada, dolorida y abierta de piernas.
La Tela acrobática
Tatiana Dobratilovna, hace nudos imposibles y encajes de bolillos a cinco metros de altura sobre el nivel de un Mar Menor pero necesario.
El Titiritero
Albariño do Ribeiro, es, sin dudarlo ni un momento, el mejor artista del (éste irreconocible) mundo enteiro.
La Torsión de globos
Tomás Helesponto de Armiñan, construye armas de destrucción pasiva con globos de colores indefinidos y profilácticos caducados, pero apenas sin usar.
El Tragafuegos
Sebastian Alcobendas, se ha quedado sin trabajo, momentáneamente, al tragarse accidentalmente un extintor de Polvo Seco Polivalente y dos batefuegos de procedencia argentina y marca ignota.
El Trapecista
Ismael Carátulo de Bravante, desespera porque cuando él va, su amigo viene, y eso le causa un terrible desconcierto de Año Nuevo y saltos de esquí.
Los Tragasables
Jeremías y Protasio Gómez Olalla , están al borde de la jubilación anticipada a causa de los malos humores y las digestiones pesadas imposibles de sobrellevar con un mínimo de dignidad y elegancia.
El Ventriloquo
Proscenio Arsénico, acude semanalmente a profesional cualificado debido al hartazgo que mal sobrelleva, y que le produce aquel que voz le pone.
El Volatinero
Ulpio Benéfico Mariano, mendaz y tuercecuello, es receptor de sorpresas infaustas y regulador de bases imponibles.
Los Zancos
Mariola Caputdisevat i Plá, es incapaz de andar a pies juntillas a causa de su contumaz patizambeo; y eso, la desquicia y trastorna tremendamente. Sobre todo los finales de meses acabados en “embre”.
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