SALVI LAPORTE.
UN ARTISTA DE LA VIDA.
(CON CAMARÓN DE LA ISLA)
No voy a abundar en las afinidades y sentimientos que nos unen a Salvi Laporte y a mí. Catetos de Pro nos consideramos -por lo que él y yo sabemos- a pesar de ser Señoritos de Ciudad, como decía mi Tío Matías. A pesar de haber nacido en el mismísimo cogollo de Málaga.
Tan del cogollo que casi éramos vecinos cuando niños. Él de Calle Luis de Velázquez y yo de Calle Los Mártires. El de los Agustinos…yo de los Maristas.
No voy a volver a contar otra vez lo que de el aprendí, que fue mucho. Lo que con el viví. La gran amistad de nuestras mujeres; no lo voy a hacer porque ya lo he contado en unas cuantas entregas en este blog: Las dos entradas de Fatema y una dedicada al pintor M.C. Escher.
Podría rememorar tiempos de tertulias interminables, de viajes enriquecedores, de excursiones inolvidables por el campo. Marruecos intenso. Podría hablar de mi querida Vicky y de Noé. De tantas, tantas cosas… Porque fue mucho el tiempo pasado juntos y mucho lo disfrutado.
Después de este tiempo y de lo mucho vivido, crees ya haberlo rememorado todo y que ya se ha quedado vacía la faltriquera de los recuerdos.
Y entonces, haciendo ejercicio de memoria, te das cuenta de que estás equivocado. De que eso no es así. De que aún queda mucho por contar.
Un artista de la vida.
Así se definía Salvi. Y así, aún se define y se siente. Y yo lo confirmo; pues -juro por mi honor- que no ha cambiado en absoluto en todos estos años de amistad intermitente. Sigue siendo ese amigo fiel y cariñoso. Perennemente hospitalario. Como estás, mi niño? Me dice cada vez que hablamos por teléfono.
Salvi es un tipo absolutamente peculiar. Único. Con un sentido del humor finísimo y un ingenio rapidísimo. Osram Von Billa…Te acuerdas cateto?
Para mi era un placer pasar las tardes en esas enriquecedoras tertulias- unas tras otras. Con un desfilar de gente singular e interesantísima por esa salita -como la llama Pacopaula- gente que éramos cada uno de nuestro padre y de nuestra madre. Como es lógico y debe de ser. Pero yo me entiendo.
Hubo una época especialmente artística de Salvi; del Salvi. Fue una época muy mucho eléctrica y muy poco ecléctica. Acelerada hasta límites que iban más allá de la prudencia. Una época en la que las cosas de la vida pasaban en torrentera.
A Salvi entonces le dio por interpretar a Charlot. Y a todos nos involucraba. En las películas, en las ideas que conformarían los guiones, a unas en el atrezzo, a otros… una locura chaplinesca. Pero vive Dios!! Que a pocos artistas he visto tan metidos en el papel del genio, y a tan pocos que se le parecieran tanto.
Actuó en mil sitios. Casi siempre en los más marginales que eran donde más aplausos le dispensaban, porque era donde mas falta hacia la humanidad del artista.
Artista de la vida.
Recreaba de puta madre- para que me voy a meter en lisonjas finolis- la escena de la Quimera del Oro donde Chaplin se come –acuciado por el hambre- un zapato. A él le hubiese encantado hacer esa misma escena pero comiéndose una babucha. La Quimera del Moro.
Después de un cierto tiempo, me encontré a alguien que me dijo que Salvi- esporádicamente- escribía poemas con un innato toque de humor. Y yo, no paré hasta que este los pusiera a mi disposición.
No hicieron falta mas que dos palabras: Déjamelos, Cateto! Y ya los tengo. Fotos incluidas.
Me ha sorprendido leer esa primera entrega de escritos de Salvi Laporte, porque – si bien- son especialmente ingeniosos y graciosos, si los lees bien, te das cuenta de que hay algún que otro regusto tierno, apasionado y, sin ninguna duda, conmovedor.
Si me muero antes que tú… Pondré este el primero. Me ha encantado.
Me ha dado su palabra de que buscará material que tiene incontrolado por su casa con más ahínco.
Por el culo te la hinco!!!
Lo siento Cateto! “Fuera sío más liéro, Sarvis” que diría Juan el Macarra.
Salvi Laporte. Amigo. Artista de la vida.
(CON ROCKERTO DE TABLETOM)
LA QUIMERA DEL MORO
# 01
Si me muero antes que tu
No me entierres en un ataúd
Incinérame
Incinérame
Y las cenizas
No las eches al mar
Ni al cielo
Échala en tu brasero
Pa calentarte los pies
Por última vez
#02
Pídeme que sea tu alumno o tu maestro
Tu pelele o tu osito de peluche
Tu macarra, tu chamán
O tu guru Majaruche.
Pídemelo
Pídemelo
Pídeme que sea tu profesor de Tai-Chi
Tu homeópata
Que vayamos a París
Pídeme que sea ti psicólogo argentino
Tu padre espiritual
O Rodolfo Valentino.
Pídeme lo que quieras tú.
Pero nunca me pidas
Que sea tu Príncipe Azul.
#03
Empecé a sentirme viejo
Cuando vi. a un legionario con cara de niño
Cuando aquel extremo del Barça podría ser mi hijo
Empecé a sentirme viejo
Cuando me acostaba antes de las tres
Y aquella mujer tan guapa, tan bella…
Me hablaba de Usted.
Cuando había más días que ollas
Y al enamorarme, no me convertía en un gilipollas
Empecé a sentirme viejo
Cuando me pusieron un espejo en el ascensor
Y gordos y calvos estaban las estrellas del Rock.
Pero al final del camino, estabas tú
Que me devolviste el tesoro
De la eterna juventud
Y aunque a alguno le jode
Lo siento
Me siento joven.
# 04
Me puedes encontrar en un pajar
Y en lo alto de un camello
Por mi ojo puedes pasar
Puedo coserte el siete de tu corazón
Te digo donde está el Norte
Y que horas son.
Juntos podemos hacer
Encaje de bolillos o
Un pañito de crochet.
Te saco esa espinita que tanto te molesta
Y te pincho donde mas te duela.
Te inyectaré ganas de vivir
Pero no me pidas
Que sea el fiel de tu balanza
Esa aguja que equilibra tus platillos.
# 05
Después de tantos palos
Que a mi me ha dao la vía
He vivío mucho tiempo solo
Y he cogío muchas manías
Yo quiero ser tu novio
Pero tu en tu casa
Y yo en la mía.
# 06
No me importa que os peguéis
Latigazos en la espalda,
Que saquéis a la calle
A la Macarena o al becerro de oro.
Me dá igual que recéis mirando a la Meca
O que os lamentéis en el muro.
Si queréis llegar al Nirvana
¡Escoged vuestro camino!
El camino que os dé la gana
Pero dejadme tranquilo en mi búsqueda,
Dejadme solo en mi duda.
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