NEW YORK CITY. EDUARDO GUILLE

NEW YORK CITY.

EDUARDO GUILLE.

Se lo advertí muchas veces. No vayáis a Nueva York, queridos…Os romperá el corazón!

Pero no me hicieron caso, y , a pesar de la advertencia, reservaron billetes y vuelos, y para allá se fueron haciendo caso omiso del consejo.

Un par de semanas antes, fui a cenar -y a beber- a su casa para tomarles la lección. Para comprobar si habían hecho bien los deberes que les había encomendado para preparar su viaje…Y vaya si lo habían hecho.

Así que entre chupito y chupito, fuimos limando un planning que ya tenían mas o menos elaborado. Consejos  acerca de lo que no debían perderse e insistir muchísimo (aunque maldita la falta que hacía) a Edu para que se comprase una guitarra Martin & Co.

Pero yo intuía, me rumiaba, que les estaba haciendo más mal que bien. Porque sabía yo -por experiencia propia- que volverían con el corazón roto y con el virus de la vuelta ineludible e incurable (dos años les doy) inoculado para siempre en sus memorias.

Y digo que les hacía más mal que bien, porque dos artista de la talla como lo son el pintógrafo Guille y la deliciosa pintora y retratista Taillefer, no podían venir sino heridos de muerte en el ánimo con una impenitente sobredosis de nostalgia por la ciudad visitada.

Yo estaba feliz con ese viaje que ellos iban a emprender. Sabía que Beatriz traería una visión muy especial de Central Park para mi. Y sabía -muy mucho me lo temía también- que Eduardo me proporcionaría una serie de fotografías de la ciudad que tanto amo -y ahora ellos también- que avivaría la, por ahora imposible, vuelta a Nueva York. Ya se sabe: los Gorgonzola no entendemos la Citysi no es en comandita, y eso -hoy por hoy- es un Harakiri económico.

Eduardo Guille me sugirió  -con esa cara que pone de “Por favor, si a ti no te importa…” que elaborase esta entrega con una selección en blanco y negro de su trabajo fotográfico. Para que el color no distorsionase la imagen retratada.

Yo dudé, porque las mismas instantáneas que componen esta presentación, en su versión color, transmiten una alegría formidable e imponente.

Pero tengo que reconocer que la elegancia y la belleza del blanco y negro es indiscutible.

Así que me puse manos a la obra y este es el resultado. Un resultado nada gratuito y que me ha resultado muy duro el hacerlo; pues me ha costado mucho el contener la emoción de descubrir los rincones nuevos. De rememorar los  rincones de siempre. Mucho me ha costado teniendo en cuenta que compartimos – aunque en distintos años- la misma época de visita: Halloween; cuando el frío del  otoño neoyorquino está empezando a pintar de marrones, ocres y rojos los árboles del Literary Walk o The Lake: los alrededores de Bethesda Fountain y del Boathouse.

De todo Central Park.

Pero, como de naturaleza soy un entrañable ser vengativo, no me he podido reprimir el realizar, yo también, esta presentación -incluido textos, portada y la firma final- en rigurosa ausencia de color. No querías Blanco y Negro? Ahí lo llevas!

Y para joder mas al autor de las fotografías, -amigo desde los principios que es- también le pongo, como banda sonora al trabajo, una tristísima -pero bellísima- canción de nuestro mas querido amigo para que acompañe la sobriedad de este trabajo.

Queridos todos. New York City por Eduardo Guille.

Disfrutadlo!!

Si queréis, podéis bajaros este trabajo desde aquí:

https://skydrive.live.com/redir.aspx?cid=9b5ad4b7dbd9e872&resid=9B5AD4B7DBD9E872!2398&parid=root

Lo dicho, disfrutadlo!!

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