UN MILLÓN SETECIENTAS
CINCUENTA MIL VISITAS.
A algunos les parecerán pocas; a otros les parecerán muchas. A mi me parecen una barbaridad. Pero no se confundan, no es el número redondo, mágico e impensable, lo que me parece una barbaridad; lo que me parece una barbaridad es lo que va de serie, lo que lleva adosado a sus espaldas esa cifra.
Un millón setecientas cincuenta mil visitas, dan para mucho; dan para saberse leído por tantas personas como componen y le dan forma al número. Me hace suponer, fehacientemente, que ha habido un millón setecientas cincuenta mil pensamientos hacia algo que yo he creado; engendrado en mil horas de dedicación, de afán y entusiasmo. Y eso, no sólo me abruma felizmente; sino que además, un poco, asusta y sobresalta.
Pero al margen de la responsabilidad no buscada que me acompaña desde la creación de este blog -ya saben eso de mostrarse a un mundo con opiniones y pensamientos privados (que dejan en ese momento de serlo) y que irremisiblemente se escaparán de tu control- este nuevo medio de correspondencia, de intercambio, de relación y -en muchísimos casos- de afecto, ha cambiado mi vida para bien. Para muy bien.
Porque extrañamente (como suele suceder en estos circuitos) nunca se ha recibido -en este blog que ahora estáis leyendo- ningún mensaje insultante ni provocador. Nunca, como administrador de este sitio, he tenido que intervenir ni censurar ninguna comunicación proclive al enfrentamiento o a la hostilidad. Nunca, lo juro.
Una de mis primeras intenciones fue el de proporcionar información de ciudades para viajeros, de apuntes de inglés y cualquiera de esas cosas que formaban parte de ese universo privado, y cerrado al mundo exterior, que era el disco duro de mi ordenador. Pero esa pretensión primera, fue superada ampliamente con colaboraciones de mis amigos que con sus sugerencias, sus aportaciones y sus generosas contribuciones artísticas, han dado a este blog una pátina de valor y consideración, un revestimiento ilustre y atrayente, que en tres vidas que viviera, nunca hubiera imaginado poder alcanzar.
Pero sobre todo, de forma muy especial, el afecto que siempre, inesperadamente, recibo y me sorprende cuando salgo a la calle a algún evento y recibo el cariñoso grito de ¡Father! de mucha gente que se me escapa al reconocimiento o a la memoria.
Por eso, en esta “celebración numeral” no voy a darle las gracias a mis amigos de toda la vida; o a los amigos escritores, pintores, poetas, fotógrafos… que me han regalado su arte muy generosamente. Esta vez voy a darles las gracias a esos amigos anónimos y desconocidos que desde los lugares más insospechados. (Hay visitas desde China a Alaska; desde Rusia hasta Nueva Zelanda. En lugares aislados de la selva amazónica o desde el mismo centro de los océanos donde no existe tierra conocida; quizás un barco) voy a darle las gracias, decía, a esos amigos que como puntitos rojos adornan ese mapa de visitas que -cuando lo consulto- me deja asombrado y estupefacto por la lejanía de los que entran; pero también, conmovido y emocionado, imaginando el hecho del hasta donde han llegado mis palabras.
Y eso, ya te digo, me resulta tan asombroso como desconcertante. Así que vuelvo a daros las gracias. Un millón setecientas cincuenta mil veces las gracias. Que no son pocas. Que son, en realidad, una verdadera barbaridad.
Espero que, con el tiempo, pueda llegar a nueve millones de visitas; tantas como bicicletas hay en Beijing.
Filed under: MISCELANEA | Tagged: Alvaro Souviron, Aniversario Blog, Blog de Father, blog visitado, CIFRAS BLOG, El Blog de Father Gorgonzola, El Blog de Gorgonzola, estadisticas blog, Familia Gorgonzola, Souviron, UN MILLON SETECIENTAS CINCUENTA MIL VISITAS |
A ver si hay suerte y las visitas se canjean por euros. Enhorabuena
Me gustaMe gusta