JAVIER RICO. PINTURAS

JAVIER RICO. PINTURAS

Nunca dejo de sorprenderme.

Conozco a Javier Rico desde los tiempos lejanos del negro anaranjado; lo que significa que llevo tratándolo algo así como 35 años.

Puedo asegurar y aseguro que durante esos 35 años de buena amistad, no hemos tenido nunca ni la mas minima discusión. Ni el más mínimo mosqueo: lo cual dice mucho de su carácter afable y obsequioso. No del mío, quede claro.

También es cierto que su mujer y la mía, se caen muy bien la una a la otra; y eso, hace muchísimo. Suelo comer ocasionalmente con Javier -pongamos que cada dos meses-, y cuando nos reunimos, estos encuentros, siempre están llenos de afecto y cordialidad.

Decía eso de que no dejo de sorprenderme nunca, porque  -precisamente en la ultima comida a la asistimos- por casualidad, le comenté algo (no recuerdo lo que fue)  que tuvo una imprevista respuesta por su parte.

– Es que yo me distraigo pintando cosillas…¡Pá distraerme!

– Pintando cosillas? Le dije yo. Y me contestó…

– Chalaúras que hago cuando viajo y tal. ¡Pá distraerme!

Diciendo esto sacó su móvil y me dijo que si quería ver algunos dibujos que llevaba en la memoria de su teléfono. Yo, tragué saliva un poco acojonado. ¡A ver lo que pinta este, pensé! Ha llegado el momento de la mentira piadosa… volví a pensar. Tú verás.

Cuando empezó a enseñarme sus dibujos, los ojos se me quedaron como “omoplatos” que diría nuestro común amigo Galápago. Una suerte de preciosas pinturas “acuareladas” desfilaban por la pantalla del susodicho.

Cuando le comente lo impresionado que estaba- no me lo esperaba sinceramente- me contestó, con esa modestia que tienen lo que dominan cualquier técnica artística, que eran sólo garabatillos.

Eso me ha vuelto a decir hoy cuando le he comentado la realización de la presentación que ahora vais a ver: Garabatillos, Apuntes de viaje! ¡Pá distraerme!

Ignoran los artistas, los muy ladinos, que al personal  a los que  la naturaleza les ha negado la simple buena letra, alucinamos con ese desparpajo que demuestran los pintores, los dibujantes, en eso del trazo justo pertinente y adecuado. La perspectiva, que, a nosotros los legos, se nos torna de caballera a imposible; la armonía para nos inalcanzable que proporciona la simetría.

Y eso lo asegura tajantemente el que suscribe; con la irrefutabilidad que me otorga el  sólo saber situar -dibujando- un cuadrado en el espacio transformándolo en cubo.

Los dibujos de Javier  tienen además valores añadidos: Comentarios de su puño y letra que describen el lugar que ha dibujado; y, acompañando a la firma, una rúbrica que sitúa en el tiempo la realización de la pintura.

Hoy que corren tiempos de Moleskines, sería una preciosa guía la que él elaborara. Seguro que tendría buena venta.

Visitaréis rincones de Marbella y de Estepona. Seguiréis por la ruta amarilla del Torcal de Antequera. Córdoba, Jerez y Puerto de Santa María. Rincones de Málaga –los que mas me gustan; y él, al saberlo, me ha regalado un trozo de mi ciudad para mi Muro de los Afectos- Calle Larios con su  fenecida Cosmopolita. La Farmacia Mata y el vendedor de lotería. El Puerto del antes y el del después; ese que se adivina tras la figura de Cánovas. Plaza de La Constitución.

Pasearos por los dibujos de Javier rico; son chalaúras, dice él. Son unos preciosas chalaúras, añado yo.

Si queréis ver sus dibujos, pa distraeros, podéis bajaros esta presentación en Power Point desde aquí:

https://skydrive.live.com/redir.aspx?cid=9b5ad4b7dbd9e872&resid=9B5AD4B7DBD9E872!2415&parid=root

Que la disfrutéis!

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