RECETARIO DEL
CAMINO DE SANTIAGO
De pronto -y pensando el cómo conducir esta entrada sobre recetas del Camino de Santiago, me doy cuenta de que he visitado Galicia (Y siempre Santiago de Compostela) más que cualquier otra región de España. Y, rememorando, observo que por aquellas tierras -meta final del Camino de los peregrinos- me han pasado multitud de anécdotas que han marcado mi vida posterior. A mejor en todos los casos.
Por ejemplo -y sirva como ejemplo de la espiritualidad perdida por los recovecos de mi mala Fe- aquí donde se me ve a través de la escritura, yo solito he ganado la Indulgencia Plenaria ¡¡Tres veces!! Si señor. Tres veces. Con dos cohoness!!!
A base de darle cabezazos al Maestro Mateo en el Pórtico de la Gloria y de -cómo es preceptivo- abrazar al Santo para que te procure el perdón de todos los pecados cometidos hasta la fecha. Cierto es que la primera vez me produjo esta circunstancia (la de la Indulgencia Plenaria) un sentimiento como de ITV mística que me daba -de hecho así lo hice- carta blanca para poder pecar en adelante, todo lo que quisiera y más. A mis anchas.
Cuento y relato Grosso Modo:
Gané mi primer Año Santo Jubileo (antes se llamaba Compostelano) y por tanto el perdón de mis pecados pasados, en un viaje de estudios que tuve el honor de organizar en el Instituto de Martiricos allá por el primer año de la década de los 70’s. Dormíamos en el Burgo de las Naciones. Allí, nos hartamos de cantar canciones guarras y mi fumé mis primeros cigarrillos. Que me perdone la Señorita Villamana.
El segundo, fue en el año 1976 en un viaje donde participamos en el Arousa Folk. En la Isla de Arosa -a la cual, por aquellos entonces, solo se podía llegar en barca- donde junto a algunos Centenos, Alberto Von Thode, Ángel Céspedes, Leli Campos (hermana de María Teresa) Jose María Alonso y varios más, hicimos llorar de emoción a los lugareños con nuestras canciones entre montañas de nácar, producidas por millones de conchas rotas de mejillones, que brillaban al sol. Esos pescadores (sólo los malagueños nos metíamos en sus bares de barrios decadentes a cantar) nos pagaban generosamente a base de interminables tazas de ribeiro y enormes bandejas de mejillones cocidos). Allí me fumé mis primeros cigarrillos “endursaos”. Que me perdone Juan Antonio O’Donnell.
El tercero y último, fue en 1982. Recuerdo con horror la calle “La Pringue”.
La llamábamos así, porque era una preciosa calle (que partía desde la Plaza del Obradoiro) que estaba llena de soportales y en cada uno de ellos un mesón con escaparate. En cada escaparate (de ahí el horror) un chivo abierto en canal con una bolsa de plástico cubriéndole la cara para –imaginábamos- taparle los ojos descolgados tal si fuese un Citroen 2CV. Cuando no, un pulpo apoyado en una lata de conserva con las ocho patas abiertas alrededor y un enorme agujero (no se si el culo o la boca, que tanto da) que parecía el orificio justo donde meterle la pila y poner en marcha una suerte de tiovivo de tentáculos pedorreteros.
Ahí -ya más por tradición que por Fe- volví a pasar la última ITV penitencial y ya me dieron la definitiva. Lo que se llamaba “La Blanca” en la Mili cuando te licenciabas. Volví varias veces más a Santiago de Compostela. Incluso en Años Santos Jacobeos. Pero ya pasé de darle abrazo alguno por la espalda al Apóstol. Tanto abrazo ya, me parecía un poco irreverente mariconerismo.
Bueno al meollo: Mi querido amigo -cuánto se prodiga últimamente El Profesor Dr. Antonio Arcas de los Reyes- vuelve a sorprenderme con otra remesa. Esta vez gastronómica. Y referente a la tierra que acabo de citar –un poco irreverentemente, insisto y se me perdone- tres veces consecutivas.
Trata este envío de un recetario de comidas del Camino de Santiago. De productos gastronómicos por la ruta de Castilla León. Castilla y León: el Camino Francés, la Vía de la Plata y el Camino de Madrid. Santiago de Compostela: la Meta Final.
Así que prepararos a degustar -si así lo queréis, que me imagino que sí- un Lechazo asado y una Morcilla de Burgos. Un Bacalao Ajoarriero o a La Tranca. Cocidos Maragatos o Estofados de Lentejas Pardinas. Cabrito Cochifrito o Cochinillo Asado de Segovia. Sopa Castellana o, para terminar, unas Alubias con Chorizo de León.
Unas delicias que ahora vienen a continuación en este documento pdf que inserto aquí:
Disfrutadlo. La boca se hace agua!
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fader….exelente..te revelas como un escritor de caminos………..¡y esta del de santiago..impecable.y nunca mejor dicho..abrazos.
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