La Ruta del Dianbén y
La Ruta del Esteroide.
***
Invariablemente cada mañana -Grá y Adiós, que decía la inefable Carmen Sevilla- cojo mi coche, a eso de las siete de la mañana, para dirigirme a mi puesto de trabajo. Desde hace como unos tres o cuatro años, vengo observando que el tiempo que transcurre en el desplazamiento entre mi hogar y el paraíso laboral, ha disminuido considerablemente.
Se debe -esta disminución en el tiempo de desplazamiento- a dos circunstancias especiales que han coincidido. La primera: la apertura de un nuevo tramo de autovía que aligera el tráfico dirección Torremolinos; y sobretodo…la segunda: el enorme descenso en números de vehículos que se desplazan en dirección a la capital como consecuencia del desempleo. Una tragedia.
Bueno…dejemos la tragedia un poco de lado y vayamos a la anécdota:
Esta mañana -al contrario que otras- me he encontrado con una interminable caravana de coches que ocupaba todo el Paseo Marítimo y su continuación el Paseo de los Curas. Hablo, naturalmente, de mi ciudad: Málaga. El motivo: unas obras realizadas al final del Paseo de los Curas y el puto efecto escaparate de los conductores que no pueden evitar esa característica tan española que es la de observar al que trabaja.
Aunque dentro de unos años esa actividad -observar al que trabaja- se reservará para los Museos de Historia en este país.
Sigamos:
Bien, después de aprovisionarme de gasolina (menos mal) encaro el Paseo Marítimo y -a una velocidad (qué ironía) exasperantemente lenta, me doy cuenta de que dicho Paseo Marítimo, ocupa junto al mar una suerte de pista deportiva mañanera que se divide en…
La Ruta del Dianbén y
La Ruta del Esteroide.
Dos rutas hay pues. La Primera es la situada a pie de carretera –que es la que yo, desde mi vehiculo semiparado- diviso mejor.
Es la ruta llamada: Ruta del Dianbén. La ruta del Dianbén está prácticamente tomada por viejecitos escuálidos y por jubilados barrigones. Todos ellos potenciales o fehacientes diabéticos y, por lo tanto, consumidores del medicamento regulador de la glucosa llamado Dianbén. De ahí el nombre.
El usuario de la Ruta Dianben, tiene como característica el look “Ordinary Casual” es decir: que pasando de la esclavitud de la moda deportiva, se embute (literalmente) en un estrechísimo a la par que horrendo chándal de cuasi poliuretano, imposible y tóxico; calza zapatillas marca “La Pava” de insoportables colores chillones (igualmente tóxicas) para que hagan juego con el maléfico chándal. Ni que decir tiene, que toda la vestimenta, incluido el calzado, es altamente inflamable y que ,además, apenas alcanza para taparles someramente el barrigón al completo. En casos, el ombligo asoma como pidiendo o misericordia, o tiro de gracia, que el boquete ya lo tiene hecho.
Dentro de este grupo está un subgrupo de abueletes llamados “Pantuflas” esto es: Calzando zapatillas de andar por casa ,o en el mejor de los casos, deportivas blancas decimonónicas marca Paredes o similar, complementan la vestimenta con pantalón de Tergal marrón claro de salir, rebequita de cinco botones marrón ,más oscura, también, pero mas claro, y camisa de rayitas -de implacable poliéster- azules y blancas que le provoca un hiede de sobacos al abuelo, que llega hasta el narrador que está – resignado y observando la situación- con los ojos desorbitados dentro del coche en la puta caravana. O.O
Todo esto, lo he visto esta misma mañana con estos ojitos que se han de comer los gusanos. Júrolo.
Huelga decir que los abueletes y los jubilados hacen acopio impenitente y duraderísimo de las máquinas de ejercicio de piernas, brazos y cintura, que para su uso ha colocado el Excelentísimo Ayuntamiento de la ciudad. Huelga decir también que desde la implantación e instalación de esta máquinas al aire libre, las fracturas óseas se han incrementado un 69% (se me perdone lo soez del dato numérico) entre el segmento de población descrito anteriormente. Impera sobre todo el disloque de cadera.
La segunda ruta, y no por ello menos esperpéntica, es la llamada : Ruta del Esteroide.
Esa ruta está situada bajo el murete que separa la Ruta del Dianbén y está justo al lado de la orilla del mar. Es usada esta ruta, por jóvenes deportistas ilusos que, o bien están preparando eternas e inexistentes oposiciones para Bomberos y Policía Local, o por locos del deporte y del musculámen.
Estos deportistas, son incansables consumidores de Esteroides –de ahí el nombre de la Ruta- que mejoran su masa muscular y su aspecto intelectual (es ironía). También son adoradores del pollo cocido, el arroz blanco y la ingesta masiva de fibra, lo que les procura unas cagadas puntuales, perfectas y absolutamente reparadoras. Son los fabricantes del mojón tipo “Manga de Abrigo”.
También -porque no decirlo- son usuarios de esta ruta, deportistas mas entrados en años que -o están en el paro, están infelizmente prejubilados, o entran a trabajar a la hora que les sale de sus lugares íntimos. Casi siempre funcionarios de la Excelentísima Diputación. Chóferes sin incluir.
La Ruta del Esteroide, está plagada -al contrario que la Ruta del Dianbén- de los mas “In & Posh” en cuanto a vestimenta deportiva. Lo último.
Carísimas zapatillas New Balance, con colchones aire incluido en las suelas, que le proporcionan un andar entre caballuno y saltimbanqui. Cubrecabezas de colores pegaditos al meollo marca Nike. Todos y todas, van provistos de los preceptivos leggins negros súper ajustadísimos que producen el efecto “Medio Coco” en la entrepierna de los machos, y el efecto “Pezuña de Camello” en la de las féminas.
Huelga decir, también, que el inmenso abanico de camisetas y sudaderas, me deja abrumad y sin capacidad descriptiva. Tan solo- y para que se hagan idea- comentar que cuando corren tras el murete, despiden una suerte de resplandor fluorescente- que pareces estar viendo la escena final de “Encuentros en la Tercera Fase. Ta-ti-tó-ta-tóóóóó… Ta-ti-tó-ta-tóóóóó….
Lo único malo que tienen los usuarios de la Ruta del Esteroide, es que como hacen “Running” junto al mar, y por lo tanto casi tapados por el murete -para su desgracia, pues suelen ser muy exhibicionistas- los automovilistas -que aun seguimos parados, muy distraídos, todo hay que decirlo,- solo les podemos ver la gorra Nike, que llevan puesta en el meollo intermitentemente. Ahora si!, ahora no!. Ahora si!, ahora no!. Ahora si!, ahora no!. Pues a causa de los saltitos producidos por el uso de las zapatillas con colchones de aire, solo se les ve eso: la gorra. Ahora si!, ahora no!. Ahora si!, ahora no!…. Y eso queridos míos… No mola para lo que cuesta la equipación.
Así que sigo -muy despacio- mi camino, observando atónito, a los abueletes haciendo cola tras cada máquina de ejercicio, como si de una churrería se tratara. Cada uno con su llamador de urgencia al 112 a mano, para que, en caso de estirón, los recoja la ambulancia del Servicio de Salud de la Junta de Andalucía. Que por cierto, me han dicho, que se ha separado.
Esto ocurrió, entre las 07:00 y las 08:00 del día 3 del mes de Octubre del 2012 Annus Dei.
…///…
Filed under: MISCELANEA, RELATOS DE HUMOR | Tagged: Alvaro Souviron, Corriendo por Málaga, FAther Gorgonzola, Paseo de los Curas, Paseo Marítimo de Málaga, RELATOS DE HUMOR, Running, Ruta de los Esteroides, Ruta del Colesterol, Ruta del Dianbén |
Deja una respuesta