PARA DIEGO CUMPIÁN EN SU 60 CUMPLEAÑOS

 

 PARA DIEGO CUMPIÁN EN SU 60 CUMPLEAÑOS

«Nada mejor que tener:  Vieja madera para arder, whisky viejo para beber,

viejos amigos en quien confiar y viejos libros que leer.»

 

Tengo la enorme fortuna de disponer a mi alrededor de numerosos amigos en diferentes grupos, que me hacen la vida más fácil y más dichosa. Amigos, que por eso del transcurrir del tiempo, se acercan más al grado de familia que al de compañeros. Amigos irrenunciables a los que yo, personalmente, aprecio muchísimo.  Con sus más y con sus menos, sus dimes y sus diretes, con réplicas y contrarréplicas. A todos los quiero sinceramente. A todos los distingo con mi más entregada amistad al margen de discusiones, comentarios y  diatribas que son condiciones innatas al roce, a la relación continuada y a la propia convivencia.

Pero siempre hay (en todos los grupos) almas nobles –excepciones se llaman–  que huyen y reniegan –con una innata bonhomía–de la confrontación y la rivalidad. Espíritus libres e íntegros que van a su aire, y vuelan por encima de cada uno de estos grupos haciendo que la convivencia sea más sana y más higiénica. Más merecedora de vivirla en paz y en armonía.

Diego, y a él me refiero, es una persona cabal, generosa y bienintencionada. Honesta y honrada con sus amigos.Alguien que vive su vida sin tamizarla por la de los demás. Aunque también, todo hay que decirlo, cuando va de gira por las Tierras Altas de Escocia, se mueve expertamente en el uso y manejo de la lengua eslava de la parte más oriental de la Chequia y se trastabilla con una cierta facilidad durante la disertación tranquila y serena en las horas postreras de los saraos culturales. Estas dos últimas apreciaciones –también esto hay que decirlo– lo hacen único, irrepetible y proclive a la anécdota brumosa y amnésica.

 

Ya estamos más viejos querido hermano. Bueno, a lo mejor no más viejos  pero sí más experimentados; más curtidos y fogueados en este periplo vital que los versados suelen llamar existencia.

Baqueteados estamos en mil situaciones que, en otras vidas más pacatas, con una sola de ellas, se justificarían su paso por la suya propia y les resultaría suficiente y aceptable. Tú, nosotros, mis otros amigos, ya te digo, las contamos por miles.

No te puedes quejar querido Diego, amigo mío, de la intensidad vivida.  Tampoco, de lo mucho que te queremos. Siempre juntos. Siempre amigos.

 

***

EL CUMPLE DE CANDELA

EL CUMPLE DE CANDELA

Componen ambos dos, que no es redundancia sino empecinamiento, una de las parejas más sólidas y encantadoras que uno (que soy yo) haya metido voluntariamente en  la talega de los amigos fraternales que la vida regala no en demasiadas ocasiones.

Candela y Toni. Toni y Candela.

Candela, tiene el aspecto frágil y mimoso que sólo la fortuna proporciona a las personas bondadosas, serviciales y sensibles. Toni, para no quedarse atrás, también detenta una enorme parcela de amabilidad, indulgencia y –porqué no decirlo– una migaja de candor e inocencia. Tal vez sea, porque uno (que soy yo) desde mi mirador vital –algo más vetusto y achacoso– los observe resignado con una mezcla de admiración y envidia por mor de esa década que les llevo de ventaja en esto de la existencia.

Mi Candelilla, cumplió años. Cincuenta, que no son pocos, pero que para nada son muchos. Y lo celebró mi queridísima amiga, como es justo y apropiado en una chica de su esmerada educación y cortesía, con una fiesta que se tornó inolvidable e inmortal en la memoria. Por su inmensa generosidad. Por su conmovedora entrega y por su sempiterna predisposición y simpatía.

Nos juntamos trece apóstolos alrededor de su mesa en una casita de cuento que tiene en un parque natural de la provincia de Granada (no digo que fue en Zafarraya porque los mejores lugares se guardan  bajo secreto garantizado por la palabra de honor) y nos regaló una velada que, por no ser repetitivo y chinchoso, indicaré que fue memorable.

Nosotros–quid pro quo– le correspondimos con un precioso y cuidado photocall, un detallito, su tartita con velas, un video rememorativo de su vida y una canción que provocó mas de una risa en el ensayo previo realizado al amparo del retiro voluntario en la afamada Casa del Tío de la Tecla.

También le regalamos –fue, creemos, lo que más le impactó– la promesa de un baile erótico realizado por un par de boys contratados para el efecto en el prestigioso salón japonés de eventos «Minabo». Pero todo quedo en agua de borrajas para su consuelo y sosiego. Pobre mía lo que sufrió con la posibilidad del escarnio!

Estas son algunas de las fotos de dicho acontecimiento, solo unas cuantas. Y para terminar, al final de estas fotos, la letra de la canción compuesta por Diego «Espárrago» Cumpián y revisada métricamente por el  Reverendo Father  Cigalowsky. Cabeza visible que es de la Gorgonzola Family.

Te queremos una jartá Candela!  Y a ti también, Toninó! No sabéis cómo!!!

La próxima vez, si que habrá boys!!! Lo úro!!


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