LA COLLIE CHATA

LA COLLIE CHATA

  

Ocurrió esto, hace ya mucho tiempo; al principio de mi noviazgo con Santa.

Trabajaba esta atendiendo una tienda de regalos propiedad de sus padres.

Una tarde, pasó una señora solicitando información acerca de donde se encontraba un estanco cercano. Santa la informó amablemente y cuando la señora se disponía a irse, esta, volvió a acercarse al mostrador y le dijo:

– Es que voy a regalar un cachorro de Collie, porque mi perra ha tenido una camada de seis y ya no sé que hacer con ellos.

Mientras decía eso, sacó de un bolso grande que llevaba, un precioso cachorrito que hizo babear a Santa al instante. Oiiiiiiiiiiiii! Dijo Santa al verlo.

Inmediatamente y sin pensárselo dos veces, le dijo a la señora:

Si en el estanco no lo quieren, me lo quedo yo! Oiiiiiiiiii!! Que asioso!

Todo eso, sin tener en cuenta que sus padres se negaban absolutamente a tener cualquier animal doméstico en su casa.

Pasado un rato, volvió a entrar la señora en la tienda e hizo entrega del cachorrito a Santa. Patí! Le dijo la amable señora.

Mi Santa se volvió loca con el animalito. Le preparó una caja en el almacén, le puso agua y se puso a pensar en el nombre.

-Coco, se dijo; se llamará Coco!

A continuación me llamó por teléfono…

-Chatooooo… a que no sabes lo que “tenemosss”?

– Lo cuar? Pregunté yo.

– Un Collie!!! Un cachorro de Collie!!! Oiiiiiiiii!!

La verdad es que yo, que estaba acostumbrado a tener solo perros callejeros en casa de mis padres y que además TODOS se llamaban Cuchi, por deseo expreso de mi madre, como que mi hizo ilusión tener, aunque fuera en comandita, un perro de la clase y alcurnia de, nada menos que la raza Collie. Un perro Collie. Y no se llamaría Cuchi!!!!

Ni ná que íbamos a fardar con ese animal con su impresionante  pelaje, su elegante porte  y, sobretodo, con su prominente hocico.

Llegué a la tienda en un plis-plás, a borde de mi Mini Morris Van amarillo. Una suerte de coche fúnebre para enanos según algunos amigos maledicientes y envidiosos sin medio de locomoción propio.

 

Llegué ufano a la tienda y cogí de inmediato al cachorro en mis manos.

-Se llama Coco!!! Oiiiiiii!! Me dijo santa con una carita iluminada por la ilusión.

De dos cosas me di cuenta inmediatamente. La primera de que Coco era en realidad hembra. Así que de inmediato, Santa – sin pensárselo ni importarle lo más mínimo- le cambió el nombre por Coca.

De modo y manera que cuando nos preguntaban por el nombre de la perra, le teníamos que aclarar que se llamaba Coca por el refresco y no por su adicción.

De lo segundo que me dí cuenta, fue que la puñetera perra carecía del debido y obligatorio apéndice nasal puntiagudo.

– Una Collie Chata? Me pregunté en voz alta. Inmediatamente dedujimos que la madre de la susodicha estaba más cruzada que un paso de cebra.

En fins. No había mas remedio que joerse.

Llamó Santa a su madre; y para convencerla, le comentó los datos acerca del linaje de la perra y que era un regalo mío y que podían hacerme ese feo. Así que la madre no tuvo más remedio que adoptar a Coca. Por cohoness.

Seis meses duró el animal en casa de mis suegros. Los seis meses en que tardó la puta perra en devorar todos los bajos de los muebles de la casa de Santa. Los muebles del salón, los sofás, los muebles fabricados por el Tito Pepe- un magnifico carpintero a la antigua usanza- todo, absolutamente todo tenia una rasposa cenefa de madera astillada y roída de quince centímetros de altura. Todo.

Así que volvió a la tienda, donde convivía con el citado Tito Pepe- donde tenía instalada su carpintería- y con Santa que diariamente atendía la tienda en sí.

Coca era inmensamente feliz debido a los largos paseos que le dábamos Santa y yo y sobre todo a los platillos de vino dulce que le proporcionaba Tito Pepe vezencuando. Mayormente Moscatel.

Cuando yo llegaba, era tal la alegría que le producía mi presencia, que empezaba a dar altísimos saltos y a mearse a chorreones. Con lo que conseguía ponerme la nariz perdida a lametones y los pantalones pringando de meaos. Una alegría. Pero es que era cariñosísima la animalito.

Pasó algún tiempo y nuestra queridísima Coca enfermó de parvovilosis. Entre la mala praxis del veterinario y el puto virus, Coca acabó por fallecer. Causándonos a Santa, a Tito Pepe y a mí una pena irremediable por tan trágico desenlace. Estábamos destrozados.

Así que pensamos que debíamos de hacer con el cadáver. Y después de sopesarlo me dije, insensatamente, que mí querida perra Collie chata, no descansaría para siempre sino enterrada en el campo rodeada de árboles y pajaritos. Una feliz idea. Lo sé, soy un romántico.

Y un enorme gilipollas.

Así que me hice con un saco, con un pico y una pala y decidí que una altísima montaña a la que se llegaba con coche (porque a mitad de ella había un enorme aljibe) en el Puerto de la Torre de Málaga, sería el lugar idóneo donde deberían de reposar los restos de nuestra querida Coca.

 

Metí toda la impedimenta en el coche y me fui a la tienda donde, desolados, esperaban Tito Pepe y Santa con la perra tapada con unos trapos.

Llegué a la tienda y les explique en que consistía mi plan de enterramiento. Impedí con todo rigor que Santa me acompañase a tan penosa tarea y metí a la perra en el saco que tenía preparado al efecto. Salí en dirección al coche con semejante equipaje sabiendo que daba la mismísima apariencia del Hombre del Saco.

 

La metí en la mini furgoneta que adquirió en ese mismo momento el aspecto de Coche Fúnebre que tanto les gustaba decir a mis amigos. Los íolagranputas.

Llegué al Puerto de la Torre, me dirigí hacia el aljibe situado en la cima de la montaña, y allí entre algarrobos, encinas y almendros, con una impresionante vista sobre la bahía de Málaga, decidí que ese seria el lugar de descanso de mi querida perra. De Coca; nuestra Collie Chata.

Aparqué junto al camino, cargué en un hombro pico y pala y en el otro el saco con el cadáver canino. Temeroso, todo hay que decirlo, de que me viese la Guardia Civil con semejante pinta y disparase antes de preguntar. Empecé a andar un buen trecho.

 

Bajé como pude una ladera empinadísima que llevaba al clarito donde había decidido enterrar a Coca. Bajé como pude, ya te digo, pues además del peso muerto- que Dios me perdone la expresión- llevaba las manos ocupadas.

Solté con cuidado el saco en el suelo, cogí el pico y me dispuse a cavar.

Clang! Sonó la primera picada que además, me provocó una enorme sacudida en todo el cuerpo.

– Ahí hemos pinchao! Me dije. Y me desplacé unos metros buscando un sitio más idóneo.

Clang! Clang! Clang! Tres cimbreos más y tres latigazos y el suelo ni se enteraba. Estaré cavando en el Peñón de Gibraltar? Me pregunté.

Así que me desplacé otros diez metros más pallá para ver si encontraba suelo blando.

Clang! Clang! Clang! Clang. No había puta forma de hoyar el maldito suelo!!!

Los sudores me corrían por la frente, pues al esfuerzo del infructuoso picoteo, había de añadirle el ejercido por el traslado de tan infausto cargamento.

Clang! Clang! Clang! Clang. Clang! Clang! Clang! Clang.

IM-PO-SI-BLE!!!

Un suelo pétreo, compacto e inmensamente consistente se burlaba de mí a cada picada.

Así que desesperado, y un arrebato de cólera, cogí el saco por el cuello y dando tres vueltas lo lancé tan lejos como pude mandando a la perra a que tomara posesión de su ultima morada: es decir: A tomar por saco…

Recogí -sin mirar atrás- los trastos y subí jadeando la cuesta de vuelta al coche maldiciéndome a mi mismo. Metí apresuradamente el pico y la pala en el puto coche fúnebre y antes de meterme en este -con el corazón encogido por la pena- miré, para despedirme por última vez, a Coca.

Atónito me quedé!!!  No daba crédito a lo mis ojos veían. La mardita perra yacía fuera del saco patas arriba.  Tres de esas patas encogidas; pero la pata derecha delantera, tiesa como la mojama en un rictus que asemejaba de una forma harto elocuente a un saludo falangista.

 

Empecé a reírme con una risa nerviosa tremenda. Los ojos se me inundaban de lágrimas producidas al cincuenta por ciento por la risa y otro cincuenta por ciento por la pena.

La perra seguía abajo saludándome al mas puro estilo fascista y con la boca entreabierta. Parecía estar riéndose de mí pues tenía el labio superior levantado y enseñaba los dientes como divertida por la situación.

 

Así que me resigné y emprendí oootra vez la bajada de la ladera para acercarme al cuerpo yacente.  Miré a mi alrededor y divisé en cien metros a la redonda una gran cantidad de piedras de buen tamaño. Ofú lo que me espera!!  Me dije.

Así que me puse a recoger piedras una a una y trasladarlas junto a la perra. Cada vez que pasaba a su lado parecía decirme con el brazo alzado. Arribassspaña!!! Y se reía. La cabrona se reía.

Me tiré casi media hora trasladando piedras que iba situando alrededor de la perra cadáver y subiendo fila a fila hasta tapar casi por completo a la interfecta.

Cuando terminé la tarea, subí agotado y echando el bofe la cuesta otra vez para irme de allí de una puñetera vez. Maldiciéndome otra vez a mi mismo por la genial idea del sepelio campestre.

Una vez arriba, me volví para despedirme de ella por ultima vez, y entonces, me di cuenta de que el catafalco de piedra parecía un monumento a la teta, pues había un enorme montón redondo de piedras y arriba – como coronándolo- otro pequeño túmulo que le tapaba la estirada pata fascista, a modo de pezón.

 

Volví a llorar otra vez, pero esta vez, solo de risa histérica. Me monté en el coche y me fui de allí – ya casi de noche- completamente empolvado, sudoroso, con las manos hechas mierda y absolutamente agotado.

Cuando llegué a la tienda, Santa y Tito Pepe, estaban preocupadísimos por la tardanza. Antes de que me preguntaran,  les dije…Ya está descansando en paz la pobresita!

No le dije la verdad a mi mujer hasta unos años después: Cuando ya estábamos casados y teníamos a Olivia, nuestra perra fox-Terrier.

 

 

P.D. Si queréis leer otra historia, pero esta protagonizada por Olivia, lo podéis leer desde aquí: Se llama: La noche de bodas de Olivia.

 https://fathergorgonzola.com/2009/03/21/la-noche-de-bodas-de-olivia/

 

 

UN INFAUSTO DIA DE PLAYA

Anoche, tuve el privilegio de estar rodeado de buenos amigos de todos las épocas en el Restaurante Elementus de mi amigo Salvi.

 

Aparcamos – como tantas veces- bajo los eucaliptos frente al Balneario del Carmen.

Y entonces , me asaltó un recuerdo familiar.  Debió de suceder sobre  el año 1966, cuando yo contaba 9 añitosde edad.

Este es el relato de aquel recuerdo. De lo que al final resultó …

 

UN INFAUSTO DIA DE PLAYA.

Sábado por la mañana. Los hermanos –por aquel entonces al completo- disfrutábamos del día libre. Mi madre se afanaba en la cocina para preparar el condumio del medio día sabatino. Chanquetes con pimientos y huevo; todo ello debidamente frito. De primero – como era casi habitual en esa época veraniega- Gazpacho andaluz fresquito.

Porque he dicho que era verano, verdad? Pues lo digo.

Diez de la mañana. El día se presenta caluroso. Un magnifico dia. Los hermanos mayores habían decidido, con  el valor añadido de Jose Luis -novio de mi hermana Lourdes- el pasar la mañana en los Baños del Carmen. El Balneario del Carmen.

No contaban con la presencia del chiquitillo de la camada, el que suscribe: Father Gorgonzola. No entraba en sus planes cargar con un tierno infante porculero.

Pero, mi madre, siempre atenta conmigo y ,para de camino, descansar de mi, les obligó a cargar con el indeseado equipaje y de esa manera, me uní gozoso al grupo para  pasar la mañana dándome chapuzones en la playita. Ay! Que rico madre!

Así que iniciamos el rito playero de la época.

Desplegábamos la toalla encima de la cama. La doblábamos longitudinalmente por la mitad. A lo largo; situábamos el bañador encima de ella y la enrollábamos hasta formar un cilindro. Una suerte de albondigones trufados de Meybas.

Salimos andando pues con la intención de coger el autobús de línea  Alameda Principal – El Palo. Era una época en la que no había sino un solo coche en la casa: el del Pater Familias. En los días en que sucedieron los hechos un Morris Authi 1100. Importado de Inglaterra.

Salimos, decía, los tres hermanos, la hermana y el novio de la inefable al que cariñosamente apodábamos en la familia “El Pella”

Nos trasladó al fin el autobús hasta la misma puerta del Balneario del Carmen. La parada estaba situada en una  gran arboleda de eucaliptos que daban sombra a los escasos coches que esperaban a la fresquita el regreso de los bañistas.

La entrada a los Baños del Carmen, pasaba por el ritual del pago pertinente en las taquillas. Pagabas lo estipulado y tenias derecho – entre otras cosas- a una especie de garita unipersonal que te servia de vestuario y de cabina para guardar la ropa y tus pertenencias.

Dos había que pagar; una en la zona de los hombres para la muchachada varonil. Y otra para la hermana. En aquella época todo estaba dividido por sexos. Incluso en la playa -y dentro del agua- como unos cincuenta metros había una cuerda que separaba una zona para hombre y otra para mujeres; aunque ya no eran las normas tan rígidas y cohabitaban los dos sexos en  toda la playa.

Nos cambiamos y llegamos en tropel a la playa ansiosos y deseosos de meternos inmediatamente en el agua. Pero Oh Desdicha! Una mancha enorme de alquitrán flotaba en toda la orilla y se extendía hasta casi el final de la cuerda. Unos cincuenta metros. Imposible bañarse en ese mar de betún.

La desilusión de Father fue absoluta. Todos los planes de chapoteo se habían transformado en chapapoteo. Aunque esa expresión aún no se conocía.

Nos tumbamos en la playa haciendo huecos en la arena para extender las toallas sin que estas se manchasen con el negro y peguntosísimo alquitrán que ardía al sol implacable del mes de Agosto malagueño

Nos sentamos. Nos tendimos y al sol. Que remedio.

Al cabo de una hora, al que suscribe, se lo llevaban –literalmente- los demonios (Siempre he sido un culillo de mal asiento) confinado en mi particular campo de concentración de apenas dos metros cuadrados. Los nervios me podían. Mecagontóloquesemenea.

No soportaba esa ausencia de agua fresquita y esos baños liberadores de adrenalina y de rebosante vitalidad como tierno infante que era.

De pronto la solución se puso a mi alcance en forma de barca varada en la playa.

En aquella época solían haber barcas dispuestas para el alquiler en la playa a disposición de los bañistas.

Amosalquilarunabarca!!!  Dije con alborozo sabiéndome poseedor de la solución perfecta del día de baño.

– Anda niño! Tú sabes lo que vale eso? Respondío mi hermana.

– Amosalquilarunabarca! Repetí.

– Que no!! Volvió a decir.

– Amosalquilarunabarca, Amosalquilarunabarca!

– Qhedishoquenó!! Y dehadápoolsaco!

– Amosalquilarunabarca, Amosalquilarunabarca! Amosalquilarunabarca,   Amosalquilarunabarca! Amosalquilarunabarca… Arf! Amosalquilarunabarca!

Lourdes!!! Dijo el Pella: Vamos a alquilar una barca para que se calle el oíoporculo niño!!!! A ver si se calla de una puta vez!!!

Nos levantamos los tres hermanos jubilosos y junto al Pella nos dirigimos al sitio, donde estaban las barcas, mirando con displicencia al resto de los bañistas -que sudaban la gota gorda- frente a un mar de ébano coronado con dos dedos de alquitrán a lo largo de toooda la costa que podíamos divisar.

Pagó Jose Luis al marinero que nos miraba de forma ciertamente rara. Botamos la barca. Apartamos el alquitrán como pudimos para adentrarnos en el mar y subimos afanosamente en la puta barca.

El hueco azul entre la negrura se volvió a tapar rápidamente y todo- de nuevo- se tornó negro brillante como el azabache.

Bogábamos pletóricos hacia el lejano mar azul. Father Gorgonzola iba delante, en proa, de pie, tal si fuese un enorme mascarón de proa. Ufano se le veía sabiéndose el autor de tan magna idea. Nosepúesermastontos!!!! Pensaba acerca de los acalorados bañistas, que sentados en la playa, observaban lo que sucedía en el mar.

Avanzaba la barca en ese apagado y tenebroso mar dejando una estela que –como sucedió en la botadura, se cerraba inmediatamente esfumando el rastro efímero de limpieza.

Miraba yo, otra vez, con un cierto deje de desprecio al resto de los bañistas – sin comprender-como eran incapaces de haber pergeñado plan de baño tan genial.

Llegamos por fin a la zona libre de betún y brea.

Lourdes nos hacía señales desde la orilla. Mirad!! Dije!! La niña!!!

Lourdes nos saludaba desde la playa. (Movía esta los brazos agitadamente como queriendo avisarnos de algo)

Correspondieron mis hermanos y el novio de la prójima con saludos efusivos sin enterarse, por supuesto, de lo que esta les decía.

El pequeño Father le propinaba sonoros cortes de manga sabiendo que había sido su principal adversaria en la consecución del fantástico y límpido baño que les esperaba. Nostonta!!!

Ahí te quéas tó zudoroza! Maharona!!!

Sin pensarlo dos veces, nos tiramos los cuatro al agua. Un agua transparente y cristalina como nunca la habíamos visto. Lejos de la orilla el agua azul tenía una frescura inusual y enormemente revitalizante.

Nadamos y chapoteamos durante un buen rato. Un rato muy muy largo.

Agotados por el esfuerzo de permanecer en un mar sin fondo donde apoyarse, decidimos subirnos de nuevo a la barca y volver a la playa donde, una sudorosa y mosqueada hermana, me haría pagar los cortes de manga,s ejecutados con una absoluta maestría, hacia algo así como una hora. Aunque para eso, tenía que cogerme.

Nadamos hacia la barca cuando de pronto -horrorizados- nos percatamos con estupor  de la enorme banda negra de un metro de altura y, al menos, tres dedos de espesor que circundaba la puta embarcación. Nos han jodío!

La rodeamos con la esperanza de hallar un paso libre de pez. Nunca mejor dicho.

Ningún paso se abría por estribor, ni por babor, ni -Oh My God- por proa. Lo único que yo tenía claro era la popa. La popa que es por donde nos iban a dar irremisiblemente a los cuatro avezados navegantes.

Así que se estudió la forma menos dramática de afrontar el suplicio del inevitable embetunado.

Trataron los hermanos mayores y el cuñado, intentar subir al Father a pulso para que, al menos, uno saliera indemne de la humillante situación. Pero al carecer de punto de apoyo, era materialmente imposible.

Así que no quedaba otra solución que la del inevitable restriegue.

El que alguna vez se haya subido a una barca desde el agua sin escalerilla, sabrá del titánico esfuerzo que se requiere. Podéis imaginar, si además – como adorno- tenéis que hacerlo por una superficie húmeda y pegajosa y resbaladiza a la vez?

Un dislate.

Subimos a durísimas penas a la barca. Al Father, al final lo arriaron con el casi descoyunte de brazos. Todos con la parte delantera del cuerpo que no era otra cosa que la verdadera imagen de Nat King Cole. Agravado el caso en mi cuñado Jose Luis, que al ser muy piloso, los pelos se le arremolinaban en el pecho y en las piernas conformando un enorme muestrario de caracolillos al estilo de Estrellita Castro.

Debidamente calafateados nos encaminamos horrorizados hacia la playa presuponiendo la vejación que sufriríamos al llegar a esta playa y contemplasen los bañistas descojonados, comos los Four Tops desembarcaban de su gira por allende los mares.

Cuando llegamos donde nos esperaba mi hermana, nos recibió con un lacónico: Gilipollas! Que fatiguita, Dioss mío, prosiguió. No se puede ser más gilipollas!!

Jose Luis, completamente embadurnado, le espetó –a modo de disculpa-  Luli… Y ella fulminándolo con la mirada  -como solo ella sabía hacerlo- le dijo: Y tu! Tú, eres el más gilipollas de todos!

Nos fuimos camino de la ducha sabiendo que la limpieza del alquitrán era una batalla imposible de ganar. Después… un humillante paseo en autobús.

Mientras en la casa, nuestra madre, preocupada por la tardanza, esperaba impaciente para freír de una vez los malditos huevos que acompañarían a los pimientos fritos y los chanquetes.

UN DIA EN LA LEGION.

UN DIA EN LA LEGION

Finales de los Ochenta.

Luis C. se disponía obligado – por fuerza mayor- a cumplir con los deberes patrios. Es decir, lo obligaban a irse a la puta Mili.

Tenía que irse- irremediablemente- un sábado por la mañana, así que los amigos, que para eso estamos, decidimos agasajarlo con una inolvidable despedida que fuese recordada por el homenajeado durante toda su vida. Como así sucedió.

Acabamos – esa noche, no sabemos como- de día; un par de horas antes de la partida, tirados todos bocaarriba muertos de risa en una pista de hielo llamada Bobby Logan y con un colocón de campeonato… De esa guisa, acompañamos a Luis C. a recoger el petate- terrible palabra como se comprobará mas adelante- a su casa; y de allí al Paseo de la Farola 11. Comandancia de la Marina de Málaga.

Justo cuando iba a subir en el autobús que lo llevaría al campamento de reclutas – estando todavía en un mar de irrealidad producido  por la despedida- se dio cuenta de que se había olvidado las gafas de sol. Horroeur !!!! Así que no tuve más opción que regalarle mis Ray-Ban para que saliera del paso y ademàs, no le vieran los ojos.

Se las puso y allá se fue. Y pasaron los meses, ya destinado en Málaga en la antedicha Comandancia de Marina, uno tras otro. Lentamente.

Luis C. se había acostumbrado, que remedio, a la escasa-nula disciplina de la comandancia. Allí, el ambiente multidisciplinar, nada tenía que ver con el implementado en otros centros militares. Los horarios eran como más flexibles y las guardias se reducían- si las había- a permanecer en la Comandancia ahogando las horas con partidas de cartas, catas de diversos brebajes  e interminables periodos de siestas.

Además se había hecho intimo del médico: Paco M. el cual no solo lo acompañaba en melopeas y vacilones, sino que además le prescribía las pertinentes bajas cuando le eran solicitadas por el patriota Luis C.

Siempre al servicio de la nación. Valientes por Tierra y por Mar, según rezaba el lema de este honorable Arma. Infantería de Marina.

La ausencia- que no falta- de disciplina, tenía su culmen en el tratamiento a los Jefes, Oficiales y Suboficiales que estaban en la citada comandancia. Dado que… cuando en, pongamos por caso, Infantería, era Su Excelencia a Generales; Usía de Coroneles pabajo, y de ahí…Mi Comandante…Mi Capitán…Mi Teniente… Mi Alférez…y siga usted asi hasta el final del escalafón. Menos al cabo, que era y es lo que se dice una mierda a la izquierda…

Pues … En la  Comandancia de Marina de Málaga, como que no!

Allí imperaba el Usted y el Don. De modo y manera que el mismo tratamiento se llevaba el Capitán de Fragata, el Teniente  de Corbeta, el Sargento Primero  e incluso el Cabo Mayor: Mirusté!

Eso si, como deferencia especial se le anteponía el Don al nombre propio. De modo y manera que cuando se dirigía a un, pongamos por caso,  Capitán de Corbeta, se hacía de esta manera…. A sus ordenes! Don Marcelino: Mirusté.

Y sabéis una cosa? A nadie le importaba. Ni a los mandos, ni a las clases, ni tan siquiera al Estado Mayor. Con tal de que no se resquebrajara la tranquilidad que reinaba en dicho acuartelamiento. Un remanso de paz en un mundo de guerra.

Y así pasaban los meses, ya te digo, en la Comandancia de Marina de Málaga. La única ocasión en la que se rompía esta monotonía, era cuando, contadas veces, los marineros debían de acudir al puerto a amarrar a los buques de la Armada que atracaban en dicho puerto. Justo enfrente, todo hay que decirlo, del  mar de la tranquilidad que era la citada Comandancia de Marina. Paseo de la Farola ,11.

Llega la Semana Santa. Semana Grande en la ciudad de Málaga. Y el día mas grande de la Semana Grande -era y es- El Jueves Santo, no solo por tener lugar  ese día los mas importantes desfiles procesionales, sino porque ese día desfilan los Caballeros Legionarios en la Cofradía de Mena. Acompañando al Cristo de la Buena Muerte.

Así que ese día por la mañana, o el anterior -Miércoles Santo- se congregaba una ingente multitud para observar en directo el desembarco de las tropas desde el barco de guerra al son del Himno de la Legión. Incluida  la cabra tocada con el sempiterno Chapiri y su borlita pendulona. Ah! Y un antiguo mando con luenga barba blanca que siempre me recordaba a un amigo de la juventud: Juanito El Largo.

Luis C. estaba ese día en la Comandancia observando como en Puerto de Málaga se atestaba de público esperando el ansiado desembarco. Cuando de pronto se le iluminó la mente con la genial idea!!! Y se dijo…

–         Amoavé…Si yo tengo la oportunidad única de contemplar el desembarco de los Lejías y en primera fila sin aguantar aglomeración ni bullas ni ná!!!

Así que se presentó voluntario –la única vez que en su vida se ha presentado voluntario a algo- para amarrar el buque que transportaba a los Novios de la Muerte, junto con tres compinches que estaban encantados de ser incluidos en la sagaz estrategia del amigo Luis C. Soldado de Infantería de Marina que era. Que eran.

Y allá se fueron los cuatro. Entraron en el Puerto de Málaga y allí que se apostaron a la espera que llegase el barco transporte de tropas. Mientras, el público se apretujaba en una inmensa explanada donde apenas cabía un alfiler. Que agobio, joer.

En esto que llega el barco….atraca y echa amarras. Displicentes como nadie, Luis C. y el trío de incautos, se aprestan a amaromar el barco a los norayes del muelle;. Lo hacen, se separan y se retiran unos metros a fumarse tranquilitos unos cigarritos a la espera del espectáculo que empieza.  Vaya si empieza!

Baja corriendo al paso legionario la banda de música al son del Himno del Cuerpo. Se sitúan bajo el navío y empieza el despliegue de la soldadesca. Cabra con Chapiri incluida. Y borlita.

(Obsérvese con que disimulo el Capitán General que pasa revista a las tropas, pide – con su mano derecha, le pasen el porro de grifa )

Empiezan a bajar y a formar. Decenas de ellos. Cientos de ellos. No desfallecen. El público grita y aplaude enfervorecidamente. Cada Compañía mandada por su Capitán. Cada Sección por su Sargento. Cada Pelotón por su cabo. Y Luis C. y compaña seguían disfrutando del espectáculo lúdico- militar. Que bonito, ío! Dame fuego, pishita!

De pronto, inesperadamente un sargento bajo y rechoncho como una tachuela se dirige a ellos y les conmina:

–         Fííínmesss!!! Fínmes ya!!!! Zocabrones!!!  Que me voy a cagá en tó vuestra puta madre!! Zocabrones!!!

Luis C. y el trío Calavera lo miran asombrados -con el cigarrito en las manos-  y miran hacia atrás buscando a los  desdichados receptores de la sarta de improperios procedentes de la boca del achaparrado sargento. Caballero Legionario Cristino Teigueiro.

–         Qués a vozotros copón benditoo!!! Fíinmmes ya, conniooo!!! Zocabroness!!!

Los aterrorizados infantes de Marina, intentan acordarse de cómo era la posición de firmes que le enseñaron, infructuosamente, parecía ser, en el centro de reclutamiento; y tirando los cigarrillos, pegan las manos al cuerpo, tratando de desperezarlo lo mejor que podían.

–         Kienstár mando!!! Einn?? Kiénstár mando!!!

Automáticamente los dedos de tres traidores señalaron a Luis C. Padre intelectual de la fantástica idea de acudir a ver a los Lejías al Puerto.

–         Venacapacá! Le dijo el terrible Y atachuelado Sargento Cristino.

–         Mira! Tu veh eso doh camioneh ????

–         Póo yas  táis bajando tó lo de dentro eshando leshe !!! Amoss!

Cuando soltó la frase, todos miraron en dirección al índice –alzado  metro y medio sobre el suelo del íolagranputa subjefe legionario Cristino.

Allí se encontraban –aparcados-  dos gigantescos camiones de Intendencia del Ejercito, cargados hasta arriba -no cabía uno solo mas- con los petates de los Lejías; con sus pertenencias y su tradicional alijo de Grifa. Pal trapisheo.

Se miraron consternados los infantes mientras los Caballeros Legionarios desfilaban a paso ligero entonando el Novio de la Muerte y la Cabra miraba bizqueando -a causa de la borlita- a Luis C. Como conmiserándose de él ante el mundo de trabajo que le quedaba por delante.

Mucho más después, el público feliz por el espectáculo ofrecido por la soldadesca, abandonaba la explanada que a cada momento se tornaba más calurosa, solitaria e inhóspita. A las siete de la tarde – agotados- Luis C. y su triunvirato de Infantes de Marina, seguían, mareados ya, descargando la inacabable montaña de bultos. No se sabe si por el esfuerzo o por el tufo a hierba que expelían los putos petates.

Una vez acabado el ímprobo trabajo, se acercó Luis C. al ínclito Sargento Cristino y le comunicó:

–         Suordeness Mi Saennto! Ya hemos tenminado. Manda Ud. alguna otra cosa?

El Rompetechos vestido de verde, sopló- desenfadadamente- la  borlilla del Chapiri, y le dijo..

–         Namás!! Se podéi sir.

Antes de retirarse, Luis C. le preguntó al Sargento …. Mi Saennto! Me permite dirigirme a Ud?

–         Ea! Respondió el bolindre

–         Que verausté, mi Saennto! Questaba yo planteándome irme de voluntario a la Legión…Pero va a ser que no!

El Patatero lo miró de arriba abajo y le dijo…

–         Maricooooónnnnnn…Vete yaa… Maricoooónnnn …Jantes de que te folle. Zocabrónnn!!

–         Suordeness Mi Saennto!

Y se fueron.

Y ahí acabo el único día en que Luis C. Sirvió  en el 4º Tercio de la Legión “Alejandro Farnesio”.

Arriba España!!

Viva La Legión!! (Y la cabra)

Nota Bene:

Cuando Luis C. lee su historia, aquí referida, tiene a bien hacerme algunas salvedades que contribuyen  a complementar dicha historia. Es por lo que incluyo estos comentarios; para salvaguarda de la verdad.

No obstante en mi descargo, debo de decir, que esta anécdota me fue contada en unas condiciones no demasiadas ortodoxas y que ante todo, debo de acogerme a las licencias literarias.

Estos son los comentarios…

Básicamente, la historia es así, aunque tengo que hacer algunas aclaraciones. A saber: No fuí Infante de Marina, no, la Infantería era mucho mas disciplinada. Serví en la Gloriosa Armada Espàñóla, pero en la Marinería, cuya disciplina era mucho mas laxa y en concreto, en el nº 11 del Paseo de la Farola, inexistente. Es cierto, que a Capitanes, Tenientes, Sargentos… los llamábamos D,. Manuel, D. Pedro, D. Juan…, pero jamás recuerdo haber dicho (ni yo ni nadie) «a sus órdenes» D. Pedro. Por ejemplo, si un compañero me decía que me llamaba D. Pedro, tal compañero no decía «a sus órdenes, D. Pedro», simplemente decía: «D. Pedro, que dice Luis que ahora viene, que está terminando de tomarse un café». Era, digamos, como mas familiar.

Otrosí: (Esta aclaración es de vital importancia sobre lo acaecido en el Muelle de Málaga). No es cierto que hubieran dos camiones cargados de petates, sino mas bien, dos camiones vacíos para cargarlos de petates, que nos tiraban desde el buque por la amura de babor, lo cual era mas gravoso, pues si bien por sí mismos, los petates tenían un peso mas que suficiente para hacer penosa nuestra labor, este peso se incrementaba gracias a la altura, mas que considerable, de donde eran arrojados para nuestra recepción. Así, una vez recepcionados, lo íbamos traslandado con suma delicadeza a los camiones, para que a las siete de la tarde, ahora si, estuvieran ambos camiones llenos y los cuatro de la tropa conmigo al mando, volviéramos al Paseo de la Farola nº 11, con la satisfacción del deber cumplido hacia la Patria.

Lo que todavía, a día de hoy ignoro, es porqué los tres marineros que estaban a mi mando, me retiraron el saludo. Algo debieron hablar entre ellos, intuyo.

   Pero sí. Puedo decir orgulloso que serví un día en la Legión Española en el tercer tercio, cuarta bandera…. o algo así. VIVAEEEESPÁÑA.

EL FESTIVAL DE CASARABERMEJA

 

A finales de los 70’s , Luis Centeno era un conocido y reputado cantautor malagueño.  

 Como se daba la circunstancia de que poseía una estupenda y particular voz y tocaba la guitarra estupendamente, tuvo a bien musicar muchos de sus poemas que de esa manera quedaron transformados en canciones

 Daba recitales en no pocas instituciones de la ciudad así como en diferentes centros de enseñanza donde cosechó muchos éxitos y, por que no decirlo, un nutrido grupo de seguidoras que babeaban con las letras románticas del bicho.

 También era cierto, que para sacarse sus buenos duros, se presentaba a diferentes festivales de Málaga y la provincia y que por mor de su buen hacer –y también por la pléyade de buenos músicos que le acompañaban- conseguía ganar muchos de ellos. Pasta gansa.

Eran algunos de sus músicos –entre los que se encontraba el que suscribe, como guitarra acústica y armónica- eran, digo, reputados músicos del momento. Yo no, aclarémoslo.

 Antonio Luis Gil –hoy guitarra y arreglista de Danza Invisible. Alberto Von Thode, José María Alonso (que nos hacia el favor), Ángel Céspedes. E incluso su afilado hermano que daba unos preciosos trinos al laúd o a la bandurria que quedaban la mar de resultones.

 Nos presentábamos a muchos y esta, es la historia de uno de ellos: El Festival de la Canción de Casarabermeja.

Corrían tiempos convulsos. Acababa de morir Don Claudio. Tiempos politizados donde la canción de denuncia política y de reivindicaciones autonómicas copaban todo el sector de la canción en España. Sobre todo la de los cantautores. Más si cabe en Andalucía.

No se podía decir que Luis fuese un cantautor comprometido- aunque tuviese, ni que decirlo tiene- sus inquietudes politicas y democráticas. Claro que si.

Pero no iban sus textos por ahí. No.

No iban sus textos, digo, reclamando libertades ni desplegando banderas. No.

El seguía arrugando tálamos y regando jardines, a golpe de poemas. Musicados o no. Diciéndole a las periquítas que sentía vacía su almohada y cosas asi.

Sigo…

Surgió la oportunidad de concursar en un festival que se desarrollaría en el pueblo de Casarabermeja.

 

Vio – con ese olfato que Dios le ha dado, -es evidente-  que podía haber tema y se puso a componer la canción a presentar al concurso de marras – en teniendo en cuenta, claro que si, lo que se cocía en esos momentos en Andalucía.

Formó un grupo de amigos músicos acompañantes que al final se transformó en élite. Compuso una aturrullada canción hablando de  tierras verdes (En Casarabermeja !!!) y de campesinos laboriosos (En Agosto!!!). Y la ensayamos hasta el hastío. Hasta el estío, mejor podríamos decir, dado el calor que hacía.

Préstame tu pueblo amigo

Préstame tu sierra verde

Que quiero vivir  tranquilo

Hasta el día de mi muerte

Y cosas así. Masssomenossss.

Llega el día del Festival de la canción de Casarabermeja.

Salimos en tropel desde Málaga en autobús. Tós juntos: Cantautor…músicos….un montón de amigos…y groupies. Ah! Y las hermanas del cereal poeta que nunca faltaban…

Llegamos al pueblo con un calor del millones de demonios. Y entramos en el recinto donde se celebraría el concurso. Justo al lado de una enorme piscina junto a la cual se celebraría un posterior ágape para las autoridades, invitados distinguidos y participantes en el evento. Un refrigerio que se llamaba antes.

BIENVENIDOS AL IV FESTIVAL DE LA CANCION DE CASARABERMEJA

Decía una enorme pancarta.

Comienza el festival.

Se van desgranado las actuaciones poco a poco. Observamos que todas las composiciones de  los participantes tienen un componente de denuncia política que tiran patrás. Y que cada vez que se aludía al campesino rebelde, a la bandera blanca y verde, al cacique explotador o a la madre que lo parió, el público estallaba en aplausos. Exaltación política! Muera el capital! Y eso de que el pueblo unido jamás sería vencido.

 

Se enciende el piloto del concursante poeta. Luis Centeno que es. Y esgrimiendo un bolígrafo azul  Bic- Cristal. Nos amenaza: Ninios…una estrofa mass! Hay que hacer una estrofa masss. Y no dice nada más.

Ansin nos quedamos ö

Y llega nuestro turno. Ha llegado el momento de la verdad.

Subimos. Nos sentamos comenzamos a tocar y… empieza la actuación…

Préstame tu pueblo amigo

Préstame tu sierra verde

Que quiero vivir  tranquilo

Hasta el día de mi muerte

Y tal…y tal… y tal…

Hasta que por fin llega la última estrofa; y sin haberla ensayado… Canta el vate:

Dicen tantas cosas tuuyassss

No se si serán verdaaaad.

Pega tres enormes rasgueos de guitarra. Nos callamos los músicos como putas… y con un impresionante vozarrón grita:

Peeerooo es que Casarabermeeeejaaaa …

Mee suenaaa a miiiii a liberrrrtaaaaaaaaá!!!!

 

Y acabamos todos tocando -con la boca abierta de la sorpresa- como si lo hubiésemos ensayado mil veces mientras  los asistentes puestos de píe vitoreaban al  joven cantautor malagueño que tan bien había retratado el espíritu andalucista del pueblo y aplaudiendo a rabiar. Viva Casarabermeja!

Primer premio nos dieron. Tal y como te lo digo, Rodrigo! Copa de plata y tres mil duros.

COLOFÓN.

Como fin de fiesta, ya he comentado antes, que habían preparado un ágape. Estábamos todos alrededor de las mesas, donde habían colocado un surtido muy variado de viandas, esperando a  que las autoridades civiles y militares, acabasen el discurso apropiado.

Entre todas las viandas habían dispuesto tres enormes bandejas de melón con jamón con una pinta exquisita.

Nada mas acabar el último discurso, el grupo de músicos, de amigos,  de groupies,  de hermanas y el propio vate, rodeamos a la velocidad de la luz las tres bandejas de melón con jamón. Para un segundo despues, dar un paso atrás y dejar las tres bandejas con el melón incólume pero sin rastro alguno de jamón a la vista de todo los demás comensales.

Una vergüenza, Opá. Una vergüenza.

Horas más tarde, el conductor del autobús tuvo que meternos uno a uno en el vehículo a golpe de descabello.

Y el día que a mi me falte el sol

Meted mi cuerpo en la sierra verde

Para que pueda sentir vida

En vez de muerte.

 

Muerte, lo que se dice muerte…la que llevabámos nosotros bajando hacia Málaga con una resaca impenitente; en una carretera imposible, y que era un mar inacabable de curvas. Zuputamadre!

Por la jerola! baby. Por la jerola! Yaa te digo.

 Casarabermeja. Circa 1976.

UNA NOCHE CON FITO PAEZ….Y CON BOLINDRE

  

Todo empezó con una llamada de nuestro cuñado ofreciéndonos unas entradas para un concierto de Fito Páez en el Teatro Cervantes de Málaga. Putamadre!

 Empezamos Santa y yo a dar saltitos de gozo y júbilo tarareando el…Por la booca viiiiivel peeeezzz…….

 Cuando al rato nos damos cuenta de que ese no es el Páez sino el de los Fittipaldis. Chasco. A ver lo que nos ofrece el argentino. Recordamos algunas canciones de este y sus colaboraciones con  Sabina y Calamaro.

  Parecen el nombre de un bocata. Manolo!!!!! Ponme uno de Sabinas y Calamaros!!!! Y una servesita fresca!!!! Arfavó!

 Nos aventuramos a leer referencias del concierto en la red. Para situarnos.

 Buena pinta si que tiene: Siete músicos y el Flaco.

 Así que desechamos la visualización del partido en casa del inefable Girilín y nos vamos pal Cervantes.

 Media entrada en el teatro. Suficiente para darle ambiente al concierto. Además la inmensisíma mayoría de asistentes son argentinos. Me pregunto si habrá algún argentino todavía en Argentina. Aparte de los gallegos, claro.

 15 minutos de retraso. Nos distraemos Santa y Father en observar el público que se distribuye alrededor nuestra. Sólo oíamos… Boludo!!! Pelotudo!! Vós!!  Píbe!!!  Chifla boludo!!! Sabés chiflar??? Que padrísimo!!

  En ese momento, antes de empezar ,llegan por el pasillo –estábamos en el patio de butacas- tres chicas: una altísima, otra normalita, y otra bajita de cuerpo que se llama. Gordita, muy gordita….extremadamente gordita. Bolindre podríamos decir. Sandalias de tacón. Pantalón pitillo pegadísimo a un culo ciclópeo. Camiseta negra de tirillas que dejaban al aire dos michelines sobaquiles que se asemejaban  a algo parecido a dos albondigones.

 Larga melena rubiisima. De bote, of course.

 Se ponen dos filas más adelante que nosotros; y al hacerlo, solo le sobresale la melena leonina por detrás de su butaca. Nada que objetar por ahora……quince minutos de retraso.

 Quespera el boludo del Fito? Se pregunta un Argentino de la Provincia de Rosario, sin ir más lejos. De esta procedencia, nos enteraríamos mas tarde.

 Comienza por fin el espectáculo con el aviso por megafonía de que estaban prohibidas las cámaras… los videos y de que se apagasen los móviles.

 Salta Fito al escenario y una nube de flashes inunda la sala. De nada ha servido el aviso. Problemas de idioma, supongo yo.

 Inicia  Don Fito con un impactante y rockero Folis Verghet que hace que Santa y yo nos miremos y asintamos con la cabeza.Nos congratulamos, que espectáculo nos espera!!  No lo sabíamos bien; todavía.

 Nada más sonar el primer acorde. Da Bolindre un salto espectacular e inesperadamente ágil y comienza a dar saltos en la butaca ante la atribulada mirada de veinte personas a la redonda. A su redonda, nunca mejor dicho.

 Desde atrás –que es desde donde la veíamos- solo se veía una melena rubiiisima agitándose al viento coronada con dos bracitos regordetes que subía y bajaba alternadamente y una uñitas pintadas de negro que completaba el demoníaco espectáculo. Las mollitas del sobaco tenían vida propia

 El concierto sonaba magníficamente. Tres teclados (un grandioso Roland el del Fito) dos guitarras eléctricas, una acústica. Un bajo y una batería completaban el elenco. Seguía el concierto.

 El griterío de los argentinos de la sala acompañaban las canciones y, todo hay que decirlo, daban un magnifico ambiente

 Seguía desgranando Fito, muy amable y simpático, canciones una tras otra.

 Bolindre seguía saltando como una posesa. Sentada. Saltaba sentada al borde de la butaca y los que estaban a su lado saltaban involuntariamente debido al vaivén provocado por tan tremendísimo culo. Seis, al menos, a su derecha. Otros tantos a su izquierda.

 No se agotaba la joía! Saltaba y saltaba en su asiento, En el borde de su asiento. Ya todos los que la rodeábamos, estábamos mas pendientes del crack del moribundo asiento que agonizaba entre crujidos, que del propio concierto.

 Los cuellos de los compañeros de fila crujían también al compás de las culadas de la posesa Bolindre.

 Llega un momento de calma. Una preciosa canción: Te ví , que sosiega momentáneamente a la bahíta de cuerpo fan. Ser limita solo a levantar los brazos y balancearlos al aire acompasadamente. Los de los asientos de atrás, tendrían que estar cagándose en todas sus mulas. Encenderá un mechero también?

 Llueve sobre mojado….empieza el tema y Bolindre, salta de nuevo como un resorte, Esta vez ya de pié, entre las butacas, impidiendo la vista a los de atrás completamente. La joíaporculo no para de levantarse, sentarse, levantarse, sentarse, levantarse. Un puto resorte. Se sienta.

  El movimiento de los brazos provoca que por encima de la sisa de la camiseta negra de tirillas que lleva, asomen los dos michelines que se asemejan a las tetas del juicio.

 Salta, salta, salta…no para la ialagranputa. Salta, salta, salta. Es agotador solo el verlo. No para!!! Sigue saltando.

 Dormir contigo es estar solo dos veces. Es la soledad al cuadrado canta Fito, que de vez en cuando, miraba a la descosida y escocida espectadora.

 Coge Fito la guitarra. Guapo!!! Oye éste y aprovecha para dirigirle un comentario – Vós tené cuidado que serás la próxima!!!-  el patio de butacas ríe. Menos la fila de ella, que no solo está hasta los cojones de la saltimbanqui, sino que además, tienen todos un considerable dolor de cuello producido por el indeseado vaivén….Tortícoliss..Viste???

 Coge Fito la guitarra, digo, y se pone a chillar nombres de ciudades. Cada nombre que decía, cada salto que daba en el sillón la peliteñida de los cojones. Bolindre del diablo.

 Guitarrazo….La Paz!!!!…Crack! Restallaba la butaca

Guitarrazo…Buenos Aires!!!!!…Crack! crujía el asiento entre sollozos de terciopelo

Guitarrazo…Madrid!!!!… Crack! Chirriaba en maderamen

Guitarrazo…Rosario!!!! Gritaban como locos los de atrás. Ahí nos enteramos de la procedencia.

Guitarrazo…Venezuela!!!!…..Crack saltaba la puta pequeña langosta.

Guitarrazo…Máaaalaaagaaaa!!!!!! Crack! Crack! Crack!  No se como resistía el mártir sillón

 Y empieza un tema que nos pone los pelos de punta. Peliteñida incluida.

 Todo el  mundo de pié. Aprovechan los gorgonzolas, para quitarse de en medio a la saltarina bolindre y terminan de ver el concierto en la tranquilidad de la solitaria parte de atrás del patio de butacas. Oasis de reposo bolindrón.

 Salen unos minutos antes para tomarse unas cervezas con unas amigas que estaban esperando en un bar en las inmediaciones del Teatro Cervantes.

 Cuentan a estas la odisea de la satánica seguidora, cuando, en un momento dado, volvemos la cabeza y…Allí…Allí, estaba  la joiaporculo. Sentada con las dos amigas. Absolutamente derrengada en el sillón de una terraza de un bar. No sabía este de lo que se estaba librando.

 Al rato le ponen delante de las narices un enorme trozo de carne asada. Suponemos que será un bife de chorizo.

 Ajolá ze le atragante. Que decía Juan de Dios. Jaté!

FARMACIA DE GUARDIA

 

FARMACIA DE GUARDIA. Noches de Blanco Sostén.

 Basado en el relato “La Caja de Condones” de Miguel “Anónimo” Rufián . (Por que así, él lo prefiere)

 La noche era tan bella y tan hermosa, que no hacían falta estrellas rutilantes que iluminaran el terciopelo negro que conformaba el firmamento. Selene – la Luna – estaba en su apogeo de brillo y tamaño y un halo luminiscente la circundaba. Como coronándola reina de la noche.

 La brisa era agradable, aunque amenazaba lluvia. Todo era tan idílico y tan paradisíaco, que solo de referirlo, ahora, me están dando arcadas.

 Además, a Juan Antonio Miguel, fitetú, le picaba la pisha.

 Atrozmente. Como solo pican las pishas en determinados y puntuales momentos que necesitan el amparo del cobijo.

 Dábanse arrumacos y caricias Juan Antonio Miguel y su chica: Penélope; a la que  todos le llamábamos, cariñosamente, Pene. Los besos, les procuraban un considerable calentón de padre y muy señor mío.

 Consigue Juan Antonio Miguel, llevar a  Pene, hacia el dormitorio sin  despegar sus labios de los de la moza. Cuando en el momento álgido de pasión se da cuenta horrorizado de que…

 – ¡¡¡ Mecagonlaleshe, Moreni !!! – le dice a Pene- atribulado y contrito.¡¡¡  Mecagonlaleshe !!!

– ¿Que te pasa?! Responde la  pro-metida .

–  ¡¡¡ Moreni !!! Que no tenemos condoness!!! Kásemoss? ¡¡¡Mecagonlaleshee!!!!

–  Pues habrá que ir a por ellos, le dice Penelope a Juan Antonio Miguel , con el sujetador colgándole del dedo gordo del pie derecho.

 Deciden pues salir,  y alargarse a la farmacia cercana a su casa..Cinco minutos apenas les separan del ansiado látex.

  Y asi lo hacen.

 Se ponen en camino pues, con destino a la Farmacia Vayabobo, sita en la Plaza Montaña justo al lado de la Taberna Gitana, mas tarde rellamada Taberna Flamenca por mor de las razones semánticas y del buen rollito entre distintas etnias.

 

Un billete de mil pesetas lleva Juan Antonio Miguel para resolver el problema del recubrimiento cipotero y prevenir posibles imprevistos que, por lógica, no deberian suceder.

 Era el Licenciado Vayabobo, el propietario de la farmacia del mismo nombre, compañero del ínclito Juan Antonio Miguel en el afamado y reputado Colegio de las Hermanas Maslistas de Málaga.  Luego, fue el inclito Vayabobo,  pregonero de una popular Cofradía. Aunque también lo fue el atribulado y calentorro Juan Antonio Miguel de otra- Archicofradía esta- aunque un tanto diferente.

 Ya se conoce lo inescrutable de la Guía Campsa del Señor.

 Salen pues en procesión, con destino a la Farmacia Vayabobo, Juan Antonio Miguel y Pene, ésta ya desposeída del preceptivo sujetador. Noches de Blanco Sostén. Moddy Blues.

 La Farmacia estaba situada en la parte baja de una preciosa casa antigua con dos grandes puertas de madera con seis gruesos y enormes cristales biselados y un mínimo ventanuco para atender al público en las noches de guardia. Precaución ante todo.

 Llegan a la farmacia. Llaman al timbre.

 Sale la amable jovencita que ejercía de manceba en la farmacia del abominable Vayabobo.Y dice así:

 -Buenas noches, que desea? -Dice la manceba-

-Buenas noches, señorita, me da una caja deee condones?

-Lo siento, pero no tenemos condones. Le contesta displicentemente.

-Einnnn??? Pe-pe-pe-(era Juan Antonio Miguel ciertamente discontinuo) peeero no es esto un farmacia? Y de guardia?

-SI!  Pero no tenemos condones!

-Y porque cohoness… no tienen ustedes cooon-donessss?? dice Juan Antonio Miguel poniéndose mas nervioso por momentos,

– Porque el dueño no quiere venderlos!

-Einnnn?  Espero que esté realmente muerto, le responde el frustrado follador.

-Lo siento (Asustada)  pero yo no tengo la culpa, contesta la manceba.

– Yyyyy… donde está la farmacia maaas cercana?

-En la Avenida Juan XXIII. (es decir, en el quinto coño)

– Eiiinnnn? Brrrr….Brrrr…Brrrrr…

 Toman un taxi, Juan Antonio Miguel y Penélope, con destino al quinto coño (seis con el de ella)

 Llegan a la lejana farmacia, bajan del taxi, y se les va del tirón la mitad del presupuesto económico disponible en pagar al taxista.. 500 del ala. A joerse!

 Atraviesan, para llegar a la botica, unos jardines que había delante de esta y entre lo cerrado de la noche, lo poco que se ve, y la mala leche acumulada , tropieza sin querer el enfurecido Juan Antonio Miguel, con los protectores de hierro que rodean los jardines, cayendo estrepitosamente de boca  y pegandose un tremendo chochazo.

 

Al suelo de bruces. Bruces Príntin.

 Se levanta sucio, dolorido y humillado. Iracundo y rabioso. Muerte al mundo, se dice!!!!!

 Pregunta otra vez  (temeroso y prudente)  Juan Antonio Miguel al nuevo mancebo tras el ventanuco….

 -Buenas noches. Tienen coondonesss?

-Por supuesto…Tenga. Son quinientas pesetas!

-Glub!

 Paga y se quedan, pues, en la más absoluta ruina. Nipapipas.

 Comienza, resignada la pareja  – ya con su cargamento de seis momentos de éxtasis-  a deshacer el camino a pie, cuando – y  para rematar la faena- empieza a llover; tremendamente.

 Así…Tres cuartos de hora hasta llegar al centro.

 Durante la vuelta, Juan Antonio Miguel empieza a encabronarse, aún mas si cabe, y a montar en cólera rumiando las consecuencias que les ha ocasionado el puto meapilas de Vayabobo. Opusdei preparar! Iolagranputas!!!!!

 Pasan por una obra  y sin pensárselo dos veces, comienza a coger piedras de considerable tamaño (hasta seis) porque había decidido que aquello no podía quedar así. Para nada.

 

Llegan a la Plaza Montaña de nuevo. Pega, el enfadadísimo Juan Antonio Miguel, en el ventanuco de la timorata farmacia y sale de nuevo la inocente empleada que no da crédito al ver de nuevo que tiene ante si al loco de los condones. Mon Dieu!! Au secour!!!! Erloco!!! Kéago?

 Le refiere Juan AntonioMiguel, ante la atenta mirada de su afligida y empapada novia, …la odisea sufrida por culpa de su recatado jefe -que ojalá se esté pudriendo en los putosss infiernossss- añade itrritado y furioso.

 Le ruega a la amilanada chica se retire y se ponga a cubierto, pues, le cuenta, está dispuesto a hacer añicos los seis enormes cristales que adornan la antigua puerta de madera. Farmacia Vayabobo. Pregonero cofrade que es.

 Se aparta ésta aterrorizada, pero agradecida por el aviso. Y comienza la venganza. Noches de Blanco Sostén. 

 Un condón!!.. Crash!!!  Un cristal roto.  Gritaba Juan Antonio Miguel.

Dos condones!!… Crash!!! Dos cristales rotos.

Tres condones!!…Crash!!! Tres cristales rotos…y así hasta completar la media docena de condones de la caja.

 

Enorme arrebato de cólera sexual. Extasis demoníaco. Quetedén!

 Recibió, inesperadamente, Juan Antonio Miguel, un caluroso aplauso de tres parejas de gitanos que estaban presenciando la escena y que jaleaban al lapidador gritando !!!Ahístamos Zuprimo!!!!  !!!Con dos cohoness Zucolega!!! Al tiempo que se meaban de risa.

 Saludó Juan Antonio Miguel al improvisado público y se fue bajo la lluvia a estrenar, por fin, la puta caja de condones.

 Penélope le miraba como diciendo…Este es mi hombre!!… Mi Juan Antonio!! Mi Juan Antonio Migué!

Postdata: Este hecho sucedió así realmente. Que me corrija el autor,

si miento en lo mas mínimo!!!

EL OBISPO Y EL APACHE.

Me comenta mi amigo el escritor Jotapunto Rebuscá ,su intención de comenzar otra saga en diez capítulos con el tema de la risa. Y me solicita también, muy generosamente, que yo sea el autor de uno de esos capítulos.

 Me lo pensé bien ,pues no solo me pillaba de improviso, sino que mi relato entraría directamente en comparación con los nueve restantes. Los suyos. Y eso era un gran riesgo.

 Rebuscá es un impenitente lector, un magnifico documentalista  y un ameno y didáctico escritor. Pero también es un gran amigo mío. Y eso me animó a aceptar su proposición.

 Así que me puse a cavilar……la risa…..la risa….la risa….. ¿Cuantos tipos de risa hay? Me pregunté.

 Lo primero que me vino a la mente fueros las vocales. Esto es;

 La A. (Jajajaja) Risa franca y sincera

La E  (Jejejeje) Risa sarcástica e irónica.

La I  (Jijijiji) Risa malévola y perversa.Tambien nerviosa. Muy nerviosa,diria yo.

La O (Jojojojo) Risa bonachona y Santaclausquesca.

Y por fin la U (Jujujuju) Risa burlona y guasona.

 También está la risa sardónica, que es la que usan en la playa los espeteros mordaces malagueños. Pero esa no viene al caso. Y por fin está la risa escatológica: Que me meo !!!

 Me di cuenta entonces de que podía robarle a Jotapunto la mejor risa que existe en el mundo y joderle un capítulo.

 Esa risa que hace que se te encoja el estomago. La que  hace que se te pille un calambre atroz en los costados que va subiendo, irremisiblemente ,por toda la espalda y te produce un dolor insoportable. La risa que hace que llores espasmódicamente y que hace,tambien, que se te llenen los ojos de lagrimas mientras deseas morirte.

 la única risa que supera en sensaciones y placer al sexo. Endorfinas a raudales.

 Esta es! ….La risa incontrolable e inoportuna. La risa indeseada.

 Así que, para ilustrar este tipo de risa, ¿ que mejor que una experiencia propia ?  Así nace:

 El Obispo y el Apache. El Niño perdido y hallado en el Templo

 Prólogo. Vaya por delante ,que pertenezco a una familia con un finísimo y agudo sentido del humor. Unos cashondos!!  que diría la gaditana abuela Carmelita.

 Teníamos en la familia hasta un código propio para hacernos reír en los sitios y situaciones mas insospechados. Un simple gesto con los labios, hacía que perdiéramos la compostura y pasásemos un malísimo mal rato en una conferencia o incluso en una misa o funeral. Risa indeseada.

  Vayamos al ejemplo. Nada edificante, por cierto.

 Cursaba el que suscribe el Bachillerato en los HH Maristas de mi ciudad. Y era costumbre, el acudir a cierta edad y una sola vez durante tus estudios, a realizar Ejercicios Espirituales a algún lugar de recogimiento (eran otros tiempos) para en actitud pía y entre charlas devotas y fervorosas, acercarnos al mundo de Jesús. Nuestro Señor y Salvador.

 Servía, mas que nada, para pasar unos días entre los amigos con guitarras y fumar algún cigarrillo furtivo. La primera vez de las primeras veces.

 Aconteció que el Sr. Obispo tuvo a bien el visitar a los recogidos estudiantes y el director del colegio tuvo , a su vez, la genial idea de organizar un rosario al que acudiría el propio Monseñor.

 La mala suerte y la desdicha ,hizo que cayera sobre un grupo de cinco desafortunados la realización del rezo mariano. Yo, entre ellos. Maledetta suerte.

 Empecé a temblar de inmediato y pedí a Dios (en esos tiempos ,aun manteníamos una cierta relación amistosa) que apartara de mi ese cáliz y que por supuestísimo…no me diese la risa delante del prelado. La risa esa que, de pronto me poseía y era incapaz de controlar. ¡Padre mío! ¿Por qué me has abandonado?

 Así que el Director del colegio, el Hermano Jerónimo, mas conocido como El Apache, organizó la demostración  religiosa.

 Tocaban los Misterios Gozosos y así nos lo dijo a los cinco participantes. ( Ahora me invento, lógicamente, los nombres de los compañeros para no poner a nadie en compromiso)

Tu, Manchepok…rezarás el Primer Misterio: La Anunciación.

Tu, Cabrales… rezarás el Segundo Misterio:  La Visitación (de María a su prima Santa Isabel). 

Tu, Emmental…. Tu rezarás el Tercer Misterio: El Nacimiento de Jesús 

Tu, Gruyére…Tu rezarás el Cuarto Misterio : La Presentación

Y tu…Tu Gorgonzola….(ainsss) Tu rezarás el Quinto Misterio: El Niño perdido y hallado en el Templo.

 Y mucho cuidadito!!! Vestiros correctamente …limpiaros los zapatos… peinarosss y por supuesto, portaros educadamente !!! Que estará presente el Señor Obispo, nuestro prelado eclesiástico.

 El sudor me corría por la nuca, y la piel se me erizaba adivinando el desastre. ¡Señorrrr…aparta de mi este cáliz!

 Ensayábamos una y otra vez , oh horror, los rezos que componían cada Misterio. Esto es : Un Padrenuestro,  diez Avemarías y un Gloria. Un interminable suplicio. Con el agravante además de que yo era el ultimo en actuar y tenía tooodo el tiempo del mundo para ponerme nervioso  y acumular tensión y su consiguiente risa. Risa incontrolable e inoportuna. La risa indeseada, la mejor del mundo.

 Llega el Santo Varón acompañado del director que lucía sonrisa beatífica y algún sotana mas.

 Empieza el Show.

 Manchepok hace la señal de la Cruz: Enel Nooombreee del paaadreee…del Íooooo.. y del Esspiiirituuu Saantooo.

 Aaamén!! decimos todos a la vez.

  Primer Misterioo: La Anunsiasion: Paaadrenuestro…… blablabla….. Toooodo el Misterio.

 Yo comienzo a experimentar pequeñas convulsiones y a emitir gemiditos tipo Jjijijijijij. Sudo como un pollo y pido, con verdadera Fe a Dios, que haya un terremoto y nos sepulte a todos . Yo incluido. Jijijijii. Joderrr, joderrr, joderrr! Que no me de la risa.

 Seguuundooo Misteriooo: dice Cabrales : La Visitación de la Virgen a su priiimaaa. (ahí ya me dan espasmos convulsivos) Paaaadrenuessstrooo…Blablabla.

Jijijijjii…aiiiinssss… Jijijiji. Me quiero morir.

 Continúan la beatifica retahíla Emmental y Gruyere mientras el desesperanzado Gorgonzola tiembla, palpita, tirita y se espanta imaginando el momento que se le acerca inexorablemente. Trágame tierra! Por favoorr!!

 Y llega el momento. Sublime momento.

 Todos me observan: Los de los cuatro Misterios anteriores ya relajados por haber superado el pánico escénico. y expectantes además,  esperando para ver a su amigo – al que conocían bien- superar el amargo trago.

 El Obispo también observa al tierno adolescente , aunque preguntándose , como es que está tan sofocado y temblón. ¿Llora? Se pregunta.

 El Apache lanza rayos con su mirada y me apremia para que termine de una puta vez er mardito Rosario.

 Quiiinto Misteerioo, digo yo entre convulsiones, Er Ninio perdido y hallado en el Templo.

 Un sonoro gruñido-mocarrada, anuncia el principio del fin. Las carcajadas salen a borbotones de mi boca.

 Los ojos se me inundaban de lágrimas.

 La tez roja como un tomate y suplicando, con la voz temblorosa a los presentes: Perdooonnnn!  JAJAJAJA!!!! Perdooonnnn!  JAJAJAJA!!!! Es que no puéo evitarlooo. Perdooonnnn!  JUAJUAJUAJUA!!!!

No puedo para de emitir sonorosísimas carcajadas y lamentos.

 Se fueron sin poder terminar el Rosario. El Obispo y el Director.  El Apache me dirigió una mirada iracunda desde la puerta; y yo le devolvía la mirada entre carcajadas suplicando otra vez: Perrrdooonnnn….Perrrdooonnn….Perrrdoooonnnn. Jajajajajaja.Jajajajaja. Ainssss Diosss Mioooooo…Jajajajaja, decía sin poder parar de reir.

 Meses mas tarde, me pusieron un deficiente en conducta (antesala de la expulsión) por ojear un libro de Moliere en Prácticas de Química.

 No recuerdo bien si el Obispo era Monseñor Buxarráis o el anterior, pero de lo que estoy seguro, es de que se echaría unas risas en el obispado. Directamente proporcional a la ojeriza y a la animadversión que me tomó el Hermano Jerónimo. El Apache. Hermano Marista que era.

 Y esto fue lo que sucedió. La risa indeseada, ya te digo.

EL LUNES SANTO DE DEMETRIO

El Lunes Santo de Demetrio. 

 El olor del incienso y del azahar se hacían patentes en toda la ciudad. ¡Y de que manera!

 Desde semanas anteriores los Sagrados Titulares de cada cofradía se paseaban por las mañanas entre la muchedumbre con ocasión de los traslados desde los templos a las casas Hermandades de cada una de las cofradías procesionantes.

 La cera se pegaba al asfalto haciendo que los coches chirriasen las ruedas tal si fueran a velocidades infernales, y los puestos de chucherías invadían las esquinas estratégicas en busca del negocio siempre fructífero de la chiquillería.

 Málaga era un mar de sillas de madera.

 Y los Heredia?

 La actividad en la Casa Hermandad de la Venerable y Bastante Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Pedestal Y María Santísima de la U. Los Calés, como era conocida popularmente, era frenética.

  Rafael Heredia, su Hermano Mayor, junto a un grupo de notables de la Cofradía en cuestión estaban en la ardua tarea de preparar y montar el trono del Cristo para que todo saliese a la perfección en el desfile procesional del Lunes Santo.

 Entre estos insignes se encontraban componentes de la familia Montoya, los Conpremio eran llamados en la cofradía. También estaban los Cortés, los Amaya y los propios Heredia.

 Se encontraba también por allí el ínclito niño Pepito. Si!  El repelente ninio que afanosamente juntaba bolón de cera y daba por culo con igual intensidad en el relato de Manolo Vicente: Nazareno penitente.

 https://fathergorgonzola.com/2009/05/09/manolo-vicente-nazareno-penitente/

 Sigo.

 Jugueteaba por allí, el insoportable infante con su ya enorme y sucia bola de cera mientras los cofrades trasladaban la imagen del Cristo del Pedestal hacia la escalera de andamio para subirla al trono donde sería acomodada para la salida procesional del Lunes Santo . Era Sábado de Pasión. Dos días, pues, quedaban para el mas grande de la Cofradía del Pedestal y Maria Santísima de la U.

 Cuidaban de la imagen como si de su propia vida se tratase. Midiendo los pasos y poniéndose de acuerdo en el orden de estos. Desfile medido y premeditado. Ensayado mil veces para evitar el tropiezo.

 Reposaba casi todo el peso de la imagen sobre el propio Rafael Heredia, al que se le dispensaba ese honor ,no solo por ser el Hermano Mayor, sino por ser el capitoste de una familia enormemente arraigada en tan famosa cofradía. Los Heredia de toda la vida.

 De pronto, inexplicablemente , una bola de cera de  indefinido color, rueda  silenciosamente por el suelo.

 Se para justo en la trayectoria del séquito imaginero, y sin poderlo evitar…Zaaaaassss,  la pisa Rafael y da un tremendo patinazo que  provoca la caída de la sagrada imagen que se estrella en el  suelo estrepitosamente pegando un enorme y seco crujido. Crack!

 El Ínclito Pepito sale raudo de la Casa Hermandad seguido de una serie de improperios y maldiciones que nos ahorraremos en transcribir. Es Semana de Pasión. Al niño ya no se le volvió a ver. Joputa!

 La imagen de Jesús, yace maltrecha en el suelo rodeada de sus contritos hermanos. Tiene un brazo roto, dos guedejas de la melena también están rotas. La oreja izquierda esta destrozada. Y la nariz aplastada, le da a la imagen, un cierto aire a Javier Bardem. Un desastre.

 Esta hecha la imagen un autentico Cristo. Literalmente.

 Los hermanos sollozan ante lo que se le viene encima. Aaaaayymaremía!

 En dos días la imagen de Juan Vargas Cortés, no podrá ser restaurada. No hay tiempo. El trono de Palma Burgos no tiene ocupante. Vacío del Divino Inquilino.

 Piensan en los hombres de trono, en el afanoso trabajo de todo el año, en los penitentes que debieran acompañar al Titular. En el publico en las calles; pero sobre todo en el mar de humanidad que vela el recorrido del trono entre palmas y cantes por las calles de Málaga. El Señor de Los Calé no podrá salir este año.

 Lloran desconsoladamente sin hallar solución. Que vamoa a jasé,cohoness ?

 De pronto se oye una voz entre la desesperanza.

 – Er Demetrio!

– Er Demetrio es la solución, quiyo! Dice Juan de Dios!

 – Y quien coño es er Demetrio? Preguntan todos al unísono.

 Demetrio era un gitano sin oficio ni beneficio que vivía en la Calle Los Negros, en pleno barrio de la Cruz Verde. Hijo de Lola y Hermano de Isabel, las cuales mantenían  al improductivo sujeto. Era este mas flojo que un muelle de guita.

 Demetrio era alto y espigado. Tan alto que le llamaban Demetrio Ymedio.

 Enjuto, pero fuerte y fibroso. Moreno aceituna y con barba poblada y larga melena. Y por que no decirlo? También era guapo. Daba el tipo.

 – Ar Demetrio -,continuaba Juan de Dios,- lo vestimos de Cristo y entre lo alto que está en el trono, la luz de las velas y el humo del incienso , a este no lo conoce ni su padre que en Gloria esté. Er Mariano!

 Llamaron al Demetrio. Y el no muy convencido Hermano mayor, le propuso lo siguiente:

 -Demetrio, ….. Amos a vé! Tu te quieres ganar tres mil duros en una noche sin hacer ná?

-Ahí Tamos, zuprimo! Contesta de inmediato Demetrio, al que los tres mil duros le arreglaban una temporada.

 -Pero tienes que jaser tó lo que te digamos, Demetrio! Le indica Juan de Dios.

-Yahvé, Yahvé, contesta este, nolozabess?

 Estas dos ultimas contestaciones, que parecían una invocación al Altísimo, acabaron de convencer al desesperado Hermano Mayor que se resignó a los designios del destino.

 Un grupo selecto y elegido de cofrades , todos bajo juramento de confidencialidad, se dedicaron toda la noche del Sábado de Pasión, Domingo de Ramos y Lunes Santo por la mañana a ilustrar e instruir en las maneras debidas de  imagen sacra e inmóvil que se precie a Demetrio. Y a ultima hora se pusieron manos a la obra del maquillaje encubridor.

Las intensas sesiones de rayos uva  y el aceite untado por cuerpo fibroso de Demetrio le conferían un aspecto de madera tallada.

 Habían recortado su barba en forma picuda. La melena había sido ampliada con una serie de extensiones y coronaba esta unas potencias de plata cincelada doradas que le daban el toque de aura espiritual debido.

 Vestía una sucinta y corta tunica, la pureza es llamada,  que le cubría desde la cintura hasta la rodilla.

 Se apoyaban las manos encima de un pedestal (de ahí el nombre del Titular) con una cadena dorada que , Juan de Dios había tenido a bien el fijar con dos  fuerte tornillos para evitar males mayores. Y que  er Demetrio se moviera mas de lo necesario.

 Sube Demetrio tapado tras un telón a salvo de miradas indiscretas. Lo atan a la columna, se concentra, queda inmóvil y empieza el Lunes de Pasión. Sobre todo para el.

 Ay!!!! Zupriiimooo!!!. Exclama resignado. Tieso como la mojama.

 Sale la procesión. El Himno Nacional saluda a Demetrio que permanece estático, petrificado. Muy en su papel.

 Demetrio se cimbrea al compás del paso de los hombres de trono. El cíngulo dorado baila a la altura de sus rodillas y la Pureza se mueve con el viento.

 Guapo! Guapo! Guapo! Grita el gentío al paso del Falso Cristo del Pedestal.  Le sigue María de la U.

 Demetrio no cabe en si de orgullo. Procura no mover ni un solo músculo. Pero no es fácil. No. No lo es.

 Sale el trono por calle Los Frailes acompañado por el griterío de la multitud y las soleares que Miguel Ángel Rufián interpreta desde el tercer piso de enfrente, ajeno a todo lo que sucede abajo. Allí, justamente, vive el Pelúo. .

 Sigamos. Sube la procesión por Mariblanca, Carreteria y Puerta Nueva …Y llega a la Alameda Principal con un Demetrio ya agotado y unos dolores y unos calambres en las piernas y en el cuello insoportables. Via Crucis real.

 Todos estos dolores, además, acompañados por las inacabables Marchas Procesionales de las Banda de la Cofradía, dirigida por el inefable Maestro Don Perfecto Artope.

 ‘María Santísima del Amparo’  ‘Cristo de los Estudiantes’.’El Cristo de la Legión’. ‘Amargura malagueña’. ‘En su regazo’. ‘Nazareno del Paso’. ‘Esperanza está en la calle’.’Consummatum est’….

 Unayotravez, Unayotravez, Unayotravez, Unayotravez.  No para la banda bajo la batuta de Don Perfecto Artope.

Jarturaaa zuermaaanooo! Se decía er Demetrio con un insoportable dolor de cabeza. Demetrio Ymedio.

 Demetrio, no puede mas. Sube Calle Larios y justo antes de llegar a la Plaza de la Constitución mueve la cabeza irreflexivamente, para quitarse un calambre que la atenaza el cuello.

 Observa, atónito, como los ojos azules de  Melanie Griffith le miran acongojada fijamente a los suyos propios  desde la balconada del Hotel Larios .

 -Antoniou! Mi ha mirado el Cristor! Exclama!

 María Teresa y Antonio que  charlan animadamente, dejan de hacerlo. Terelu sigue comiéndose un pepito de ternera. Liana Dobarro canta una sentida saeta.

 -No temas cariño, dice Antonio. Es el precioso efecto óptico de los grandes maestros de la imaginería: Que parece que te siguen la mirada, como la Gioconda.

 Queda mas tranquila Melania. Pero no del todo. Antoniou se ha movidou!!!

Anda ya, ía! Responde el actor que sigue charlando con la famosa presentadora. Terelu sigue con el pepito.

 Sigue el Paso su camino por la Tribuna Oficial y enfilando calle Granada.

 Y ahí, ahí!! es donde empieza la tragedia.

 Una inoportuna avispa se para en la nariz del nuevamente inmóvil Demetrio. Este de un rápido soplido se la quita de en medio. Plusss!!!!

 -Líapuuta la obispa! Dice Demetrio para si.

-Lo que me fartaba zupriimo, zucoleega!

 La avispa no solo no se va, sino que se mete entre las escuetas vestiduras del falso Cristo.

 Aterrado, al observar Demetrio que la avispa campa por sus respetos por salva sea la parte, empieza a dar someras culadas a diestro y siniestro para tratar de expulsar al insecto de tan sagrado lugar.

 Cadera pa la derecha, cadera pa la izquierda. Cadera pa la derecha, cadera pa la izquierda Cadera pa la derecha, cadera pa la izquierda.

 No pasa inadvertido el movimiento del Cristo al gentío. Ni siquiera al Maestro Don Perfecto Artope. Que en observando los bandazos que da la imagen y atribuyéndolo a un milagro, da la orden de parar la marcha procesional y grita a la banda:

 Un Mambo!!! Que lo pide el Cristo!!!!

 Y sigue el trono el camino hacia su templo al compás del Rico Mambo, versión Orquesta Pérez Prado.

 Mientras tanto una multitud de gitanas seguían en pleno éxtasis a un Cristo, que mas bien se movía al ritmo de  King África y su movimiento sexy.

Gritaban  todas ellas,alzando las manos hacia el cielo…

 Mulagrooo, Mulagroo! Er Zeñó está bailandu!!!!

 Demetrio  se decía mientras se movía   rítmicamente :

 Ejto ziqués jun Carvario!!!  Zupriimo, zurmaano, zucoleega.!!

 Nota del autor.

 Está escrito este relato, desde el mas absoluto respeto.

 Además, quiero mostrar mi mas absoluta consideración  a las instituciones cofrades y en especial a las imágenes que portan.

  Todos los personajes son ficticios. Cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia. Bueno…Antoniou no. Antoniou es un personaje real. Bueno… Y Terelu.

EL PELÚO

 

 

EL PELÚO

       Dedicado a Ascensión/Asunción.

 Por ser la inspiradora de este relato;  con la esperanza albergada  de poder llegar en esta vida a saber como se llama realmente la oíaporculo.

 

   Miguel Ángel Rufián es un grandísimo amigo mío. Alguien al que aprecio mucho. Alguien al que quiero.

 Sirva pues esta declaración, de disculpa;  por si algo le molestase de esta nomina de recuerdos que ahora relaciono de forma absolutamente cariñosa.

 Te quiero Pelúo !

 Pelúo ?  He dicho Pelúo ?  Y  quien es el Pelúo ?

 El Pelúo es mi amigo : Miguel Ángel Rufián.

 Miguel Ángel es uno de los componentes de una familia amiga en la cual se da una circunstancia especial. Todos tienen el gen de lo artístico.

 Familia de artistas. Todos lo son.

 El que no baila, canta y liba someramente. El que no canta y liba someramente, toca la guitarra y liba someramente también. El que toca flamenco, no canta ni baila pero también liba someramente. Y hay otro que además , canta, toca la guitarra, la batería,  el piano, compone… y liba someramente como es habitual en los hermanos . Multidisciplinar que se llama.

El gran poeta de los hermanos , además de libar someramente, hace preciosas composiciones.

Y hay uno que ni baila, ni toca instrumento alguno , tampoco canta , ni compone. Es carpintero. Y lija soberanamente.

 Después está el Pelúo que ese no liba…ese transvasa. Y  es, además. el protagonista de este relato. Y mi amigo. Un poco en las catacumbas del desuso ahora, todo hay que decirlo.

Con la edad se está volviendo mas intransigente y “saborío” . Un poco caraperro.

 Miguel Ángel Rufián , el Pelúo, canta. Como solo lo hacen los maestros : Pa pocos, cuando está a gusto y sobre todo, cuando le sale de los cojones. Flamenco roto y ortodoxo. Soleares a pulmón libre.

  Escribe, tengo entendido, de una manera envidiable. Pero como los genios , y por un razón que nadie entiende, rompe cada escrito una vez finalizado. Una putada para sus potenciales lectores. E injusto.

 Miguel Ángel Rufián, el Pelúo es también hombre de una vehemencia sin limite. Se deja llevar por los sentimientos y por el momento que le acontece.

 Pongo ejemplo: Hace años tuve el placer de regalarle un ejemplar de Don Quijote fechado a mediados del  Siglo XVII. Este, el Pelúo, estaba unido en esa época a una jovencita y encantadora chica que llamaremos para despistar Decoña.  Venían a casa a menudo y , como digo, tuve el placer de hacerle el regalo antes citado .

 Se lo leyó, Miguel Ángel, (es un empedernido lector) en un plisss plass. Debo de aclarar que el texto estaba escrito en castellano antiguo. Fue tal la vehemencia empleada en la lectura que al Pelúo le dio un cuarto de vuelta el coco  y siguió hablando castellano antiguo al menos durante un mes. Queréis yacer conmigo, mi dama? Preguntaba a Decoña con la aviesa intención de llevarla al catre.

 También he de aclarar que el susodicho, era un poco entrecortado en el habla. Tartajoso, vaya!. Mas adelante se comprobará

 Teníamos un amigo común llamado Leo que vivía de forma definitiva en Londres cerca de Camden Town. Leo era hermano de otro  íntimo amigo nuestro llamado Elv. Elv Íbora.

 Cuando podíamos ,volábamos a la ciudad del Támesis para pasar unos días con Leo y de paso hacer turismo.

 Decidieron un buen día Miguel Ángel y Decoña hacer una escapada y pasar unos días con Leo en Londres.

 Así que ni cortos ni perezosos, tomaron el avión y pallá se fueron. Tiembla Londón!

 No se estaba desarrollando el vuelo todo lo bien que esperaba el Pelúo. Unos inoportunos retortijones le estaban incomodando el viaje. Mardita sea!

 Se toma un aperitivo en el avión y siguen los retortijones dando por culito..Nunca mejor dicho

 Un viaje corto tiene de bueno, o de malo, eso, que se acaba pronto y cuando el Pelúo ya no puede aguantar mas, el avión está aterrizando en Heathrow y ya nadie puede levantarse. Menos para  ir al evacuatorio. No shit, maifren.

 Tarda el avión , ya en tierra, un buen rato en desalojar a los viajeros. Por fin … se dirigen a la  terminal !

 Salen Miguel y Decoña por la puerta buscando ansiosamente un taxi que les llevase a casa de Leo. Miguel Ángel anda amaneradamente con el culillo apretao . Ya haré lo que tenga que hacer cuando llegue a la casa,dice. Ofú!

 Se hace el viaje ,en taxi, también interminable. El conductor hindú mira con cara de animadversión  al viajero que con la cara compungida y un cierto color cerúleo no para de moverse y murmurar. Prrrr…prrrr…pep.

 Llegan por fin a casa de Leo.

 Decoña paga ,al conductor del taxi y el Pelúo sale disparado hacia el portal de Leo.

 Llama y dice.

– .A-a-a-abree-Le-e-eo!!!!! Queeee me-e-e Caago!!

–  What? Who issss it ?

–  A-a-a-abree-Le-e-eo ,Co-ho-ho-nesss….. Queeee me-e-e Caago!!

 Leo tenía una casa que era un dechado de limpieza y orden. Un reflejo de su propietario. Disponía de dos dormitorios, un amplio salón,  una cocina y un cuarto de baño para ducha y aseo.

 Para las necesidades mas intimas, aguas mayores y evacuatorio que se dice, disponía de otro cuartito donde estaba situado un W.C.  Este cuarto era muy estrechito. Para lo que había de hacerse allí ,no hacia falta mas. Tras la taza una ventana con un poyete de obra donde había un cenicero y una caja de cerillas que se usaban -las cerillas-  una vez evacuado, para encenderlas y disimular el mal olor.

  Entra el Pelúo en el water. Sin saludar al amigo del alma. Queeee me-e-e Caagooo Otttiaaa!!! Dice en un perfecto castellano.

 Empieza a bajarse los pantalones sin atinar con la correa. Vísteme despacio que voy con prisas, dice el refrán.

 Nopú..nopú…nopú….no puedo aguantarrr…..logra a duras penas echarse los pantalones hacia abajo.

 Siguen los calzoncillo y…..antes de sentarse, se relaja el esfínter y  en  apenas un segundo…

 Preeep tep tep tep. Prrrreepp tep tep tep.   Prreeeep tep. Prrrrrrr Prrrrrr Prrrrrrr. Teptep.

 Un Kalashnikov de mierda  empieza a disparar ráfagas de excremento por todas las paredes del estrecho servicio.

 Preeep tep tep tep. Prrrreepp tep tep tep.   Prreeeep tep. Prrrrrrr Prrrrrr Prrrrrrr. Teptep. Repite el fétido fusil de asalto.

 Caireles de diarrea chorrean por los antes impolutos mosaicos del cuarto de baño de Leo.

 Miguel Ángel, no da crédito a sus ojos. Tres rollos de papel higiénico que esperaban su inmisericorde destino, yacen acribillados de mierda. Heridos de muerte.

 Una pestilente letrina de reclutas parecía aquello. Peor todavía.

 Decoña y Leo, charlaban amenamente, ajenos a la tragedia, en el salón . Leo achacaba la repentina indisposición a los nervios del viaje. La cagada del viajero, traducía del inglés directamente.

 De pronto a lo lejos en el pasillo oyen un ……. Máspa…máspa….máspa…….

-Que disse er Migué? Pregunta Decoña.

– Máspa…máspa….máspa…….

– Ke diiiisse Miguéee? Ío?

– Máspa …máspa….máspa…….Máas papel, connnioo!!!!

– Pelúo!!! -le dice Leo  mirando con cara de resignación a Decoña-  frente a ti, hay tres rollos mas.

–  Máaspa…….Maaaas papel, connnioo!!!! Repite el Pelúo.

 Y Leo entrega a Miguel Ángel un rollo de papel de cocina triple absorción. Dos rollos mas de estos cayeron.

 Cuando al cabo de una hora Miguel sale del cuarto de baño, sudando como un pollo, dejó tras de si una pared con una pátina amarillenta y un olor fétido mezcla de mierda y cerillas quemadas.

 Hubiese hecho falta una  lluvia de napalm.

 En Londres. Circa 1.990

THE FATÊMA’S RETURN.

THE FATÊMA’S RETURN.

 Pasó el tiempo, no mucho tampoco. Y Fatêma se estaba poniendo hecha una mozuela. Una monuela para ser justos en la apreciación. Se había alargado una barbaridad  y cuando se ponía de pie era lo que se dice “Un peaso mona” . Que arta y esterilisada está!!!!  decía Juan  el gitano, cuando este  acudía a casa de Salvi para las reuniones lúdico –culturales.

Sigamos con la Macaca de Berbería o Macaca Silvanus. Con la puta  mona, vamos.

 perdóneseme el improperio, pero mas adelante se comprobará el porqué del arrebato despectivo.

 Decíamos que Fatêma estaba hecha una mujercita. Era larga y además su boca se había adornado de dos hileras de finísimos, blanquísimos y afiladísimos dientes. Que mas que morder te hacían un pespunte en la mano si se daba el caso. Una maquina de coser y de cortar.

 La escena.

 Los contertulios habíamos llegado a casa de Salvi  y nos hallábamos sentados cómodamente en el salón.

 Es necesario recalcar que justo, debajo de la galería de la cortina, no había nadie sentado. Desocupado el asiento. Porsi.

 Girilín se encontraba arrebujado en un rincón apartado luciendo una preciosas gafas nuevas pero no intervenía en absoluto en la conversación. Solo tenia ojos para la mona. Andestára?

 Así pues, tooodo el mundo sabía donde se encontraba la susodicha solo con mirar a los ojos a Girilín. A donde el mirara, allí estaba Fatêma que observaba con ojos de deseo la nueva presa de cristales relucientes y montura impoluta que llevaba sobre la nariz.

 Father, por aquellos tiempos, solía llevar un bolsito de mano donde llevaba las llaves de la casa, el tabaco, documentos, mechero….Una mariconera, vamos.

 La había dejado encima de la mesa aunque a buen recaudo de la mona de rapiña. Tras el jarrón.

 Trascurría la tarde amenamente . Con risas y ocurrencias y sin mas sobresaltos que el producido por el imprevisto salto del bicho desde su atalaya 

 PLIINNNNN!!!!! a la parte superior del armario, pongamos por caso. Triple pirueta, por supuesto incluida, que lo Cortés, no quita lo Pizarro. Y de allí PLIIINNNN!!!!! al espejo de la pared, para oootra vez…PLIINNNNNN!!!! vuelta a casa . Fatêma goes at home. Esta mona, es que no cambia!

 Se levanta Father para necesidad fisiológica perentoria. Va al cuarto de baño y aprovecha para coger el tabaco de la mariconera.

 En cuanto levanta el bolsito de marras de detrás del jarrón donde estaba  oculto… ZIUMMMMMM..PLAFF.  Aterriza la mona con aires de Ninja y se sitúa frente a Father agachada encima de la mesa. Una rodilla doblada.

 Mira Fatêma a Father fijamente a los ojos. No deja de mirarlo. No separa su mirada de la del mosqueado Father. Duelo al Sol. OK Corral….La Mona que mató a Liberty Valance : Western puro y duro.

 Silencio en el salón. Se masca la tragedia.

 Father que aún mantiene la mirada clavada a la del simio , flaquea un segundo  y empieza a esbozar una sonrisa. Flaaassssh !!! SU PUTA MADRE!!!! La mona en un rapidísimo lance le ha arrebatado la mariconera de las manos. Velocidad de la luz.

 Tres saltos da la puta. PLIINNNNN! Al armario….PLINNNNN!! al borde del espejo…PLINNNNN, tres piruetas incluidas , y al refugio de la galería con el botín.

 Salvi empieza a chillar a la mona…..Girilín sonríe maliciosamente en el rincón oscuro de la estancia…..la gente ríe….Enrroshate Fatërmass!!!  le dice el gitano.

 La mona se lo pasa per la mesma canaletta.

 Dehárla!!! Dice Salvi! Dehárla! Que se confíe. Yaveréi.

 Que se confíe y  encuentre la cremallera, pensaba Father. Malaputa.

 Seguimos charlando animadamente. Y la gente sabiendo en todo momento donde estaba la macaca solo siguiendo la mirada de Father. Girilín descansaba relajadamente. Le bastaba observar, vezencuando ,hacia donde miraba el Father para saber por donde andaba la individua.

 Pasan las horas y de pronto!!!! PLINNNN….PLINNNNN…PLINNNNNN …PLAFFF. La mona se sitúa encima de la mesa justo donde estaba Father sentado. Recochineo en estado puro. Segunda parte de Solo  ante el peligro. Lee Van Cleef.

 Nos miramos. Lucha entre mismas especies . No se quien es la superior, ío! lo juro!!

 Father en esas del destino…pega un jalonazo al bolso y lo recupera!!!

Mira con desdén a la mona. Como diciendooo… Te van a dar por tol puto culo!!!! Mamona. Pero poniendo cara de angelito no fuese Vicky a arrearme un sartenazo.

 En un plisssplassss, la puta mona se me abalanza y con la rapidez del rayo me pega dos mordiscos en el abdominal supra umbilical . En el mesmo michelin, vamos. Mecagonlaó !!

 Fatêma!!!!! Grita Salvi en actitud reprobadora.. Kasjesho!!!!

Kasjesho!!! Fatêma??? Venacápacá!!!! Fatêma!!!! Venacápacá!!!!

 Tranqui, Salvi, no passa nada. No passa nada. Digo yo sin creérmelo ni un ápice.

 Vestía Father una camiseta de un blanco impoluto. En ese momento los ojos de los asistentes se quedan mirando la barriga del Father en la cual se empiezan a formar cuatro hilillos de color rojo que empiezan a bajar verticalmente a lo largo de tol michelín. El sueño de cualquier adorador actual de la saga Crepúsculo.

 Kasjesho!!! Fatêma???  Kasjesho!!!!

Líalagranpuuta! Dice Juan el gitano.

 Tranqui, Salvi, no passa nada. No passa nada. Sigo sin creérmelo.

 Pasamos la velada entre risas, unos mas que otros; y por fin nos fuimos. Yo con dos tiritas en la barriga.

 Te duele, cateto? Me preguntaba Salvi en la puerta…Te duele?

 Tranqui Salvi, no passa nada. le decía yo mientras me subía en la moto de Girilín que se reía bajo el casco Un Shoei XR por mas seña.

 Cuando íbamos por el paseo marítimo en la moto,  con el aire refrescante en  nuestras caras, le decía yo a Girilín…..Yome voy a cagá en tó la puta madre de la mona!! Malabestia!!!

 Y yo! Replicaba Girilín. Y yo!

 P.D. Hoy en día Fatêma,tras una exitosa operacion financiada por la Junta de Andalucía, ha cambiado de sexo y se dedica a la publicidad. Concretamente  para la  operadora de  telefonía ONO con el nombre de Luis.

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