ESTA FLOR DE DICIEMBRE

No hay época más rememorativa para este que os escribe, que la Navidad.

En estas fechas, la mente –que a veces es cruel y carente de sentimientos– nos trae a colación los recuerdos que parecían que estaban olvidados y no estaban sino acomodados en uno de los muchos pliegues de nuestro cerebro. El pliegue del afecto, del cariño, del apego. El pliegue de la ternura y del amor. El pliegue más fraternal que tiene nuestra memoria.

De pronto –sin venir a cuento más que la fecha y los anuncios publicitarios que nos acucian, porque ya ni el clima acompaña– me llegan señales tan íntimas y apreciadas que vuelvo a oler los rosquitos que mi madre hacía por estas fechas. Reaparece el aroma de los pinos del monte que bajaba hacia nuestra casa sin la falaz oposición de las barreras arquitectónicas que también nos impidieron en su día, las vistas del Castillo de Gibralfaro. Llega también el calor del cisco y el picón que mi tata Manola encendía en el brasero fuera en la calle que aún estaba sin asfaltar. Y la alhucema, aquella dulce alhucema prendida en las ascuas que paseábamos por toda la casa para perfumarla y librarla de malos augurios. Aún ahora, incluso sin el humo, me vuelve a provocar lágrimas y picazón en los ojos por eso de la añoranza por los tiempos que se fueron.

El sabor del Anisette Marie Brizard parece volver por el día de la lotería como antaño, aunque yo ya no lo tenga invitado; y también, suena la sempiterna cantinela (aún en pesetas) que parecía otorgar mucho más dinero que ahora con la impersonal moneda europea.  El pequeño tamborilero canta otra vez por Raphael en el picú del Reader’s Digest y le echa un pulso a los Christmas Carols de Sinatra, Bing Crosby, Nat King Cole o a cualquiera de esos crooners que aún hoy en día me siguen acompañando por estas fechas navideñas.

Los cánticos de siempre musicados con la guitarra de mi hermana, vuelven a sonar y la mesa… la mesa, sigue llena con esos familiares tan queridos y añorados que ya no están. Todos esos recuerdos, todos, afloran en mi mente en estos días cuando llega la Navidad.

Mi queridísimo y respetado amigo y Poeta (ya saben, y no me canso de repetirlo, con mayúscula primera) Juan Miguel González del Pino, empeñado en hacerse fuerte en el rincón más entrañable de mi memoria me regala –como cada Nochebuena– este poema que hoy, como no podía ser de otra manera, publico en este blog que es tanto mío como suyo.

NOCHEBUENA LLUVIOSA

NOCHEBUENA LLUVIOSA.

(Evocación)

(Felicitación Navideña 2022)

“La tradición es la transmisión del fuego, no la adoración de las cenizas”  Gustav Mahler

Aunque erróneamente atribuida esta frase a Chesterton –en realidad es del compositor Gustav Mahler–  y viene esta a confirmar mi particular inclinación que consiste en que –dentro de mis posibilidades– trato de conservar las prácticas y costumbres que me acomodaron  en mi vida anterior y que aún me acompañan en la actualidad.

No se trata de nostalgia ni de melancolía; se trata de una reivindicación justa de los tiempos pasados, aquellos cuando la familia estaba al completo y fui tan feliz. No quiero ni puedo renunciar a seguir siéndolo y esto de las tradiciones, me ayudan a mantener la memoria lozana, equitativa (supongo) y, más o menos, la mente en su sitio.

Hablando de tradiciones. Mi queridísimo amigo el Poeta (siempre en Mayúsculas) sabedor de que las tradiciones que nos acontecieron en nuestros años pasados están o bastardeadas o directamente desaparecidas; incluso, mucho peor aún, sustituidas por otras nueva que llegan desde otras tierras y que aquí, infortunadamente, se adoptan con una largueza tan injusta como innoble.

La tradición manda. Y cumpliendo esta premisa, Juan Miguel Gónzalez, me envía la habitual felicitación navideña, en forma de soneto, que este año, tiene como aguinaldo la enorme delicadeza de dedicarla a mi propia familia.

Esta es. Disfrutadla y que tengáis todos unas felicísimas fiestas que verdaderamente es lo que os deseamos. Si nos dejan, claro!

Para Álvaro Souvirón y su familia

NOCHEBUENA LLUVIOSA

(Evocación)

No hace más que llover este diciembre.

–¡Qué fría está la mar! ¡Qué sola y triste!–

Llueve desde las dalias de noviembre

y a los pies del pesebre en que naciste.

Llueva, Señor, si así lo decidiste.

Llueva y que se desmimbre y se desmembre

el establo de luz que nos abriste,

y que nos cale hondo, y que nos siembre.

Lava estos huesos, cúranos la boca,

empápanos de ti, Dios del desierto,

hoy que has nacido, pero llueve y llueve.

Sin ti la eternidad es corta y poca,

poca la tumba y demasiado el muerto

que te busca, Jesús, bajo la nieve.

Juan Miguel González

Málaga, Navidad 2022

LAS MANIFESTACIONES NECIAS.

Siempre me pasa lo mismo en cada puente de la Constitución y la Inmaculada. En esas fechas, los cuatro componentes de la familia más directa, nos reunimos en mi casa y procedemos a vestirla de Navidad. Viene mi hija y después de un trajín intenso, hacemos siempre para comer, una fondue de queso precedida por unos mejillones al vapor y algún que otro entrante.

“Tradition is Tradition”

Siempre me pasa lo mismo, decía, porque invariablemente acompañamos la velada con canciones navideñas americanas, incidiendo mucho en Bing Crosby y Frank Sinatra. Reminiscencias son estas canciones de las veladas por esas fechas en casa de mi tía Pilar y que estos días –desde hace cuatro años– se acrecienta, esta nostalgia, con la lectura de los diarios de otro de mis tíos: El escritor José María Souvirón.

Tengo la costumbre– ya voy por la cuarta entrega– de empezar dichos diarios por el índice onomástico. En éste, busco primero las páginas correspondientes a los familiares más cercanos: mi padre, mis tíos carnales, primos hermanos ,sobrinos y por fin, las amistades de todos ellos y que, asiduamente, salen reflejados en dichos diarios.

Como quiera que mi tío José María solía venir a Málaga, sobretodo por Navidad –alguna cena de Nochebuena recuerdo en casa de mis padres– los recuerdos navideños de otrora se juntan con los actuales y me producen esa inevitable morriña que producen las ausencias y una cierta desazón por los cambios de vida y costumbres. Porque observo cómo en estos tiempos de pseudo recogimiento la Navidad (y la Semana Santa) se han transformado en esta ciudad, en una especie de parque temático de luces y jolgorio en el que la «parrilla humana» olvida la principal finalidad que en su día tuvo: las reuniones y los cánticos en torno a una mesa bien dispuesta.

Yo, señoras y señores (no me crean en absoluto pacato y meapilas) paso olímpicamente de cualquier connotación religiosa que debiera de estar vinculada, en este comentario, a estas dos fiestas; pero sí que tengo que reconocerme una especial “devoción” en cuanto a las tradiciones de las que soy un absoluto defensor. Y cómo desde luego, no volvería de ninguna de las maneras a acudir a alguna Misa del Gallo ni a procesionar en alguna cofradía (de portar un trono ni os hablo) indico que sí me asombro y asusto –en comparación con tiempos no demasiado lejanos–  ante esas manifestaciones bárbaras en las calles del centro que son invadidas por una inmensa caterva de ciudadanos descontrolados que, sin ningún miramiento ni precaución, llenan mi ciudad de mierda, de inmundicias y últimamente, de virus mortales que tantas víctimas y tantas privaciones de libertad nos están acarreando y que, por ahora, no tiene visos de terminar.

Los decibelios – y me refiero a las fiestas de Pascuas, que no Floridas– resultan atronadores, las broncas, impredecibles y los atascos de personas y vehículos insoportables cuando no peligrosos. El día que ocurra una avalancha, nos vamos a acordar durante mucho tiempo.

Juan Miguel González, muy querido amigo y Poeta que es, resulta para mí, un adalid de la cordura, la racionalidad y el discernimiento; y coincide conmigo en el improcedente cambio de rumbo de estas dos festividades. También huye horrorizado, de tanta manifestación necia, bruta e ignorante, asombrándose, cuando contempla la peligrosa manera en cómo se desarrollan estos actos, y entristeciéndose, cuando recapacita y piensa que lo que pasa hoy en día, debiera de ser todo lo contrario.

Juan Miguel González del Pino, con su habitual generosidad para con este humilde bloguero, me hizo llegar el otro día un precioso poema que habla sobre todo esto que acabo de reflejar.

DESCRISTIANIZACIÓN DE LA NAVIDAD

ESPECTÁCULO, JOLGORIO Y FIESTA

Diversión permanente

para las masas,

Navidad, ya eres sólo

fiesta pagana.

Falsa luz tenebrosa

para el halago

de las crecientes turbas

y nuevos bárbaros.

El fanal de Occidente

y su humanismo,

en jolgorio y barullo

se ha convertido.

Donde una cruz se alce

llamando al rezo,

perdón hallará el hombre

y amor eterno.

Por eso en el misterio

que es Dios e infancia,

tenemos puesta toda

nuestra esperanza.

En la calle, nihilismo,

tumulto y fiesta;

dentro, el silencio santo

de Nochebuena.

Juan Miguel González

Málaga, Navidad 2021

APARICIÓN DEL ÁNGEL A LOS PASTORES

CADA MES DE DICIEMBRE / DESPIERTOS, TRAS EL CRISTAL MIRANDO

CADA MES DE DICIEMBRE

Después de cada  mes de Noviembre y de su pertinente ramito de violetas, llega Diciembre. Con su anhelado puente vacacional y sus excesivos alumbrados callejeros. Con la hermosa Navidad que (al menos de boquilla) hermana a todos los ciudadanos cristianos que celebran el dosmilésimo decimonoveno aniversario del nacimiento del Niño Jesús.  Un niño que, en menos de tres meses, oh paradoja! será paseado ya hombre, crucificado, muerto y resucitado por las mismas calles del jolgorio luminoso. Cosa milagrosa sin duda y ejemplo de rapidez en eso del pasar los años.

Llegan, ya lo saben ustedes, las bacanales gastronómicas y sus kilos de más. Los excesos etílicos acarreando las pérdidas del pundonor y la dignidad. Llegan los cuñados sabelotodo y las concuñadas marisabidillas. Llega, en fin, el mes de Diciembre con sus típico tópicos mezclando  la repulsa y la ilusión. La fe y lo pagano en una balanza con el fiel perdido que ha olvidado sus principios en aras de un consumismo desaforado y enloquecido.

Yo, lo reconozco, soy más de estar ilusionado que agobiado por estas fiestas.  Feliz que contrito. Aunque, por eso de las edades, he de reconocer también que mis sentimientos navideños sufren el desgaste propiciado por lo repetitivo y por tener –al margen de las ausencias– la sensación de haberlo visto y vivido ya todo.

Sin embargo, no me pasa eso cada mes de Diciembre con el mensaje de amor y esperanza que mi muy querido amigo el Poeta Juan Miguel González me felicita las Pascuas y que yo –ufano, feliz y orgulloso– comparto en este blog para que, con la impenitente belleza poética acostumbrada  por el vate, disfrutéis estas Navidades en unión de vuestros familiares y seres queridos.

Esta es la felicitación para estas Navidades del 2019:

DESPIERTOS, TRAS EL CRISTAL MIRANDO

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

INOCENCIA Y GRACIA

LA MIRADA DEL ÁNGEL

PASTOR QUE BAJAS CANTANDO

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No llega verdaderamente la Navidad a mi blog, cuando éste se viste adecuadamente con brillos e imágenes apropiadas para estos tiempos. Cuando, al entrar en esta página, empiezan a caer falsos copos de nieve sobre el escritorio. Tampoco, cuando las luces de mi ciudad adornan sus calles con un derroche paradójico e incoherente tratando de atraer al ciudadano hacia un espíritu que ya, hace mucho, abandonó sus tradiciones en aras de otras nuevas prácticas importadas, que nada tienen que ver con nuestro carácter y nuestra particularidad.

No. La Navidad, empieza a notarse en este blog de, manera inequívoca y palpable, cuando mi querido amigo el poeta me llama por teléfono y me proporciona —con su acostumbrada generosidad— el ya tradicional villancico que sirve para felicitar estas fechas a todos los que sois habituales de este sitio.

Un honor al que me tiene mal acostumbrado.

Pero ya no digo más. Ya me callo. Pues no quiero desviar vuestra atención de las bellísimas palabras de mi apreciado Juan Miguel González del Pino. Un admirable escritor y poeta. Mucho mejor persona. Muchísimo mejor amigo.

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ARROYO DE LAS CAMPANILLAS

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BLACK FRIDAY, EINSTEIN Y NAVIDAD.

Unas preciosas reflexiones de mi amigo Lasa Lasaeta, Alter Ego que es del Dr. Andrés Torres. Algo así como Jeckill y Hyde

Sacado de su cuaderno de Bitácora:

http://lasalasaeta.blogspot.com.es/

BLACK FRIDAY, EINSTEIN Y NAVIDAD.

Leía hace poco, naturalmente en internet ese lugar maldito donde sólo puede uno leer chorradas y equívocos, un artículo titulado La Teoría de la relatividad en siete preguntas y respuestas. Y es que, a pesar de los que “putean” al Albert Rivera, se puede intentar entender a Kant sin leer a Kant y entender a Einstein sin leer a Einstein. O la Biblia sin leer la Biblia. Se trata de reconocer uno humildemente sus limitaciones y buscar fuentes de naturaleza divulgativa que te expliquen y te “desmenucen” el tema del que quieres saber algo por cultura general, no para hacer una tesis doctoral.

Esto lo aprendí en el colegio cuando, en una agenda saturada de deberes y exámenes, al profesor de literatura de turno le daba por exigirte que te leyeras las “Novelas ejemplares” de Cervantes. Con quince años, las hormonas ebullendo en tu sangre y tus neuronas, y una niña guapa esperándote en la puerta del colegio. O una Victoria de tres cuartos en “La Buena sombra”. ¡Te quiere í peregí ¡.

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En La Buena Sombra, mi amigo Rafael O’Donnell (Con gafas de sol).

Pues descubrimos en la biblioteca de la Diputación una enciclopedia de muchos libracos gordos donde venían resumidas todas las grandes obras de la literatura española. Te leías un resumen de estos y hacías el trabajo sobre el libro que te habían mandado. Lo que viene siendo un copia y pega pero con Bic naranja que escribe fino o Bic cristal que escribe normal.

Hoy día están San Google y Santa Wikipedia, patrones de los maestros liendres, que es como llamamos a la gente que quiere saber un poco de muchas cosas más que mucho de un tema en concreto si queremos despreciarlos. Porque si queremos halagarlos, les llamamos “hombres del Renacimiento”.

En fin, vayamos al grano, decía Einstein que espacio y el tiempo dejan de ser absolutos y dependen de la velocidad a la que nos movamos.

Cosa que más o menos entiendo , pero que los que lo han entendido bien son toda esa legión de “intelectuales” especialistas en marketing al servicio de los poderosos trust, grandes corporaciones, banqueros y políticos de paja. Tan bien que son capaces de manipular el tiempo, el espacio y la velocidad al antojo de sus intereses comerciales.

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Estamos asistiendo a ello y la mayoría sin percibirlo.

Centrémonos en la Navidad. Para ello sólo tengo que tirar de memoria, lo cual significa que voy siendo viejo, pero no tanto como para que se me olvide que cuando yo era pequeño, las navidades comenzaban el día del sorteo de la lotería. 22 de Diciembre, dos días antes de la nochebuena. España era un país emergente pero aún pobre por las consecuencias de la posguerra y el Noplan Marshall. Los españoles podían consumir poco, la renta per cápita era pequeña y los sueldos escasos.

Las luces que iluminaban las calles eran pocas y espacialmente reducidas y la tómbola en la Plaza de José Antonio el lugar donde, además de en las administraciones de loterías de las viudas de guerra franquistas, se pagaba el impuesto sobre la ilusión. Y la ONCE , con su cupón de tres números donde se lavaban conciencias ayudando a los pobres ciegos como excusa para jugar a algo en un país donde hasta el bingo era ilegal.

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Pero ocurrió que gracias a Eisenhower ( a cambio de bases, claro) a Alemania ( a cambio de mano de obra barata, emigrantes, cantados por Juanito Valderrama con maleta de cartón) y a Suecia y sus chicas ricas en bikini nos convertimos en un país emergente.

Y gracias también a nuestros empresarios honrados y emprendedores y trabajadores inquietos que se preocupaban de progresar dentro de la legalidad y la ética,los países emergentes empiezan a ser interesantes para los manipuladores de capitales, ingenieros financieros al servicio de usureros codiciosos ávidos de aprovecharse sin esfuerzo de los anteriores. Ponen su inteligencia al servicio del mejor postor, que evidentemente no es ni el trabajador ni el empresario-emprendedor que necesita préstamos para poner en marcha o mantener su negocio.

Y manipulan el mundo de tal modo que reducen la economía a un concepto: el consumo.

Y aquí es donde entra la teoría de la Relatividad:

Manipulan el tiempo: Cuando llegan las «navidades” cada vez lo hacen antes por aquello de estimular el consumo.

Decíamos antes que en mi infancia empezaban el día de la Lotería. Pero no les pareció suficiente el intervalo temporal y hace ya años se hablaba de que la Inmaculada era el punto de partida. Hasta los cofrades, católicos apostólicos y romanos, inauguramos los belenes el día de la Inmaculada. 8 de diciembre. Hasta el 8 de Enero , que empezaban las rebajas, un mes.

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Pero llegó la crisis, que sufrimos las clases trabajadoras, o sea, la media y la baja , más que nadie.

Pero los codiciosos no se conforman con que sus beneficios disminuyan aunque no les falte ni el yate ni el forfait en la estación de esquí. Los codiciosos quieren más. Les va en los genes.

Inventaron aquello de adelantar las rebajas, pero no les salió demasiado bien.“Daremos otra vuelta de tuerca”, pensaron sus ejecutivos. Ya que no les llegó el Plan Marshall, que les llegue el plan Black Friday.

Primero mandaron una avanzadilla en forma de Halloween, que triunfó, hizo prisioneros a un gran número de consumidores, pero a pequeña escala, a modo de maniobra de calentamiento.

Cuando vieron que a los españoles su cultura les importaba un bledo y que aceptaban con naturalidad la invasión sin oponer resistencia, ordenaron el desembarco. El Black Friday se impuso sin ninguna oposición. Incluso los colaboracionistas se lo facilitaron haciendo coincidir el día D con el encendido de las luces navideñas, que ya desde hace tiempo se hacen a final de Noviembre. Un mes antes de la Navidad.

Pero también hay que manipular el espacio. Volvemos a la memoria de mi infancia: recuerdo que las luces que iluminaban algunas calles representaban la navidad , o sea , la venida del Mesías, las bombillas formaban portales de Belén, ángeles anunciadores de la buena nueva, las luces conscientemente o no, eran de los colores de la corona de adviento. En la cabalgata de reyes , algunas carrozas representaban momentos bíblicos , como la aparición del ángel a los pastores o la propia Natividad en forma de portal de belén viviente.

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Pero a los codiciosos no les interesa un dios que condena la codicia, la avaricia, la lujuria, la gula , la vanidad o la soberbia. Eso se enfrenta directamente al concepto de consumo como motor del mundo. Se enfrenta a su dios.

“Manipulemos el espacio” se dijeron. Logremos que sus símbolos, los que predican la austeridad, la modestia, la solidaridad, la caridad, la vida sencilla, la familia o la amistad . el verdadero origen de la fiesta, desaparezcan poco a poco.

Así los ángeles se convirtieron en estrellas y lunas, los Nacimientos quieren ser recluidos en las Iglesias y las casas, o mejor sustituidos por el árbol, que es más laico y “ofende” menos. Y las cabalgatas podrían servir perfectamente para Carnaval o para la Expo del 92.

Pronto propondrán que las navidades se llamen “ Fiesta del solsticio de invierno” .

¿ Comoooooooooo? ¿ Que ya lo han propuestooooooooo? ¿Y no precisamente los que se suponen amigos de los ricos, si no los que se suponen amigos de los pobres? ¿ Que me dices, que les están haciendo el juego a los capitalistas adoradores del consumo?

Y el tercer factor implicado en la Teoría de la Relatividad es la velocidad.

Interesa que todo ocurra muy rápido, que no dé tiempo a la gente a pensar, a escribir o leer cosas como la que estás leyendo ahora.

No interesa el slow food , interesa el atiborrase . No interesa el tomarse una copa con un amigo, interesa que la copa sea un gin tonic de ginebra botánica de 60 pavos la botella con tónica de 6 pavos el botellín y rapidita que tenemos que ir a otro sitio que ponen uno de fresa.

No interesa que como antaño, la gente se reúna en las casas con aceite, harina, miel y ajonjolí para hacer los borrachuelos y permanecer juntos durante horas comentando delante de una copita de anís. Por cierto, las copas, como las botellas de Coca Cola, cada vez son más grandes.

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No interesa el lomo en manteca que hacía la abuela, interesa el jamón de bellotas 200 jotas.

Pero es más, es que ya no interesa ni que te entretengas en cortar el jamón. Lo compras, le pagas a un tipo y te lo corta por 35 euros más iVA y te lo envasa al vacío. Tú, en nochebuena ya tienes que estar pensando en que vas a comprar en las rebajas de Enero.

Y como esto es muy largo y mis prismas suelen ser más cortos, lo vamos a dejar aquí. Que cada cual saque sus conclusiones, que ya me imagino las que van a sacar alguno de los pocos que me leéis, como si os hubiera parido.

Así que si habéis llegado hasta aquí, que sepáis que yo no soy de esos que están superocupados con todos los días pillados en éstas fechas. Que tengo tiempo de sobra para quedar con los amigos a tomar un vinillo y que si es necesario y la conversación lo merece, me quedo hasta el amanecer.

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