» No te preocupes, no me he ido. Porque sigo cogido de la mano, de quien me dio un enorme abrazo adolescente, y prometió, eternamente, ser mi hermano.»
Compañero, ¿Te acuerdas?
Aun tengo el sabor del vino en mis labios
Y aún, cerrando los ojos,
Puedo casi alcanzar la copa que dejamos viva
Temblando ya en la boca embriagada
Compañero, ¿Te acuerdas?
Era tanta arena, tanta playa
Era tanta mar en mis manos
Era tanto y tanto perdí
Era tanta soledad
Y tanta compañía me diste
Compañero, ¿Te acuerdas?
(*) Todo el texto está escrito por el poeta, actor y músico Luis Centeno. Te quiero, amigo!! Te quiero, Hermano!!
Podría limitarme a insertar en este artículo, una escueta referencia a la obra que la Compañía Teatroz de esta ciudad, va a representar proximamente en el Teatro Cervantes de Málaga: Casting: A la caza de Bernalda Alba (aunque de hecho, la pongo al final). Pero no quería que este comentario empezara con algo tan frío e impersonal como un corta y pega de la promoción que se está realizando de dicho espectáculo.
Así que… primero, rememoremos:
Año 1997
Acudimos, aquel ya lejano año, al Teatro Cervantes, para ver la representación de un musical llamadoCasting: A la caza de Bernarda Alba. No las tenía yo todas conmigo -siempre tengo un irrazonable y absurdo recelo hacia las obras de teatro- pues a pesar de las advertencias de mi querido hermano Luis Centeno, (de que era distinta y que me iba a sorprender gratamente) no imaginaba yo, ni por un momento, el delirio que iba a presenciar. Lo que me iba a reír. Lo que iba a disfrutar.
Empezaba la representación, con la bienvenida en el patio de butacas por los propios actores. Los mismos que iban a acudir al citado Casting para poder acceder a un papel en la luctuosa y severa obra de García Lorca… A partir de ahí, una delirante –ya te digo- sucesión de situaciones cómicas, que hicieron que la obra fuera un inesperado vendaval de risas. Una gozada.
La siempre fantástica dirección de mi querido amigo el actor -y patrono escénico- Juanma Lara. Una enorme -y no digo lo de enorme gratuitamente- Bernarda Alba. Un caracterizado Luis Centeno con vestimenta y pañuelo negro, que me recordaba tremendamente a su Tita Isabelín, y un plantel de actores frescos y profesionales con unos temas musicales fantásticos, me proporcionaron una velada teatral atrozmente divertida. (Teatroz) que hicieron desaparecer ese absurdo recelo que antes comentaba..
Año 2013.
The Present Day que dicen los americanos en sus pelis.
Ahora, que hasta las tortillas de patatas se deconstruyen y reinventan, vuelve Teatroz a presentar Casting en el mismo escenario: El Teatro Cervantes. Los dos actores citados, permanecen (algunos más supongo) y el texto, se ha mejorado y actualizado convenientemente adaptando la problemática (que el 97 se reflejaba en el guión primigenio) a la actualidad.
Es estos tiempos tan crueles, donde la clase política, y el subterfugio económico, se regodean en las inexplicables e inexplicadas reformas “estructurales”; en estos tiempos tan difíciles para todos, volver a tener la oportunidad de acceder a la caja de sorpresas que esta obra ofrece, no solo es un lujo, es una necesidad imperiosa e indispensable para combatir el desaliento y alegrar el ánimo.
Os lo recomiendo encarecidamente. Reíros a mandíbula batiente, Desearíais que al terminar, no os encontrarais de nuevo, con este mundo real de ignominia y de injusticia. Ojala que toda la vida fuese un continuo casting donde todos nosotros tuviésemos nuestro propio papel amparados siempre por el humor, por la risa y por la música.
Id a verlos, no os vais a arrepentir. Os lo juro. Por tó mis muelas!!!
Y ahora la referencia…
CASTING, A LA CAZA DE BERNARDA ALBA. Teatroz. (Estreno)
7 y 8 de Febrero. Teatro Cervantes. Málaga. 19.00 h
Un director californiano ha convocado un casting en el teatro, con la intención de escoger el reparto ideal para un musical sobre la obra de F.G. Lorca, La casa de Bernarda Alba, basado en una partitura escrita por el mismísimo F.G. Lorca encontrada en un apartamento situado en la orilla del río Hudson.
Los actores asistentes al “Casting”; es decir, el público, a partir de este momento se esforzaran por conseguir, al precio que sea, un papel que les sitúe entre los elegidos en el reparto de una comedia musical estilo Broadway, cuyo título es, debido a un error tipográfico A la caza de Bernarda Alba, el musical.
Durante el proceso de selección se mostrará todo un abanico de personajes y situaciones delirantes que a buen seguro no dejarán indiferente a nadie y, como telón de fondo, la crisis, el paro, los desahucios, la corrupción… todos esos elementos necesarios para hacer una excelente comedia donde la carcajada será la protagonista.
Y por fin llega el momento final, la representación de A la caza de Bernarda Alba, el musical.
Con todos estos datos imagínense el musical que van a ver… bueno mejor no se lo
imaginen… vengan a verlo
Género: Otros géneros
Contemporánea
30 Festival de Teatro de Málaga
Fechas: desde 7 de febrero de 2013 hasta 8 de febrero de 2013
Buenoooo….. Esto ya se ha acabado. Seis entregas de poemas y una historia de soldados. Que no es poco.
Hemos llegado al final. Por lo menos del material que yo poseo y que me fue entregado con la reticencia de las lobas centenéreas. Ya solo me queda la recepción de material nuevo.
Algo que me apetece mucho, pues es esta última época de Luis la que, escribiendo, más me gusta.
Agradecería muy mucho lo de recibir nuevo material; puesto que, leer toda la producción poética anterior del vate culé desde que era un zangolotino adolescente, hasta estos días, como que me ha resultado un trabajo inconmensurable a la par que gratificante. Todo hay que decirlo
Muy gratificante digo, pues me queda el honor de ser uno de los pocos (él y yo) que se ha leído toda su producción. El, poco a poco; yo del tirón. Que tiene su aquel.
Han sido muchas playas y muchas escaleras. Muchos sentimientos destapados para al fin lograr llegar a la estación término. Aquella donde acaban todos los trenes de largo recorrido que tanto le gustan a mi otro querido amigo poeta.
Y me ha fascinado el hacer este poemario a Luis Centeno. De verdad. Porque ha sido el volver a recordar mi propia vida a través de la de él. De la de su familia.
Porque he vuelto a ver a Titalín, acechar por la puerta y he vuelto a dar la tabarra al padre Carras. Y he vuelto a pisar montañas de nácar en la Isla de Arosa cuando aun había que llegar a ella por medio de una barca. A beber Albariño –hasta la saciedad- con los pescadores a golpe de canción.
He vuelto a oír regañar a las vecinas gruñonas al desaparecido “Petre”. Y he vuelto a ver la sonrisa perennemente cariñosa de mi Mamaluisa.
He visto ascender a los cielos a Cristóbal por medio de un andamio adosado a la fachada del edificio y entrar por el balcón del tercero (Nunca me perdonaré, el que no se me hubiese ocurrido a mi semejante genialidad)
Y he vuelto a ver los atardeceres desde la Residencia Militar haciendo esfuerzos por no besar a Mammota. Se dejaría?…No se dejaría? Nunca lo sabré.
También he vuelto a sufrir el martirio de dormir muchas veces en la Plaza del Obispo despertándome a fuerza de campanadas cada cuarto de hora. Cada media hora. Cada en punto. Desventajas del huesped no habituado.
Y he vuelto a cantar los poemas musicados de Luis. Como nadie más sabe hacerlo.
He vuelto a gritar: Centenooo! desde la calle, otro par de miles de veces. A todas horas. Y a darle al motor para encenderlo cuando subo. Apagarlo cuando bajo.
Y todavía… Todavía disfrutando de la amistad, del hermanamiento, de todos ellos. De Luis, que es mas hermano que ninguno, y fíjate tú que todos lo son mucho.
De Josefito, mi consejero y modelo en muchas cosas. Y amigo muy querido por encima de todo. Porque siempre está ahí.
Y de Nano, el chiquitillo de los tres hermanos, que les pegaba unas palizas tremendas al ajedrez a los doctos amigos de sus hermanas mayores con siete años. Con él, tengo la risa asegurada. Y el cariño, que es mutuo.
Tres amigos. Tres caballeros.
Ha sido, en fin, una recapitulación preciosa de sentimientos esta que ahora finaliza. Un compendio de circunstancias comunes. De vidas paralelas.
Y ahora, como en todo relato que se precie, llega la hora de los agradecimientos. De darle las gracias a quien me ha ayudado a realizar esta labor. Y eso es lo que voy a hacer, dárselas…
A nadie!
A nadie! Pues nadie me ha hecho falta para apuntar un solo registro de esta nómina de afectos que he desarrollado hacia la familia Centeno. Porque ni ha hecho falta, ni la hará.
Porque yo mismo he sido protagonista y la he vivido con ellos intensamente durante 37 años. Y de que forma!
A nadie. Y tiene gracia que, al final del periplo familiar, me quede casi sin palabras. Pero era eso, justo lo que quería. Quedarme sin palabras; porque quería emplearlas todas en reafirmar el cariño que siento hacia todos en general. Hacia cada uno en particular.
Porque sé, que a fuerza de insistencia y de apego, de tiempo, de viajes y de vivencias compartidas, he logrado, por fin, hacerme un hueco en el clan. En la Familia.
Como no podía se de otra manera, amigos. Porque ahora… ahora ya sé el secreto del Corazón de la Alcachofa. Como no podía ser de otra manera, amigos. Como no podía ser de otra manera.
LUIS CENTENO. POEMARIO VI. EL FINAL
# 01
Cinco minutos contigo, es un instante,
es un soplo de aire, es un momento,
es un todo, en una nada, y era antes,
una ilusión perdida, un tormento.
Cinco minutos contigo, son los besos,
la acaricia interminable, son el cielo,
cinco minutos contigo, es sólo eso,
el poder acariciar tu «rubio» pelo.
Cinco minutos contigo, es la esencia.
Es el momento exacto de la vida,
es el mágico fin de la inconsciencia,
de quien no te tuvo nunca por perdida.
Pero cinco minutos sin ti, remueve el alma,
y me estuvo escondido entre las sombras,
de quien quiso llorar desde la calma,
de la ausencia que dejaste a quien te nombra.
Cinco minutos sin ti, es el vacío,
es la ausencia interminable de tu cara,
es el no querer hacer nada, es el hastío,
de no volver jamás al agua clara.
Lo del agua, te acuerdas?, es por los peces,
que mordían nuestras piernas primerizas.
Ya te lo dije, es, que a veces,
los rizos de las olas, se nos rizan.
Cinco minutos sin ti, no es el olvido.
Ni es llorar con indolencia en las esquinas.
Es querer, como acaso no has querido,
y no aceptar, que todo se termina.
# 02
Y no había más que música
En los oídos del hombre!
Apenas luz
Una llama peregrina volaba alrededor de un cenicero.
Y no logró apagarse. Conocía cada rincón de la plaza, mucho mas que a el mismo; y, sin embargo, jamás la había visto tan serena y silenciosa, tan tremendamente llena de si misma.
Nunca había contemplado aquella fuente como ese día, ni había contemplado las luces que vio pasando silenciosas.
# 03
Sentir tus manos
Sentir tu pelo
Sentir tu risa
Sentir tu aliento
Sentir tu brisa
Sentir tu cielo
Sentir tu viento
Sentir tu lluvia
Sentir tus dedos
Sentir tu boca
Sentir tu cuerpo
Sentir tu nube
Sentir tu nieve
Sentir tu tiempo
Sentir tu noche
Sentir tus días
Sentir las flores
Que florecían
Sentir el alba
Que despuntaba
Sentir tu vida
Sentir tu rostro
Y tus miradas
Sentir tus labios
Y tus palabras
Sentir tu vientre
Sentir tu espalda
Y tú esperanza
Sentir tu olor
Sentir tu piel
Sentir tus pies
Sentir tus pasos
Sentir tu cara
Y tus abrazos
Sentirte se
Sentir tus pechos
Sentir tu lecho
Tu vino rojo
Sentir que siento
Sentir que quiero
Ser tu rastrojo.
# 04
La quiero porque me atormenta
La quiero porque es dulce y es cruel
La quiero porque es sincera y mentirosa
La quiero, básicamente,
Porque es mía.
Igual que yo soy suyo.
Pero…
Porque ella es mía y yo soy suyo?
Quien es de quien?
Quien puede erigirse en dueño de alguien?
Yo soy dueño tuyo?
Soy tu dueño?
No lo creo,
No eres de nadie
Eres tuya, solo tuya
No perteneces a nadie
Solo a ti
Quizás por eso te quiero,
Porque no podré encontrar
Otro ser tan libre como tu.
Eres libre.
Vete si quieres,
Y si no quieres irte,
Dime porque te quedas.
Es que acaso puedo pensar que me quieres?
No soy nadie
Es que,
Acaso,
Puedo pensar que me quieres?
A mi?
Tal como soy yo?
Si es así,
Estoy en un paraíso,
Allá donde solo me encuentro contigo.
Te quiero.
# 05
Supiste hacer crecer la hierba fresca,
Los árboles, las flores y los trigos
Y ahora se ha secado todo el campo;
El viento te lo has llevado contigo.
Has dejado tu mundo seco y frío
Sombría tu habitación y tu ventana
Y ha parado de crecer aquella rama
Que supo hacer contigo, todo mío.
Ya las rosas solo saben dar espinas
Y un olor amargo, frío y severo,
Será que tú paraste de regarlas
Al llevarte la lluvia con Enero
Y has dejado mi cuerpo en una tierra
Donde no existe lluvia, sol, ni viento,
Solo días oscuros, solo guerras,
Solo horas vacías, solo tiempo.
Que lejos ha quedado ya aquel día
Que bebimos una copa en la taberna,
Que regamos cada día con nuestras bromas
Y ese vino de improvisadas juergas.
Pero ya ves, no lloro por tu muerte,
He pensado palmo a palmo, codo a codo
Que no eres tú quien muere, ni tu cuerpo,
Sino yo, mi esperanza, y mi todo.
(A MANOLO LUQUE.)
# 06
Será casualidad, yo no lo dudo
La vida ya se sabe,
Está llena de estas cosas.
Hablas de alguien que parece
Que se fugó de la tierra y de la vida
Pero de pronto, que sorpresa
Al volver la esquina se aparece
Cuando ya la habíamos dado por perdida.
Ayer me dijo alguien que vio una moto
Aparcada bajo la sombra de un puente
Hoy me ha contado otra gente
Que el hijo de un amigo, corrió la misma suerte.
Se apartó, con un balazo, de la vida
Y al cabo de un momento, ya te digo,
Me entero que el del puente es un suicida
Igual hora, el mismo día.
Que casualidad, coño! Que historia!
Pero ni aún así se altera la memoria,
Ves la casualidad como armonía
Mi historia, es así, mas peregrina:
Hicieron hombre a mi hijo adolescente
Y están haciendo al otro, justo al mes
Que si, casualidad, es evidente
No le busques mas `palabras a la rima
Uno y otro me dejó el MP3
Para matar el tiempo con Sabina.
Nota del biógrafo:
La tónica general en estas seis + 1 entregas ha sido la inserción de imágenes de grabados de Gustave Doré con una predilección especial hacia los basados en los cuentos de Perrault.
También- y lo mejor- la sempiterna presencia de uno de mis poetas y músicos preferidos: Leonard Cohen.
Pero no debían de ser sino temas de su último concierto en vivo en Londres. Por que así lo he decidido. Sin más. Y no ha sido fácil.
Pero he querido terminar esta última entrega con un tema diferente. También, es cierto, íntimamente vinculado a Leonard Cohen: Las chicas de su coro: The Webb Sisters y además el clip, está realizado por su hijo: Lorca Cohen.
Words that Mobilize: Palabras que movilizan; como las de los poetas.
Insiste mucho el rapsoda culé en el título de esta entrega: El Corazón de la Alcachofa.
Y, además, me dá subrepticia y tajantemente la orden de que la presentación verse sobre sus hermanas. Por cohoness. Como si la inspiracion pudiera domeñarse.
Fíjate tú que Pablo Neruda decía que las alcachofas son los guerreros medievales del huerto con el corazón tierno.
“Ellas sabrán el porqué del título”. Me dice. Y vá el cabrón y no me lo aclara. A mi! Que soy su escriba, trascriptor y traductor. Queledén!
En fin…Nada se me antoja, a priori, mas fácil que hablar del sexteto centenéreo. Porque las he vivido y mucho.
Porque que las conozco de sobra a cada una de ellas. Desde el principio de mis tiempos y de los suyos. Y poniéndome a pensar y a escribir se me llena la cabeza de anécdotas sucedidas con todas. Con la caterva de lobas que, perennemente, acompañaban a los que, ilusamente, se creian los amos y señores de la manada. Ilusamente, repito.
Pasé tanto tiempo y me pasaron tantas cosas con ellas, que a una, a Primera, estuve a punto de matarle dos veces al marido. Una vez de un abrazo fraternal (que solo se quedó en una costilla rota). La otra vez, de pura risa. Ellas pueden certificarlo. Al final, mira tu por donde, se fueron para siempre ambos dos. Una falta de delicadeza hacia sus afectos por otra parte.
No se puede negar, pués, que hayamos pasado una vida entera juntos. De risas, de muchas risas; y tambien de llantos, que de todo tiene que haber en esta putesca viña del Señor.
Muchas veces, cuando acudía a la Plaza del Obispo en busca de Luís, no importaba si estaba este o no. Siempre habia alguna de las hermanas con sus novios – Fantástico Alborto- que suplian esta ausencia.Con creces.
Casi siempre estaban Primera, Tercera y Cuarta. Por no faltar, no faltaba ni Girilín.
Yo llegaba. Saludaba. Me acurrucaba en la mesa de camilla, desplazando inopinadamente a Quinta y Sexta, que tambien solían estar, y que se dejaban avasallar ante mi inconmensurable personalidad y algún que otro culazo; sacaba mi bolsa de pesetas y a devorar horas jugando al Cinquillo. Interminables y entrañables partidas de cartas.
Hasta que, mas tarde, cuando llegaba Luis de juntar magreos para futuras odas descarnadas, y me proponia salir de copas, yo le decia : Mmmmmm…NO! Me quéo! Y me quedaba jugando tó calentito. Y el también, claro está.. Hasta que la noche mas última me expulsaba a la puta calle. Acompañado siempre, eso si, de la amistad inquebrantable y leal de mi bolsa de basura.
Hay algo mas parecido a un hogar interino? Jugar fuera de casa se le dice a esto.
Sabía y sé todavia, todo sobre ellas. Todos sus secretos mas íntimos. Lo que fumaban. Unas asquerosidades que iban desde el Sombra imposible hasta el Vencedor ya perdido de antemano. Humo negro matón.
Sabía lo que bebian. Gin tonics y cubatas de ginebra y cola. Sabía siempre el color de las braguitas que llevaban – siempre con un dia de retraso, desafortunadamente – Pués las veia, siempre, ahorcadas en el tendedero del patio de la casa… Sabía donde tenian sus nidos de amor. Hotel Maestranza. Ahora lo puedo decir por fin.
Sabía…Sabía que a Segunda le llamaban la guapa, me lo decía Titalín. Y tambien sabía lo mucho que apreciaba yo a Segundo, su marido: porque este me enseñó- con su proceder- a ser mejor hombre. Más libre. Aunque tambien me hizo la putada y se me murió. Como Primero que se llamaba Buen Nacido de segundo.
Y se me antoja fácil, ya te digo, porque podria hablar y mucho de cada una de ellas.
Podria hablar de Cuarta. Pero no lo voy a hacer. Porque es la que más quiero y ella sabe que todo lo que vaya a decir de ella, ya se lo he dicho. Porque me acompañó en la etapa mas enriquecedora de mi vida. Porque compartimos los mejores amigos que uno pueda tener en la misma. Porque sus hombres, fueron mis hermanos. Y algunos, a pesar de la lejanía, lo siguen siendo.
Tercera siempre tenía una palanca de whisky DyC escondida en su cuarto. Y todos sabíamos donde. Mamaluísa tambien. Ejerció eficazmente de Coordinadora de Acólitos Anónimos en el Vaticano.
De Quinta me pasa algo así como con Cuarta. Que forma parte inseparable de mi vida, pues tambien me acompañó en los primeros despertares. Tantos dias felices que se sucedían igualmente dichosos y divertidos unos tras otros. Sin parar. El día de la Mammota (sic)
De Sexta -una preciosa, gruñona y pequeña Nutria- de corazón mas feminista que ninguna, aunque todas lo son. Pero a esta la enervaba muchísimo la reiterada displicencia que mostraban los machos de la manada (a los que dedicaré la próxima y última entrega de esta saga) para levantarse de la cama y afrontar el dia.
Y si se me pone en el brete de decidir quien es o quien fue la mejor, no sabre discernir si Sexta o Tercera. Ni tampoco si Segunda o Cuarta. O Primera más que Quinta.Porque todas son igualmente buenas y el orden de los factores no altera el resultado.
Y si sé que todas son, como diría el malagueño mas perchelero y ordinario: De la leshe que mamaron. Y eso, afortunadamente, no se puede evitar. Porque se lleva en la sangre.
LUIS CENTENO. POEMARIO V.
EL CORAZÓN DE LA ALCACHOFA
# 01
Ay Luisito!
Con lo listo que eres y que torpe es tu vida
Ay Luisito!
La achicoria es amarga
Y te engañas con dos gramos de azúcar
Ay Luisito!
La colilla manchada de amor terminado
De noches sin ti,
Se volvió un huracán
Gestionado como otro Katrina
No supiste la fuerza y la ira
Que te fue a matar
Ay Luisito!
Que conviertes tormentas de arena
En brisas ligeras
Y al momento una brizna de hierba
En un bosque sin sol.
Guárdate el estallido
Que quiere salir de tus ojos
Dosifica la lágrima que hay en tu corazón
Ay Luisito!
Que disgustos me das
Siéndome tan cercano
No te empeñes en hacerme espía de tu soledad;
No renuncio de ti
Pero a veces me cansas
Cuando sigues con la letanía
Cercana y constante
De la falsedad
Cuando llegues del tiempo pasado
Y quizás no me encuentres
Con los brazos abiertos
Y el alma pendiente de ti
No me pidas que olvide el vacío
De ese número oculto
Te fallé, lo cogí, lo lloré
Y ese anónimo puto
Me rasgó el corazón
Los pulmones, la vida y la piel
Pero en fin,
No eres tú
Quien merece que pierda este tiempo
No eres tú
Quien merece este instante de noche despierta
No eres tú
Quien merece este instante de noche sin luz
Ojala ni una lágrima asome por estas ventanas
Tan oscuras
Tan en las tinieblas
Teñidas de azul
No es preciso que diga
Que en la noche perdida
Ya no lloro por ti
Lloro, por mi Luisito
Tan listo
Y tan torpe en mi vida
Ay Luisito!
# 02
Déjalo
No creo que merezca ya la pena
Que pienses que mis noches se me queman
Queriéndote escribir.
Déjalo
Que importa que pasara las noches en vela
Si el tiempo para ti es la primavera
Y otoño para mí.
Déjalo
Ayer dijiste que si estabas sola
Querías venir conmigo a ver las olas
Pero hoy ya no es así.
Y calla que llega la primavera
Y desde que era invierno no has visto mi escalera
No digas otra vez quizás me cure
Hoy sé
Que si hay mal que cien años dure
Déjalo quizás olvide.
Déjame
Al menos que te escriba estas canciones
Aunque queden dormidas en mis cajones
Si no quieres volver.
Déjame
Que en sueños quede dormido en tus pechos
Si no quieres volver tienes derecho
No digas nada más.
Y calla que llega la primavera
Y desde que era invierno no has visto mi escalera
No digas otra vez quizás me cure
Hoy sé
Que si hay mal que cien años dure
Déjalo quizás olvide
# 03
La música suena triste
Sus notas ya no son notas
No tiene aroma el jazmín
La lluvia no cae a gotas
Para mí.
Toda poesía es tristeza
Una canción añoranza
Una palabra una queja
Cuando no hay esperanza
Se deja.
El sol ya solo se aleja
La luna nunca aparece
Cuando se muere se reza
Cuando algo llega al cese
No empieza.
Ya no suena una guitarra
Que diga de entre sus cuerdas
Que el barco, el mar y la amarra
Haga que yo un día pierda
Mis ansias
Ya no hay un vaso de vino
Que me devuelva alegría
Ni me brinde en el camino
De vez en cuando, algún día
Un pino.
Ya no habrá nadie que grite
Para buscarme querellas
No habrá una voz que me chille
Ni en el cielo habrá una estrella
Que brille
Ya no habrá una voz que diga
Devuélveme aquella flor
Y si algunos ojos miran
Buscando ansiosos amor
Es mentira.
Ya se me ha muerto la flor
Ya he perdido su fragancia
Ya no tengo su calor
Y quisiera oír con ansias
Esa voz.
Ya no volveré a escuchar
Latidos de un corazón
Ya solo puede esperar
Poco a poco y sin calor
Soledad.
Ya no volveré a sentir
Ni una caricia ni un beso
Ni podré jamás pedir
Que me dejen un recuerdo
Ni alguien me ayude a decir
Sentir lo que estoy sintiendo
No es vivir.
# 04
Bien. La situación es esta:
La mujer principal era un encanto
Un oasis de ternura, y entretanto
Se entremezclaban las obesas y las bestias
Y la madre de aquella deslenguada
Y la torti, que era de Riogordo
Y, en medio Enrique, como de la nada
Que unas veces era mudo y otra sordo
Yo, me encontraba en un mundo sin sentido
Me sentía como un objeto maltratado
La madre de estos versos anteriores
Me vio, sin yo saber; como follado.
# 05
Hoy,
No se si estoy inspirado
Pero quiero escribir
Y quiero escribirte
A ti mujer
Quisiera decirte tantas cosas
Tantas cosas que guardo
Desde hace tanto tiempo
Decirte
Que apenas si te recuerdo
Que apenas ya si te deseo
Que apenas ya te necesito
Decirte
Que apenas ya te quiero.
# 06
EL CORAZÓN DE LA ALCACHOFA
Que poco tiempo hizo falta para quererte,
Y cuanto tiempo he gastado en olvidarte.
Pero, mira, ahí está el arte,
En dejarse arrastrar por otros vientos.
A mí, la verdad, me va bien de momento,
Algo mejor de cómo siempre ha sido.
Pero no voy a hacer leña del árbol caído,
Encenderé la hoguera con los rastrojos
Del alma que quemaste con tus ojos
Y me tuvo tanto tiempo así, perdido.
He caminado lento, sin sur ni norte,
Y alguien sin saberlo me ha empujado,
Y me ha gritado: corre, no te cortes!
Y he corrido feliz, como un poseso;
No te ofendas. Tú ya sabes, es por eso,
De que Dios aprieta, pero no ahoga,
Y por fin, me han liberado de la soga,
Que me tenía atado a nuestros besos.
Y no es por nada,
Pero al ver que el mundo, no se para con mi historia,
No, no creáis que es la marca de un limpiador de plata. Aunque pensándolo bien, si que pudiera haberlo sido. Y, pensándolo aún mejor, eso es lo ella fue. Una bruñidora familiar incansable. Cercana y afectuosa.
Vigilante tenaz. Perfecta subalterna de la principal. Siempre dispuesta, aunque un tanto irritable. Un trozo de bizcocho empapado en pena y dolor asumido. En interminable constancia.
Incongruente con los sentimientos lógicos del rencor y la animadversión. Hacia aquellos que le quitaron la única oportunidad que le brindó la vida de prolongar la de ella misma. De una fidelidad absurda e irracional hacia los que la privaron de esa suerte exclusiva que tanto envidió al contemplarla -en su propia casa- diariamente.
Nunca entendí a Titalín ¿O si?
Presencia perenne hasta el final. Hasta que su razón hizo mutis por el foro silenciosa y calladamente. Ya nunca volvería a vigilarme por la rendija de la puerta entreabierta. O entrecerrada.
Titalín. No, no creáis que es la marca de un limpiador de plata. Aunque pensándolo bien, si que pudiera haberlo sido.
# 01
POEMA PARA UNA MUJER QUE QUIERE
Triste,
Tal vez con gesto acabado
Pero con fuerza en su cuerpo.
Enferma de franquismo y de una historia
De una España que nació mientras dormía
Quizás un poco standard de su mundo
Un poco música vibrando entre su espacio
Residuos de una época enterrada
Convencional, tradicional, conformista.
Una mujer que quiere, enamorada
De unos sueños que rompieron su esperanza
Bostezando en una tierra “pervertida”
Llorando en un mar de fuerza expirada
Latiendo en un corazón que habita en nuestros cuerpos
Derrochadora de amor de sus casi hijos
Nostalgia de una tierra en que vivió
De una tierra que supo abrirse
Para dar a luz a un cuerpo ilusionado
Típica mujer estrechamente atada
A un”fascismo” que “libró” a su país.
Sentada siempre en un rincón
De espaldas a la luz, al mundo
Por no ver el excremento de una tierra;
Sensible mujer que llora por cualquiera
Que ama lo bueno que perfuma al mundo
Mujer que llora con la muerte
Mujer que odia el llamado terrorismo
Mujer que cree pasar entre silencios
Pero que sabe gritar y hacerse eco,
Que vive en el corazón de nuestros cuerpos
Y en fin
Es este, un poema para una mujer que quiere.
# 02
Siento vacía mi almohada
Faltan partes de mis sueños
Siento que no queda nada
Siento tristeza en la cama
Siento que soy más pequeño
Siento que tu olor no es mío
Ya no siento tu calor
Y mi cuarto está vacío
Siento cada vez mas frío
En el que fue tu rincón
Está la mesa más vieja
Ya no me quedan poemas
Solo me quedan las quejas
Y cuando la noche empieza
Todo mi cuerpo se quema
Ya ves que no tengo luz
Desde que no estas aquí
Desde que te fuiste tú
Ni el mismo cielo es azul
Dime que te queda a ti
# 03
Tienes que saber,
Que una sonrisa tuya puede hacer
Cambiar lo noche por madrugada
Hacer mas corta una hora larga
Hacer presente aquel lugar
Tienes que saber,
Que una sonrisa tuya puede hacer
Que nuestras flores que están marchitas
Dormidas en palabras escritas
Vuelvan de nuevo a nacer
Tú haces la noche mas clara
Tú haces la nieve más blanca
Tu haces que el río que se estanca
Vuelva a correr y no pare.
Tu haces que en todas mis noches
Vuelva a verte en mi almohada
Tú haces la espiga del viento
Tu haces el todo del nada
Por eso
Tienes que saber,
Que una sonrisa tuya puede hacer
Que en mis noches ya no llore.
# 04
… Y sigue eternamente el silencio
Aunque preguntes mil veces,
Aquí y allá
Ya te han dicho lo que eres
Y a quien tienes que creer
Y a quien no
Ya te han dicho quien es bueno y quien es malo
… Mucho antes de nacer.
Yo viviré cinco minutos mas que tu.
# 05
Tú sabes amor?
Tú sabes que te quiero cuando nadie te quiere?
Cuando estás a punto de estallar,
Cuando tus lagrimas son mas osadas que tu orgullo
Cuando sientes tu alma agobiada
Cuando no hay salida,
Cuando es el final de algo que tu crees que no ha tenido principio
Después de haber leído todo los textos proporcionados por Luis, me doy cuenta que hay una cierta reiteración en diversos temas.
Esta insistencia: el mar y sus olas. La arena. Las almohadas vacías, las llegadas del amor y sus posteriores partidas…todo configura y moldea un universo adolescente donde las hormonas guían la mano del escritor y le hacen caer en estas repeticiones, que no son otra cosa que una sinopsis de experiencias vitales.
El escriba, tiene mucho cuidado en no permitir eco alguno en su selección.
Mas tarde la empecinación playera desaparece. Y entonces nos encontramos a un Luis Centeno más maduro y más sutil y embriagador- perdóneseme la mariconada- en sus textos y en sus mensajes poéticos.
Pero volvamos a los escritos de su juventud.
Hay -para mí, que lo conozco bien- dos circunstancias que son muy íntimas y especiales para el poeta.
Esas son: Su casa del Camino Suárez y la falta, muy temprana, de su padre.
La casa por dos motivos especiales -a lo mejor, me estoy metiendo en vericuetos que no me incumben- pero me da igual, son los peligros que deben de asumir los autores al otorgar la potestad al escriba.
La casa, digo, por dos motivos: por la feliz niñez pasada en ella y porque en ella la familia estaba completa. Todos juntos.
Y su padre. Porque, sin tan siquiera consultarle, tomó el camino sin vuelta demasiado pronto y le dejó desprovisto de cuentos. Sin historias de soldados.
Este relato que ahora viene, combina los dos motivos, que yo intuyo, en la obra temprana de Luis..
Es una narración conmovedora (que ganó un certamen literario) cuyos originales conservamos tanto el autor, como su hermano mayor y el escriba que suscribe.
El citado hermano -Josemaría- me dio la idea de no solo transcribir el texto sino de, además, adornarlo con las imágenes del original escaneadas.
Me pareció una estupenda idea. Pero… porque decorar en exceso lo que no lo necesita? Me dije.
Así que esta cuarta entrega no es tan laboriosa para el escriba. Solo escribo este prolegómeno e inserto los originales del relato para que se puedan leer tal cual se escribieron. Adornados, eso si, con un revestimiento de años pasados en las catacumbas, que embellece y da color al trabajo.
También –si te fijas y te acercas a la pantalla- puedes llegar a oler el papel. No te creas que es mentira.
Un trabajo salido de los tuétanos del autor. A golpe de lágrimas, añoranza y pena por su madre desolada.
Siempre envidié someramente a la Familia Centeno. Siempre.
Por la unión, por la interrelación de todos sus componente. Piña familiar que se dice.
Quizás de ahí, el empeño por formar parte de ella. Como si fuese, una especie de subfamilia que te aporta afectos complementarios a los reportados por la tuya propia.
No fue difícil integrarme en ella. Para sentirme uno de ellos era preciso no solo la condición de habituabilidad. No! No bastaba. Había que hacerse notar drásticamente y para llegar a esa circunstancia hube de – por ejemplo- quemarles el dormitorio de los barones de la casa.
Observará, horrorizado el lector, el empleo adrede de la letra B en vez de la V en la definición de los Señoritos- Barones de la casa. Insisto es empleo adrede. Y lo de señoritos, también. Que le pregunten a Nutria.
Sigo que me pierdo.
Tuve que, decía , no solo quemar parte del dormitorio del poeta y de sus hermanos, (no hubiese bastado) sino que además tuve que -en un perfecto y estudiado “ Crack”- quebrarles en dos, justo por la mitad, un sofá recién adquirido por cuya felonía me auto impuse un castigo consistente en bajar la basura (tres pisos a pie) durante un año. Que al final, por haberme encariñado con el cargo, alargué “motu proprio” durante algunos meses. A todo se acostumbra uno, oyes.
Me tomé tan en serio esta penitencia , que si algún día -raro el día que no estaba en la Casa Centeno como uno más-, tenia algún otro compromiso, una vez acabado este y fuese la hora que fuese, iba a la Plaza del Obispo, subía los tres pisos, entraba en la casa, daba las buenas noches, y sin entrar en el salón ni mediar palabra, entraba en la cocina y cogía la bolsa de basura para- una vez haber dicho otro lacónico buenas noches ni entrar en el salón- bajar los desperdicios por la escalera para depositarlos en el contenedor más próximo.
Mientras bajaba, oía las carcajadas de la familia cereal después de haber contemplado la surrealista escena. Pero yo seguía bajando las escaleras ufano y orgulloso. Con la satisfacción del trabajo bien hecho. Del deber cumplido. Mamarrashoss!
Ganarme el cariño de toda la familia Centeno, no fue difícil, tenia a mi lado a mi mas fiel y abnegada defensora. Alguien a quien sigo queriendo – y mucho- a pesar de la lejanía física y de que ya, no me invita a comer faves ofegades.
Podría definir- si pudiese definirse, al fin y al cabo- a Luis Centeno como poeta atormentado.
Poeta torturado, angustiado, agobiado, abrumado, dolido.
Podría definirlo también – si pudiese definirlo, al fin y al cabo- a Luis Centeno como poeta romántico.
También como poeta enamorado, tierno y apasionado.
Pero Luis lo que es… es un inconsciente. Y es un inconsciente porque cuando le interviene el tormento o el amor, los hace suyo de una forma tan desmesurada que eso se nota en sus escritos. Y mucho
Y estos sentimientos se cubren desde la primera línea con una pátina de tristeza y después, todo el texto. Y este sentimiento, nos llevará a la irreal idea de que estamos ante un ser desolado por el desamor.
Y una mierda pal poeta!
Luis es terriblemente divertido y ameno. Terriblemente divertido y ameno. ¿Lo he dicho ya?
Enamoradizo, eso si. Demasiado diría yo.
Y cuando se enamora –o se encariña, no seamos tampoco drásticos- lo hace con tal pasión, que aunque dure diez minutos (Lo sé. Conozco episodios de amor del poeta que le han durado diez minutos o su equivalente: tres chupitos) siempre tendrá motivos y argumentos para pasarlo a tinta de una forma admirablemente bella.
No ha sido en absoluto difícil escoger la música apropiada para que acompañe la palabra de esta y de las posteriores entregas. Poeta con poeta: Leonard Cohen. Face to face.
Sin embargo, las imágenes, si que me ha costado mucho trabajo elegirlas. Salvo la primera.
Hasta que he llegado a los grabados de mi admirado Gustave Doré. Y ahí si que lo he clavado. No sé si a el les gustará. Pero a su cuñado Juan Carlos –mi/nuestro mentor- estoy seguro que le encantaría.
PLAZA DEL OBISPO
# 01
Canción de despedida
Te queda mucho por andar
La meta no queda conmigo
Has de llegar hasta el final
No hagas posada en tu camino
Hay árboles igual que yo
Encontrarás tu compañero
El tiempo te madurará
Y te dará un nuevo Enero
Te mentiría si te digo
Que te he llegado a olvidar
He querido ser mendigo
Y me has pedido mi pan
No puedo más lluvia mía
Me tengo que marchar ya
Poco hemos andado juntos
Justo el tiempo para amar
Perdóname compañera
Se que esto no te hará mal
No te hará bien estos días
Pero mañana ya verás.
Verás que el sol es tu amigo
Y que la yerba de Abril
Perfumará tu vestido
Con flores de otro jardín
Verás que feliz te hacen
Las lluvias de todo el año
Y si estuvieras conmigo, amor
Esa lluvia te haría daño.
# 02
Solo me abruma la ansiedad perdida
Solo me calla el silencio eterno
Siento en mis mejillas el frío del invierno
Y la amarga boca de la hiel bebida
Solo me entristece el silencio eterno
Solo me entristece la ansiedad perdida.
# 03
Tengo que esperar eternamente tu mirada?
Tu despectivo amor y arrogancia?
Tu “No me importas nada”
Tu “No te quiero”
Tú soberbia irreductible
Tu desprecio?
Tu sinrazón de no querer lo que has querido
Prefieres apartar de tu conciencia
Tu soledad, tu falsedad y tu insistencia?
Tu pertinaz sonrisa, tu indiferencia
Del que has querido matar
Y solo has herido?
No doy nada por perdido
Pero perderte a ti, es indiferente
Prefiero perderme por la vida,
Que encontrarme contigo
Frente a frente.
# 04
A mi amigo Alvarito, a las 02.00 A.M.
– 11 de Marzo de 2010-
Te veré, amigo mío, en este día; y te daré mi mirada y mi sonrisa, te daré un vacío de cuerdas de guitarra, una caja obsoleta, un nada eterno.
¿Pero que quieres que diga? me parece tierno, entregar en un momento nuestra vida; la que le diste a aquél, y él hizo el giro, para volver a ti lo que era nuestro.
Simplemente, las cosas vuelven a la vida, de quien hizo de la vida nuestra suerte. Vuelve a hacer sonar la cuerda inexistente, a recobrar la melodía mas querida.
En el bar que a nuestros hijos no les arriendo, lleno de putas, aluminio y silencios, te mando, estas lágrimas sencillas, envueltas en palabras sin sentido…
… No te preocupes, no me he ido. Porque sigo cogido de la mano, de quien me dio un enorme abrazo adolescente, y prometió, eternamente, ser mi hermano.
Estas son unas líneas de un poema que – tengo el privilegio- me dedique mi mas que amigo, hermano, Luis Centeno.
Y vienen a cuento, lo del doble rescate, por dos circunstancias que ahora expongo:
La primera y la mas importante: Un poema; porque rememora este, otro que me dedicó en los años primeros de nuestra amistad y que se perdió en quien sabe que episodio de mi vida y que permanece ahogado en la memoria . Y la segunda circunstancia : mi primera guitarra acústica. Aquella que perdí por mor de un queridísimo amigo común que se llamaba José María Alonso. Se llamaba digo; desgraciadamente.
Esa amistad ,la de Luis y la mía, que con los años se afianzaría de tal modo que ya no solo lo considero hermano, sino que su familia, es también la mía.
¡ Es que tu eres inevitable ! Me dice siempre. Y si , somos inevitables. Inevitables discontinuos el uno para el otro. Afortunadamente.
Le sugerí pues , abusando de esa amistad que no entiende de sutilezas, a Luis Centeno, actor y poeta atormentado cuando escribe , que me recuperara del recuerdo esa declaración de amistad escrita y que si podía ser, y para que no se lo llevara el viento y se volviera a perder, pegara esta a mi primera guitarra acústica que sabía yo, por él mismo, tenia en su poder desde hacía mas de treinta años. Tres décadas de exilio forzoso. Cadena perpetua de polvo y silencio obligado.
Y así fue.
Tuya es!! Me dijo sin tan siquiera tener el buen gusto de dejarme suplicar e implorar por el susodicho instrumento.
Días antes de la entrega, me hizo llegar un escrito que a continuación transcribo y que ahora permanece colgado de la pared de mi casa con la perfecta compañía de una caricatura elaborada por Antonio Abril, otro gran amigo, que también me honra con su trabajo.
Ya tengo las dos cosas en mi poder. Doble rescate
Y el manuscrito de afecto dice así:
Te veré, amigo mío, en este día;
y te daré mi mirada y mi sonrisa,
te daré un vacío de cuerdas de guitarra,
una caja obsoleta, un nada eterno.
¿Pero que quieres que diga? me parece tierno,
entregar en un momento nuestra vida;
la que le diste a aquél, y él hizo el giro,
para volver a tí lo que era nuestro.
Simplemente, las cosas vuelven a la vida,
de quien hizo de la vida nuestra suerte.
Vuelve a hacer sonar la cuerda inexistente,
a recobrar la melodia mas querida.
En el bar que a nuestros hijos no le arriendo,
lleno de putas, aluminio y silencios,
te mando, estas lágrimas sencillas,
envueltas en palabras sin sentidos…
… No te preocupes, no me he ido.
Porque sigo cogido de la mano,
de quien me dio un enorme abrazo adolescente,
y prometió, eternamente, ser mi hermano.
A mi amigo Alvarito, a las 12.00 del 11 de Marzo de 2010.
Luis Centeno
Ya te digo, un privilegio joder! Que quieres que te diga Luis… a mi tambien me parece tierno.