LAS NUEVAS MARICONERAS

BOLSO_HOMBRE_PIEL_CON_BOLSILLOS_GRANDELAS NUEVAS MARICONERAS

En los últimos tiempos oprobiosos del señor bajito y de bigote recortado, púsose de moda entre los hombres de bien, un horrendo y ominoso adminículo llamado «Mariconera». Un espantoso y execrable bolso de mala piel despojado, eso sí, de cualquier connotación femenina (pues sólo se le permitía un asa correa, que ya era bastante cantoso y mosqueante cuando se balanceaba inpensadamente en la mano) y que permitía, al otrora elegante caballero, llevar debajo del sobaco algunas pertenencias necesarias y muchísimas otras más –tan inútiles como inservibles–que prevenían el impredecible y accidental «porsi».

Ni yo, ni mis amigos, fuimos nunca de utilizar «mariconeras»; más que nada porque no nos pilló la aterradora moda y porque, además, nos parecían trasnochadas, poseedoras de un feísmo chocarrero y de una patente connotación chabacana y ordinaria. Lo digo yo, que en mis tiempos hippies llevaba colgada del hombro bolsa azurronada para todos mis aparejos, que en aquellos tiempos de fumaradas y humazos, no eran pocos. Y me refiero al tabaco y al mechero; no se me piensen otra cosa. O sí.

4ee5d17d66192370
De aquellas mariconeras de antaño, estos bolsos bandoleras de hoy que todo organismo viviente lleva colgado –para su comodidad y desahogo– de su hombro o de su cuello. Las nuevas mariconeras, que al fin y al cabo son, estos bolsos bandoleras, y que dan título a esta entrada.

djrjVerán Uds. yo distingo –generalizando mucho– dos tipos de bolsos bandoleras; y eso, basándome especialmente en los modelos usados por dos íntimos amigos: Angelín y Shati.

Veámos:

Está la Bandolera Embutida («Bandolens atiborradii at Extremum Cespediensis») cómo es la que lleva mi querido amigo Angelín. Dicha bandolera es –de atestada que la lleva– la viva imagen de un morcón de morcilla y lomo de la Carnicería Mariloli de Casabermeja. En ella, someramente entreveo (tengo que reconocerme una impenitente curiosidad por saber que transporta) entreveo digo, que lleva todo lo que le pudiese hacer falta en caso de sufrir un inesperado naufragio en medio del Atlántico Norte o una devastación catastrófica en la misma Plaza de la Merced si se me apura. Todo ello –el contenido– ordenado y cuidadosamente distribuido en la multitud de departamentos de que dispone el morral y con una guía del usuario escrita en Word «Times New Roman» tamaño de fuente 12, en la que se indica los avíos depositados en cada uno de estos receptáculos.

bolso
Entre las cosas que mi amigo Ángel lleva en la faltriquera colgante –y que yo he podido adivinar– puedo citar: Las llaves de la casa. Las llaves de la moto. Las llaves del coche. Las llaves de las llaves. La cartera. El monedero. El móvil. La libretita de direcciones y de teléfonos. El mechero. El tabaco. Las gafas, la toallita para limpiarlas. Un paquete de Kleenex con un solo Kleenex arrugado y con visos de maldad. Un paquete de chicles aplastado y caliente hasta el tormento de San Lorenzo y por fin, y de forma previsora, Un Tampax sin usar. Jabón líquido, gel anti bacterias y crema hidratante, (en mini botellitas procedentes de amenities hoteleras). Papel sanitario, pintalabios de distintos colores, un lápiz de cejas, un delineador, polvo traslúcido, una lima de uñas, pinzas depiladoras, un espejo de dos aumentos, un perfume de bolsillo o crema perfumada y un paquete de tabaco de liar marca «Camel» con sus libritos de papel y su cargamento de filtrillos. Todo ello, por si le hiciese falta en algún momento del día, a la Oíaporculo que todo lo pierde. Ah! y unas tijeritas, un pendrive de Coca Cola, un peine, unas últimas voluntades y un condón (caducado en 2011) también sin usar, que nunca se sabe.

510_12073008525866
Después, y ya termino, está la Bandolera Tarambana («Bandolens Impenitentummenti Extraviata in Rúa ut Dondesei») que es la que utiliza mi otro querido amigo «Shati» Cumpián. En ella, Shati lleva todo lo que pudiera o pudiese ser susceptible de ser perdido irremisiblemente y pretende infructuosamente –si no fuese por la generosidad ajena– controlar.

Suele perderlo este amigo, todo a la vez; muy frecuentemente. De modo y manera –que cuando esto le pasa–  se encuentra completamente desasistido  y desamparado a menos que envíe un SOS a RadioTaxi para que le recoja en la última dirección indicada –que es calle Pepita Jiménez, 23– y por la que él no pasa desde el año 97. Shati, al contrario que Angelín, es bastante somero en cuanto a contenido: Gafas, cartera, móvil, llaves, tabaco y mechero conforman su particular bagaje. Pero… Nada de eso pierde de forma independiente. Sólo pierde la bandolera en sí; con lo que eso conlleva de fatalidad y de problemático.

sfsdh.jpg
Otro día, contaré yo más tranquilamente, cómo me compré –a precio irrisorio en una página Web china– una mochila de pecho. Tan inesperadamente pequeña, que en vez de mochila era pin. Mundo intrincado y confuso éste el de las mariconeras,  que –como las hojas del árbol caídas– juguetes  del viento son.

retro-floral-ornamental-graphic-element_23-2147486721

¡ALGO PASA CON TÁPERGÜER!

20110930SAWG_fg22

¡ALGO PASA CON TÁPERGÜER!

Corría el año de 1944, cuando el químico estadounidense Earl Silas Tupper inventa un demoníaco artilugio llamado Tupperware. Mueren en breve espacio de tiempo –inmerecida e injustamente– las denominaciones imperantes hasta aquel momento tales fueron: Tartera, fiambrera o portaviandas; a partir de aquel nefando año de 1944, ya te digo, todo el mundo llamaría a los recipientes de plástico –reyes del almacenamiento alimentario de los picnics camperos y de las jornadas playeras– con el indigno calificativo de Tápergüer y –para fastidiarla aún más– acortando ignominiosamente su nombre por el exiguo remoquete de Táper. Tócate los cataplines.

20110930SAWG_fg18

También, y desde ese atribulado momento, la vida conyugal de los hombres de bien, se nos complicó de una forma inexplicable y terrible por mor del maldito contenedor de manduca.

Pero vamos a remontarnos al génesis de esta historia:

Acudimos hace unas noches a una cena invitados por nuestros amigos Kuky y Marori a su casa. Dos entrañables y viejos amigos que tuvieron a bien el sentarnos a su mesa acompañados del artista plástico Tato Zambrano y del eximio letrado Romero. Ambos dos, a su vez, muy bien escoltados por sus respectivas caimanas. Casualmente (o no!) nos sentamos juntos, los hombres en el ala izquierda de la mesa, mientras las mujeres, lo hacían –qué remedio les quedaba!– en el ala conservadora de dicha mesa. Preciosa y muy bien surtida, todo hay que decirlo.

20110930SAWG_fg17a

Entre los muchos chascarrillos y conversaciones varias, surgió entre los mozos el atribulado y penoso tema de los recipientes Tupperwares; de ahora en adelante Tápergüer o simplemente Táper. Los cuatro muchachos, continúo, señalamos prácticamente al unísono, lo inoperante y exasperante que resultaba el fastidioso recipiente en cuanto a un almacenamiento cómodo, fácil y manejable. Porque sobre todas las cosas, anhelábamos un almacenamiento que no causase –su inoperancia– episodios de ansiedad, congoja y abatimiento.

Verán Uds. llegamos a la conclusión los cuatro (con la boca pequeña y un tono de voz más que sometido) que las mujeres tienen una predisposición especial y una inclinación atávica y hereditaria (las madres son muy culpables de este vicio confesable) hacia eso del guardar porciones insignificantes de restos alimenticios en la nevera; amparados todos ellos (los alimentos) por el secretismo más absoluto y añadiéndoles una dificultad insoportable –en cuanto a la identificación– para las mentes simples y llanas de sus esposos que no ven más allá del cajón de los embutidos y de las cervezas.

20110930SAWG_fg19

De modo y manera, decíamos –que por este cruel sistema de guarda y custodia culinaria– cuando un hombre abre una nevera después de una cena, se encuentra de sopetón con una especie de «highline manhattaniano» de plástico mate, perladillo de humedades, y coronado con multitud de tapaderas de colores que ríanse Uds. de los más afamados conjuntos arquitectónicos neoyorkinos a lo Mies Van Der Rohe o a la Roberto Foster manera.

Pero no íbamos a eso; íbamos al desconsuelo que nos produce a los machos alfa, esa inoperancia, esa incapacidad e ineptitud intrínseca que poseemos, en cuanto al coger un Táper del armario en el que están almacenados, sin causar una descontrolada catarata de tapaderas y un chorreo incontenible y desmandado de recipientes contenedores hacia el suelo para intentar sacar el que creemos más idóneo (nunca escogemos éste de entre los diez primeros) para guardar el obligado mínimo despojo sobrante de comida.

TupperwareBldg10204

Verán Uds. hay mil tipos y modelos de tapergüéres imposibles de entender: Tapergüéres herméticos o tapergüéres al vacío. Tapergüéres con compartimentos para verduritas cortadas en juliana menuda; tapergüéres cilíndricos y tapergüéres redondos. Troncocónicos y rectangulares los hay; isósceles invertidos, con forma de paralelepípedos y hexagonales. Los hay altos, bajos y pícnicos. Lo de pícnico no es que sean para los picnics; es que son anchos de cintura y estrechos de hombros. Los hay con apariencia de botellas, con biberón para los mamones; para huevos duros y para huevos pasados por agua. Tapergüéres con tapadera apitorrada y semitapadera en jarras. De rinconera haylos (metidos para adentro) y también de morterete (estos salidos hacia afuera) tal y como otras cosas que yo me sé y que no me atrevo a indicar no se me vaya a enfadar un cofrade que yo, también me sé.

20110930SAWG_fg12

Los hay –en el más improbabilísimo de los casos– apilables. Y los hay con palitroque vertical y con unos huequecitos monísimos e insuficientes para poner distintos tipos de salsas que nunca, jamás de los jamases, elaborarán sus propietarios. Con molinete picador, colador para vegetales o con rallador para los quesos. Un mundo inaccesible e intratable.

20110930SAWG_fg11

Todo esto lo sé, fehacientemente, porque mi hermana era distribuidora (hace mil años) de estas extraordinarias y engorrosas fiambreras que Alá maldiga y que –en reuniones financiadas por mi madre– intentaba vender a la familia primero; a las amigas después, y por fin, a las vecinas esas apenas conocía. Estas reuniones, resultaban lo menos provechoso en cuanto a ganancias; pues –en el improbable caso– de que el costoso ágape dispensado a la horda de gorronas hubiese sido asumido por mi hermana, esta, se hubiese arruinado indefectiblemente debido a la reducida comisión que se llevaba. Más aún, si tenemos en cuenta que dicha «ganancia» la invertía en su totalidad en adquirir más Tapergüéres para su colección privada. Una de las mejores de la antigua España y parte del Reino de Aragón, hoy llamado Catalunya. Aunque eso, lo de arruinarse, pasó cuando se hizo distribuidora de Avon por aplicar la misma estrategia comercial que con los plásticos.

20110930SAWG_fg01

Volvamos a la realidad. A la mañana siguiente de la cena mencionada anteriormente y ya en nuestra casa, tras el almuerzo, hubo de guardarse un resto de judías verdes con patatas cocidas y huevos duros en la nevera. Me tocó a mí guardar dicho resto. Así que abrí el armario de los putos tapergüéres y cogí un cacharrito rectangular que me pareció el más idóneo ; se me cayeron otros tres. Elegí una tapadera que, por la forma, creí apropiada y esta vez fueron siete primas hermanas las que rodaron por el suelo. Las probé todas; una a una y nada de nada. Decidí pues, con la desesperación más absoluta, (17/10 de tensión arterial calculo yo a bote pronto) volcar las habichuelas en un plato hondo, y las tapé (mirusté que apropiado!) con otro plato igual de hondo boca abajo que es cómo se ha hecho toda la reputa vida antes del suplicio de los Tupperware (Marca Registrada).

20110930SAWG_fg09

Después recogí las tres fiambreras rebeldes y las siete indomables tapaderas (todo esto a espaldas de mi mujer) y las metí de cualquier manera en el armario que les servía de mausoleo. Al cerrar la puerta, con no poca dificultad y con su pertinente dosis de presión, creí ver unas sonrisas quedas pero fanfarronas desde el fondo del armario, como emplazándome de nuevo a la próxima batalla perdida contra mis nervios. Sabiéndose ganadoras de antemano, las hijas de la grandísima puta, como cada una de las mil veces anteriores. Como cada una de todas las veces anteriores.

***

-organize-tupperware

***

diseno-floral-retro_23-2147486730

LISTADO DE MERCADILLOS CALLEJEROS EN NUEVA YORK. SEPTIEMBRE 2015

Brooklyn-Flea-Market

LISTADO DE MERCADILLOS CALLEJEROS EN NUEVA YORK.

SEPTIEMBRE 2015

Aquí están: Los mercadillos callejeros de la ciudad de Nueva York durante el mes de Septiembre de 2015. En ellos, podréis encontrar ese objeto que -saliéndose de los estereotipados souvenirs de la City-, podréis enseñar a vuestras amistades -a la vuelta del viaje- como una adquisición única.

Sitios donde, al margen de los clásicos tenderetes, podréis degustar buena comida rápida que no sean las estándares que todos conocemos. En fin…

Estos son:
Sep 5 – Fourth Avenue Festival
Fourth Ave from 9th to 14th St, Manhattan

Sep 6 – Ronkonkoma Long Island Festival
Hawkins Ave from Portion Rd to Wittredge St, Long island

Sep 7 – 30th Avenue Astoria Festival
30th Ave from 29th St to 41st St, Queens

Sep 10-20 – 89th Annual Feast of San Gennero
Mulberry Street, Manhattan
Sep 12 – 6th Avenue Festival
6th Ave from HoustonSt to Waverly Pl, Manhattan

Sep 13 – 3rd Avenue Community Benefit Festival
3rd Ave from 66th to 86th St, Manhattan

Sep 13 – Nyrtle Avenue Fair
Myrtle Ave from Forest to Wyckoff Ave, Queens

Sep 19 – Bleecker Street Festival
Bleecker Street from 7th to 8th Ave, Manhattan

Sep 19 – Jerome Avenue Festival
Jerome Ave from Moshulu Parkway to Gun Hill Road, Bronx

Sep 20 – 92nd Street Y Lexington Avenue Festival
Lexington Ave from 79th to 96th St, Manhattan

Sep 26 – 37th Avenue Festival
37th Ave from 83rd to 89th St, Queens

Sep 26 – Eating 8th
8th Ave from 14th to 23rd St, Manhattan

Sep 26 – Upper Broadway Autumn Festival
110th to 116th St on Broadway, Manhattan

Sep 27 – Farmingville Long Island Festival
Portion Road from Leeds Blvd to South Howell Ave, Long Island

***

elemento-decorativo-floral_23-2147486718

LELI CAMPOS

Leli

LELI CAMPOS

Durante no pocos años, formamos con ella un precioso grupo de íntimos amigos. Con Leli compartimos sus mejores tiempos y los más ingratos. Tiempos de la indeseada Canija. Me acaba de llamar nuestro hermano Luis Centeno y me da la mala nueva. Que se ha ido. Que Dios la ha llamado. Malos tiempos son para esta memoria nuestra tan desolada por la abundancia de ausencias injustas. Dios pone a muchos a prueba. A mí, a mí ya Dios, me está tocando los cojones con tanta llamada. Descansa en paz, amiga mía!! Descansa en paz.

«Pesado, lento, dormido,
Nada parece con vida
Todo es quietud y olvido
Mientras la injusticia anida»

Jose María Alonso

***

elemento-decorativo-floral_23-2147486718

LOS TALIBANES ANIMALISTAS Y LOS COCHES DE CABALLOS

LOS TALIBANES ANIMALISTAS
Y LOS COCHES DE CABALLOS

19E256AB1

«Mucha gente piensa, o por lo menos siente, que el que no tiene sus hábitos y sus entusiasmos es un enemigo.»
Pío Baroja

«La libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oir.»
George Orwell

***

¡Ojo al dato! Sé que me estoy jugando el cuero cabelludo y una parte muy principal de mis genitales por lo que ahora voy a exponer. Pero asumo la contingencia.

***
Indicando primeramente, que siendo un absoluto amante de los animales y un más que firme defensor de su bienestar, sé positivamente que mis argumentos van a molestar a esa legión (muchos de ellos grandes amigos) de defensores de toda forma de vida (¿no están vivos los vegetales? me pregunto) y que también, a algunos, les van a salir golondrinos por una declaración tan descarnada y oprobiosa cómo la que ahora viene. Un parecer –el mío– contrario a la razón de tanto vegano, vegetariano y tránsfuga carnívoro. Así que, advierto otra vez, sepan que estoy resignado a la sarta de insultos y denuestos que me va a caer por mi posición anti talibanes animalistas:

E19177551
Confieso, sin ningún atisbo de vergüenza ni arrepentimiento, que me encanta una buena fuente de chuletitas de cordero muy «churruscaítas». O chuparle la cabeza a –al menos– una catorcena de gambas a la plancha y a sus primas cercanas las cigalas. Pierdo la cabeza, esta vez la mía, por un buen chuletón de buey –si es gallego mejor– acompañado de unas indispensables patatas bien fritas. (Tengamos en cuenta que las papas, son también hijas de Dios.) Y que los pinchitos, debidamente especiados, en dos pares de dos es como mejor se comen.

head1
Un buen bocadillo de jamón ibérico orillado de tocinito quita las penas más grandes. Y uno de mortadela Mina con mantequilla Zas hace que se me salten las lágrimas más escondidas en los recovecos de la memoria. También conozco a alguna que duerme conmigo, que no se considera ninguna maltratadora de animales después de jalarse un indeterminado número de alitas de pollo adobadas y fritas, y ahogadas –para más inri y sufrimiento– en una proporcionada cantidad de cerveza. Y ahora, ahora que estamos en Feria, una buena berza de madrugada con su correspondiente «pringá» y ya me callo, (que bueno un plato de callos!) le devuelve la vida hasta al mismísimo Antonio Orozco.

head3
Renegar de nuestra evolución propiciada por el consumo de proteínas animales. Renunciar a los métodos de subsistencia basados en la cría y la ingesta de productos de origen animal. Reprobar el consumo de carne en aras de erradicar un innecesario «maltrato» es cuando menos una tontería y un peligro para una adecuada y racional alimentación.

***
Quiero pedirles, no obstante, la gracia de la tolerancia y la comprensión para aquellos amantes de los animales que –teniendo bichos domésticos en sus pisos de ciudad– los tienen sometidos a esa cadena perpetua, privativa de libertad, que supone el arresto domiciliario–cuando no a la emasculación indeseada a los inocentes gatitos– con el solo consuelo de media hora de libertad de bozal y correa y una dieta a base de insustancial pienso, aunque sea de la marca «Luego Existo».
Quede claro pues, que los omnívoros, no somos asesinos antropófagos por comernos a nuestros semejantes los irracionales. Ni tampoco, somos sádicos asesinos porque nos guste ver una corrida de toros.

244C548CD
Los comentarios que se han oído acerca de la cogida del «asesino» Francisco Rivera Ordoñez, me parecen de una ignominia y bajeza difíciles de superar. Una asnada y una imbecilidad tan notoria cómo irreflexiva. Un desprecio, hacia nuestra historia y nuestra cultura mediterránea, por ciertos individuos que se echan las manos a la cabeza por un león en Zimbawe y dejan pasar el tren de su crítica por los miles de niños que mueren de hambre en ese mismo país.
A lo que vamos!

***
El artículo de Juan Gaitán que ahora viene –y que era la primera y principal intención de este post– nada tiene que ver con lo antes dicho por este que suscribe; y, como es habitual en él, en Juan, es de una argumentación y razonamiento incontestable acerca de la polémica sobre la situación que sufren los jamelgos de los coches de caballos debidos a los calores que nos acontecen. Un, como siempre, espléndido e impecable artículo.

***
Nota: Todas las imágenes que ilustran esta entrada son obras de Dimitri Tsykalov.

6_20150807mTpGWK*
Disfrutadlo. Este es:

COCHES DE CABALLOS

Hay pocas ciudades a las que no les siente bien el sonido de unos cascos de caballo al trote lento y el murmullo de las ruedas de una calesa o de un birlocho atravesando las calles. Quien ha podido ha tomado un simón en el Central Park de Nueva York, o se ha dejado conducir por las calles románticas de Praga por un cochero uniformado y muy serio que ejercía su oficio con la dignidad y la elegancia de un príncipe bohemio.

***
Los coches de caballos son un anacronismo, una mota de pasado que se ha quedado estancada en la vida de algunas ciudades y forman parte de su aspecto, de esa fotografía que enseñan a los turistas para que los turistas hagan una fotografía.

6_20150807b4FPJI
Y ahora aquí, en Málaga, por esta modernidad nuestra tan de urgencia y de limpio siempre, de pronto surgen los de «Ciudadanos», con toda su obligatoria carga de cambios a cuestas, y proponen trocar los coches de caballos por unos modelos «de época» y eléctricos, o sea, por réplicas más o menos conseguidas de coches de época, seamos exactos.

***
Los coches de caballos, para mí, durante mucho tiempo, hasta que empecé a viajar y a perder el pelo de la dehesa, eran solo ese socorrido reportaje veraniego que casi todos los becarios que en el mundo han sido han escrito alguna vez, acaso pensando que era la primera, y también el objeto de una anécdota que se cuenta en las reuniones de periodistas sobre un colega que en sus buenos años, antes de que las adicciones le llevaran a deambular buscando el sablazo, acudía a las ruedas de prensa subido en uno y fumándose un puro.

6_20150807h8Z4yn
Pero ahora, a la vuelta del tiempo, después de haber editado un par de docenas o tres de reportajes y haberlos visto en tantas ciudades ensanchando el paisaje de su tipismo, de comprobar cómo conviven con su contemporaneidad desde su antigüedad, entiendo que sí, que es cierto, que son un anacronismo, pero las ciudades, todas, tienen sus anacronismos, sus casticismos más o menos admisibles, y también entiendo que los llamados «animalistas» crean que los animales sufren con ese trabajo, y puede que tal vez incluso sea verdad, pero no sé si han llegado a caer en la cuenta de que el día que los desenganchen del birlocho será para llevarlos directamente al matadero, porque a ver quién se hace cargo de la manutención y cuidados de un animal que no produce y no es una mascota ni puede meterse en un piso.

***
A ninguna ciudad con un pasado que no quiera enterrar le estorban sus coches de caballos como no deberían estorbarles sus palomas o sus vilanos. Pero Málaga es a veces como un niño con un lego, siempre queriendo desmontarse a manotazos para construirse otra vez, y no siempre mejor.

Juan Gaitán 14.08.2015

***

jaws

***

elemento-decorativo-floral_23-2147486718

AQUELLOS VERANOS

AQUELLOS VERANOS

13, 34,5x27 (FILEminimizer)

En estos tiempos oscuros, en los que la educación y la cortesía han sido desplazadas –en cuanto a comunicación verbal y epistolar– por la más infame concisión, estrechez y barbarie; en estos tiempos incongruentes y contradictorios, en los que nos comunicamos más y peor que nunca, sorprende mucho que aún haya personas que, generosa y desinteresadamente, dispongan de su tiempo para, escribiendo o descolgando un teléfono (qué antiguo ha quedado eso de descolgar cuando nos referimos al teléfono) saludar sin motivo preciso al familiar o al amigo.

14, 41x33 (FILEminimizer)
Pocos quedan. Y entre los más corteses y educados –sus formas antiguas le honran– que conozco, se encuentra mi querido amigo y admirado Poeta Juan Miguel González del Pino.
Cierto es que Juanmi y yo mantenemos una espontánea corriente de empatía cariñosa; y que nos regalamos el uno al otro el respeto y la consideración. Yo, hacia él, desde la más enorme admiración cómo persona y cómo Poeta. Él, hacia mí –desde su inacabable generosidad y entrega– permitiéndome ser su más fiel transcriptor en este mundo virtual que es Internet.
Juan Miguel, me llamó ayer con la sola intención de saludarme. De interesarse por mi estado de salud y de emoción. Para brindarme el bálsamo –siempre eficiente– de su palabra amiga confortadora y estimulante; de su voz comprensiva y condescendiente. Yo, que soy viejo zorro, y abuso de su amistad (él siempre se deja querer por mí) me permití «regañarle» por tener abandonado este blog. Por tenerle regalada la ausencia de sus letras a este sitio que –él ya lo sabe– es tan suyo como mío. Su sitio este que es su lugar de publicación legítimo y oficial. Y eso, siempre se lo digo, representa un invariable honor para este que ahora escribe; un honor tan singular y tan señalado, cómo inmerecido e ilusionante.

55, 69,5x49,5 (FILEminimizer)
Estos son los dos regalos que me hace Juan Miguel González del Pino. Dos fragmentos de belleza, desgajados desde la parcela de la creatividad y la excelencia de su bien amueblada cabeza.

Disfrutadlos.

(Las imágenes que ilustran esta entrada son obra de mi amigo Ángel Luis Calvo Capa. Un amigo que tuvo el poco detalle de irse muy anticipadamente.)

***

23, 27,5x21 (FILEminimizer)

A mis amigos y amigas de aquellos inolvidables veranos
AQUELLOS VERANOS
“… aunque se pierdan los amantes no se perderá el amor;
y no tendrá dominio la muerte.”
Dylan Thomas

***
El verano es un patio regado por las tardes,
y una fuente de rojas y enredadas cerezas.
Encierra un sortilegio la palabra verano,
nombre aún más hermoso que la dicha que evoca.

Paseos bordeados de cañas y moreras;
tranvías con muchachas camino de la playa,
y un rabioso delirio incansable y ardiente
de paganas cigarras, en los altos pinares.

Se llenaba la alberca de la huerta vecina
de estrellas y de ranas, y las calles de grillos,
y era dulce entregarse al soñar perezoso,
puesto el sol, respirando la agostada campiña.

Aquellas reuniones en el patio encalado,
con música y muchachas doradas y estivales,
con las que, embelesados, bailábamos a veces
desmayadas canciones sentidas hasta el llanto.

Caían las perséidas de los cielos nocturnos,
como en las madrugadas los jazmines abiertos,
y por los eucaliptos, furtivas, se abrazaban,
en su primera cita, los amantes felices.

***

22, 22,5x22 (FILEminimizer)

PRIMAVERA Y VEJEZ

Los parques se han cubierto y las aceras
de flores amarillas y moradas:
es la derrochadora exuberancia
que mayo nos dejó. Por todas partes
copas, en floración, de jacarandas,
y el naranja encendido y delicado
de las acacias, con sus nidos nuevos.

Hay alborozo por los claros cielos,
de estas serenas tardes exaltadas
por los largos chillidos coloquiales
de los raudos vencejos.

Junto al agua
de las placetas y los jardinillos,
carmín, blancas y rosas, las adelfas
promesas son y fueron del verano.

¿También para nosotros, poetas viejos,
habrá en el mundo un tiempo prometido
como el verano es para los jóvenes?
Acaso el del sosiego, que es el propio
de quienes han sabido envejecer
sin rencor ni codicia, y con un poco
de amor y lealtad y mansedumbre.
***

minimalist-swirl-vintage-style-decoration_23-2147486725

EL INSOMNIO DE UNA NOCHE DE VERANO

1856608407_5ae7ce9dae

EL INSOMNIO DE UNA NOCHE DE VERANO

«Con todo esto y a decir verdad, en nuestros días, calor y descanso no hacen buenas migas» (Variación conveniente sobre El Sueño de una noche de verano.
(William Shakespeare)

«Y Vulcano, Hefestos, Huehuetéotl y Agni –dioses de la caló– unieron sus fuerzas y desterraron a Kelvinator y a Toshiba a los ígneos mares de lava del Tártaro.» (Anónimo)

Todo empieza con un «clic»; así, de esa manera tan fácil cómo espeluznante. De forma inesperada. Un «clic» que provoca que tu ojo derecho se abra irremisible e incontrolablemente de par en par. Tu mente se va despertando poco a poco y tú ruegas al dios Morfeo que no te deje abandonado en los brazos de Vulcano. Pero el dios del sueño – que por cierto es Morfeo que Picio– no solo no te hace caso sino que, amparándose en que es él el que quiere descansar, te regala un segundo «clic» antes de irse; así pues, el segundo ojo –el izquierdo– se abre también irremisible e incontroladamente para – acompañando al primero– dejarte con una cara de perfecto gilipollas durante al menos cuatro espantosas e inacabables horas.

1856614407_4f2c1e4648
En Hefestos, (que dirían los clásicos) acabas de entrar en ese indeseado estado insomne –insoportable, insufrible e irritante– que te regala la alta temperatura. Así que, ante la imposibilidad de conciliar el sueño, empieza uno (para recuperarlo) a aplicar ciertas estrategias de contraataque…

*
La primera fase: La lectura; desde la hora prima (que casualmente también es la primera del día) hasta las dos de la madrugada (que es la segunda) uno termina con el premio Goncourt de la mano de Lamaitre y da buena cuenta de la Barcelona gótica del valenciano Llobregat; su testimonio sobre Vesalio y unas cuantas muertes hartamente truculentas. Pero leer –a la mala sombra de los 42 grados– es tremendamente cansado y fatigoso. Y entonces, ya un pelín desesperado, abandono la lectura y entro en…

C65683494
La segunda fase: El Facebook; se trata esta fase del leer los múltiples mensajes acumulados desde tu última visita; y eso, te lleva como otra hora. Ya nos hemos puesto al día y en las tres de la madrugada. Y en saliendo de la segunda, y cómo es preceptivo, reglamentario y regulado, viene…

La tercera fase: el Facebook; ¡Alto ahí! dirán Uds… Que esa es la segunda, Segismunda! Y sí. Y no. Porque la tercera es una prosecución de la segunda cómo también es preceptivo, reglamentario y regulado. No sé si me estoy liando. A ver, me explico: Cuando ya he terminado de leer todos los mensajes acumulados que he indicado antes, de mientras –que diría el gitano Antón– me han estado saliendo avisos de «nuevos mensajes» en la susodicha página. Y me doy cuenta –y eso me reconforta– que hay una fauna noctámbula y noctívaga que tiene el mismo problema que yo y que trata de alejar la vigilia obligada distrayendo la mente y alejándola de la pesadilla despierta del desespero.

1857442202_5b4776867e
Y me sorprendo al comprobar que mi querida MCT tiene unos pies pequeñitos y bellísimos (ella lo sabe) y –que los alza para apoyarlos, buscando el fresco, en la pared– los retrata y los cuelga en la red para sufrimiento de unos; para deleite de otros. Ella se distrae. Nosotros también y nos alegra la mirada. Veo también que un desconocido (de este no pongo iniciales siquiera) se lamenta de la mala suerte al fallarle su intento de suicido. Tal y cómo te lo digo, Rodrigo. CAS aconseja al fallido suicida que no desespere y que confíe en Dios. Ese mismo Dios, que de manera poco generosa, le ha regalado las cuitas que le han llevado al intento. Mi amada CSP –ya pasadas las cuatro de la madrugada– cambia la foto de su perfil, y aunando tímidas desnudeces y frescura playera, te recuerda lo infeliz que puedes ser con su ausencia y que para nada, con esa pose natural y espontánea, alivia tu asfixiante calor.

1856610739_065877d9cc

Taz Looney (de este si pongo su nombre, sin acritud) me sugiere me meta por salva sea la parte un cargamento de abanicos japoneses para refrescarme, y de camino, desearme un feliz ano nuevo. Además, un hijo de puta se carga a un león en Zimbabue y El Protegido de Pablo Aranda no para de visitar países. Y mientras tanto, algunos más, ya bastantes, –la nómina de insomnes crece imparablemente– dan al botón de «Me gusta» a mensajes antiguos míos. Más «Me gusta» a fotos, también antiguas, y eso me honra, porque denota que mi muro es navegable y apetecible para algunos y además, les refresca el momento del ardor guerrero.

Fauna infelizmente descansada; incapaz de conciliar el sueño. Sometida al calvario indeseado del bochorno y de la calorina. Adoradores obligados de la calidez y la calina. Desesperados habitantes del desconsuelo, de la angustia y de la impaciencia. Resignados y temerosos por la próxima noche canicular que se les avecina.

  • Todas las imágenes que ilustran esta entrada, son obra de Mihai Christe.

***

8F3BABA63

***

retro-floral-decorative-text-divider-design_23-2147486735

LOS COMERCIOS DESAPARECIDOS DE MÁLAGA

11705199_10204486374387153_6978156996544118738_n

Una vez más –me suele pasar con los evocadores y emotivos artículos de Guillermo Jiménez Smerdou– cuelgo en este blog un paseo suyo por la Málaga ausente. Si antes fueron los bares, esta vez son –los que se reflejan en esta infausta nómina– los establecimientos que dieron brillo y esplendor al centro de la ciudad; negocios que hoy, triste y lamentablemente, están desaparecidos. Tiendas y locales –a partir de los primeros años setenta son los que a mí me intervienen– que oyéndolos citar, y situándolos en su justo emplazamiento, me retrotraen a una época que ya sólo habita en la memoria y en el recuerdo más querido y afectuoso; y, que también me provocan –qué le vamos a hacer– unos sentimientos encontrados: una indeseada mezcla de añoranza, melancolía y tristeza.
Este es el magnífico artículo publicado en el Diario La Opinión de Málaga por el citado Guillermo Jiménez Smerdou. Una exquisitez entrañablemente rememorativa.

LOS COMERCIOS DESAPARECIDOS DE MÁLAGA

Un paseo por las calles del Centro para recordar tiendas que han desaparecido y que formaban parte de nuestras vidas.

11133694_865320930172313_2830935843445214414_n
Dicen que en Málaga los comercios no duran más de dos generaciones. Cuando muere el fundador, el comercio pasa a manos de los hijos…, y salvo casos excepcionales la empresa desaparece porque o los hijos no han sabido mantenerlo o porque los nietos han dirigido su vida hacia otras metas. Comercios de gran arraigo en nuestra ciudad durante medio siglo o más acaban por sucumbir. Resulta facilísimo relacionar los comercios, las industrias, los talleres…, que han desaparecido de la geografía local.

11130301_686872248106537_91771894222744298_n
Sin entrar en los detalles, o sea, en los porqués de su desaparición, basta con repasar los establecimientos que tenían su sede en las calles Larios, Nueva, Especerías, Granada, Calderería, Martínez y las plazas de la Constitución y Carbón para respaldar mi aserto.
De la Calle Larios, por ejemplo, la más comercial de Málaga, han desaparecido estos últimos años tiendas, comercios y negocios que durante mucho tiempo fueron cédula de identidad del centro, estampa y reclamo para la sociedad de consumo. Me vienen a la memoria los nombres de Gómez Mercado (tejidos), Gómez Raggio (gran almacén), La Cosmopolita (cafetería), Temboury (ferretería), Ana María Florido (corsetería), Farmacia Central, Alitalia (la primera compañía aérea italiana), Romero (regalos), Calzados Segarra, La Mar Chica (cervecería y después Martín Luque, bolsos y cinturones), Cosmópolis (ultramarinos), Moragues (confecciones), Confecciones Rosaleda, Librería Imperio, Óptica Entrambasaguas (ahora Barbarela), Café Español, Ricardo (coctelería), Gámez (confecciones), Lis (regalos, mantillas, abanicos), Morganti (cristalería), Rodolfo Prado (radios, televisores, deportes), Oficina de Turismo, La Chavalita (cafetería), Geles (confecciones), La Palma Real (cervecería), Casa Rueda (electricidad), Bazar del Fumador (después Trapos, pantalones, vaqueros)…

11659237_10204486372747112_2576973123158073157_nTambién cerraron sus puertas el centenario Círculo Mercantil, lugar de encuentro de los comerciantes malagueños, y el Hotel Niza, de larga tradición en nuestra ciudad. Alguno se habrá perdido en los recovecos de mi memoria. Creo que los únicos que resisten el paso del tiempo son Casa Mira con sus helados y turrones, la Joyería Marcos y la Farmacia Mata.
De los bancos y cajas no entro porque es otro mundo y aguantan todo lo que haya que aguantar ya que manejan un artículo de primerísima necesidad: el dinero. Si no hay bancos, malo.

De la Plaza de la Constitución desaparecieron Memphis (confecciones), Marmolejo y Espejo (mercería, perfumería…, después se separaron y quedaron dos establecimientos diferentes, que también dijeron adiós), Casa Ortega (óptica), La Costa Azul (tejidos), La Estrella Oriental, Páez (abanicos), la Librería Cervantes, una tienda de quincalla o mercería y hasta una lechería que estaba adosada al edificio de la Sociedad Económica de Amigos del País. Permanecen la farmacia Utrera y un taller de relojería.

11693804_10204486373547132_2079532401667960145_n

Si nos pasamos a la Calle Nueva, pisando el primer tramo de Especerías, echamos de menos García Larios (camisería y confecciones), Narváez (joyería), el 0,95 (todo se vendía a 0,95 pesetas, antecedente de las tiendas Todo a Cien)…; y, al entrar en Nueva, ya no están la tienda de las maletas, Calzados Mallorca, Rojo (sastrería), Álvarez Fonseca (gran almacén), Ricardo Sánchez (papelería), La Ibérica (librería), la farmacia Guerrero Strachan, La Casa de las Colchas, Almacenes Robledo, Charín (perfumería), Lopera (camas y cunas), Hebilla (bisutería y abanicos), Valero (camisería y ropa masculina en general), Martín Prado (confecciones), La Imperial (confitería), Mantequería Arias, Foto Blanco, una tintorería, Villén (confecciones), Sedeño (camisas, corbatas, calcetines), Tudela (confecciones, que fue de los primeros en usar bolsas de plástico con el logotipo del establecimiento para envolver las prendas que vendía)…

11147127_1006130109412044_75303044288965829_n

hasta llegar a la esquina con la Plaza de Félix Sáenz, donde había una ferretería en la que se anunciaba un pegamento excepcional mostrando un objeto roto y pegado con el producto anunciado que soportaba el peso de un adoquín de los utilizados para pavimentar las calles y que hoy los antisistema, en las llamadas manifestaciones pacíficas, lanzan contra las fuerzas del orden público que no pueden defenderse porque son tachadas de antidemocráticas, violentas y represivas.

11221363_10204486375107171_5145024892763928536_n
El único superviviente, como en el caso de calle Larios, es Casa Mira, que es incombustible para bien de los ciudadanos por sus exquisitos productos.
Y de la plaza de Félix Sáenz desapareció el establecimiento que da nombre a la plaza (un gran almacén), Mascota (mercería), una tienda que vendía huevos, una confitería… Se mantiene ultramarinos La Mallorquina.

Puerta del Mar
Si nos detenemos en Puerta del Mar queda Anglada (confitería), el estanco y la farmacia de la esquina con Martínez. Dijeron adiós, entre los que yo recuerde, El Pequeño Bazar (ultramarinos), una panadería, Papelería Álvarez, La Campana (taberna), García y Zafra (sanitarios y solerías), Foto Wandre y la tienda de comestibles La Cubana en cuyo escaparate durante años y años se exhibió hasta la desaparición del establecimiento una botella de un extraño licor en el que se conservaba en alcohol, nunca mejor dicho, un hermoso lagarto. Desconozco si alguien llegó a comprar alguna vez una botella de aquel licor nada apetecible por el hermoso ejemplar de lagarto.

10404242_10206106696120013_7750707171077791122_n
¿Qué queda de la Calle Martínez de hace años? Los Almacenes Masó voló por los aires tras caerle encima una bomba durante la Guerra Civil. La gran tienda de ultramarinos también pasó a mejor vida, como una ortopedia, la tienda Todo para la mujer, el café Negresco, la peluquería de Diego García, un establecimiento que solo vendía café, el Banco Rural Mediterráneo (como uno de sus promotores fue Rodrigo Vivar Téllez, veleño, que fue gobernador civil de Almería, la gente lo denominaba Banco Vivar de Rodrigo Rural), las famosas pensiones La Lojeña y La Flor (comidas y camas), las tiendas de moda Patricio y Silvia… De la gran ferretería se hicieron dos, de las que queda una sola. Aguantan el ciclón Juan de Dios Barba (tienda de quesos, jamones y bacalao) y la Droguería Ávila. De Alarcón Luján desaparecieron VARTA (lámparas), la agencia Nieves, Hogar y Jardín (muebles de jardín)…, salvándose de la huida la tienda de estilográficas, ahora bolígrafos.

11389995_1038455016179553_5448004593090216567_n
Continúa el paseo
De la Alameda ¡ay¡, ya no están el garaje Virtudes, el de las bicicletas Sánchez Ramos, el bar Valladolid, el café Cruz, Teide (pollos asados), La Competidora (ultramarinos), dos ultramarinos de los Ramos que regentaron La Cubana en Puerta del Mar, una guarnicionería… Pero está, como siempre, la Antigua Casa Guardia. El hotel Londres, rebautizado como Hotel Lisboa por motivos políticos, pasó después a Atarazanas. Su marcha dio paso a la ONCE, que de la calle Granada pasó al edificio que albergó el hotel de los dos nombres.
Podría seguir el recorrido por otras calles del centro, como Liborio García, donde estuvo Wolworth, que los malagueños identificaban como «la Volvo» y donde a la hora de la merienda se daban cita muchas señoras para ponerse moradas (y gordas) ante las ofertas de los dulces de nata, y donde estaba Mateos, la librería de viejo; la plaza del Carbón con el estanco conocido por «la perdición de los hombres», María Manín (con unas tortas del mismo nombre y cuya receta se llevó a la tumba la creadora), la cafetería Arizona, la primera que despachó perritos calientes; Molina Lario, donde se instaló TAISA, la tienda de electrodomésticos donde los malagueños pudimos ver por vez primera la televisión y acceder a la compra de los frigoríficos Kelvinator;

10426197_796816300354922_1948607297083092326_n

Plaza del Siglo y calle Calderería, con la papelería Fin de Siglo y la nueva sede de Charín, la relojería de Brinkmann, Zulaica (deportes y caza), una administración de Lotería, Fran (confecciones), el cine Goya, Braun, curtidos Minguet, La Predilecta (confitería)… Y de la plaza de Uncibay, Calzados Ramírez, Foto Cristóbal Velasco por cuya galería pasaron las mujeres más guapas de Málaga…

Colas por los libros de texto
De aquel mismo sector desaparecieron la perfumería Maru, Almacenes El Águila, el primero en la confección de trajes de caballeros; Casa Polonio, Holanda Radio, Hotel París… En Santa Lucía destacaba la librería Denis, una institución en el mundo de las letras, con largas colas a principios de curso porque los niños de media Málaga adquirían en Denis los libros de texto y que cuando abrió sus puertas ofertó la colección completa de Austral.

11215050_10204486840758812_7304161398549371387_n
No es bueno ni malo evocar el comercio de una época fenecida; simplemente otras firmas, otros empresarios y sobre todo franquicias de firmas internacionales, han arramblado con todo. Lo que sí es cierto que las calles citadas, salvo las excepciones recogidas y las que he olvidado seguramente, ya no tienen personalidad propia porque los establecimientos son los mismos que están en las grandes capitales españolas y extranjeras ya que, repito, son franquicias de firmas internacionales. Las tiendas de las calles céntricas de Málaga son las mismas que uno puede encontrar en Madrid, Londres, Berlín, Roma… porque están en manos de las multinacionales.

***

10407786_871932379524100_5275282092836746992_n

***

11667545_10204486398307751_8056469358537091167_n

***

11205057_523004584521570_8867277205484897177_n

Apostilla del Administrador del blog: La Tienda Fernández Escobar  «La Casa de las Lámparas» fue un negocio -que al estar muy próximo al domicilio de mi niñez, sito en la Plaza de los Mártires- forma parte muy importante y querida de aquellos tiempos. La amistad del propietario de dicha tienda, con mi padre (recuerdo haber ido allí en muchas ocasiones) y la posterior mía con sus hijos Salvi, Carmen y Antonio Fernández Laporte, la hacen aún más entrañable y especial para mí.

retro-floral-decorative-text-divider-design_23-2147486735

SOSOS HASTA LO INSUSTANCIAL

48334567

SOSOS HASTA LO INSUSTANCIAL

«Leche, cacao ,avellanas y azúcar: Nocilla!
Estos son los hombres fuertes de Nocilla,
fuertes alegres y deportistas…»

A ver, no se me vayan a creer Uds. que soy un viejo chocho, senil y anticuado que echa de menos todo lo que ya vivió y que su doctrina trascendental se basa en la aseveración esa que dice que «Cualquier tiempo pasado fue mejor» No. No es eso. Aunque en casos como el que ahora viene, no sólo llevo razón sino que reto en duelo a primera sangre –a la amanecida del día, y en la arena de la Playa del Lavachochos– a quien me discuta o rebata este argumento que ahora expongo:

Nos acontecen tiempos de sin-sabores. Sosos hasta lo insustancial; así he titulado el escrito que ahora estáis leyendo. ¿Y porqué, se preguntaran Uds.? Pues porque ya nada, declaro, manifiesto y confirmo, nada digo, sabe (en cuanto a los sabores de los alimentos) igual que antes. Ni someramente parecido a los que ingeríamos en nuestros mejores años que fueron los mozos.

danone

Venga; voy a dar argumentos no sea que se me acuse de mustio y melancólico.

Ejemplo primero: La Mantequilla Lorenzana.

La Mantequilla Lorenzana actual (que no Lorenzale que si no se me enfada el ínclito Piyayero) ya no sabe igual. La Mantequilla Lorenzana actual, ¡¡Ya no suda!! Ya no corona su superficie con ese un manto de gotitas de agua opacas y blanquecinas. La Mantequilla Lorenzana actual, ¡¡ No está salada!! Por el contrario, resulta insípida, insulsa y «saboría». No nos vaya a subir la tensión arterial con su otrora pizca generosa de sal. La Mantequilla Lorenzana actual, ¡¡No tiene color!! El amarillo fuerte de antaño ahora es de un triste color peomona que tira a un pálido indefinido que deambula desorientado por la gama de los gualdas, los ambarinos y los dorados.

La Margarina Tulipán, con otras peculiaridades inherentes, más de lo mismo. De la Zas, ni hablamos. La Breda, igual; la Arias, ídem de ídem. Un mundo este –el de las nuevas mantequillas– sosaina, apagado y plano.

0127

Ejemplo segundo: El Cola Cao.

A ver; que esto tiene delito: Cuando yo era niño (y ñoño) un par de cucharaditas de Cola Cao transformaban un vaso de leche en un delicioso y oscuro batido de chocolate. Hoy, en las cafeterías y bares de desayunos, te ponen unos sobres monodosis que, a pesar de la enorme cantidad de polvo anodino que contienen, no logran llevarte al paraíso del grumo y el churrete. Al clímax del lametón último del labio superior. Se me perdone cualquier otro sentido.

colacao

Tercer ejemplo: La Leche.

Ya que estamos. En mis tiempos, cuando se hervía un litro de leche, en cacerola de aluminio y asa de baquelita, había que estar ojo avizor porque si nos pasábamos de tiempo al fuego, la leche «se iba» y rebosaban dos o tres dedos esenciales de nata que dejaban las hornillas de Butano «empercodías» y requemadas.
Hoy en día, a la leche le quitan a nata, la grasa, y el sabor; y además, la venden más cara que la «entera». Porque es más sana. Que tiene cohoness eso de «entera».

?????????????????????????????????????????????????????????

Hay muchos más ejemplos que no cito para, ni cansar, ni descorazonar, pero me pregunto desanimado… ¿Qué va a ser de nuestros paladares y de nuestra memoria gustativa cuando se vaya La Cafetería Samoa? ¿Quien hará esa salsa de tomate tan espesa cómo intensa que, en forma de botones, daba el acabado perfecto a una ensaladilla rusa única e insuperable? Do irán los Andresitos, los cubanitos y las barquitas de atún? La maestría de la sencillez encarnada por los sandwiches de lechuga?

Y otra cosa aún peor: ¿Qué dirá Zoilo de Calle Granada, respecto al fuagrás Bolado, si le han cerrado la fábrica de dicho paté? ¿Donde podríamos conseguir de nuevo la extraordinaria Mortadela Casani desaparecida y derrotada en combate por los abyectos «Chopped Porks» y otros viles sucedáneos de mil hierbas y colores que sólo saben a vinagreta y a cadáver de volátil?

Mortadela Casani

¿Y aquel chorizo de Pamplona que te dejaba el cielo de la boca áspero tal si fuese el hermano pequeño de la sobrasada recién llegada –como si fuera Pérez– porque estuvo en Mallorca? ¿Y el bacalao de Juan de Dios Barba o de La Mallorquina, que había que cambiarle el agua tres veces por la noche para desalarlo? Eso lo haces ahora, con el mismo producto, y se transforma al primer enjuague en un apagado y malasombra filete de Panga y vámonos… Y suma… y sigue.

20080207093525_bacalao

Os acordáis de la cantinela del anuncio de Nocilla? Aquella que cantaban cuatro niños repelentes y zangolotinos citando rítmicamente los ingredientes que contenía aquella pasta pringosísima y dulcérrima que nos proporcionó no pocas merendillas?

Tratad de cantarla ahora, con todo lo que lleva, a ver si sois capaces.

Venga, entonad!

«Leche desnatada, aceite vegetal, Cacao desgrasado, sólidos lácteos, Avellanas, lecitina de soja, aroma E 127 y Azúúúúcar… Nociiiillaaaaaa…. !

nocilla002

Y es que si, y termino, el vídeo mató a la estrella de la radio, el buen rollismo en la alimentación sana –cuyas teorías cambian de blanco al negro ( y viceversa) constantemente– junto a la transformación de productos en pos de viabilidades económicas y normativas impuestas, han matado a la mayoría de los inolvidables sabores que nos ayudaron a crecer.

Y eso duele.

https://youtu.be/sR-JRAVG4a8

diseno-floral-retro_23-2147486730

EL CLUB DE LOS PURETAS TUERTOS

princesa-eboli-cover-400x260

EL CLUB DE LOS PROVECTOS TUERTOS

Vengo observando, desde hace ya algún tiempo, que una de las últimas fases por las que pasa el ser humano en eso que es la vida, es el despertar de las glándulas productoras de las hormonas del descaro, de la desfachatez y de la insolencia. Parece ser que el cuerpo, –rememorando las épocas primeras– saca a pasear por última vez la nula reflexión y la impertinencia. La descortesía, la osadía y la desvergüenza. Sin acritud, entiéndaseme. A ver. No se crean que exagero; me explico: Quien no ha sufrido en una cola del Carrefour una rapidísima pasada tipo Márquez-Lorenzo de una vieja que, amparada por la ley de la senectud, te pega codazo, refunfuña, te mira con desprecio, te regala una vaharada de olor inclasificable, y se te pone delante porque ella lo vale? 1202857212_850215_0000000000_sumario_normal Quien no ha sido interrogado hasta el tercer grado por la anciana de turno –mientras esperas en el ambulatorio médico– acerca de tus padecimientos y el consiguiente y eficaz remedio que tan bien le fue a su difunto marido fallecido recientemente por la misma dolencia? Quien no ha sufrido la indiscreción y la desconsideración del comentario grosero e inoportuno de la abuela del amigo que –nada más verte– te espeta lo gordo que estás, o lo calvo que te estás quedando? ¡¡Ay que ver, Manolito, con la mata de pelo que tenías; Ay, qué pena, Manolito; que gordo tás puesto!! y Don Manuel, director de entidad bancaria, se queda disimulando atribulado, contrito y cagándose en todas las muelas de la reputa vieja que Satanás queme en los infiernos por los siglos de los siglos. Amén! images_2042 Pues bien, lo que ahora viene, es real. Me pasó ayer en el Hospital Civil de Málaga; Sección Oftalmología; Primera planta ascensor. Resulta que Santa debía de operarse de cataratas en el ojo derecho, así que llegamos al centro hospitalario el día de la intervención. La presencia de mujeres provectas es alarmantemente profusa. El Father se va oliendo lo que, irremediablemente, tiene que llegar. Cuatro compungidos varones; dos jóvenes y otros dos de la misma quinta que las cotillas conforman el cegato grupo. Y Santa. Mi amada y paciente Santa. Y yo, que soy el narrador y que, nada más llegar, ya estoy deseando largarme de allí. hospital_civil_-_mlaga-640x640x80 El interrogatorio hacia mi mujer y hacia mí mismo es continuado y agotador por parte de dos señoras que, enfundadas –como todos– en camisones y pijamas anti libido, nos hacen un exhaustivo censo de enfermedades y padecimientos digno de la Agencia de Inteligencia Americana. CIA para los amigos. Yo las miro con cara de circunstancia y horror;  y con el innecesario argumento de que soy acompañante, que no paciente, y que por tanto estoy eximido de someterme al Poli Deluxe, trato de escabullirme y escurrir (infructuosamente) el bulto. Llaman a Santa la primera y yo aprovecho para ir a desayunar a la cafetería exterior que está pared con pared con el mortuorio. Una asquerosidad innecesaria a mi escrupulosa manera de ver. Entran los pacientes (los impacientes tambien) en el quirófano en ordenado desfile; y tal cómo entran, van saliendo. Mismo orden de entrada, mismo orden de salida a una sala de descanso (por los cohoness) donde habrán de reposar los pacientes intervenidos (los impacientes tambien) y con un sólo (por los cohoness) acompañante por paciente intervenido. cirugia-corbis456 Los ayes, las quejas y las solicitudes de un auxilio innecesario son continuos y constantes por parte de las viejas. Hablan a gritos a los maridos. Contestan llamadas de móviles de politonos que no les pegan nada. Las llamadas solicitando silencio de las estoicas y resignadas enfermeras igualmente continuas y constantes. Los familiares (de tres en tres) de las dos carcamales dando un porculo, más que notable, sobresaliente cum laude. No sé si gracias al destino o la inconmensurable generosidad y comprensión del equipo médico, somos los primeros en salir del hospital no sin antes haber sido citados para el día siguiente –a las nueve en punto de la mañana– en el servicio de Urgencias del citado centro para la primera revisión tras la intervención. cuidaint2 A la mañana siguiente, Father y Santa, a las nueve menos cuarto, entran en una atestada sala de espera donde se encuentran toooodas las viejas acompañadas por su vociferante y numeroso séquito familiar. Habrán acampado fuera toda la noche? se preguntan los Gorgonzola. El calor exasperante. 1154860 Los comentarios, cómo es habitual, insoportables. Salen los abanicos a relucir. Un sindiós. En esto que entra la enfermera y dice: – A ver! los que estén operados del ojo pueden pasar a la sala del pasillo de enfrente que ahora está vacía y más cerca de la consulta de oftalmología! Piensen en la Banda Sonora Original de Carros de Fuego. Imagínense la escena (para observarla en toda su magnitud, dimensión y trascendencia) a cámara muy lenta y prepárense para lo peor. La horda viejuna, cual si fuera impulsada por un invisible resorte, sacando fuerzas de flaquezas (se trata de una cola) salta de sus asientos, y cómo si les fuese la vida en ello, salen en tropel con los andadores pegándose achuchones y codazos (les suena?) para coger sitio en la sala nueva. Jaleada, cómo es natural, por la caterva familiar de cada uno. P4 Quedan los Gorgonzola absolutamente solos y abandonados en la sala primera. Al momento entra una pareja de ancianos con cara de derrotados en Waterloo al no haber sido capaces de tomar plaza; y al segundo momento una enfermera que pregunta a la casi vacía sala (no sé si gracias al destino o la inconmensurable generosidad y comprensión del equipo médico otra vez): ¿Santa de Gorgonzola? Y allá que vamos atravesando el pasillo –altivos, arrogantes y altaneros– camino de la consulta. Cuando pasamos por la atiborrada sala de espera, un silencio sepulcral se impone; y tal si fuesen, que lo son, El Club de los Puretas Tuertos, nos miran con el ojo sano, con una mezcla de desprecio, envidia y estupor. Mientras nosotros, miramos hacia adelante, orgullosos de nuestra suerte, mandándolas a todas «in mente» a tomar por el mismísimo culo. 10330470263_b8cdceee96_b*** elemento-decorativo-floral_23-2147486718

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar