Nadie hay mas intransigente, intolerante y sectario que un EX. Parecen todos ellos cortados por el mismo patrón de la amargura y del resentimiento. De la inflexibilidad y del rigor más injusto.
Los ex maridos y ex esposas después de jurarse amor eterno, durante ese breve lapsus de tiempo de amor y pasión que les dura el matrimonio, pasan de actuar prudentemente por el bien de los hijos a la sinrazón del pelearse por un simple transistor. Después, si alguno se embarca en otra relación, solo ven defectos en su primera y después la relegan al olvido y al desprecio más profundo y absoluto…
Los ex fumadores son casi los más intransigentes. He asistido a comidas familiares donde sacar un cigarrillo es motivo de ultraje para el ex fumador. Reniega y amenaza con irse de la reunión mientras los que nunca han fumado, aceptan, resignadamente, el martirio del humo ajeno. El ex fumador, acosa derriba y mata, con el preclaro argumento de los males que acarrea semejante vicio. Y que ellos no pueden oler ese maldito humo por trágala; se sienten irritantemente intimidados a pesar de que durante años han dado un porculo considerable -con sus puros de humos y olores dulzones- incluso a los fumadores más empedernidos.
Los ex bebedores, no digamos. Después de años de haber sido drogodependientes de barra, cuando por mor de la cirrosis galopante se ven obligados a dejarlo, ocupan su tiempo libre en afear al bebedor de fin de semana vicio tan feo, tan mal visto y denostable. Todo ello dicho desde la irritable parcela de la envidia más oculta y disimulada.
Solo hay un tipo de ex que guarda el tipo. Que soporta estoicamente el paso del tiempo si se les presta la debida atención. Que tratan siempre de ayudar. Y que a veces, con su imperecedera disposición, salvan vidas ajenas. Solo ellos permanecen fieles a su propia condición, a su intima idiosincrasia y particularidad: Los ex tintores…Los demás, perdóneme Ud. que se lo diga; mierdas pinchadas en el palo de su propia frustración.
He aquí la remesa mensual de dimes y diretes. Esta, quiero dedicársela expresamente a aquellos que careciendo del debido y obligatorio sentido del humor, pontifican y tratan de dar lecciones a quien no las necesitan.
Si alguien se siente ofendido, indicarle que la salida de este blog, está, según se sale, al fondo a la derecha. Bastante a la derecha.
CRÓNICAS DE SUCESOS.
Y
ECOS DE SOCIEDAD (III)
Y cómo siempre, y para poneros en antecedentes, comunico que:
Desde hace algún tiempo, vengo realizando una serie de notas tremendamente surrealistas, que a modo de “Ecos de Sociedad y Crónicas de Sucesos” inserto en mi muro de Facebook.
Como quiera que ya son unas cuantas las referencias y que, además, tengo la precaución de guardar dichos retazos informativos, he decidido realizar otra entrada en este blog con algunos de estos “graffitis” que he arrancado con mucho cuidado, para que no se estropeen, de mi muro y los cuelgo aquí en este mi sitio, que para eso es mío.
Empecemos:
Cambio, por ollón de caldito de pintarroja, impenitente y memorable resaca. Muy apropiada para estos días nublados y de sofá. Garantizada. Cómo nueva. Apenas media noche de uso. Elaborada de manera artesanal con productos de primera calidad originales todos ellos de la República Dominicana y con todos los permisos y aranceles en regla. Regalo con ella puntito de dolor de cabeza, algo de remordimiento y un pelín de asco.
Unas reflexiones acerca de El Señor de los Anillos.
Primera: Porque a pesar de haber visto la trilogía completa cincuenta pares de veces, no me cansa nunca el verla otra vez?
Segunda: porque los orcos desfilando son tan patizambos y torpones?
Tercera: Porque las partes que menos me gustan son las del Señor Frodo y su «blandito» amigo Sam?
Cuarta y la más importante: Que clase de mente enferma tengo que cada vez que veo el Ojo de Sauron, se me asemeja a un coño flamígero?
Y Quinta: porque me recuerda tantísimo Gollum al Cabo Corneta de la Banda del Real Cuerpo de Bomberos de Málaga?
Era tan bueno y tan rápido haciendo el amor, que sus íntimas le llamaban El Correchuminos. Bip ~Bip.
“Y tomándolo entre mis manos, me lo acerqué a la boca; y abriendo está – sin dejar ni un instante de mirar hacia arriba– dejé que saciara mi sed permitiéndole que se derramara dentro de ella hasta dejarlo agotado y vacío.” -Joderrr, tía! Menuda mamada le hiciste; se quedaría a gusto!!! -Perdóname, pero te confundes. Yo lo que estaba haciendo era beber agua de un botijo!
Quiero aclarar, para despejar dudas, que no es lo mismo el Bolero de Ravel que el Bollo de Raquel. Aunque ambos hayan sido tocados en multitud de ocasiones.
Como está tu Loli del resfriado? Tose mucho y esputa. Mujer… tampoco es como para pregonarlo!
Acabo de ver cerrado un negocio de dos inmigrantes. Una verdadera pena. Eran dos estupendas personas ~ una de origen chino y otra marroquí~ No me explico como ha cerrado por falta de ventas el Bazar Chung Alí.
Me acabo de enterar de que la madre de Michael Jackson se llama Asunción. Nunca había caído en que el niño que tiene Asunción ni es blanco ni es negro ni tiene color.
~Y quien eres tu, oh Diosa admirada? ~Soy la frigia Cibeles; la que cabalga sobre un carro tirado por leones. ~ Pues Cibeles, no conduzcas!!. (Es un consejo de la Dirección General de Tráfico y Cuadrigas)
Cuando dejará de picarle el coño a la niña de Vaginesil? Es que me angustia muchísimo verla todos los días con los rascones.
—Oye… Que significa I Don`t know? —No lo sé. —Pero es que en este puto país nadie sabe inglés!!!!
Y cual nombre habrá de ponérsele a vuestro hijo, oh! divinidad suprema? — Se llamará Artajerjes. — por su ascendencia, divinidad suprema? Rey de toda las Persias? — No. Porque no para de reírse el hijodelagranputa!! Este, te lo digo yo, va a ser un cashondo.
No obstante, se cree que el enorme sentido del humor del sátrapa, era heredado de su padre; Jerjes. Pues se dice que durante la batalla del Paso de las Termòpilas, cada vez que se oía gritar a Leónidas… !!!Espartanoss!!! El enorme ejército persa, obligado por su rey, gritaba al unísono: AGÁRRAMELA CON LAS DOS MANOS,¡¡¡ Lo que sacaba de quicio al rey de Esparta. Y eso le llevó al más terrible mosqueo y, por consiguiente, a la más cruel de las derrotas.
Europa impone a Mariano Rajoy el Toisón de Oro de la Orden de Revilla y le nombra Adalid del Cantimpalo.
-Antes…lo evitaba, ahora lo busco! No veo el momento en que los niños se vayan a la cama! Y ahora, gracias a Chilly, tengo el potorro como un Pictolín. -De fresquito? -No! de chupao!
JUEGO DE TRONOS
(Sólo para admiradores de George R.R. Martin)
Nuestro Padre del Desembarco del Rey y María Santísima de Altojardin, llegaban -finalizando su recorrido- a las puertas de su Casa Hermandad. ¡Un pasito para la derecha, mis señores! Medio pasito más! Gritaba el gran Maestre de Trono. Asíasíasí… Mirandoar siélor!!
¿Quieeen lleva el Trooonooo? ¡¡ Los Lannister!!! ¿Quien lleva el Trooonooo? ¡¡ Los Lannister!!! ¿Quien lleva el Trooonooo? ¡¡ Los Lannister!!!
¡¡ Los Lannister!!! ¡¡ Los Lannister!!! ¡¡ Los Lannister!!! Arriiibasetrono!!!! Aaaarriba!!!
Los Hombre del Negro aplaudían a rabiar mientras sus titulares entraban gloriosamente al compás de la Marcha del Gnomo… Tyyyyrion, tata Tyyyyrion, tataratata tata tatatá tatatá… Tyyyyrion, tata Tyyyyrion.
Todo el mundo se encontraba, una vez más, tremendamente emocionado más allá del Muro (de San Julián, claro). Mientras Diana Navarro, moría atravesada por una saeta.
¡¡¡Que bello era mi vello!!!! (How Beautiful Was My Haired Pubis)
Leo, enormemente aliviado y animado en la prensa, que mis admiradas Gwyneth Paltrow y Cameron Díaz, han vuelto a sus principios adolescentes porque, sensata y razonablemente, han decidido dejarse la media melena en el chichi; y porque –si así lo desearan– se lo pueden peinar a lo garçon que es peinado muy cómodo y llevadero. Además de calentito en invierno.
No veas tú lo tranquilo que me he quedado. Una barbaridad.
Ahora, parece ser, que muchas actrices de Hollywood vuelven a soltarse el flequillo entrepernilero y ponen de nuevo a la moda su piloso Wilfredo. Bienvenido pues, de nuevo, a La República Independiente de mi Coño.
Aunque puestos a meditar el caso en profundidad, a mi, me parece muy requetebién; porque el cruel depilado puesto de moda desde hace algunos años (y me refiero a la barbaridad del método láser definitivo) sólo podría traer –con el paso del tiempo– mucho más inconvenientes que beneficios. Fueraparte depresiones mil. De hecho, parece ser que ya hay un buen número de chicas (y no tan chicas) que habiéndose realizado dicha operación de estética hace algunos años, observan incrédulas y apesadumbradas, cómo inexorablemente, el aspecto de su brevita fresca está pasando a parecerse a un higo chungo. Con g de colgajo.
Lo llevo intuyendo desde hace ya muchos años, verdad es. Estupefacto y atónito, estaba observando desde hace tiempo el derrumbe pilífero. Nada más que había que ver la proliferación de clínicas ofertando el despioje. Y meditaba yo, que la pérfida moda de la definitiva depilación láser potorrera no era cosa aconsejable. Que ésta mala fiebre que se sufre hoy día -consistente en depilarse de manera implacable cualquier incauto vello que brotara- no podía traer nada bueno! Para nada! Lo que yo te diga!
En el día de hoy, cautivo y desarmado el pelucamen, éste ha sucumbido por la imparable moda del trasquile entre los mozos y las mozas de los treinta para abajo. Todos los rincones corporales sufren en silencio la execrable plaga: El de las axilas; vulgo sobacos. El de las ingles; vulgo tiras. El del labio superior; vulgo bigotón. El de las patillas; vulgo Pantojas. El de la línea interglútea (hórror y pávor!!) vulgo rabadilla… etc… etc…etc. Pero al que me voy a referir, y –por no extenderme mucho más– es al amolletado rincon del pubis; vulgo felpudo o limpiabarros. Lo que por estos lares se llama a todo el conjunto en general: Chocho. El chocho de toda la vida. Choripán allende los mares.
Ahora, me acabo de enterar, decía –por eso de que los usos y maneras vuelven a ponerse de moda– de que ya no se lleva el chiribindindi cómo el de la Mariquita Pérez: pelón, liso y lampiño, mi niño; sino que –la moda que es la que impone y manda– indica que lo que ahora se vuelve a llevar, es el lucir el potorro como lo llevaba en tiempos el inefable Birkiki. Bien peludo y escandalosamente revuelto; como Chewbacca.
-«Mamá… A ti te picaba… ya sabes…ahí?»
-Aiiinssss??… Replica la madre pegándose un jalón en tór mesmo!
Llevo desde hace años, continúo, con el predicamento a las féminas (a las muy amigas, de mucha confianza y en tono jocoso, claro está) que el inmortal potorro, cómo todo, pasa por distintas fases en cuanto a turgencia y carnosidad a lo largo de su vida activa. Llevo años diciéndoles –porque ellas, entre risas, me lo permiten– que la rajuela (que no es una novela de Cortázar) tiene indefectiblemente escrito su destino en el dulce Pionono de Santa Fe que es la entrepierna; y que, lo que antes era puente de Brooklyn de acero inhiesto y turgente, con los años, se vuelve puente colgante de selva ignota y recóndita. Y que, una vez está pasada cierta edad, la prudencia invita a mudarse desde el promiscuo y aterciopelado Cráter del Ngorongoro -ese que enseña incluso el mismísimo Serengueti- hasta la más púdica y recatada Selva Negra alemana que todo lo disimula y tapa a base de espesura, vegetación y chucrut.
Que lo llevo avisando… Que lo llevo avisando… Que cuando la fuerza de la gravedad actúa sobre lo que en euskaldun se denomina «Txúmino», pasa éste de ser alondra grácil y etérea a pavo amodorrado y traspuesto. De flor fresca y olorosa, a planta carnívora tuerce boca; de fruta lozana y madurada, a moco alicaído y pendulón. Con más arrugas –decía el poeta Verlaine– que el cuello de una bolsa del Carrefour*.
Y es entonces… es entonces, cuando ya no quedan muy estéticas según qué colgaduras (visibles en su totalidad) por mor de la ausencia de camuflaje y escondrijos. Así es. Dramáticamente, lo sé. Pero así es.
Y por eso que siempre he aconsejado –a toda fémina, cuando ha surgido tan piloso tema– Que sí! Que si, coño! Que sí! El Toto, repeladito del todo! Mono y gracioso él! Chisgarabís y perdulario! Calvatrueno y descarado! Pero nada de técnicas láser, por favor!!!! Porque cuando el tiempo pase factura, que la pasa…. O pegamos cruel tijeretazo o compramos gorro de astracán y se lo injertamos en salva sea la parte con una grapadora de la marca Stiluss.
Porque eso sí, el Stiluss, no hay que perderlo nunca.
Se ha suscitado un cierto revuelo en los ambientes y mentideros cofrades de la ciudad, a cuenta del cartel de la Semana Santa de Málaga de este año 2014. Cartel que ha sido realizado por el magnifico acuarelista malagueño José González Bueno. De la quinta del cincuenta y siete.
Un cierto revuelo (con guarnición de exacerbada polémica incluida) comentaba, por lo que en el cartel se muestra: una cofradía encerrando (o sacando, que no hay opinión clara) un trono de su iglesia, bajo la atenta y respetuosa mirada de dos penitentes descapirotadas; es decir, no ajustadas a los rígidos protocolos cofrades que ordenan la debida uniformidad en todo momento y duración del cortejo porfapliss.
El que en el cartel de este año, se muestre a dos chicas observando su trono desde la lejanía, ha puesto a determinado sector ultraortodoxo cofrade con el grito en el cielo – mirusté que apropiado– por lo que de afrenta supone esa terrible desconsideración (la desnudez de mirla) hacia las normas estipuladas, ya te digo, y hacia la parafernalia procesionista y el aparato congregacional y diletante. Vulgo Capillismo.
A mí, que no soy cofrade activo desde mis años púberes, y que sólo me limito a admirar dichos recorridos –a ratos y sólo determinadas procesiones– desde la tribuna impía de mi televisión (con las doctas opiniones de acreditados hermanos y también –porqué no decirlo– de insufribles meapilas y afectados tontos de capirote) – me parece un despropósito y un disparate la polémica suscitada; porque el cartel me parece de una concepción muy original y que, además, huye de esas muestras de aflicción atormentada de las Dolorosas y del suplicio y del sufrimiento de los diversos Cristos que se exhiben en dichas procesiones.
Entiendo, y hasta aplaudo porque me gustan, estas manifestaciones religiosas. (no se me echen encima rojos, masones y demás realas ideológicas, que tengo mi dirección política bien definida desde hace mucho; y uno, es “daleao” hacia la siniestra ideología y tirando para la poca creencia). Otra cosa es que uno tenga plaza, ganada a pulso, en ese infierno que supone la ausencia de la contemplación divina y demás recompensas celestiales. Fuera parte las huríes que no son de este convenio y además, escasean cosa mala.
Entiendo, y hasta aplaudo, estas manifestaciones religiosas, decía, porque el deseado respeto para uno, empieza por el proporcionado al otro; y también aclaro, que contemplo estas muestras (las procesiones), como una exposición –más que nunca itinerantes– de un precioso arte sacro; cuidado, conservado; aunque enaltecido hasta más allá de lo aconsejable, eso sí. ¡Pas de la humilité et la modestie!
Pero no es mi intención rajar de los cofrades. Para nada, no se me confundan. Porque para eso están ellos mismos con sus intrigas de Casas de Hermandad y de Tribunas Oficiales y oficiosas con vistas al balcón del Banderas y Maritere.
Mi intención es reivindicar un cartel que me parece precioso, porque enseña la ciudad; porque no se deleita en la parte oscurantista del cortejo, porque no se asoma tenebrosamente al inconsolable dolor virginal, ni el sufrimiento –cuando no a la agonía o a la muerte– del principal protagonista de la Semana. Ya sabéis, INRI.
Y al reivindicar el cartel, reivindico a su pintor. A José González Bueno. Defendiendo su valentía de no plegarse a los cánones establecidos, y sobretodo, admirando y mostrando en este post su trabajo, que como podréis apreciar, no se ciñe –en absoluto– sólo al tema religioso.
El prestigioso sacamuelas, cofrade a tiempo parcial y renombrado ingenioso Andrew Towers, define el polémico cartel de una forma ilustrada y erudita, experta y entendida; de una manera que le hubiera proporcionado algún que otro dolor de cabeza si él no tuviese la envidiable capacidad de pasarse –a los integristas e intransigentes– por el mismísimo arco de La Puente del Cedrón; aunque eso le joda muy bastante a su perenne guardia jurado, que es el repelente y antiestético Verruguita. Sayón con contrato fijo y plus –por feo y horroroso– de nocturnidad y alevosía,
Esta es su opinión que yo corroboro:
“Cumple dos funciones que para mi debe tener un cartel: Atraer al que no conoce el fenómeno cofrade a conocerlo y hacer evocar y desear repetir la experiencia a los que lo conocemos. La Málaga que se remoza y descubre su pasado está representada en las recuperadas pinturas de la recientemente restaurada Iglesia de San Juan. La Málaga que se va perdiendo en el toldillo de la tienda recientemente cerrada de Juan el Carbonero. En primer plano los nazarenos. Los únicos imprescindibles: puede haber una Estación de penitencia sin tronos, pero no sin penitentes/penitentas. En medio, el público, malagueño y foráneo, cristiano o indiferente (como ha dicho el alcalde) y en el centro la Virgen engalanada. Y el cielo, ese cielo que nos empuja a poner los pies en el suelo cuando a veces se llena de nubes o a levitar cuando es azul brillante. Hay un azul en la paleta de los pintores: el azul Domingo de Ramos.
En definitiva un grandísimo cartel.”
Y ésta, es una presentación con obras de este pintor malagueño en las que se reflejan rincones perdidos de la Axarquía. Paisajes del Nilo y de la ciudad excavada de Petra; mujeres –que desde la Alhambra– contemplan un Albaicín repleto de cármenes entre álamos verdes. Caballistas y carruajes. Y, también, cómo es natural, nazarenos, y tronos, y bullicio: Colores de Málaga. Colores de La Pasión.
«El azul del mar inunda mis ojos,
el aroma de las flores me envuelve,
contra las rocas se estrellan mis enojos
y así toda esperanza me devuelve.»
Malos tiempos para la lírica. Y para nosotros mismos.
Podría hacer aquí, un tributo a la memoria del músico Germán Copinni que falleció anoche. Podría aportar datos fehacientes – mil y una veces repetidos- desde su pertenencia a Siniestro Total, hasta su última componenda musical con un grupo de mi ciudad, Málaga, llamado Néctar; con el que deja grabado un trabajo discográfico que, espero, sea publicado en breve.
No voy a hacer eso —a lo del tributo me refiero— sino que, como suelo hacer en este blog, y cuando mis vivencias personales me lo permiten, voy a escribir desde un prisma subjetivo y basado en mis propias experiencias.
Y digo que:
Si me obligaran a posicionarme y a investir a un grupo de pop español con el adjetivo de predilecto, sin titubear ni un sólo segundo —repito, ni un sólo segundo— mi respuesta sería: Golpes Bajos. Y eso que hay muchos que me gustan.
Ítem más… Si me obligaran a posicionarme , otra vez, y a investir a un frontman de un grupo de pop español con el adjetivo de predilecto, sin titubear ni un sólo segundo, mi respuesta sería: Germán Copinni. (Siempre con permiso de Javier Gurruchaga)
Indico también que acudí el 17 de Marzo de 1998 (cursaba yo segundo de inglés y aún conservo la entrada, por eso lo del dato exacto) al Teatro Cervantes de la capital para asistir al concierto «Vivo» que era la resultante de la vuelta de Teo Cardalda con Germán Copinni al proyecto de los Golpes Bajos. Como quiera que yo era un ferviente seguidor del grupo gallego y que además tenía en mi discoteca todos sus trabajos publicados («Golpes Bajos», «A Santa Compaña» y «Devocionario») allá que me fui para poder asistir a tan anhelado acontecimiento. Un concierto memorable resultó en el cual —entre tanto talento—sobresalía el particularísimo Copinni.
Todos sus temas, me parecen absolutamente magistrales; todos. Pero —como en todo también— uno tiene sus preferencias; de ese modo, guardo en el izquierdo (que diría mi zocato amigo) «Escenas olvidadas» o las tristísimas —pero bellísimas— «Cena recalentada» o «Travesuras de Till» como piezas insustituibles en mi universo sonoro.
Germán Copinni ha fallecido. Y lo siento profundamente. Cuando, obligado por la muerte, ésta le obligue a unirse a la Santa Compaña. (Sigo la procesión con un hacha de cera. Soy una parte de ellos que aterroriza la aldea) Estadea, el Espectro Mayor, le reñirá por su aspecto rebelde y desaliñado; y —al verlo llegar con esos pelos— le preguntará enfadado…
Donde has estado, Germán? Mira que facha! Que horas son estas? Vete a la cama!!
Pobre Copinni. Amigo en lo desconocido.
«El sol brilla en todo su esplendor
Un títere burlón marcha feliz
Va silbando una bella canción
Carita de alegría y ganas de vivir
Soy un caminante jocoso y contento
El mundo tengo delante y detrás el viento
La herida está abierta y llora el corazón
Pobre Till
Teñidos de oscuro
Los pases de orquesta
Amargos presagios
Para esta epopeya
El pícaro esboza su altiva sonrisa Donde hay carita encendida Se esconde una chispa Detrás de esta farsa Llora el corazón Camino del brazo de la locura Dispuesto a cometer nuevas travesuras Donde está el causante De estos desperfectos? Lanzado al galope Por entre los puestos Por supuesta santidad Y una burla continuada Se le declara culpable Aunque se extinga su llama Pobre Till»
Pensaba felicitaros, esta fiestas de Pascua, con algún mensaje alegórico a los tiempos que nos ocupan. Ya sabéis, esos manidos mensajes (que por muy bien escritos que estén, no dejan de ser manidos) típicos y característicos; sazonados de buenos deseos y de benévolas intenciones.
Pero vive Dios (mañana, dicen los confiados, que más que nunca) que me era imposible el encontrar palabras con un mínimo atisbo de personalidad. Pues todas ellas están tan gastadas por el uso, que adolecen de la originalidad anhelada.
En eso estaba, cuando mi muy querido amigo el Poeta Juan Miguel González del Pino, tiene a bien desearme una Feliz Navidad –desde lo más hondo de su corazón- con lo mejor y más valioso que él tiene: Su inimitable creatividad poética puesta al servicio de la amistad y el aprecio hacia el amigo.
Y tanto se lo agradezco, tanto, tanto se lo agradezco, que comparto con su permiso concedido (no me niega nada, y se lo agradezco) esas letras con todos los míos.
Sed felices, queridos. Sed felices, procuradlo; ya sé que no es fácil. Tan sólo os deseo aquello a lo que vosotros mismos aspiréis. Sed felices; aunque vivamos en un jardín estéril, vacuo e improductivo, sed felices, procuradlo; ya sé que no es fácil, pero intentadlo. Yo de momento –y para que os sirva de arranque- voy a regalaros…
Tengo en la más alta estima -y en la mayor de mis consideraciones- a aquellas personas que dotadas de cultura superior a la media, disponen de una capacidad de respuesta más allá de la velocidad de la luz, que no es otra -a la velocidad me refiero- que la del pensamiento: Trescientas mil respuestas ingeniosas por segundo, según los últimos estudios.
Este que os escribe, tiene una cierta fama -inmerecida por supuesto- de tener esa facilidad de la rápida respuesta al comentario jocoso que otros lanzan al aire. Aunque eso no represente más mérito que el que se le supone, puesto que, he tenido la suerte, y me alegro y retozo cual gorrino en el barro de la complacencia, por llevar toda mi vida rodeado de gente rebosante de genio y cacumen, de lucidez e inteligencia: de genio, ingenio y listeza, por llevar toda mi vida junto a ellos y que, de alguna manera, se me haya pegado algo de estos prójimos más cercanos.
Mi querido amigo Luis «Toro» Bravo, me decía una noche en una cena en casa del mudo andariego, que en nuestra logia de los Hombres del Negro Anaranjado, no sólo detentábamos una muy fuerte condición musical y vocal, sino que además, poseía el grupo, un elevado número de componentes con un altísimo nivel de ingenio; y que eso, continuaba, no solo abría todas las puertas, sino que provocaba – por eso de los buenos momentos- la perdurabilidad del grupo y su alforja repleta de buenos ratos pasados que – como es natural- se convertirían en anécdotas inmortales y perdurables.
Anécdotas que no solo divertían a propios y extraños, sino que también provocaba alguna que otra envidia e incomprensión en panochos y fantochos. En mediocres y pichaflojas.
Por eso, cuando -muy de vez en cuando, porque no es fácil- me encuentro con algún individuo que detenta esas virtudes señaladas más arriba: un nivel mucho más que aceptable de cultura, que sea leído y «escribido», que sea ágil y rápido en la respuesta. Y acertado. Y oportuno. Que sea gracioso y locuaz, (nada hay más insoportable que un listo «singrasia» porque será llamado, sin remisión alguna, a ser un pedante), me quedo con su cara y con su copla. Y trato de no perderlo de vista por la cuenta que me trae.
Bueno, ciñámonos al título de esta entrada: El Ingenioso sacamuelas.
En este país que los miserables han transformado en un erial de ánimo y esperanza, (no, no es una cofradía de Miércoles Santo), en este país en el que ahora predomina y domina el abatimiento y el derrotismo, producido, provocado y establecido -por esa caterva incontenible e inconmensurable que conforma nuestros malos políticos y demás representantes- el encontrar, digo, una mente lúcida y clara; crítica con lo que él mismo practica, capaz de reírse -a pesar de los pesares- de los más sagrado. Una persona que -haciendo abstracción del buen rollito zapateril y de lo beatífico del Rajoy- se ríe no solo de la mala sombra, sino de la suya propia, es como encontrar una pepita de oro en el Guadalmedina que cómo sabrán todos Uds. es un rio, pero seco cual bolsillo de persona honrada.
Lasa Lasaeta, se llama el gachó. Una mezcla rara de devoción e incorrección, de buen proceder en la conversación y de procaz y terrible reprobación hacia todas estas injusticias sociales que nos están aconteciendo. Lasa Lasaeta, podría haber sido una figuración ilusoria, un espejismo inmaterial -cómo todos los espejismos- un ente incorpóreo, sutil y vaporoso, si no hubiese sido por que le comprobé presencia física mediante un enorme abrazo en el Teatro Echegaray; a través del cual (el abrazo) caímos en la cuenta que los dos juntos podríamos haber hundido el Titanic sin que hiciese falta iceberg alguno. Zozobra que le llaman unos. Personalidad única e inimitable que le llamamos nosotros dos.
Así que desde aquí, y pensando en el ingenioso sacamuelas, reivindico para estos días pérfidos y cabrones que nos está tocando vivir el genio, la inteligencia, la listeza y talento; la perspicacia, la capacidad, y el seso (con ese, no se me vaya a animar). La razón. La gracia, la chispa, y agudeza; el, gracejo, la comicidad, y el donaire. Y paro ya, porque se me ha acabado el libro de los sinónimos.
Para muestra un diálogo de besugos que acabamos de tener en facebook y que terminó, indefectible e inevitablemente, cuando su Santa requirió su imponente presencia física para que la acompañase, sin darle la oportunidad del rechistar, a comprar fruta; que hoy es sábado y toca Mercado. Con dos melocotones! y un palito.
Esta es la conversación:
El Comentario de inicio:
«!Ahora que hay tiempo libre para estar en casa delante de un buen libro, voy a retomar a los clásicos: »Espinete y Cortadillo».
Y lo que a continuación sucede….
Principio del formulario
* Enrique Fortes Privado: Yo me atrevo a recomendarte cosas cortas y surrealistas de Jardiel Poncela
* Father Gorgonzola: Te equivocas es Taburete y Armadillo.
* Father Gorgonzola: Y la autora es la escritora argentina con el pubis sin depilar Concha Espina.
* Lasa Lasaeta: jajajajajajajajaja
* Enrique Godino Sánchez Yo voy a leer «La Basurilla», con permiso de Limasa.
* Father Gorgonzola: Yo estoy con El Alcalde se Lamenea de Calderón de la Paja.
* Lasa Lasaeta: Pues Fuenteabejuna de Escalope de Vega es mejor.
* Father Gorgonzola: Nadie cómo Fanta Mirindita de Jesús.
* Lasa Lasaeta: Hombre por dios, quita quita, mucho mejor San Juan de Villanaranja
* Father Gorgonzola: Lo bien que vive, lo bien que canta.
* Father Gorgonzola: Y que me dices de Santo Tomás Turbado?
* Father Gorgonzola: Y su obra De la Eyaculatio Precox y la monja insatisfecha,?
* Lasa Lasaeta: Eyaculatio Precox es demasiado corta.
* Father Gorgonzola: Y se arruga con facilidad ante el reto
* Lasa Lasaeta: Sobre todo si lees después »La pendulona de Foucault»
* Father Gorgonzola: También recuerdo haber leído la obra maestra de la zoofilia: Platero y George. Trata de las relaciones íntimas de un equino y un británico.
* Father Gorgonzola: Por no hablar del primer tratado serio de las relaciones lésbicas: Los gozos de las hombras.
* Lasa Lasaeta: uys! para zoofilias »50 monas de Grey» , que la escribió un gibraltareño que estuvo en la legión.
* Father Gorgonzola: Jajajaja
* Lasa Lasaeta: jajajajaja
* Lasa Lasaeta: ¡Te rindes?
* Father Gorgonzola: Para nada. Tengo hasta el lunes.
* Lasa Lasaeta: jajajajajajaja
* Lasa Lasaeta: al ataqueeeeeeeeeeerrrrrrrrrrrrrrr
* Father Gorgonzola: Los hombres que no mamaban a las mujeres. Del colectivo de Chueca.
* Lasa Lasaeta: jajajjajajaja
* Lasa Lasaeta: »La espía que mamó» ( valen películas?)
* Father Gorgonzola: Y del mismo colectivo… El ano que vivimos peligrosamente. Sobre el problema del Sida.
* Lasa Lasaeta: Nos van a echar de face…
* Father Gorgonzola: Si ya has acabado con tu reserva literaria, estoy dispuesto a rebajarme
* Lasa Lasaeta: Estos también editaron » Tu en Chueca y yo en La Alfalfa»?
* Father Gorgonzola: Te refieres a La Alfalfa de Granada?
* Father Gorgonzola: Precioso Morumento.
* Lasa Lasaeta: Si, justo la que está cerca de la Giralda
* Father Gorgonzola: Hombreeeee la Giralda de Melilla.
* Father Gorgonzola: Miarma
* Lasa Lasaeta: Buen sitio para comer caracoles
* Father Gorgonzola: Para coles las que hacía mi madre
* Lasa Lasaeta: Y ahora una autobiográfica
* Lasa Lasaeta: »Voy a comprar la fruta con mi amada esposa»
* Lasa Lasaeta: También llamada »Tira del carro Andrés, que no haces nada en casa»
* Father Gorgonzola: Levántate y anda.
* Lasa Lasaeta: ¿ Que no? ¿Y quién levanta los pies del sofá cuando pasas la aspiradora?
* Lasa Lasaeta: Hasta luego amigo Álvaro, si es que no nos han fusilado los gays o las feministas
* Father Gorgonzola: O los cargos de confianza de Bendodo. Chao.
Todo esto en apenas cinco minutos!!! Lasa Lasaeta (del ruiseñor)
Haciendo un símil o comparación con un brebaje combinado… Si este que os escribe fuese -municipalmente hablando- eso, un cocktail local, llevaría: 1 parte de Plaza de los Mártires; 3 partes de Barcenillas; un chorrito de Gamarra y 5 partes de El Palo. Adórnelo con una ramita de Pedregalejo, y listo. Sírvase muy frío.
Toda esa combinación de distritos, configurarían el cocktail definitivo que vendría en llamarse un Father Gorgonzola. O también -por ponerle un nombre más cosmopolita- Un Consistorial.
Significa eso que, vecinalmente, llevo más de media vida siendo vecino y residente del antiguo barrio de pescadores -hoy zona residencial- llamado El Palo. Santa es paleña y trinitaria; servida con dos aceitunas, mezclada pero no agitada. Mi hija, llegó al barrio con tres añitos y allí se crió; y por los alrededores, sigue ya emancipada (de boquilla) del resto de los Gorgonzola. Y mi otro hijo, el inefable Cigalowsky? éste vive en él desde su nacimiento; y eso, creo, debe de proporcionar impronta; pues el chavalote se siente paleño hasta la mismísima médula y se conoce rincones del barrio que ni siquiera debiera de conocer el Niño de las Moras: Cantaor flamenco con plaza fija en propiedad.
Nosotros -el resto de la familia- porque qué no decirlo, también nos consideramos paleños de adopción con papeles en regla.
El Palo es un barrio muy especial. Un barrio alegre y dinámico donde conviven en una fantástica armonía las familias paleñas de toda la vida, con las emigrantes nuevas que provenimos de todos los distritos de la ciudad de Málaga. Una zona ésta donde aún se conservan -frente a las antiguas casas de pescadores, que aún perduran- multitud de barcas y jábegas varadas en la playa. Donde aún hoy día -si te acercas muy temprano en la mañana- puedes colaborar sacando el copo y después desayunarte unos buenos tejeringos con un café doble. Un sitio, donde el contemplar los atardeceres desde el Paseo Marítimo, se hace insufrible por la diferente belleza que muestran cada tarde, dependiendo del día del año que sea.
Cada uno de estos atardeceres, es un espectáculo de color rojo que va naciendo ( matando el día) hasta dar paso a la noche. Noche, que casi siempre -muy mal se le debe de dar la jornada- suele ser estrellada.
Tiene El Palo -además de su gente, de sus playas, y de sus moragas en la arena- tiene El Palo, digo, una gastronomía propia. Una gastronomía sanísima basada en el pescado que empieza por las delicias que constituyen las sopas; parándose y recreándose en el arte inimitable de las frituras de toda clase de pescaíto de la zona, y terminando por unos arroces y unas cazuelas que quitan “er sentío” literalmente. Hablamos de los espetos de sardinas?
Ahora cito textualmente:
“Un grupo de profesionales sanitarios del centro de salud de la barriada de El Palo, en Málaga capital, han creado un recetario de cocina paleña que tiene como objetivo fundamental recuperar platos con un ingrediente saludable y muy típico de esta zona: el pescado.
Almejas a la marenga, arroz caldoso, bacalao cocinado de muy diversas maneras, cazuelas de arroz, atún, jibia, judías con pulpo o fideos con coquinas, ensaladilla de pimientos asados, gazpachuelo, moraga de sardinas, sopa Viña AB, potaje de hinojos o sopa de rape son algunos de los platos incluidos en este recetario tradicional rescatado de la memoria de los propios vecinos de El Palo.
En 2009, dentro de la Escuela de Envejecimiento Activo de este centro sanitario, se iniciaron una serie de actividades de promoción de la salud no sólo en los mayores sino en la población en general, para, de este modo, fomentar hábitos de vida saludable, según ha informado a Europa Press la médico de familia y miembro del grupo redactor del recetario, Francisca Muñoz Cobos.”
Pero hay otro motivo, por el que me gusta mucho escribir esta entrada:
Se da la circunstancia de que una de las autoras de este «estudio-libro-recetario» la Doctora Francisca Muñoz Cobos, es nuestra médico de familia; y es ella, una de las mejores profesionales que conozco. Alguien en la que todos los Gorgonzola confiamos plena y ciegamente; en sus capacidades; en su trato cercano y amable; en su efectividad y empatía. En su afectividad y simpatía. En la tranquilidad que nos transmite.
Y puedo hablar con conocimiento de causa, puesto que dispongo de varios médicos en mi familia, y si ya hablamos de doctores, tengo a gala de ser muy muy amigo de un numeroso grupo de ellos. (Catedráticos y Profesores de la Facultad de Medicina incluidos)
Así que, insisto, puedo hablar con el conocimiento de causa suficiente para aseverar, sostener y testificar que la citada doctora Muñoz Cobos, es una de los mejores médicos que yo en mi vida, haya podido encontrar en eso de las reparaciones de los achaques y desperfectos inevitables que acarrea eso del vivir a todo cuerpo; con fecha de caducidad por uso continuado.
Chapa y pintura de bata blanca que se le llama.
Por eso, es un doble placer para mí presentaros este recetario. Por mi barrio… y por mi chapista.
Si queréis descargaros este documento (os lo recomiendo encarecidamente por vuestra salud y vuestro paladar) podéis hacerlo desde aquí:
Nota:Otra doctora del Servicio de Endocrinología trabajó las recetas a nivel nutricional de los ingredientes y en cada una de ellas, además de dicha información, se incluye un resumen y qué tipo de pacientes pueden o no utilizarlas.
Lo reconozco; soy muy tradicionalista, mucho. Pero no se confunda esa condición con la de ser conservador; háganme Uds. el favor.
Digo tradicionalista, porque a pesar de que tengo la capacidad -de la cual me satisfago- de fusionar y hacer convivir costumbres nuevas con las adquiridas y asumidas en todo mi periplo vital, no sólo no reniego de estos hábitos, sino que además trato de imbuirlos y traspasarlos a mis hijos para que sigan dando la tabarra, con mis manía y mis querencias, a los que hayan de venir detrás de mí.
No se me confundan Uds. háganme el favor, y crean que les estoy hablando de clasicismo trasnochado o folklore casposo; de prácticas anticuadas o de pasado nostálgico. Estoy hablando de conservar las raíces, y los usos y los modos, en los que fui criado y educado y que -orgullosamente- aún trato de mantener.
Adoro algunas prácticas que me resultan absolutamente gratificantes: La costumbre de mis cuñados de que me regalen un jamón ibérico en Navidades (habrá cosa más bonita?) o la de los otros, que desplazados a mi domicilio, me cocinan una inimitable orza de lomo en manteca para que nos acompañen y acaricien el paladar las frías tardes de Invierno (habrá otra cosa más bonita?) También me encanta esa tradición de asistir a la Fiesta de los Villancicos cada año a Casa de los Gaviño-Spinner, para que una vez acabando con las viandas y los licores, Margarita nos haga entrega a los Gorgonzola (en petit comité y ocultos de miradas envidiosas y suspicaces) de una caja llena de galletitas hechas por ella misma a la suiza manera; cómo no podía ser de otra forma.
Me fascina que vengan Titi y Ana a visitarnos cargadas de ellas mismas, que ya es bastante. Porque bailaremos y reiremos hasta desfallecer. Desfallecer de puro contento, que es cómo a nosotros nos mola. Comprar dulce de los conventos con Maxi y Pepa; y que vengan Jóse y Silvia a abrirnos el jamón y a beberse mi reserva de Ron. Que venga. por fin, mi hermano Fernando y su manada, para hacerlo llorar; tanto de risa cómo de ternura y emoción. Cómo a él le gusta.
Me encantan también esas costumbres -que a fuerza de ejercer cómo tal, se transforman en tradiciones- como es la de mi querido amigo Fernando Damas que, cada vez que nos reunimos con la Logia del Negro Anaranjado, tiene a bien el obsequiarme con botella de ron de la más alta excelencia.
Me gusta esa nueva costumbre que tiene mi hija Cristina -desde que se emancipó- que es esa que nos traiga churros para desayunar cada domingo por la mañana. Para aliviar indeseadas, pero gloriosas, resacas sabatinas. Los cuatro otra vez juntos.
Me gusta adornar la casa por Navidad. Cada Puente de la Inmaculada y de La Constitución.Me gusta.
Adoro que los Gorgonzola nos reunamos los cuatro -siempre los cuatro- y que Cris, nos haga más galletitas de mantequilla que dispondremos en bandejitas ad-hoc junto a otra bandeja de porcelana centenaria de mi abuela Matilde, sobre la que reposan algunas botellas de espirituosos que darán su vida en martirio por atender a mis invitados cómo ellos se merecen.
Me gusta preparar la fondue de queso que la familia nos zamparemos en el intervalo del almuerzo; mientras descansamos de instalar las luces de las ventanas que adornan e iluminan la calle desde nuestro salón. De colgar guirnaldas y flores de Pascueros. De llenar la casa de villancicos. Una música que cada año se debate en una lucha feroz y sin cuartel entre Frank Sinatra y Manolo Escobar; según sea Father o Santa quien disponga el ambiente. Cris en mi bando; Cigalowsky en el bando contrario con su madre.
Este año estoy contento, y mucho. Pues hemos decidido recuperar una tradición que teníamos ciertamente abandonada desde hace ya algunos bastantes años. Montar el Belén. Con permiso, claro está, de Paco Martínez Soria.
(Nótese algún intruso en el Belén; los encontráis?)
Desde que los tiernos infantes crecieron, se abandonó dicha costumbre que éste año, ya te digo, vamos a recuperar. Pero no sólo esa; sino también la de desplazarnos -tijera podadora en mano- a nuestro Monte de San Antón y traernos para casa un abundante acopio de ramas de algarrobo, de pinos y de lentiscos. Enormes manojos de tomillo y de romero; de naranjas cachorreñas y de piñas de abetos. Musgo verde y húmedo; piedras llenas de manchas blancas y amarillas de líquenes. Todo un botín botánico natural que compondrá un escenario, fresco y perfumado a campo, donde se situarán las figuras de barro que en su día el Father Gorgonzola compró – hace ya la friolera de medio siglo- en una ya irretornable Plaza de la Merced abarrotada de puestecillos de Navidad, Circa 1963. Todo un botín botánico natural, ya os digo, que coronará también los muebles que desde hace mucho más de un siglo, acompañan la vida de la familia Souvirón y que cada año, al realizar este rito, saben que han cumplido un año más de vida vivida. Yo me entiendo.
Así que este año, la Casa Gorgonzola -cómo cada mes de Diciembre- otra vez se vuelve a vestir de luz y de Navidad. Y esperará, impaciente y nerviosa, a que los regalos vayan apareciendo -de manera encubierta, pausada y misteriosa- a los pies de nuestro Árbol. Para que el día de Reyes (Santa Claus Go Home!) comiéndonos unos trozos de roscón de la Confitería La Exquisita, (todo es tradición) los abramos en un mar de ilusión, de sorpresa y fascinación. De amor. Los cuatro, los cuatro; siempre los cuatro.
Porque ya es Navidad en Casa de los Gorgonzola. Ya es Navidad!
Yo, estoy absolutamente convencido de que existe -más allá de nuestro alcance y entendimiento- una oficina imposible e imaginaria que bien podría llamarse: Comisionado para el Reparto Equitativo de Cualidades y Habilidades Artísticas. Este Comisionado sería el designado por el Gran Destino para dotar a cada uno de los mortales con alguno de los dones nobles y puros: La capacidad para la pintura, la escultura, la arquitectura, la música, la danza, la escritura…
Pero los encargados del reparto, en el mencionado Comisionado -funcionarios acomodados son al fin y al cabo- por esa cualidad y característica de lo acomodaticio, no se ponen a dotar a los humanos de la forma a la que están obligados: de manera justa, proporcional y ecuánime. Y así de esa manera tan injusta para unos, tan generosa para con otros, dota a algunos individuos con una dosis enorme de cualidades artísticas. A otros nos relega al más infame de los olvidos y las carencias.
Ese, el de los dotados con el talento y el genio, es el caso de mi amigo Bernardo Roquero. Bernardo, estudió en la Facultad de Sta. Isabel de Hungría (Sevilla) entre 1968 y 1973. Para licenciarse allí en Bellas Artes, especialidad Pintura, por la Universidad de Sevilla en 1973. Posteriormente fue Profesor de la Escuela de Artes Plásticas y Diseño de Málaga desde 1974 y llegando a ser Catedrático por oposición en 1977. Es Doctor en Bellas Artes por la Universidad de Granada y tiene obras en colecciones privadas de Málaga, Marbella, Sevilla, Córdoba, Almería, Madrid, Orense, Ibiza, Barcelona, Bilbao, Londres, Colonia (Alemania), y Galería Sternberg de Chicago (EEUU).
Y además, es mi amigo. Con dos cojones.
Para rizar el rizo, es cuñado de uno de los mejores amigos que nunca tuve y podré tener. Mi «hermano» Antonio Abril; un excelso pintor, que tuvo la impertinencia de abandonarnos, por la puerta trasera, de manera súbita e inesperada.
Ahora (como si le faltase algo al muchacho) Bernardo se mete a bloguero y monta, no uno sino dos, y me dice:
«Álvaro, a partir del descubrimiento de tu blog me he enganchado. Era inevitable. Llevo una racha iniciando un ensayo de novato en esas lides. Un par de blogs, uno sobre mi desmadrada producción ( más informal), y otro quizás algo más técnico. Te mando los enlaces por sí quieres difundirlos desde el tuyo.» http://bernardoroquero.blogspot.com.es https://bernardoroquero.wordpress.com
Tal y cómo lo estáis leyendo.
Que Bernardo Roquero me pida algo con esa humildad y modestia, es algo que no sólo me halaga, sino que desborda en cierto modo esa pretensión que tengo de incluir en mi blog a amigos artistas para que le den a éste una pátina de elegancia, de buen gusto y distinción. Así que, querido Bernardo, tus deseos, no sólo son órdenes para mí; sino un orgullo y una enorme satisfacción.
Cuando recibí este mensaje, no pude sino echar inmediatamente un vistazo curioso, intruso y fisgón a estos dos cuadernos de bitácora que había empezado a elaborar el amigo Roquero; cuñado, por parte de amigo mío, que es.
Y se confirmaron mis más terribles sospechas en cuanto a la ineptitud de los que trabajan en el antes mencionado Comisionado para el Reparto Equitativo de Cualidades y Habilidades Artísticas. Comprobé que estos -haciendo dejación de la buena realización de su trabajo-habían dotado a Bernardo Roquero, con los dones de la pintura, de la escultura, y de esa visión especial y espacial, que a la mayor parte de los mortales se nos escapa, y que le permite crear figuras fantásticas a partir de cajas de cartones o cualquier otro material desechable. De pintar de manera magistral.
Me entrometí en sus blogs y me asombre de sus cuadros sobre temática taurina. Sobre sus acuarelas de la Finca de la Concepción, sobre ese amor declarado que le tiene al gótico. Sobre cómo crear ninots o júas – condenados irremisiblemente a perecer en la hoguera- a partir de eso, de cajas de cartones. Me asombré al conocer que con sólo una navaja bien afilada y unos tacos de madera, esculpía su propio juego de figuras para un ajedrez que le llevó dos años de ratos libres, que eran más bien pocos.
Me pide difusión Bernardo Roquero de sus sitios en este blog. Pues ya la tiene. Y además, porque así lo quiero, figurarán como enlaces interesantes en mi página de Inicio. Porque así lo quiero yo también, ya te digo.
Un placer amigo; un verdadero placer. Dale besos a Kika
Esta es una presentación que he elaborado con una pequeña selección de su obra. Aquí podéis verla y, si así lo queréis, podéis guardarla.