…LLEGARÉ TARDE.

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…LLEGARÉ TARDE.

 

“Robín de las canicas, Don Juan de Mortadela,

el Jabato con Dugan de aquellos futbolines.

En el pikú del barrio sonaba Maruzzella,

Y en el Moderno, otra de Eddie Constantine.”

(Juan Miguel González)

 

Obtuve como siempre, ganancia y beneficio principal por el disfrute de la compañía de mis queridos amigos, el Poeta Juan Miguel González del Pino y del Editor Jose Antonio Quesada en nuestra última Reunión en las Nubes. Reunión, que como es costumbre y tradición, (que sería de mí sin las tradiciones…) celebramos en la Plaza del Obispo, a los pies de esa amiga imperecedera y capitidisminuida que es la Catedral de La Encarnación. Esa Catedral vestida con torre y media, y pare Ud. de contar.

La Plaza el Obispo, ya no sólo representa para mí el símbolo de la amistad irrenunciable e inquebrantable por ser el lugar de residencia de mi otra familia en la reserva activa. También ahora, la Plaza del Obispo, es testigo -no mudo, que más quisiéramos nosotros- de esas reuniones que “vezencuando” el Poeta y siempre algún interesantísimo adlátere, tienen la deferencia y la generosidad de compartir con este que malescribe, y que incluso tiene la osadía, de mostrar en dichas veladas, opiniones y pareceres. Dimes y diretes.

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Siempre, me llevo tributo. Siempre. Cuando no es lo didáctico e instructivo de su conversación, es un tremendo, apasionante e inmerecido botín que el Poeta -desprendida y espléndidamente- me proporciona. Ya hablaremos más adelante de ese libro recién publicado que ha tenido la gentileza de firmarme y dedicarme tan cariñosamente. Como siempre hace conmigo; apelando a ese cariño compartido y a una gratitud que solo debe de partir de mí.

A modo de aperitivo:

“Soy el puñado de hierba

con que Diana se limpia la sangre de los muslos.

Soy la triste canción de los hijos del vaho,

la eterna rosa azul sin porvenir,

la aborrecible esfinge de la aguas”

 (Juan Miguel González)

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Vamos a lo que vamos. Y seré especialmente sincero:

No soy, desde los últimos blues y los rocanroles primeros, muy dado a lo cantautor. Y menos, si son locales. Debo de reconocer mi cainismo con esta tierra en ese aspecto. Desde que mi amigo Jose María Alonso se fue, y mi hermano en aprecio Luis Centeno, se retiró a ese Tártaro que es la mudez para los poetas, muy pocos, por no decir ningún cantautor -tal y como se entienden estas dos palabras malcasadas- pocos, por no decir ninguno, repito, es especialmente de mi agrado. Soy difícil de complacer cantautoramente hablando. Bastante difícil.

Pero ahora, creo que ha llegado el momento de tener paciencia – y conceder el beneficio de la duda- para contemplar y oír lo que pronto, habrá de llegar. Pues así me obliga, “La Teoría del aval” y así me lo aconsejan mis queridos González y Quesada. Que no me dirán Uds. que no es un nombre apropiadísimo para una marca de vino Gran Solera de cualquier bodega jerezana de prestigio. “González & Quesada:Una divina pasada”. Cállome; pues como el afamado doctor, divago.

 

Juan Alberto Gómez, se llama.

Juan Alberto Gómez, no sé lo que tendrá; aunque le adivino algo especialísimo porque ha subyugado a amigos literatos de muy alta valía poética. No se lo que tendrá. Sé que el admirado poeta González de Pino y Jose Antonio Quesada (ya sabéis, aquellos del vino Gran Solera) me ponderan a este joven cantautor con vehemencia y afecto. Este chico, le llaman, con esa licencia que permite la diferencia de edad.

Desde luego estoy absolutamente seguro que algo debe de tener para que -y ahora indico bardos- le hayan proporcionado parte de su trabajo para que lo musique y edite…

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…  Pilar Bugella, José Sarriá, J.A. Gómez, Enrique Alot; el citado González y el “Féliz” de los Ingenios, que es mi querido Paco Navidad, postrado ahora me dicen por una insurrección visceral. Estos son los que ponen la palabra; además del propio Gómez -que también pone su ración-  y música a todos los temas. Excepto a una, cuya autoría, pertenece a los hermanos Ramírez.

Para que músicos de la talla de los Tabletones Perico y Pepillo Ramírez y la también hermana de estos, la lírica Carmen, hayan apadrinado un tema con su música…Para que el pintor Ayuso haya colaborado tanto en la portada como en el libreto del primer trabajo de Juan Alberto Gómez… para que tantos poetas hayan aportado su trabajo tan graciablemente… Algo, algo debe de tener. Algo debe de tener este chico, que yo -si los mayas quieren y me lo permiten- haré por verlo.

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El día 20 de este mes de loterías descomunales y desilusión permanente, de engorde indeseado y consumo irracional, de buenos deseos y de promesas por incumplir, el día 20, repito, de Diciembre, a las  11,30, tendrá la presentación en rueda de prensa, en la Sala Cochera Cabaret, del trabajo… Para ¡¡¡IMPORTANTE!!!  El día 26 a las 21.00 y en el mismo lugar, celebrar el concierto de este joven cantautor.

Cantará arropado. Arropado por Mandy Mezzo y Gema Cuellar que le prestarán su voz. Manolo Rorro a las guitarras, Juan Beny (Saxo) María Jesús Romero Postigo al violín, Rafa Nández…

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Los Tres Ramírez -me dicen- le acompañarán en el tema proporcionado y apadrinado por ellos: Mi niña vuela. Con letra de Gónzalez.

Creo que son estos motivos, los suficientes. Nos sobran los motivos que decía aquel, para acudir a esta cita para la presentación de su primer trabajo discográfico: …Llegaré tarde. Así se llama. Canciones de poetas de Málaga. Canciones de los adentros.

Os lo recuerdo:

Día 20.12.12  11:30: Rueda de prensa.

Día 26.12.12. 21:00: Concierto presentación del disco.

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Ambos en el local de Cochera Cabaret. Sito -como todos sabréis- en la Avda. de los Guindos. Un local, por otro lado, que se está transformando –por poco tiempo que le   demos- en un clásico; el local de los eventos musicales y artísticos de Málaga.

Por allí nos veremos más de una vez este mes de Diciembre en el que estamos. Mes de loterías descomunales y desilusión permanente, de engorde indeseado y consumo irracional, de buenos deseos y de promesas por incumplir,  ya sabéis!!! Pero que se le va a hacer. De algo hay que morir si los mayas, no se ponen a ello, y lo consiguen.

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MANUEL SALINAS. BAILANDO CON MÚSICA DE LLUVIA

MANUEL SALINAS.

 BAILANDO CON MÚSICA  DE LLUVIA

Posee  mi querido amigo el Doctor en Literatura Manuel Salinas  un ligero aspecto de indiano urculiano.

Lo de indiano lo digo, porque parece (con ese moreno sempiterno que luce) recién llegado de allende los mares; además de la elegancia que le proporciona ese sombrero Panamá que le cubre la testa últimamente. Lo de urculiano, viene dado por esa apariencia y envoltura que le confiere dicho tocado, y que él sabe -tanto como nosotros- que le favorece y que le sienta tan bien, tan bien, que le procura papel principal como interviniente en el universo pictórico de Eduardo Úrculo.

Cierto es que si en vez de un Panamá, vistiera canotier, bombín o chistera, luciría igualmente elegante. La buena facha, que diría mi madre.

Tiene a bien mi buen amigo el Doctor en Literatura Manuel Salinas, el recopilar en un blog su última producción poética. ¿He dicho que es un insigne poeta? Pues lo digo: es un excelso e insigne poeta. Tal y como lo son la camarilla de amigos que le rodean. Mi muy querido amigo González -el del Pino- a la cabeza de tan distinguido grupo literario: Alot, Navidad, Quesada, Verdú y los propios Salinas y González del Pino, Don Juan Miguel.

Sigo con lo del blog:

Quiero escribir esta reseña en este mi sitio, acerca de mi amigo Manolo, ya sabéis… el Doctor en Literatura Manuel Salinas, porque quiero haceros partícipes de su lugar en  Internet.  Un lugar donde bailando, la palabra del poeta se resguarda de la lluvia.

Porque ya se sabe… “Siempre fue la lluvia una música muy bailable.» ¿Verdad Manolo?

El link a esa página, para que la visitéis, es este:

http://ningunanubeesinutil.blogspot.com.es/

Y como para muestra, vale un botón, -yo, que tiendo a la exageración- inserto en esta entrada seis muestras, que no una, de la poesía de Manuel Salinas. Para vuestro uso y disfrute. Para gozo y alborozo; júbilo, placer y regocijo que le dicen.

Como quiera que el poeta Manolo –no sé como lo hace- siempre está rodeado de bellas mujeres, ya sabéis eso de “Cuídate de los que saben escribir, pues tienen el poder de enamorarte sin tan siquiera tocarte”, he pensado que -a lo mejor (no sé que dirá la propia)- le gustaría que sus poemas estuviesen escoltados y amparados  por las pinturas surrealistas de Michael Parkes.

Porque como mejor se está, maifrén, es en buena compañía.

Estos son los poemas que he destacado de Manuel Salinas. ¿Os es dicho que es Doctor en Literatura, verdad? Pues sabed amigos míos, que antes de eso, y por encima de eso, es poeta.

***

Tomados los ojos, no fue difícil adivinar que lo lluvioso y perdido

 terminarían por echarlo de la tarde de sol aquella.

Manuel Salinas

Llévame a los cielos
envuelto en el fuego de las cosas que amas;
hospédame a solas en su corriente;
pídeme socorro con un perfume de flauta de espina;
avívame, soy lumbre,
violeta sonora de un ático donde las niñas
se peinan con alondras y cantan.
Vuélame la noche, la tarde, el claro día.
Madúrame la casa de verde fruta.
Lléname de saltos de caballo el alma.
Llámame con sueños por mi nombre de poeta.
Coróname de migas de buen pan. Ampárame
y baila hermosa, mientras el mundo se hunde,
con un dulce violín en la solapa.
Regálame esa nube para gastarla juntos;
dime que sí. Dame la tinta, luz, agua: todo
lo que sea tuyo y tiemble de alegría
en los falsos oros de esta pavana
que la noche toca en los atardeceres con niebla.

La palabra es río
y se demora en el aire como un pájaro.

Aves y peces son de un mismo linaje,
pertenecen a lo hondo.

Ay,  y yo sólo miro el agua, el agua
que tiembla. El aire.

En las manos, el aire.

Tal es la malicia que me tiene que sólo desea quitarme la alegría de esos otros mundos que he visto alzándolos hasta los sueños, salvándolos de la noche donde se habían ahogado. Pues lo mío es cabalgar en lo oscuro, picar espuelas a contracorriente, emprender la hazaña que nos niega la voz que nos llama. Mira, que andar en las nubes es un destino. Mas cuida que, si bella es la verdad, también las mentiras sean bellas. Sé señor en todo. No ayunes en amores ni en derroches. Pide, que no te harte el descanso, que generosa sea la mudanza. Y de claro en claro, cree.

Y que así te ayude Dios, pues de nada vale el saber en este antiguo oficio de caballería, que alivia la tristeza, socorre el dolor, consuela la desgracia, ampara en la tormenta.

Desayunados todos,
en el hombro ningún sueño duele
y la muerte a la muerte ahoga en la azul rosa de una taza.

Prodigio esta mermelada
donde dulce aguardaba lo lluvioso
y perdido en los verdes manteles

y donde, para ver el milagro,
los niños cruzan el jardín con una nube en el pecho,
hartos de pan mojado y rubias alas de cristal de Sèvres.

Ésta es La Casa;
ésta es mi casa y sobra el café
y es pecado la tristeza
junto a esa naranja
que de la primavera bajó al frutero.

Es tu dolor lo mejor de mi vida:

me duelen tus manos, como una fresca llamarada;
me duelen tus ojos, de su herida vengo.

Me dueles tú, yo te conozco:
escasa eternidad
que ni llega ni se queda.

Y cuando deje de amarte,
qué raro fruto de frío será el mundo.

Es bueno que al dolor le duela algo,
que nada se repare,
que llore y que se muera.

Es tu dolor esa llama que llamo;
es tu dolor el color de mi alma.

Me dueles tú, dolor, yo  te conozco,

yo sé de tu alta nieve, de la fiereza
donde se turba el agua.

En el aire del verano somos eternos.
Todo es fresca fruta que está en llamas.

Y hace tanto calor
que es joven luz la sombra en el celindo.

Vamos a abrir la ventana, no tardes.
Ya no estaremos más solos.  Sube

que están las palabras que queman
en el parque, soñándote.

…///…

¡QUE BIEN TE SIENTAN LOS AÑOS!

El Poeta según el Poeta.

Alot según Salinas.

Mi buen amigo, el poeta y catedrático Manolo Salinas, tiene a bien el remitirme un texto comentando la obra del otro poeta, nonagenario este, llamado Enrique Alot. Este texto, ha sido publicado por la revista norteamericana “Creatividad Internacional”

Tuve la primigenia intención de realizar un prolegómeno presentando estas letras, pero, son tantos los insignes que aparecen, que sería una temeridad  el hacerlo.

Así que me limito a transcribir lo remitido e insertar imágenes que le den el descanso y la pausa  aconsejable a los textos; porque así, la lógica de las publicaciones en Internet, lo recomiendan.

Esto es; y se llama…

¡QUÉ BIEN TE SIENTAN LOS 90 AÑOS!

Por Manuel salinas

Asegura Álvaro Delgado-Gal que esta crisis se llevará por delante la cultura.

El argumento es simple: la cultura depende en dosis masivas del dinero público. Las subvenciones a la cultura integran, ciertamente, una porción muy modesta del Presupuesto. Pero como la cultura no importa a nadie, quitando a los que viven de ella, lo esperable, es más, lo natural, es que la Administración meta por ahí el bisturí con mayor desparpajo que en otras partidas del gasto.

Ahora bien, tenemos que recordar que hoy día conviven dos clases de escritores, aquéllos que vienen del modernismo y la bohemia para los que la literatura y la vida son una y la misma cosa sagrada, y ésos otros, para los que la cultura es una externalidad de la acción de los partidos políticos, sus compañeros de viaje. Y como lo que quieren los partidos es ganar las elecciones, no ilustrar a la Humanidad, la cultura no inane, esto es,  la independiente, la libre, la de los otros, la que es lenta e incierta, reúne por consiguiente todos los números de la lotería para quedarse bailando con la más fea después de esta crisis.

Sin duda Enrique Alot Montes pertenece a esos escritores herederos del modernismo, a esos que sólo les interesa la literatura, el ser escritor, la obra.

Mucho me temo, por tanto, que Enrique lleva todas las de perder. Y que tanto a él, como a mí mismo,  o  a Juan Miguel González, como él dice:

“Ni el oro ni el terciopelo,/

ni el bordado ni el encaje/

ni el título ni el linaje/

hará que nos brote el pelo.

1

En principio, y para entendernos, en la poesía de Enrique Alot Montes  suceden más cosas por fuera que por dentro. O para decirlo con precisión: lo que sucede por fuera modifica o determina lo que sucede por dentro.

Lo que quiero decir es que la vida real, material, social, la que ocurre por fuera, es la que va construyendo la conciencia en el interior de EAM, y es esa conciencia, su arte, su poesía, como él mismo nos lo indica en estos endecasílabos:

“Porque suele ocurrir lo que me ocurre:

que busco fuera mucho y poco dentro”

En este sentido, su poesía responde a esa línea que abrió uno de los pocos autores de la generación del 27 que no ha envejecido: Luis Cernuda, quién en el “Soliloquio del Farero” se preguntaba:

“Cómo qué llenarte, soledad,

sino contigo misma”

o como escribe Enrique en este verso:  “ a desgana conmigo converso”, que recuerda a aquel de Antonio Machado que decía …“quien habla /  solo espera hablar con Dios un día”.

Mas, a pesar de todo, “LA OBRA” poética de Alot Montes, el soliloquio de este otro farero, gira en torno a tres preocupaciones básicas, preocupaciones en las que podemos dividir sus poemas:

1º – los poemas que pertenecen a una serie ética:                                                        poemas que elaboran motivos del universo                                                    religioso y de una filosofía moral.

2º – la serie amorosa.

3º-  los poemas  satíricos y burlescos.

Y, aunque podamos encontrar estos tres apartados a lo largo de su obra, su poesía es moral y satírica fundamentalmente. Por lo que, las diferencias se dan en el estilo adoptado según las convenciones de estos subgéneros:

-la poesía moral corresponde un estilo más grave, un tono alejado de matices cómicos. Poemas que reflexionan sobre el sentido de la existencia humana, la presencia de la muerte, la fugacidad o fragilidad de la vida, el rechazo de lo contingente.

-Y el discurso satírico en donde hallamos un estilo humilde y un léxico coloquial.

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De su poesía ha escrito Juan Miguel González:

“Enrique Alot Montes, sintió la revelación de la poesía cuando contaba cincuenta y cinco años de edad. En mi opinión, su musa es más aritmética que lírica, más manual que musical “…

…Ha construido con ella ( con “ese sueño que ante mí no se desploma”)  plegarias hermosas etc…

No me extraña, -continúa Juan Miguel en el hermosísimo prólogo,- que nuestro poeta eligiera el soneto como medio de expresión, por lo que éste tiene de ingeniería, de arquitectura rotunda y arriesgada, de reloj espiritual con el que Dios parece que marca el sueño exacto de la eternidad.

Juan Miguel González ha clavado el asunto de una forma bellísima al llamar a su poesía:

“reloj espiritual con el que Dios parece que marca el  sueño exacto de la eternidad.”

Y es que la poesía de Enrique Alot Montes se inscribe dentro de la tradición moderna de la que el poeta inglés Eliot llamó “Il Milior Fabro”. Esto es, del poeta artesano, y su poesía está dentro de la idea de artefacto, de soneto que podemos encontrar desde los sonetos vivos de Carlos Edmundo de Ory o de Miguel Hernández o Blas de Otero, frente a esa otra tradición moderna de río lírico, de torrente de imágenes, que se halla en Pere Gimferrer o en el jovencísimo José Luis Rey.

Pero estas piezas de relojería, no sólo están hechas con manos de artesano, sino que una música celeste las recorre y las convierte en poema, en percusión, en “tan tan”,  en canto:

Tan florida y tan fiel la primavera.

Tan bella y tan hermosa la mujer

Tan chulo es ponerlo por poner.

Tan lírico el tan…tan que se reitera.

Tan vieja y tan gentil la regadera.

Tan vano y peligroso el bien comer.

Tan útil, tan sabroso el conocer.

Tan sabia y parlante la portera.

Y el tantán de la gota al fregadero.

Y el tantán del nervioso con bastón.

Y el tantán del que cuida un relojero.

Y el tantán de la aldaba en el portón.

Y el tantán de la selva, mensajero.

Y el tantán con que avisa el corazón.

Por esto, su obra se compone de magníficos, algunos muy bien premiados, sonetos y sonetillos, bien medidos, bien hechos con  una voz fuerte y una rima que algunas veces recuerda al mejor Miguel Hernández, porque como escribe Enrique “la tristeza siempre enluta”. Oigamos este sonetillo octosilábico:

Cuesta arriba o cuesta abajo

sin comprender lo que intentas.

Ni me ayudas ni alimentas

ni valoras mi trabajo.

En mi faena a destajo

no me cuadraron las cuentas.

Ni tuve las herramientas

cuando ya estaba en el tajo.

Por confiar en lo cierto

por prolongar mi letargo

por falta de un buen injerto

o por mal hecho el encargo

sembré un frutal en mi huerto

y el fruto me salió amargo.

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Pero reparemos un momento en los versos del segundo terceto:

Sembré un frutal en mi huerto

Y el fruto me salió amargo

Es la forma que tiene Enrique Alot Montes de referirse al mundo que refleja su poesía, ese“ fruto amargo”. Y lo expresa magistralmente en este oxímoron:

Y noto la vida hermosa

estando en lo mismo hundido,

envuelto en las mismas cosas.

Son la soledad, la incomprensión, el dolor, la sinrazón,… temas neorrománticos con una música modernista; en fin, son los temas de los que trata la poesía moral de Enrique Alot Montes :

Porque nadie le entendía

un hombre a la luna hablaba

y aunque a veces preguntaba

la luna no respondía.

Lo hizo de noche, de día,

porque siempre la encontraba.

Y hasta la luna lloraba

cuando aquel hombre sufría.

Y esta poesía  moral y satírica, en la que “el recuerdo y el olvido son palos del mismo signo”, la recorre y la invade una  misma sensación, un mismo clima, una misma atmósfera, esa que se desprende de aquel diálogo de Dickens en el que un hijo le pregunta a su madre si tenía dolores y ésta le contestaba que había un dolor en la habitación pero que no sabía si era ella quien lo tenía.

Recordemos, también, en este sentido, ese sentimiento que abren, como a una dalia, estos versos: “ Todas las tardes en Granada,/todas las tardes se muere un niño” del Diván de Tamarit de Federico García Lorca. Ya que es el mismo sentir el que emerge de ellos.

Así, junto a este difuso sentimiento va apareciendo en la obra de Enrique su tema fundamental, el de lo humano, “ cómo aguanto, no me explico”, escribirá el poeta:

Por culpa de la artrosis que galopa

estoy plantado aquí como una mata.

Debido a otro defecto que no mata

me encuentro condenado a caldo y sopa.

O, en este terceto:

Mi artrosis de cadera y de rodilla,

Y atendiendo del médico el mandato,

Cada seis horas tomo una pastilla.

O:

La pena se estaciona en el poeta.

Su numen poco aguanta ese trago…

Y mi cuerpo que vela su muleta

Por causa de la artrosis y el lumbago.”

Dolor que no sólo es físico, sino que es también es el que más duele:

Noté que se agotaba de repente

mi venero repleto de ilusiones.

Y así este día luminoso y riente en el jardín de la vida se fue convirtiendo en noche oscura:

Si la noche oscura…

….., derrama en tu boca

su cáliz de pena que te sabe a poca,

Apagón, noche oscura sobre la que vuelve una y otra vez nuestro poeta:

Volveré a mi ronda

en la eterna noche,

desolada y fría.

En fin, para leer la poesía de Enrique Alot hay que relajarse y dejarla fluir como un rumor o como una melodía. Es ahí donde aparecen las respuestas. Ésta es la mejor manera de acercarse al autor, y de abordar su obra, que poco a poco, nos va  atrapando en sus manos como una auténtica bomba de relojería espiritual. Porque no hay códigos concretos para descifrarla, sólo los sentimientos como guía, sólo el ritmo de sus versos, sólo pequeñas señales abriendo ventanas que conducen a sendas profundas y a ese completo sinsentido que es algunas veces el sentido de la vida vivida.

De lo que recelaba desconfío.

A lo que me aterraba no hago frente.

A lo que rechazaba no hinco el diente.

Y a lo que me enredaba no deslío.

Con lo que antes me helaba siento frío.

Con lo que me quemaba estoy caliente.

Con lo que yo aguantaba soy paciente.

Y con lo que lloraba no me río.

Lo que no me encajaba no me rima.

Lo que antaño era malo está fatal

Y lo que estaba lejos no se arrima.

Mi hacienda sigue escasa, menos mal.

Aquello que cargaba llevo encima.

Y mi estómago enfermo sigue igual.

“Lo que antaño era malo está fatal”, re-escribe Enrique Alot aquella ley de Murphy en este endecasílabo.

Pero el poeta va más allá  al señalar el fracaso, la desilusión, el dolor como experiencia moral y estética y él mismo reconocerá que escribe, “para hacer armonioso un sufrimiento”.

Esto es, para convertir lo  humano en arte, para trascender. Porque es lo adverso, el deseo, lo que nos hace más hombres, mientras que la realidad siempre va por otro sitio:

El incordio que suelta mi verso

y se aleja prendido a la brisa,

sólo lleva mi amago de risa

y el fracaso marcado al reverso.

A desgana conmigo converso

animando a la mente imprecisa,

y la mente me engaña, me sisa

y me deja plantado en lo adverso.

Frente al mar y en su orilla me huelo

que me falto a conciencia el respeto

cuando amaso a lo incierto y al ripio.

Que mi llanto no tiene consuelo

pues termino con este soneto

y me encuentro peor que al principio.

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Mas la alegría se halla, no sólo en la experiencia acumulada a lo largo de la vida, sino como un “saber vivir” (savoir vivre) y lo escribe en tono moral, desengañado, más cerca del consejo clásico del que huye del mundanal ruido de Fray Luis que de ese árbol apenas sensitivo del poema de Rubén Darío:

“Dichoso el que de alegre se reviste.

El dolor agradece al que lo abona.”

Alegría, dicha que llegará a ser más profunda y alcanzará su verdadero cenit en los poemas de tema religioso.

Magnífico este soneto donde resume, a mi entender, magistralmente, toda la trayectoria íntima de la que venimos hablando:

Tú fuiste de mis noches las mañanas,

el soplo que aventó turbias neblinas,

la luz de mi aposento ¿Te imaginas

lo que es un cuarto oscuro y sin ventanas?

Y luego, desterrando a mis desganas,

me enseñaste que hay rosas sin espinas

y montañas a más de haber colinas

y vuelos de palomas y campanas.

Me encanta tu mirar cuando me apunta.

Me has hecho concebir un mundo nuevo

donde mi antigua pena está difunta.

Me gusta cualquier parte si te llevo.

Quizás esto conteste a tu pregunta

y puedas comprender lo que te debo.

Mas, permítanme también recordar ahora el soneto de la página 147, que comienza así:

Buscando claridad topé lo espeso

Y buscándote, Dios, la desventura.

o éste otro de Enrique:

Te he sentido abrazar y te he soñado

regando con Tu Amor mi campo verde.

Te he sentido llorar si al otro muerde

el frío, la ansiedad de lo apagado.

Te he sentido animar si me he cansado,

te he visto dar la mano al que se pierde.

Perdona que al final ya ni recuerde

la estela que al pasar siempre has dejado.

Si te quiero imitar nunca te imito.

Si te quiero escribir confundo el tema.

Si te quiero llamar no sale el grito.

Y siempre acabará triste el poema

si junto a tu calor no me derrito

si el fuego que te abrasa no me quema.

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Mas como recordaba antes, la poesía de Enrique Alot  se podía dividir en Moral-Amorosa y Satírica. Y, como de muestra bien vale un botón, les recordaré dentro de su poesía amorosa ese poema que es un delicadísimo apunte lírico, ese dibujito de trazo rápido que es este soneto, lleno de gracia y con alguna incorrección gramatical, como la de el verbo “ver” que no rige la preposición “de”:

Hoy te ví recorrer la calle estrecha

y te ví revistar como dudando.

Hoy te ví penetrar contoneando

y te ví de a la barra irte derecha.

Hoy te ví la hermosura tan bien hecha

y te ví que a la carta ibas mirando.

Hoy te ví que en el bolso ibas buscando

y te ví de un dragón prender la mecha.

Hoy te ví de fumarte un puro entero,

Hoy te ví de apurar de carne un plato

y te ví de rascarte el trasero.

Hoy te ví trasegar de vino un chato,

Hoy te vi de abonarle al camarero

y te vi de marcharte al poco rato.

Mas también escribí, al principio de mi presentación, que en la poesía de Enrique existe también la línea satírico – burlesca, y como quiero terminar con esa sonrisa de la que habla su poesía, acabaré leyendo alguno de sus versos:

Primavera, calor, otoño y frío,

tapizan mi contorno en su andadura.

Se combinan lo agreste y la hermosura

sobre un globo de inmenso poderío.

Al planeta de todos, también mío,

que se distingue azul desde la altura,

los hombres retocaron su estructura

y alguien dijo: la vida es como un río.

Cada vez que lo pienso me parece

muy caprichoso el río con su lecho

que al mismo tiempo achica y engrandece.

Un traje en sus medidas tan mal hecho

que al más acaudalado favorece

y que siempre al más pobre queda estrecho.

Ironía y sentido del buen humor al que no es nada ajeno su obra y que encontramos por aquí y por allá en este libro, ya cuando le hace exclamar:

¡No sé cómo lo soporto

Sólo me falta un canuto

o en este cuarteto:

Me barrunto un mal cariz

si te está saliendo un cuerno,

porque se me antoja a mí

que no es cosa del infierno.

En fin, ya solo me queda decir que al poeta malagueño Enrique Alot Montes le sientan muy bien sus 90 años y que su obra es una buena lección de saber convertir, lo que la larga vida le ofreció como abrupto, en sutileza.

Málaga , ferragosto.

 

 

 

 

 

 

…///…

ENRIQUE ALOT. ENDECASILABOS

ENRIQUE ALOT. ENDECASILABOS

En-ri-que-ä-lot-en-de-ca-si-la-bos… son once silabas. Como no podría  ser de otra manera viniendo lo que viene.

Alguna que otra vez, en las Reuniones en la Nubes que mantengo con mi muy querido amigo el Poeta Juan Miguel González del Pino, en los aledaños de la Plaza del Obispo, sale a relucir el nombre de Enrique Alot. Vezencuando, ya digo.

Uno, que siempre está “oreja avizor”, se preguntaba quien sería esta persona de la que hablaban elogiosamente tanto el Poeta JMGdP  como los demás cofrades de las nubosas reuniones: Los ilustrados Navidad, Salinas y Quesada.

“Nostálgico de versos con albahaca” dice de Alot la maravillosa Mariví Verdú.

A modo de disculpa, siempre alego en mi descargo, que nunca he sido un lector impenitente de poesía -debo de reconocerlo avergonzado- en parte porque mi primera poesía me llegaba en inglés de mano de las canciones de Cohen y Dylan. Y esa magia de la rima, se perdía en la traducción; Así que yo, me conformaba sin más remedio, con lo fonético y lo musical. Fueraparte -que diría el inefable Pocarropa- lo endemoniadamente raros que son estos ripios norteamericanos para el españolito de a pie.

Sigo haciendo acto de contrición y arrepentimiento:

Leyendo los seis tomos del Alatriste Revertiano, me propuse leer la obra (ímproba tarea) de Don Francisco de Quevedo: Borrachín impenitente y pendenciero, buen amigo de los suyos y peor enemigo de -entre otros- el atribulado y narilargudo Góngora, al que no bajaba al pobretico, de entre otras cosas de ludópata, sucio, indecente y marimoña. ¿Sería porque era cura?

¡Desdichados los enemigos de los ingeniosos! Porque tienen la batalla perdida.

Pero… Oh! mísero de mí ,oh infelice! que decía el afligido Segismundo, tampoco lograba yo entender lo suficiente los textos de Don Francisco como para que me engancharan. Vuelvo a avergonzarme. Aunque agradezco esta catarsis expiatoria y aclaratoria que evita malentendidos.

Debo de reconocer, que fue mi Maestro el Maestro de Maestros (y no es redundancia aunque lo parezca) Juan Miguel González, el culpable de que uno viese el camino claro y expedito hacia la mediana y pasable comprensión poética; quizás por esa cercanía que detentan sus trabajos. Y por simpatía (que no es palabra casual, sino puesta adrede) de Manolo Salinas, la Verdú y ahora, la del poeta Alot.

La prosa irreverente y de interminable ingenio de Paco López Navidad -afortunadamente y gracias al Altísimo- la entendía y entiendo perfectamente. Y sus buenos ratos me procura.

Sigo con Alot:

Después, a través de estos nuevos medios, descubrí algún otro soneto que me impresionó por su descomunal belleza. Así que sin pensar en la negativa- esa que se me regala muy pocas veces- me dirigí a Alicia, la hija de Enrique Alot para que -si a ella le parecía bien- me proporcionara una muestra del trabajo de su padre.

Pronto tuve en mis manos un precioso botín de letras. Letras ordenadas debidamente que conformaban, cada  lote de versos agrupados en cuatro-cuatro-tres-tres-, una magnifica y espléndida colección de sonetos de los cuales, he tenido a bien el recopilar estos diez que ahora tengo el inmenso placer de insertar y presentaros en este post. Ya veréis que buenos son!

Al final, pongo un entrañable documento donde podemos apreciar a Juan Gómez, cantando un poema musicado por él de Enrique Alot y éste -aprovechando el momento- se arranca y anima, vestido de pijama (aunque sin orinal) a la Don Camilo manera, a interpretar junto al cantautor.

Si queréis leer más sobre la persona de Enrique Alot, os remito a este enlace donde en su Web, Mariví Verdú, hace una preciosa semblanza:

http://www.flamencoenmalaga.es/malaga-articulo.php?pag=&id_articulo=35

Y estos son los sonetos de Enrique Alot Montes, lamentando muy mucho no pode hacer la separación debida entre estrofas, pues este maldito y fascista cibernético que es el programa, me lo impide.

Que los disfrutéis.

# 01

Por culpa de la artrosis que galopa

estoy plantado aquí como una mata.

Debido a otro defecto que no mata

me encuentro condenado a caldo y sopa.

Por la confusa niebla que me arropa

sólo queda ceniza en mi fogata.

Por algo que no añade ni arrebata

se mantiene una brisa casi a popa.

La musa no me apaga ni me aviva

tan sólo me conserva en este medio.

La mente que por suerte no me esquiva

despierta y acuciada por el tedio,

se mece igual que un corcho a la deriva

buscando entre lo absurdo algún remedio.

# 02

El incordio que suelta mi verso

y se aleja prendido a la brisa,

sólo lleva mi amago de risa

y el fracaso marcado al reverso.

A desgana conmigo converso

animando a la mente imprecisa,

y la mente me engaña, me sisa

y me deja plantado en lo adverso.

Frente al mar y en su orilla me huelo

que me falto a conciencia el respeto

cuando amaso a lo incierto y al ripio.

Que mi llanto no tiene consuelo

pues termino con este soneto

y me encuentro peor que al principio.

# 03

Su maltrecha apariencia me señala,

que el hacha no le aviva en absoluto,

que a veces, por costumbre, da algún fruto,

que sólo a falta está de olvido y tala.

Seguro de que antaño tuvo a gala,

haber sido el más fuerte y el más bruto,

y puede que sirviera al disoluto

borracho de refugio, alcoba o sala…

Mas por lo que endurece y que deshoja,

falta la sombra en que penara un chivo

 y al mochuelo su copa ya no aloja.

Con furia y arrastrando a lo erosivo,

insiste el huracán que me despoja

como el paso del tiempo hizo al olivo.

# 04

Aceite de ricino en la tetera.

Veneno de una cobra en la marmita.

La medusa, el rosal, la dinamita.

La ortiga, el aguijón, la esparraguera.

La sed, la indigestión, la vomitera.

El hombre sudoroso, el que tirita.

La pena inaceptable, la infinita.

La electoral campaña dominguera.

La horca, el pelotón, la guillotina.

La canción de un borracho en la mañana.

El aullido de un lobo solitario.

La lepra, el sarampión, la tos ferina.

O el virus que atraviesa una ventana.

No tienen parangón con mi calvario.

# 05

Se tropezó mi orgullo con tu orgullo

de sopetón, y un canto de sirena

me arrojó, convertido en alma en pena,

al banquillo primero y luego al trullo.

Un verso y un arrullo y otro arrullo,

forjaron poco a poco una cadena

y me encontré cumpliendo la condena,

ligando tu silencio a mi barullo.

Una década, un lustro, un mes y un día,

dibujando tu rostro sobre el muro

y pateando el reducto igual que un oso.

Con una cama dura, exigua y fría,

con agua no potable y con pan duro,

disfruté el pestilente calabozo.

# 06

Viva esta capital, la pandereta,

la castañuela, la guitarra, el cante.

Su feria y su jolgorio trepidante.

La bailaora, el vino y la peineta.

El trono, el estandarte, la saeta,

nuestra Semana Santa y su talante.

La guapa en su revuelo, en su desplante,

y El Palo, El Perchel, y La Caleta.

Y viva su castillo fortaleza.

Su gente a la que admiro y la respeto.

La biznaga, el sombrajo, la cerveza.

Y la extranjera rubia y el espeto.

Mas su mucho abandono y su pobreza

ponen broche de luto a mi soneto.

# 07

Porque es amante fiel  que lame terca

tu herida, bajo el cielo mientras nieva.

El genio amable que un manjar te lleva

cuando el potaje sabe a barro y tuerca.

La mensajera que su paz te acerca

y al yermo lo florece y lo renueva.

El soplo que te empuja y que te eleva

cuando el mundo te atrapa en una cerca.

Es un pájaro que anida en cierta nave

que avanza sobre un mar de fuego y quejas

con rumbo siempre fijo  hacia tu enclave.

Y aunque entre el barco y tú coloquen rejas,

verás que por un hueco pasa el ave

para ocupar un puesto entre tus cejas.

# 08

Y al perder tu ilusión, puede que el hielo

no cumpla su objetivo y te acalore.

Que acaso ante tu vista se evapore

el agua mansa que hizo de espejuelo.

Puede que sobre ti descanse el cielo

que la vida te aplaste o te devore

que tu venero exista y nunca aflore,

mas si eres como yo, de fiesta y duelo,

disfrutarás del tiempo que amanece,

con una suave brisa que te lava

la brecha que te mata o que te escuece.

Y acusarás el viento que a la brava,

destroza la esperanza y sólo ofrece,

la punta de una esquirla y te la clava.

# 09

Carne para aguantar, alma abatida.

Osamenta de alambre, pelo escaso.

Arrastro mi infortunio en el ocaso

por un barullo al que otros llaman vida.

El uno que hace trampa en la partida

El dos que me gobierna con retraso

El tres que me involucra en su mal paso

Y el cuatro que envenena mi comida

El rayo, el huracán, la lluvia helada

la humillación, el juicio, la condena

el cánido guardián, la zarpa, el cuerno

Sumiso y obediente a tu llamada

como un fantasma unido a la cadena

voy con mi cruz, camino de otro infierno.

# 10

No me vale el que enmienden bien la plana

ni cambien torbellino en suaves giros,

si ponen en mi alcoba unos vampiros

o nitroglicerina en mi campana.

No me sirve el que orquesten la pavana

ni embellezcan con gaitas los suspiros,

si después de pegarme cuatro tiros

me avivan con cianuro en la tisana.

No olvides que es mi mundo un vertedero

donde yace la risa con la pena.

“Prémiale por su esfuerzo al jornalero,

aleja del cadalso a la sirena

y ponle al pobre humano en el mortero,

un poco más de cal, menos de arena”.

 …///…

Y ahora, el vídeo prometido

…///…

CINCO ESTACIONES DE PASO

CINCO ESTACIONES DE PASO

“Cártama Estación.
Bobadilla.
Valdepeñas.
San Petesburgo.
Viaje de vuelta.”

“Crónicas del Poropo”

Cuando me comentó un querido amigo que Paco Navidad me iba a enviar cinco relatos cortos con nombres de estaciones de trenes, imaginé erróneamente que eran relatos independientes, sin ninguna conexión argumental; eso sí, teniendo como nexo de unión, como trama, dichas estaciones. Así que me dije: Haré cinco entregas. Una para cada apeadero. Craso error.

Francisco Javier López Navidad, su autor, tuvo anoche la gentileza de enviármelos para -por si yo lo consideraba oportuno- publicarlos en mi blog.

Estaba yo dispuesto -aun sin haberlos leídos- a hacerlo; porque este escritor posee las suficientes credenciales literarias como para insertar en mi blog cualquier texto creado por él, sin tan siquiera tener que leerlo previamente. Además, me venían dichas letras avaladas y comentadas por el Poeta amigo Juan Miguel González. Certificado de calidad literaria, tenían pues, de enorme consideración y prestigio.

En este blog, jamás trato de incluir ningún texto con una longitud mayor que la que yo considero cómoda y asumible por el lector. Esta vez voy a hacer una excepción, puesto que el escrito que ahora viene es tan ameno, rico y florido, que adolece de cualquier intención que no sea la de seguir leyendo. Implorando la continuidad.

Lo de publicarse en entregas a la dickensiana manera, ya te digo, venía dado por el razonamiento de que no se le puede dar al lector de pantallas, textos demasiados largos; pues, determinados leedores se atosigan, se les cansa y nubla la vista y dejan la lectura. De ahí la razón de que yo adorne las letras, de vez en cuando, con remansos de paz visuales que son las imágenes que busco con sumo cuidado e inserto en el articulo de marras. Para que la vista se pare, se acomode y repose.

Así que, esa es (era) mi teoría: Texto no demasiado largo y con “estampitas”.

Eran pasadas las diez de la noche. Hora que yo (lunes y jueves) me retiro a la calma y placidez de mis aposentos, para dedicarme a la lectura, obligado por la insoportable perspectiva del “reality” de turno en “Tela Jinco”.

Odio profundamente esa cadena televisiva, y no puedo evitar tratarla con el desprecio que se merece. Con la misma crueldad que ella me trata a mi. ¿¿Valeeeee??. (Léase con lo boca abierta y atiborrada de alimentos masticados, escupiendo, chillando, y cerrando los ojos a la belenesteban manera)

Sigo… Tenía ya la luz encendida y las sábanas desplegadas; el Kindle (mi ebook) preparado para la lectura y los piños adecuadamente cepillados y en perfecto estado de revista. Vaso de agua previsor en la mesita de noche. De repente (Sudenly que dicen los ingleses)… Un avisador de correo electrónico sonó en mi móvil: “Fco. Javier López Navidad; «Chiroski House Ballad”, decía el mensaje. Como se comprenderá fácilmente -por eso de “Balada de la casa del jorobado”- no pude evitar la tentación de abrir el archivo. Venía un escueto mensaje de Javier donde me indicaba que me anexaba un fichero en pdf con el texto en cuestión conteniendo cinco cortas historias.

Abrí el pdf; así que, como ya tenía ya organizada la zona de lectura en mi dormitorio, me lo reenvié al susodicho Kindle, para poder leerlo con la tranquilidad que se le tiene que disponer a los textos de los amigos y además, para que negarlo, poner la letra de estos al tamaño adecuado para mi mirada de topo cada vez más cansada y rota.

La primera intención de sólo leer una de las “estaciones” y dejarlo para el día siguiente, con ánimo de continuar con Jens Lapidus, se quedó sólo en eso: En una primera intención.

Empecé a leer y ya no pude dejar de hacerlo. Lo primero que me dejó impresionado fue el texto introductorio (ese que siempre se pone prestado de otro autor)…

El pasado es la única cosa muerta cuyo aroma es dulce.
(Eduard Thomas)

Precioso y absolutamente de acuerdo. Después de eso vino una lectura ininterrumpida que me dejó absorto y abstraído desde las primeras líneas.

Por esa riqueza de lenguaje, que dispone Paco Navidad, tan cercano en casos; tan docto y cultivado en otros (gracias que mi libro electrónico dispone de diccionario) pero sobre todo, porque la trama argumental -un pasaje de la vida de un inefable personaje llamado Poropo- me resultó tan amena e ingeniosa, que -no os engaño- me dejó buena parte de la noche sin poder conciliar el sueño y estuve revisitando “Aquellos lugares comunes que nos fueron arrebatados antes de tiempo como inmolación a un futuro ya pasado” (sic) ¡Genial!

Paco me llevó de vuelta a los aledaños de la niñez por los territorios del Cine Cayri frente a, donde supongo, estaba situado el Jardín de Babilonia -entre irreal, cutre y decadente- del Poropo. Ese mágico lugar lleno de ranas y proyectos de radios de galena.

También volví a estar en el Teatro Chino de Manolita Chen y en el de los Hermanos Tonetti al que acudí (al Teatro Chino me refiero) en una ocasión en mi tierna niñez; Porque eran tiempos, los aquellos, despojados de estos inútiles buenos propósitos que ahora ahogan a los niños con normas absurdas y de “buen rollito” y que en el mejor de los casos, los embobaliconan; y en el peor, los dejan inmaduramente desasistidos para enfrentarse a la vida.

Me llevó también, a ese mismo solar que era donde se instalaba el Circo Price y el Cinerama; aquel de La Conquista del Oeste del Hathaway y demases. Me llevó de paseo por el Camino de los Ingleses del Antonio Soler. Por un barrio -distrito le llaman hoy los modernos afectados- que nunca fue el mío por nacimiento, pero si lo fue por elección en determinadas épocas. Porque en tiempos, crucé las fronteras desde Martínez Maldonado a la Ciudad Deportiva, desde Lanuza -donde vivía mi Tía Anita- hasta Blanco Coris donde lo hacía la modista de mi madre… Desde la calle Bailén de mi gran e imperecedero amor, hasta aquella Plaza con Casa de Socorro donde trajinaba el Llanero Solitario de la Trinidad, vendiendo escondido, sus barritas de quinientas.

El querido amigo Fco. Javier López Navidad, tiene la conveniencia de dedicar muy merecidamente este escrito a dos de sus íntimos (comunes míos) que son: el Editor Jose Antonio Quesada y al Poeta y mentor Juan Miguel González del Pino. Pero la también la disparatada ocurrencia de dedicárselo a este que sus escribe. Y eso, es un honor tan apabullante como inmerecido. Algo que le agradezco feliz y enormemente.

Así que aquí tenéis este inapreciable documento de una Málaga, y uno de sus personajes, que desdichadamente, ya han desaparecido.

Cinco estaciones de paso

“La explosión atómica es un susto muy grande que afecta, sobre todo, al oído interno”. Poropo dixit.

Pues eso.

Disfrutadlo tanto como yo he hecho. Es una verdadera gozada.

JAVIER ELEPUNTO NAVIDAD

A modo de proemio:

(Quiero dedicar esta entrada de hoy – y para pagar deuda contraida con la actualidad- al pequeño gaznápiro, impertin-nieto Felipe Juan Froilán de Todos los Santos de Mariborbón y Chalár. Proclive, como su padre, a pegarse tiritos y no saberlos aguantar estoicamente)

JAVIER ELEPUNTO NAVIDAD

Ya me ha pasado antes.

En este blog y en la vida real. Me refiero a la Teoría del Aval; esa que dice…

“Teoría del Aval”: La Teoría del Aval, trata de la transferencia y el otorgamiento de la amistad y el apego al nuevo amigo por conocer ( y/o conocido recientemente) con la garantía, el crédito, y el aval del antiguo que presenta el uno al otro.

Es decir: Paco me habla de Pepe; y como yo soy intimo de Paco, pues le otorgo a Pepe mi amistad, aun sin saber -ni tener ni puñetera idea- de que pie renquea el tal Pepe.

Pasa ahora eso con el amigo desconocido (fíjese Ud. que bella contradicción,  que enigma amado) que no es otro que Javier López Navidad. Y pasa eso, digo, porque el avalista no es sino, sin embargo, que el Poeta Juan Miguel González del Pino; y si Juan Miguel me dice que una persona es “chapeau” yo, automáticamente, le doy plaza fija y acomodo en  mi apartadillo privado e incondicional de amigos con distintivo y marchamo “chapeau”.

Si además, una persona con el ingenio insolentemente desarrollado como es el Poeta JMGdP me indica, me afirma, que Javier Elepunto Navidad es un dechado incontenible de agudeza, chispa y gracejo; que posee una gracia innata y que es, también, un incansable conversador ameno y singular, me echo a temblar de alegría y de contento; y, entonces, voy, y no quepo en mí de regocijo. ¡Que ya es no caber!

Cuando escribí el prolegómeno de los Palos flamencos surrealistas de JMGdP, iba dejando atrás, adrede, otros que habían sido creados por el amigo Elepunto Navidad, Don Javier.

Los iba dejando atrás, porque no era otra mi intención  -al igual que al otro común amigo, el poeta Manolo Salinas- que el escribir e insertar en este blog una entrada con un florilegio de su obra para que puliera, limpiara y diera esplendor a este revoltijo de  temas que se acomodan, ya para siempre, en la de todos vosotros guarida de Father Gorgonzola.

Pero no solo Palos flamencos, también una dedicatoria que encabeza el libro de donde saco lo que ahora viene, alguna aclaración, y también porque no, alguna que otra reflexión y pensamientos. Para que -como en la viña de Dios nuestro Señor- haya de tó.

Deberíais de prestarle atención a lo que se os presenta a continuación. Quede aclarado que, con esa máquina incontenible e imparable de verborrea pertinente y acertada que es Elepunto Navidad, solo he entablado conversación dialéctica en la fría y distante salita de estar que es el singrasia del Facebook. ¡Y ya fue gratificante!

Ni me imagino lo que tendría que ser un face to face con los susodichos poetas y, mejor aún, con el ánimo aliñado con algún espirituoso de las tierras altas de Escocia; con algún extracto de caña de la Republica Dominicana…o si no queremos que nuestros paladares viajen tan lejos…con un espíritu blanco de Mollina (Sidonia) o un Verdial Seco de la Casa de Garijo. Esa misma Casa que abandera nuestra amada y Antigua Casa de Guardia.

Esto que viene ahora es un batiburrillo surrealista de Javier López Navidad. Apadrinado que está – y ya le vale- por mi querido amigo el de Ferisment.

Ilustro esta entrada con una imágenes correspondientes a postales de los años 50 elaboradas por el artista Estela y  distribuidas  por Comercial  Prat i Ripoll, que -como no podía ser de otra manera- detentaban ese punto inconfundiblemente kitsch por estar bordadas en hilos de vivos colores  sobre la cartulina. Una cosa tremebunda que hoy, con el pasar del tiempo, tienen su aquel.

Glorifico en imágenes tambien a la Lube y al Isocarro, porque juguetes del viento son, que diría Don José.

Disfrutad esta entrada. Javier Elepunto Navidad. Otro amigo avalado. Y van dos.


DEDICATORIA.

(Y no la pongo entera)

A Indibil y Mandonio. Caudillos ilergetes.

A Gonzalo de Berceo. Lumen.

A Garcilaso de la Vega. Poeta.

A los Reyes Católicos. Reyes.

A Don Francisco de Quevedo y Vigente. Contumaz político. Hábil poeta. Cojo de veras.

A Javier Arzalluz. Humorista.

A Jose Luis Carod Rovira. También humorista.

A Olivetti, Magefesa y Bic.

Al Partido de Verdiales.

A la muy grácil tortilla de collejas.

A Emilio el Moro. Afinador de machotas.

A Pablo Picasso. Hombre.

A Átomos Vidal.

Al Alcalde de Málaga. Magnífico diestro.

Al esforzado Isocarro. Muy Sagivela él.

A la llave de grifa, socorrida y proxeneta.

A la “diez-once” tan menuda y perdediza.

A los inmigrantes retornantes.

A Anónimo. Monstruo literario, eterno y acertado pensador.

Al bicarbonato Sódico.

A los amigos.

PENSAMIENTOS.

“Cada actuación del impirico Vallejo, provoca en el auditorio la soez necesidad de hacerse chiricagua o nacionalista acto seguido”.

 Modesto Alpairo, agórico y ergúmedo (por encargo)

Por los Montes me caí

montado en mi Lube Rens

y la quijá me partí

como ustedes pueden vens.

¿Eternos? lo somos;

pero con mas Prisa.

Poco queda ya, todo se fue yendo,

salvemos la risa.

 Gervasio Pardal, licenciado y genio (Y no es coba)

FANDANGOS.

Y le quedó tras la monda,

veinte puntos de sutura,

doce pares de zambombas,

siete gramos de cordura

y medio Tajo de Ronda

 

Yo me hice una visera

del toldo de un motocarro

y sin notarlo siquiera

me fui sintiendo navarro

cantando cartageneras.

SEGUIRIYAS.

Si yo me equivoco

en lo que les canto,

es que yo estoy pensando en las letras

que le debo al banco.

 

Pasito a pasito

me lo voy buscando.

Que le voy a hacer, con esta cabeza

en la que no mando.

Ay, que no hay manera,

que todo fue hecho,

que lo encontraron abulto de noche,

y listo del pecho.

CANTES SIN GUITARRA

 

Romance, corrido o jiliana

 Siempre que entro en el trullo

me encuentro las mismas caras

Los mismos barrotes siempre

y el mismo son de palabras.

Toná

Un policía borracho

está escribiendo una carta

parándose, en cuando en cuando,

para contar cucarachas.

Deblas

Las ducas hacen ducado,

se sienten tan abrigadas

que en el pecho permanecen,

atadas, muy bien atadas.

Si no es verdad,

si esto que le digo

no fuera verdad,

que yo pierda tos los dientes

y el carnet de identidad.

Tangos

Cruzó el cielo una perdiz.

Siempre me pasa los mismo

cuando salgo de Motril.

 

Yo ya no quiero dinero,

sólo le pido al buen Dios

un trompo y un lapicero.

Tangos del Piyayo

Yo perdí dientes y muelas

por culpa del sarampión.

Sólo puré y cazuelas

alegran mi digestión.

 

Cuando me veas amarillo,

no me llames macabeo;

fue el azafrán con fideos

que compré en el baratillo.

TARANTOS.

(A modo de despedida)

Dime quién llevas al lao,

tu que de espaldas caminas.

Es a Perico El Morao(*)

que padece moratinas.

¡Vaya noche que me ha dao!

 

Con gorra y americana

camina en silla de ruedas

Cantando va por pravianas,

abriendo los Quitapenas

Y cerrando Las Campanas.

(*) Perico El Morao, responde a Pedro Cifuentes Crespón, natural de Alcaucín. De familia conservadora, mal estudiante; convenció a duras penas a sus progenitores para matricularse en el Conservatorio María Cristina de la capital malagueña tras sus continuos fracasos en la Escuela de Peritos. Siendo becado por sus buenas notas en composición y ritmo.

Realizó por encargo de Aspromanis un concierto para bandurria y banda al que tituló “Paralismás” emulando al sordo universal. Ante el inusitado escándalo que levantó su obra, hubo de escapar de noche en dirección al  Principado, entrando de minero en Langreo. En la mina Pertinaz, fue sepultado en quince ocasiones salvándose de milagro.

Jubilado por padecer continuos ataques de silicosis, vuelve con treinta años a Málaga y se dedica en su tiempo libre a la composición de piezas varias y letras para el cante flamenco, de las que extraemos el siguiente fandango de Lucena titulado:”Odio a Alcaucín que es mi pueblo” que forma parte de la obra “Caldera, el babilonio”

Eran zotal y serrín

las aceras y los bares

y ya sonando el clarín,

Puro orín de bacanales.

Todas olían a Alcaucín.

La primera edición de su obra obtuvo un fracaso contundente, solo vendió tres ejemplares en Mollina Sidonia, curiosamente a la misma persona, el barbero.

Hemos de agradecer a la Colección “Os vais a enterar” la gratuita entrega de un ejemplar de esta casi inédita edición, que nos acerca a un conocimiento más exhaustivo de este inhóspito ajarco.

(Estos textos, está sacados del libro Salvemos la Risa o El Duende de Zaragoza. Cuyos autores son Juan Miguel González y Fco. Javier López Navidad. De la Coleccion “Con el canto en los Dientes” 2006)

…///…

ARTHUR FERISMENT Y EL BARBERO DE BOB DYLAN

Uno, es animal de costumbres. Y para corroborar esa cualidad, pensaba días atrás el cómo y el sobrequé  iba a versar, en este blog, el tema de la Semana Santa de este año. Porque, insisto, uno es animal de costumbres y cada Semana de Pasión, cada Pascua Florida, tengo a bien el elaborar un post adecuado al tiempo que nos ocupa por estos días en que la ciudad de perfuma de claveles y de azahar. De incienso y de romero.

Los pasados años fueron relatos humorísticos uno con Manolo Vicente Nazareno Penitente y la Cofradía del Nazareno del Paso y María Santísima de la Esperanza como protagonistas. El otro con el calé de la Cruz Verde: Er Demetrio y su Cristo de los Gitanos y María de la O.

Después vino una preciosa colección de fotos semanasanteras realizadas por mi gran amigo Antonio Ruiz-Molero. Tres entradas en este blog adaptadas a la temática cofrade. Una por cada año de existencia del mismo.

Pero este año, el cuarto recién estrenado, estaba este que sus-escribe, absolutamente perdido en cuanto al asunto a tratar y relativo a la época que ahora llega. Que ya ha llegado.

En blanco estaba uno. En absoluta vigilia de inspiración

Pero como el destino -aparte de estar escrito- tiene a veces el don de la generosidad y de la oportunidad, va, y como caído del cielo, me realiza una llamada mi querido amigo el Poeta Juan Miguel González y me soluciona, sin el saberlo, el contratiempo.

Tiene Juan Miguel, una manera modestísima de ofrecer las cosas. Con un deje de humildad (absolutamente injustificada), como avergonzado. Parece que ignora que siempre estoy encantado por publicar su letra escrita. Sigo…Va y  me ofrece un romance en el que su personaje Arthur Ferisment, felicita por la Pascua Florida a Roberto González; vocalista de Tabletom y Barbero de Bob Dylan que fue. Y desde Boston, para mas señas.

Una preciosa congregación, este romance, de verso octosílabos. Por medio de ellos, nos hace un recorrido por una Málaga llena de gayombas llenas de flores amarillas y de espliego. Por un Guadalmedina, que por esta época, se transforma en mar de los hebreos. Brindamos en La Campana con vino de Moclinejo mientras -dice el poeta- suenan floreadas las plumas de los bomberos.

La ciudad se transforma en estos días en gentío impaciente. Incómodamente resignado a la espera en la tortura de las sillas de madera; apretados los malagueños de seis en seis -como espetos de sardinas- en los balcones; esperando el paso del Paso. Del Nazareno o del Cautivo. De la Paloma o de la Estrella. De la Expiración o del Rocío.

Málaga es un exceso de unicornios aterciopelados. Y es desfile de Caballeros Malteados; de militares trasnochados sin destino. Málaga son castillos de cirios y de luceros. Piedades desconsoladas y forzados cireneos. Crucificados acompañados por la ausencia del silencio.

También, de botellones que excluyen al devocionario. Ligues y magreos al amparo del cortejo. Autoridades en los palcos que venden su devoción al fotógrafo del diario. Manzanas rojas pinchadas en un palo. Chupetes de caramelo y limones cascarúos; esos del Camino del Calvario.

Málaga es Semana Santa.

Esta es la propuesta de este año: Un precioso romance –un poco bastante surrealista, según me aclara el autor- que Arthur Ferisment dedica desde Boston a su amigo Roberto. Cantante que fue de Tabletom, de Bob Dylan su Barbero.

Que lo disfrutéis.

 

ARTHUR FERISMENT Y

EL BARBERO DE BOB DYLAN

 

ARTHUR FERISMENT FELICITA, DESDE BOSTON,

LA PASCUA FLORIDA A ROBERTO GONZALEZ,

VOCALISTA DE TABLETOM Y BARBERO DE BOB DYLAN.

ROMANCE

Hoy le escribo desde Boston

y en romance, fray Roberto,

cuando allá despierta Abril

y aquí nunca duerme Enero,

escuchando el Mississippi

rimar a lo Samaniego,

como si alegres rodaran

barriles de Moclinejo

Por las mañanas transmigro

de Ceuta a Montevideo,

de medio oído teniente

y navarro el otro medio,

de tanto espantar alúas

y ahuyentar tantos mastuerzos

que de Mollina a Sidonia

no son todos macabeos.

Hábleme del Molinillo,

cuénteme del Melillero,

y dígame si Torrijos

aun se mantiene derecho,

sin que lo injurien andamios

ni infamen botelloneros,

con que doblarlo quisiera

La Alianza del Progreso.

 

Mañana es Semana Santa

en tejados y el aleros,

indiscreta en las gayombas,

retraída en el espliego;

mañana, el Guadalmedina

será el mar de los hebreos,

no un cauce con verdes malvas

y un viejo puente de hierro.

Te sueño por La Campana,

y de tu brazo yo sueño

que seguimos castigados

en un rincon del colegio,

yo, por coger gurripatos,

tú, por rezarle a Di Stéfano,

mientras suenan floreadas,

las plumas de los bomberos.

 

Lejanos los dos, tan juntos,

cercanos ambos, tan lejos,

hermanos de fiambreras,

cofrades del semiseco

requebrando a nazarenas,

camino de las Pedrizas,

silbando el himno del Tercio.

Esto escribo en Covadonga,

esperando el tren expreso,

dictándole al amanuense

los sesenta y cuatro versos,

que dicen que son columna,

y yo por calvario tengo,

cuando no suenan a tango

y no saben a bolero.

Desde Montilla le envío

saludos de Paco Gento,

recuerdos del Pocarropa

y un barril del doce y medio,

hoy que de arroz las cazuelas

tambien lo son de fideos.

Quien almorzara en Asturias,

o de gorra en Casa Pedro.

Primigeniamente, este articulo fue publicado el Martes 7 de Abril de 2009 en las páginas cultarales del Diario El Mundo.

Editado por el periodista Cristóbal G.Montilla.

Que asi se sepa y así quede escrito.

(Vale Dictum)

…///…

JUAN MIGUEL GONZÁLEZ. FANDANGOS SURREALISTAS.

JUAN MIGUEL GONZÁLEZ

FANDANGOS SURREALISTAS
(Y otros palos tambien Surrealistas)

Las jornadas Rockbertianas- esas en las que compartí mesa con el Poeta Juan Miguel González- me trajeron alguna que otra satisfacción imperecedera. Ya dije que la primera fue la ser contertulio (que palabra mas denostada hoy día gracias a la televisión) junto al Poeta y a la también polifacética Mariví Verdú.

También, que fue el germen del texto acerca de la reivindicación de la Plaza de San Pedro de Alcántara para la futura Plaza de Tabletom (Busto del eximio barbudo incluido) y además, también -ya lo dije- me proporcionó un buen rato de conversación con el Poeta que –como siempre- me resulto, amena, didáctica y enriquecedora.

Pero lo mejor, creo, estaba por llegar. Durante la alocución de Juan Miguel en torno a la figura de Roberto González -cantante que fue de Tabletom- recitó algunos pasajes de un libro co-publicado al alimón con Javier López Navidad. Otra pata del mismo banco. Otro pirata del mismo barco.

La estrofa hablaba de Ducatis y Bultacos Metrallas. De mangos de paraguas, de martillos de bolas o de mortadela Mina. Un poco demencial, ya lo sé!

El personal se quedó sorprendido. Yo -que estaba a su lado-, ojiplático, boquiabierto y carialucinado. Ciertamente capitidisminuido y un poco estupefacto ante tanta agudeza palabreril.

Inmediatamente mi amigo Ángel Céspedes, me solicitó que yo sin discusión alguna, me hiciera con el libro de donde Juan Miguel leía y recitaba.

Sabiendo yo que Juan Miguel, casi nada me niega, le comenté lo que nos habían gustado dichas estrofas.

Así que me apostilló dos cosas: Una: de donde venían los textos; y dos: que el libro de referencia, me sería entregado –para mi gozo y regocijo- en calidad de préstamo (para su fotocopiado) el día del Concierto de Tabletom en el Teatro Cervantes.

Juan Miguel González, puede desfallecer ante el Terral inclemente; ese de los tres días de martirio. Puede sentirse aturdido por la escandalera y la jarana de la parrilla humana; incluso azotado por las libérrimas corrientes de aire. Zozobra también, ante la estupidez osada y no perdona, ni por asomo, la falta de humor ni de ingenio.

Pero lo que si lleva a gala –y yo lo compruebo cada vez que lo veo- es que su palabra dada, goza de una fortaleza y una durabilidad a prueba de tiempos y desmemorias.

Así que el día del concierto, yo tenía, no solo el libro prometido, sino un ejemplar de su ultima publicación fechada en las pasadas Navidades, firmado y dedicado este último, con ese cariño al que me tienen malacostumbrado.

Fandangos surrealistas. Les llama el. Un libro ya te digo co-escrito con Javier López Navidad. No se preocupe este último malandrín, pues, en breve, también tendrá sitio reservado en este Ateneo’s Alas con Secuencias.

Fandangos surrealistas, digo, pero también Alegrías. Y Bulerías y Tangos del Piyayo. Tientos, Soleares y Seguiriyas …toda una suerte (digo bien con eso de suerte) de Palos Flamencos que también padecen esa fantástica cualidad y enfermedad contagiosa surrealista.

La particularidad que a mi me sorprendió, es que los textos se corresponden, con una absoluta fidelidad, a la métrica y a la cadencia del cante de cada uno de los palos. Si está titulado “Tiento” hay que leerlo o cantarlo, para sus adentros o para sus afueras (Que viva el libre albedrío!) con la musicalidad que le pertenece.

Fíjense Uds. que también está la melodía por antonomasia de Méjico: Cielito lindo. Quien iba a pensar que esta canción, que está basada en una seguidilla de Lope de Vega: Una flecha de oro/ metiró el amor. / ¡Ay, Jesús, que me hadado / en el corazón…» que aparece en varios cancioneros y manuscritos del siglo XVII. (Wikipedia, como comprenderéis).

Esa, vendrá otro día.

Así que, aquí esta la selección que he realizado. Otra muestra más de la maestría inacabable e inalcanzable de mi querido amigo Juan Miguel González del Pino. Poeta que es y Letrista de Tabletom que es también en sus ratos libres; y que son -sus ratos libres- los que se sienta a escribir cada Jueves desde la media noche hasta entrada la madrugada. Que de todo se va enterando uno.

Aliño estas letras y los escritos del Maestro, con ilustraciones de trabajos de mi otro admirado artista, el pintor Andrés Mérida. Para que lo Cortés, no quite lo Pizarro.

Porque entre caballeros andamos, Señores.Como es natural.

FANDANGOS

Salió volando un chavea
del depósito de agua,
y le tocó en la pedrea
treinta mangos de paraguas
y una bicileta Orbea.

Sin careta ni pistola,
en calle Tomás Heredia,
se bajan de la guindola
y atracan una ortopedia
con un martillo de bola

De doblarla, ni mijita.
Madrugar, nati vitati.
Y entre el magro y la mezquita,
se hizo un gorro de uralita
Y se compró una Ducati.

Se apostaba en la taberna
que para el tren con la mente.
Y en la vía y sin linterna,
le vino el Talgo de frente.
Perdió un brazo y las dos piernas.

Se lo buscó porque quiso.
Va en carrillo desde entonce.
Fue en el polígono El Viso,
sin explicación ni aviso,
Por pedir una diez once.

Una noche en Albacete,
vencí a Poyatos Pagín.
Solo con la “veintisiete”
levanté un cubo de zinc
con diez kilos de chanquetes.

Ni la grifa ni el mollate.
Ningun vicio me domina.
Sólo alegran mi canina
las tortillas de alicates
y la mortadela Mina.

TANGOS DEL PIYAYO

Gran río Guadalmedina
donde jugué de chavea,
eso sí que eran pedreas,
Y canutos y almencinas.
Vendia en calle Cotrina
luqitriquis El Boqueras;
treinta Caunys de pulsera
Se sacaba del abrigo.
Infancia de pan de Higos
frente al cuartel de Nateras.

En la calle San Agustín,
se ha escondido un benavides;
Rafael, no te descuides,
porque lleva un adoquín.
Se ha llenado de Savín
dos o tres veces la bota,
el mango de una machota
le asoma del berbetón
y el himno de la legión
de silbar no para el nota.

BULERÍAS

Me bauticé en Peñarrubia,
hice la mili en Muriano,
y me gano las alubias
con el flamenco asturiano.

Por más que trepes y medres
se volverán tus ganacias
fabes dures como piedres

Las cazuelas de fidedos
han sido mi perdición,
y los Montes Pirinedos.

No me gusta la ferralla
me gusta más Tetuán
y la Bultaco Metralla.

Hasta el Puente de Armiñan
llevé a Evaristo Gañote,
y se bajó sin pagar.

En la parada del Centro,
se subió una gabardina
sin gafas ni nadie dentro.

De un portal de Capuchinos
recogí yo sin saberlo
una noche a un asesino.

Sentrañas mía,
sentrañas mías,
yo no reniego
de mis encías.

ALEGRÍAS

Dos progresistas a un tiempo
salieron bajo fianza.
Uno gritando:¡Fascista!
Otro pidiendo pancartas

Te apodan el Mititilla,
pero te llamas Pardal.
Vale mas tu sobrenombre
que el Cañón de Ibraltar.

Tirolés de Pedro Mira,
Varón Dandy y guayabera,
y aunque parezca mentira,
teniente de hormigoneras.

Al Estudio del Talento,
que yo te voy a llevar,
y aunque te pongas Barrientos
te reirás, reirás.

Te reirás, reirás,
sé que te vas a reir.
Que en el ropero,
yo tengo un moro,
que canta en cueros por ti.

CAMPANILLEROS

Lo pasemos bomba.

Una noche.

Una noche en la Venta “El Caníbal”
celebrando estaban la vuelta al poder,
dando cuenta de los langostinos
treinta compañeros de Visa y Carnet.
Y el más cachipé,
con el móvil cerrado en el puño
cantó va pensiero y brindó por Fouché.

Compañeros.

Compañeros de rosa y pancarta,
quinta columnistas de la subvención,
cantautores, colegas: ¡Uníos!
¡Viva el presupuesto! ¡Viva el botellón!
Y en eso estalló,
En la España de Atocha y el Pozo,
pacificamente, la revolución.

Tanto tiempo.

Tanto tiempo sin Audi y poltrona
por mor del gobierno de los dobermán,
diez Prestiges merecen que hundamos
y que celebremos la guerra de Irak.
¡Que casualidad!
que lo mismo que en el treinta y cuatro
su progreso sea de clorato y Gal.

TANGOS

Terry y cante en Antequera.
Carretera de los Montes,
¡curvas a lo que Dios quiera!

Cruzó el cielo una primilla
-noche de atraco, me dije-
saliendo de Bobadilla.

Señalando a Don Pelayo
lleva desde que no bebo
la flecha del pararrayos.

Si me tiras al pantano
me cortaré de una en una
las venas del cuerpo humano.

Y tú cartitas me mandas,
y me tiré por el morro
con el churrero de Aranda.

Y que viva la aerofagia
de son florido
y pa sociales
los chorizos del partido.

(Estos textos, está sacados del libro Salvemos la Risa o El Duende de Zaragoza. Cuyos autores son Juan Miguel González y Fco. Javier López Navidad. De la Coleccion «Con el canto en los Dientes» 2006)

…///…

PLAZA DE TABLETOM

PLAZA DE TABLETOM

(Sirva este articulo de reivindicación y exigencia)

Me quejé un día que acudí a casa del guitarra de Tabletom y de su Santa: Perico y Gloria, acerca de lo inoportuno que había sido el Excelentísimo Ayuntamiento de Málaga por la inadecuada ubicación de la Calle Tabletom en el Real de la Feria de nuestra ciudad en Teatinos.

No pretendo denostar  en absoluto ni el susodicho Real ni a los que prestan sus nombres a dichas calles. Por supuesto que no, quede claro. Tampoco puedo negar que el grupo Tabletom, ha sido un asiduo y prestigioso referente de las actuaciones en la Caseta de la Juventud, año tras año y de ahí la ubicación de la calle.

No! No iban por ahí mis críticas.

Mi efusiva contrariedad, iba encaminada a que Tabletom debería figurar como huésped con plaza fija, como inquilino de honor, en el callejero del centro de la ciudad. En una calle que fuese paseada y transitada durante todo el año. No tan sólo una semana que es lo que dura la feria.

Del modo que es ahora, la Calle Tabletom es un erial -al igual que las restantes- durante 53 semanas al año.

La dificultad radicaba  -me decían Gloria y Perico, ante mi sugerencia del cambio de ubicación- en que sería, muy complicado para el Ayuntamiento y para los vecinos, el cambiar la dirección en el centro de la ciudad. Por las molestias que le ocasionarían, sobretodo, a estos últimos.

Pero Gloria sabía la ubicación apropiada. Precisa y adecuada por diferentes motivos.

Dicha Ubicación era esta: La Plaza de San Pedro de Alcántara (Nadie la conoce por ese nombre, todo el mundo conoce esa zona con un apelativo un tanto escatológico). Esa plazuela, que está situada al final de calle Carreterias, y junto a la plaza del Teatro; esa misma donde se ubicaba el entrañable y ya cerrado Bar Alaska que tanto frecuentaban ellos mismos. Que tanto frecuentábamos nosotros.

Al tener muy pocos vecinos, los problemas, las molestias para los que viven allí, serían irrelevantes.

Pocos días después, nos encaminábamos Juan Miguel González (Poeta y letrista de Tabletom) hacia Torremolinos para participar en una mesa coloquio sobre Rockberto; cantante que fue de la banda. Le comenté la conversación que había mantenido con Perico y Gloria sobre este tema, y se ofreció –con esa generosidad que siempre me dispensa- a escribir unas letras reivindicativas sobre el cambio de nombre de la actual plaza.

El hombre al que le atormentan los álamos sin aire, cumplió -como es habitual en él- su palabra; y estas son. Las que ahora vienen.

Letras del hombre al que castigan a reclusión los largos terrales. Ese mismo que habla con Montaigne en la parada del 15: Juan Miguel González del Pino. Magistrales letras como siempre. Magistrales como es usual en él. Malacostumbrado me tiene.

PLAZA DE TABLETOM

 

(ANTIGUA PLAZA DEL ALASKA)

Los jóvenes artistas inclasificables de los 70, sentíamos aversión, como una alergia incurable, al hormigón, la formica y el acero inoxidable, que se nos impuso como prestigiosos símbolos de modernidad, desarrollo y progreso, con tan febril y agresiva avidez transformadora, que en pocos años nada quedó en pie de aquella Málaga decimonónica y cosmopolita, singularmente sencilla y popular, portuaria y burguesa. Y no se paró hasta convertirla en un pastiche bastardo de la codicia especuladora, en un lamentable engendro de ciudad desnaturalizada y sin alma, en nombre de esa arrogancia supersticiosa y mostrenca que llamaron así: modernidad.

Y era por eso, que aquellos jóvenes frecuentáramos los últimos reductos de las pocas tabernas que escaparon a la piqueta; porque en ellas aún alentaba el espíritu de lo verdadero, el vestigio honrado y menestral de nuestros orígenes, la alegría vital y celebrante de nuestro ser andaluz.

Recuerdo los botines y el atuendo de dandy, y los libros de poesía y de pensamiento con que asistíamos, cada atardecer, al encuentro de nuestros amigos, en aquellas salvadoras tabernas. En ellas recitábamos y cantábamos. En ellas nos enamoramos. En ellas nos perdimos y encontramos, con lluvia o con terral, con esposa y con nietos, con dolor y lealtad, con la noble esperanza de no olvidarnos nunca y perdonarnos siempre. Durante más de tres décadas muchos jóvenes y veteranos celebramos lo mejor de nuestras vidas en aquella Plaza del Alaska. Abrían, a media mañana, las mesas de tijera, y disponían las sillas taurinas bajo las frescas sombras bisabuelas de los árboles grandes, y bien arremangado y ceñido en su blanco mandil, el marisquero repetía el ritual oferente diario: los “gúsanos”, el blanco y el pintao, las cañaíllas y la Victoria de tres cuarto, el mostrador de adobo y camarones, la caracola grande que mi novia pedía, y todo, acompasado por la música alegre del trajín de los vasos, y por la luna grande que nos acompañaba de taberna en taberna.

Justicia poética sería que este ahora percudido y nostálgico rincón recobrara su antigua dignidad, y se le llamara Plaza de Tabletom, porque esta banda “permanece y dura” como el Guadalmedina, como el Monte Coronao, como nuestra Málaga viva e intemporal cantada homéricamente en las viejas tabernas.

POSTURITAS DE CIEN DUROS. LETRAS DE TABLETOM

POSTURITAS DE CIEN DUROS

LETRAS DE TABLETOM

Este es un extracto de la “chuleta” que me preparé para la mesa coloquio en la que participé junto a Mariví Verdú y Juan Miguel González durante la celebracion de las Jornadas Rockbertianas el pasado 18 de Febrero.

Sirva este extracto como prolegómeno a las letras de Tabletom que ahora vienen.

Gracias a Paco Roji, por haberme permitido su uso desde la página www.rockberto.com

Este es:

Cuando Paco Roji, tuvo el detalle- no se si bien meditado y ponderado- de solicitar mi colaboración en estas jornadas Rockbertianas, me intervinieron dos sensaciones muy encontradas y, a la vez, envidiables.

Por un lado la sensación de responsabilidad, cuasi inasumible, que es la que representa el tener que sentarse ante un auditorio experto y fiel a la persona y la obra del querido amigo Rockberto y por ende de Tabletom. Eso, imponía muy mucho de miedo escénico y un no se que de cosquilleo nervioso en el estómago.

Por otro lado, la posibilidad de compartir con Mariví Verdú y con Juan Miguel González, representaba tal privilegio, que hubiese sido del género imbécil el rechazar una oportunidad como esta; teniendo en cuenta la enorme y absoluta admiración que siento hacia mí amigo el insigne e inigualable letrista de Tabletom y hacia la poetisa.

Ha sido este, un recorrido  por los temas de Tabletom y por mi vida propia. Porque al situar en esa memoria tan desvirtuada, que los excesos me han dejado, he recordado año a año, época a época,  no solo mi vida -ya te digo, ni la vida de ellos -sino la historia de esta Málaga tan injusta, tan ingrata y tan descastada que ha pagado tanto amor y tanta entrega – incluso la creación de un Himno- con una miserable dádiva que no es sino una calle en el Real de la Feria.

¡¡¡Calle en el mismísimo centro de la ciudad para Tabletom ya!!! Y Monumento para Rockberto ya!!!! En la Plaza de San Pedro de Álcantara. Para que, entre otras cosas, renazca el espíritu del Bar Alaska y le dé aire renovado al Anchoíta.

De entrada, me encontré con un enorme problema, no se trataba de relatar alguna anécdota acontecida con Rockberto;  no es difícil dilucidar  que todos los que leen esto, habrán tenido muchas con él que contar. Las mías, algunas de ellas, forman ya parte de mi anecdotario particular. Otras muchas que he vivido y compartido con el, afortunadamente también, no son aptas para compartirlas en este escenario. Solo en la intimidad que te proporciona el petit comité.

Después se presentaba otro enorme problema: Toda la vida, toda mi vida, he seguido la historia de Tabletom.  Empezando por los conciertos que daban en los colegios de la capital. Recuerdo los del Colegio Salesianos donde seguía a Pepillo –absolutamente absorto-  al ritmo de la flauta. Y yo, honrando sus solos (era mi época de Jethro Tull), a base de humo y chupitos de ginebra. Una maravilla!

Mas o menos y cambiando tiempos e ingestas, las cosas siguieron igual. Ellos tocando de maravilla -y haciendo un sonido tan compacto como inimitable- en esta ciudad que les profesa un enorme cariño cercano a la devoción y que alucina con el directo de la banda.

Pero concurría una circunstancia adversa: que en estos treinta años de vida del conjunto músico vocal – que le gustaría esto al Rober- entre el humo embriagador de arriba del escenario- y al cantante que no se le entendía la letra- y por el mismo humo embriagador del patio- sea de butacas o no-  que no se le entendía tampoco nada, cuando Paco  me propone hablar de las letras de Tabletom, la primera pregunta que se me viene a la cabeza es…¿Qué letras?

Los conciertos a los que yo  asistía, se reducían, para mí, a una enorme fiesta musical y visual y a un ronco acompañar las letras del grupo -fonéticamente- en el mejor de los casos.

Una circunstancia esta, que al fin y al cabo, no había considerado que pudiese representar  problema  alguno  cuando le dije a Paco Roji que si! Que para mi supondría un verdadero honor y un enorme privilegio. Que bonito es todo en caliente.

Así que me dije…Bueno…pués no hay por que preocuparse! Tan fácil será como buscar las letras del grupo- que las de Juan Miguel ya se ocupará el- y sabiendo como me sé los temas, pues comentar los textos y ya está .No debe de ser nada complicado, me dije otra vez.

Gracia a la página de www.rockberto.com,  pude conseguir la casi totalidad de las letras y como dispongo de la discografía completa, en vinilos, (las cintas descansan el sueño eterno en el trastero de mi casa) en CD y en DVD, volví a decirme que solo sería un trabajo de algunas horas y algunas reflexiones acerca de las dichosas letras.

No fue asi! Pero se hizo.

La primera sensación después de haberle echado un vistazo pormenorizado a las letras de Tabletom., es que contienen un profundísimo cariño a nuestra ciudad. Destilan Málaga en muchísimas de sus composiciones. Porque de Málaga son los maimones y el pescaíto frito con pan o la torta Ramos de nuestro desayuno.La Victoria que es enana o el Río Guadalmedina…El Monte Coronao…y hasta la cabra es de Álora.

De la cazuela de Rock al cateto en La Campana. Pasando por las coronas de boquerones fritos en Casa Guardia y por los canutos y las almencinas del pasillo Natera. Los Luki Trikis de calle Cotrina. Del Café de Chinitas del Piyayo; de la Trinidad o del Perchel

Aquí no hago distinción entre la frescura de Rockberto y adláteres, con el bellísimo academicismo de Juan Miguel González, porque a ambos letristas le intervienen  un, vuelvo a decir, malagueñismo desmesurado.

Hay quien escribe letras para el grupo desde el Pasillo de Santa Isabel o desde Alarcón Luján; y hay quien escribe letras para canciones sentado en una pensión de Salamanca o desde la madrugada más insomne. De doce a seis de la mañana , concretamente. Noches de vino tinto son al fin y al cabo.

Las letras de Tabletom, de Rockberto y los demás Tabletones, gozan -en casos- de una aparente anarquía en sus  textos. Que no en sus medidas. Indefectiblemente, deberán de cuadrar en las melodías. Otra cosa es que Rockberto haga caso de esta exigencia.

Ese es uno de mis motivos de admiración hacia los hermanos Ramírez y hacia los demás músicos: El atenazar y acompasar el ritmo al disparate lírico – y casi siempre improvisado-  de Rockberto. Reconocer que para eso el barbas era un genio.

Somo´s duro´s y aunque

Un poco inmaduro´s

Estamos seguros que no

Queremos a un guru.

 

Sin sospechar que ellos mismos y a su pesar eran -como dice el amigo Javier Martín Aguilar- los máximos exponentes como gurús contraculturales de la gente del rollo de la ciudad de Málaga que tanto los quiere.

Las reminiscencias musicales de Gong ( en Ininteligible) se mezclan hábilmente con palabras que son gotas de sabiduría:

Solo te quiero pedir

Que tenga´s fuerza

Y que intente´s comprender

Mi ininteligible, yo

 

Con Rayya, viene uno de mis temas favoritos: El Vampiro.

Que a mi  me parece una canción de amor pasión y de … ¡¡Celos!!! Fíjate hasta donde llego.

A tu retrato miro

Me siento un gran vampiro

No lo puedo evitar

No me puedo controlar

Esta es la incomprensible historia de celos:

“Sales con un tío

Y es que hace mucho frío

Y pienso que a este

Lo tendré que estrangular”

La magnífica combinación y colaboración  de los dos letristas de Tabletom se da en determinadas canciones; integrando:

De una parte Rockberto con su verbo claro y directo. Con su impagable surrealismo y su propósito de decir las cosas muy muy  claras; aunque pareciendo muchas veces no decir nada trascendente. A veces también, improvisando la letra momentos antes de grabarlas. Que de todo se entera uno.Y de otra parte la sutileza y la calidad poética de Juan Miguel González.

Sirvan como ejemplos de esta combinación de autores, uno de mis favoritos que es un precioso reggae llamado El Reggae del amor. La entrañable Orange y Gaseosa o la maravilla que es Guadalmedina.

¿En qué vieja pantalla, en qué cuaderno

se estrellará tu párvula avioneta?

Orange y gaseosa, una peseta

Programa doble. Fin. Cine Moderno.

O en el Blues del Ozono

Cuando tenga once meses el verano

y agosto sea por fin cada semana,

toda playa será parrilla humana.

 

La Parrilla Humana, una de las pesadillas de Juan Miguel y que yo, cada vez comparto más con el.

Decía Juan Miguel González en su precioso texto In Memoriam hacia nuestro querido Antonio Abril: que la timidez (que ellos dos compartían) viene acompañada siempre por sus inseparables hermanas : la hipocondría y la introversión. Yo, estoy de acuerdo con el, añado que el bagaje de cumplir años se complementa con el rechazo hacia los tumultos, hacia el bullicio:La Parrilla Humana.

 

La Cazuela de Rock es un plato fuerte del grupo. Me pregunto si esta letra no será una transcripción de una  prescripción médica viendo los diversos estados físicos por los que pasó Rockberto:

Te va a matar el Rock and Roll.

Cómete un puchero o dos.

Después de cada puchero,

Una cazuela de rock.

 

Parecerá inevitable – ahora que estoy haciendo una personal retrospectiva de la obra completa de Tabletom- el decantarme hacia un trabajo concreto del grupo

Podría decir que Mezclalina por ser el primero. El más esperado, fue el más impactante. Para mí casi. Pero digo casi, porque para mi La Parte Chunga, tiene un lugar muy especial en mi corazón. Dejando a un lado los incunables Recuerdos del Futuro (El Vampiro, Paco; Reggae las Macetas y Mama)  y Rayya.

Inoxidable tiene la cosa de presentar “Algo así como un tango” de Juan Miguel González y ahí es donde se me ablanda otra vez el corazón. Otro trabajo enorme.

Vivitos y Coleando tiene el recuerdo especial de haberlo presenciado en La Discoteca Luna Pincho y debiera de ser una premonición porque en durante todo ese concierto empezábamos todos ya a estar en la nubes.

La Parte Chunga….Ya con Juan Miguel trabajando a destajo…Ese aviso de precaución ante el tropiezo que es El Escalón con reminiscencias a Talking Heads al igual que el No tengo ná.

… La ciudad de Málaga, ya lo decía al principio ,tiene una deuda contraída impagable con ese himno que le hacen Tabletom. Decía Roberto que por – precisamente haber viajado mucho, quería tanto a Málaga.  Una ciudad que le es incondicional y que nunca le han fallado.

El Barrio de la Victoria

ese pedazo de mujer enana

Barrio de la Trinidad, que no se puede aguantar

Ay, Barrio del Perchel con sus gitanitas también.

7.000 Kilos con esa maravilla de Guadalmedina o ese canto onanista de Alemanita. Esa fantástico tema No tengo ná  (Compendio Flamenco de JMG) en el que se junta dos pasiones: los fantásticos vientos de Agustín y Pepillo y el solo impecable de Perico (grabado en TVE)

Lo más peorEl concierto del 30 aniversario… Directos de su discografía. Con o sin invitados especiales.

Y por fin… Sigamos en las nubes… Un fantástico disco que tiene el valor añadido de poseer la carátula realizada por nuestro queridísimo Antonio Abril.( Sabéis que tengo un vinilo doble regalado y firmado por mi querido amigo Perico?) Y que tiene la especial característica de ser cantado mas que nunca por los Ramírez Bros.

Río Guadalmedina

donde jugué de chavea,

eso sí que eran pedreas

y canutos, y almencinas.

Vendía en calle Cotrina

los “Lucky triki” el “Boquera”;

treinta Caunys de pulsera

se sacaba del abrigo.

Infancia de pan de higo

frente al cuartel de Natera.

 

La colaboración entre JMG y Tabletom es un precioso y necesario matrimonio de conveniencia donde  la música mas elaborada, casa con la más deliciosa y cuidada  letra.

Complementos directos, nada circunstanciales; porque a la estrofa antes reseñada de JMG, se complementa con esta:

 

Y a la Plaza de la O

volvieron las golondrinas

a fumarse en las esquinas

posturitas de cien duros

y así me puse maduro,

floreciendo en las aceras,

a ver si te enteras ya;

en las aceras.

 

En fin….he tenido que  -por problemas de espacio y del tiempo que se requiere- acortar todo el texto que en su día preparé. Ahora,  el que quiera, puede tener acceso a las letras de este entrañable grupo malagueño.

Las letras de Juan Miguel Gonzalez para Tabletom, ya tuvieron en su dia entrada propia aquí:

https://fathergorgonzola.com/2011/11/15/de-juan-miguel-gonzalez-y-tabletom/

Por si queréis volver a leerlas y /o guardarlas.

Y aquí tenéis las del grupo. Un magnífico documento.

Este es:

Letras de Tabletom

Que las difrutéis

Lo grande y lo verdadero

no tiene patria ni dueño.

Yo soy libre cuando sueño

porque desprecio el dinero

y solo en soñar me empeño

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