Tenemos mi querido amigo Diego Cumpián y yo, de vez en cuando, la sana costumbre de intercambiarnos regalos en forma de libros de tinta impresa en papel. Es una sana costumbre que mantenemos a pesar de haber caído los dos en esa trampa cruel y sin alma que es el libro electrónico que sólo entiende de formatos y porcentajes de lectura.
Su ultimo regalo, el de mi querido Diego, consistió en el nuevo libro de Juan Miguel González del Pino: «La Lluvia Prometida«: Un fantástico recopilatorio de la poesía de Juan Miguel que puede usarse (yo lo hago) cómo libro de cabecera y descanso del leedor.
Entre tanto Dicker y McGuire; Kirk y D’Andrea; Sáenz de Urturi y Aramburu. Víctor del Árbol, García Sáenz o Aurora Redondo. Entre tanto Zweig y Pérez Reverte –todos habitantes del averno electrónico– me gusta, por la noche que es cuando leo, entremezclar algún poema de Juan Miguel para sentir el tacto del papel y oír el sonido de su voz que tan bien conozco. Para, una vez leídos, alcanzar el descanso del leedor que antes decía.
Esta preciosidad de libro – la introducción corre a cargo del enorme intelectual y filósofo Julio Quesada– está publicado este 2017 en la Colección Puerta del Mar por el Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga. Delegación de Cultura.
Dicha presentación –que tendrá lugar el próximo día 13 de Diciembre en el «Francmesón» (se me permita la broma) Restaurante Huesca sito en la Calle Virgen de la Esperanza, 21 de la malagueña Barriada de Carranque– y correrá ésta a cargo del Doctor y Catedrático de Literatura Manuel Salinas. A la postre, director de la Colección Puerta del Mar y autor también del anexo de «La lluvia prometida».
Acudan a la presentación; háganse con un ejemplar firmado por el autor y estaciónenlo junto a su cama; pues no pocas noches, recurrirán a cualquiera de sus inmensas composiciones y ellas, les acompañarán, les harán cavilar y les prepararán –con su singular belleza– para el plácido, reparador y anhelado sueño.
Tendrán también el privilegio –si acuden a esa fiesta literaria– de oír en directo algunas composiciones del autor –y publicadas por el grupo Tabletom– interpretadas por Perico Ramírez y Salva Marina; guitarrista y cantante que son del citado grupo.
Una buena y enriquecedora cita navideña que se une al elenco de eventos y actividades lúdico-culturales que en estos días se presentan en la ciudad de Málaga. Acudan a la presentación, insisto. Sin duda, me lo agradecerán.
Y ahora…
Para apaciguar un poco ese orgullo desmedido que me produce la generosidad que despliega Juan Miguel González para conmigo; para darle alimento a esa parcela de ego vanidoso y engreído que todos tenemos, os voy a regalar una de las perlas que el Poeta (siempre pongo «Poeta» en mayúsculas cuando me refiero a él; y así, siempre lo indico sin temor a la recurrencia) os voy a regalar una de la perlas decía, que Juan Miguel González del Pino, tiene a bien dedicarme en su libro.
Un tango. Un tango abrumadoramente triste y despiadado. Un tango, de una inexcusable belleza. Un tango para Baudelaire que nos cure del dios de las tabernas y nos devuelva al aire de las cruces proscritas (sic):
TANGO PARA BAUDELAIRE
Para Álvaro Souvirón
Escribamos un tango, Horacio, amigo mío
que eche a andar por los campos a los cojos violines,
y un regusto en la boca deje a revólver frío,
y un desprecio incurable por el sol de los cines.
Un tango para nadie, de música imposible,
atroz y bellamente nacido derrotado,
tan sincero y piadoso, tango tan irrisible
que no se cante nunca y siempre sea llorado.
Un tango que nos cure del dios de las tabernas,
y nos devuelva al aire de las cruces proscritas,
de versos reaccionarios y enfermedades tiernas,
menstruado de lunas y esperanzas marchitas.
Moradas buganvillas, crisantemos llovidos…
Tras de las blancas tapias, qué dulce hablé a la muerte.
(Todas las imágenes que ilustran esta introducción, son antiguas fotografías del Arroyo de los Ángeles. Lugar donde sigue viviendo el artista-pintor Antonio Hidalgo Ayuso)
«Sueño mis pinturas y luego pinto un sueño».
Vincent Van Gogh
Tengo yo –y se me perdone la inoportuna soberbia de empezar hablando de mí mismo– la merecidísima fama de ser impaciente hasta la más enorme exageración. Impetuoso hasta lo irreflexivo. Inquieto y apasionado hasta lo más irritable. Lo reconozco. Cuando algo me apetece hacer, se me antoja apremiante e inmediato; de modo y manera, que me entran las llamadas «siete cosas» hasta que no consigo ver plasmado el resultado –que sin cesar, y sin descanso– se ha pergeñado en mi cabeza.
Así ha sido hasta hoy.
Digo todo esto –volviendo a pedir perdón por la inoportuna soberbia de seguir hablando de mí mismo– porque contra toda costumbre y un poco «anti-natura» he dilatado, más tiempo de lo que la buena educación y la pretensión permiten, la publicación de este artículo sobre mi querido amigo el pintor Antonio Hidalgo Ayuso.
No crean que ha sido por falta de ganas. Tampoco por la falta de colaboraciones externas. Ha sido –tengo que admitirlo sin vergüenza alguna– por un inadmisible «pánico escénico» provocado por la «presencia» en este artículo, de personalidades tan prominentes y consideradas como son los escritores Francisco Javier López Navidad, el insigne Poeta (siempre lo pongo con mayúsculas) Juan Miguel González y el mismo pintor Antonio Hidalgo Ayuso, que es el leitmotiv de la entrada de hoy en este blog que a todos os pertenece.
Rememoremos. Hace un cierto tiempo, tuve el honor y la inmensa satisfacción de organizar una tertulia en mi casa con tres insignes integrantes del ilustre Centro de Estudios del Talento. La finalidad de dicha reunión no era otra que la que el pintor me entregase una selección de sus trabajos para incluirla en la reseña que ahora estáis leyendo. Una ardua tarea, pues su obra –pródiga obra– está repartida por multitud de colecciones privadas de Málaga y guardadas con celo por sus propietarios, sabiéndose afortunados por ser poseedores de los tesoros que cuelgan de sus paredes.
Antonio, me entregó esa recopilación. Juan Miguel González un poema dedicado al pintor, al escritor y a este bloguero. Y Paco Navidad, un texto –Un amigo mío– del cual insertaré un fragmento. Entre todos, generosamente, me regalaron una velada inolvidable llena de diversión, amistad y sabiduría. Una noche imborrable en la memoria.
¿Pero qué me pasó? ¿De dónde venía ese miedo? ¿Qué me atenazaba la disposición? Pues pasó qué, teniendo en mi mano tanta genialidad en forma de letras y de trazos; tanta ocurrencia, ingenio y gracia (la reunión –de forma inesperada– se alargó hasta la madrugada) y recordando a posteriori tanta agudeza e inteligencia, mi predisposición natural hacia la inmediatez y mi cualidad de «fuguilla», se transformó, sin yo quererlo, en una mezcla de miedo y responsabilidad. De horror a mi propia incompetencia (porque soy consciente de mis limitaciones) a mi incapacidad y torpeza en esto del reflejar adecuadamente la enorme admiración que siento por Ayuso y por la compaña.
Me abrumaba la enorme responsabilidad que se me había venido encima –sin haberlo yo previsto– por el privilegio de tener a mi alcance, y poder publicar en exclusiva, una somera parte de la obra de este gran maestro malagueño.
Y así, cómo quien no quiere la cosa, pasaron casi seis meses. Medio año con un atisbo de opresión en el pecho producida por el incumplimiento de la palabra dada. Imaginando que cada día que pasaba, era un peldaño más hacia la decepción y hacia la contrariedad de mi amigo. ¿Qué pensaría de mí?.
Así que tiré por la calle de en medio y delegué las responsabilidades. Me apoderé de las opiniones de personalidades y jugué a ser un mero coordinador de apreciaciones y análisis de personas muchísimo más dotadas que yo para enaltecer a Antonio Hidalgo Ayuso como pintor. Para que se ensalzara y elogiara debidamente a Ayuso como creador. Como persona buena y sensible que es. Un ser, francamente bondadoso, servicial, amable y cariñoso como pocos. Tan grande como artista, tan humilde e íntegro como individuo. La perfecta definición de UN HOMBRE BUENO.
Esta, que ahora viene, es una pequeña selección de su obra pictórica. Disfrutada; observadla con atención. Pararos en cada una de ellas y saboreadlas; y, si queréis honrar alguna de vuestras paredes, adquirid una obra suya; está en un momento de creatividad innegable. Es una oportunidad que os brindo porque, manifiesta e incontestablemente, estamos ante uno de los más grandes artistas que ha dado esta tierra.
(*)Nota al final del artículo.
«Estamos seguros de que Ayuso es de los elegidos; uno de los que se levantan de la visión usual hasta la visión transcendida, a fin de que los de vista más débil alcancemos un pleno disfrutar de este sentido.
Si Ayuso hubiese sido torero, se hubiese semejado más al Manolete de la mirada al tendido que al Cordobés exageradamente trágico. Porque Ayuso, que vive junto al Arroyo de los Ángeles, se nos aparece como más propicio a la lucha de Jacob con el Ángel que a la pugna sangrienta».
Alfonso Canales
Académico correspondiente a la Real Academia Española.
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«La pintura de Hidalgo Ayuso, siempre habrá de tenerse en cuenta como una de las mejores dentro del panorama de la década de los sesenta en Málaga. En la actualidad, parece renacer con nuevos bríos, enmarcada dentro de una nueva conceptualización estética»
Carlos Ros.
Gran Enciclopedia de Andalucía.
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«Ningún pintor en Málaga se ha acercado tanto al realismo mágico de Antonio López García, como lo hace Ayuso. Es también un pintor que recibe lo mejor del clasicismo, unido a un perfecto entendimiento de la lección moderna de Cézanne especialmente. Que ha comprendido perfectamente la mas difícil lección de la historia de pintura; la lección del maestro de Aix- en- Provence».
Enrique Castaños Alés. Crítico de arte
(Historia del arte de Málaga. Tomo 23)
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«Antonio Hidalgo Ayuso (Málaga, 1945). Pintor. Presentó por primera vez su obra en Málaga en 1962,llevandoa cabo numerosas exposiciones entre 1967 y 1973, en las que su moderno sentido figurativo alcanzó un reiterado éxito. Participó en muestras colectivas y certámenes, obteniendo importantes galardones y siendo considerado como uno de los más destacados pintores andaluces de los años sesenta. Tras una etapa de búsqueda y de concentración, su pintura ha vuelto a renacer con una nueva fuerza y un cambio de concepto».
Diccionario de Pintores y Escultores Españoles del Siglo XX.
Forum Artis S.A.
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« Perros y gatos conviven en silenciosa armonía en la noble casa de los Hidalgo. Unas veces duermen sobre la cama del pintor, otras, juegan entre aceites y pinturas dejando un rastro de babas y pelos en mangos y virolas de los pinceles desperdigados por la sala estudio y que no provocan queja alguna en el maestro, más preocupado por el trabajo que le entretiene que por los humores y juegos de sus animalitos. La bonhomía del artista se refleja en el carácter acogedor de sus perros y gatos que reciben al visitante mansamente y lo acompañan por las diferentes estancias de la casa. Casa ligera de equipaje, de amplios espacios y livianos, pero acertados, ornamentos, que relajan al visitante cuando camina sobre una solería de mediados del siglo XX con aroma de esencia depino o trementina. A la entrada, en la pared de nuestra izquierda, cuelga el cuadro de su madre; retrato maravilloso de la mujer que más ha amado, donde la ternura y el alma limpia se manifiestan contundentemente. Tendría el pintor dieciséis años cuando plasmó el rostro amable de esta Madonna sixtina malagueña».
«UN AMIGO MÍO»
Francisco Javier López Navidad. Escritor y Profesor.
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« A veces, cuando le viene en gana, Ayuso aplica con tanta delicadeza y amor su sabiduría pictórica, que los resultados no pueden ser otra cosa que verdaderas obras maestras.
Pocos han pintado con mayor gusto y conocimiento del color que este pintor. Aunque su obra la realizara –precocidad asombrosa– de los quince a los veinticuatro años, no hay cuadro posterior a su dramática y firme decisión de apartarse de los círculos profesionales, que no contenga bellas reminiscencias y destellos de aquella época genial.
Muy pocos asumieron con tanta vocación el oficio de pintor, que para algunos no fue sino entrega apasionada a los dictados de su quebrantada sensibilidad, esa misma que, todavía acopia con humanidad y sencillez, con lealtad y fervor, su limpio corazón de niño».
«UN PINTOR: ANTONIO HIDALGO AYUSO»
Juan Miguel González del Pino. Poeta.
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Mi hijo, Álvaro Souvirón Jr. con Antonio Hidalgo Ayuso
PRECIOS ESTIMADOS, SEGUN EL TAMAÑO, DE 500 A 6.000 EUROS
«Yo soy un gitano fino, fino fino filipino que con muchas firicustancias, pero con muchas firicustancias que a mí me tratan como a un vecino.»
(Pedro Pubill Calaf, Peret)
Verán ustedes: No sabía yo bien como contarles este sucedido. Así que después de meditarlo un rato al relente, créanme en serio eso del relente, pienso que lo más mejor será el narrarlo por medio de estas cinco firicustancias que ahora les enumero y dicto.
Ustedes hilarán, y ya me contarán. A ver:
PRIMERA FIRICUSTANCIA:
Estoy padeciendo desde hace casi una semana un inoportuno y contumaz proceso gripal que me tiene abocado –entre dolores y desconsuelos– al camastro y/o al sillón de mi salón; eso sí, en el salón, con la insoportable e ineludible compañía de Paz Padilla y su panda de encanallados colaboradores. (No pregunten pliss)
SEGUNDA FIRICUSTANCIA:
Para esto de las enfermedades que requieren encame y/o reposo, dispongo desde hace años de un pijama (Santa me lo compró por si un día me hospitalizaban y no era plan de permanecer allí con pantalón corto pasado de puestas y camiseta costrosa que es lo que yo, habitualmente, uso para dormir) un pijama decía, que reposa desde tiempos inmemoriales, debidamente doblado y olvidado, en un cajón del armario de mi dormitorio.
Ítem más; reposa el mismo tiempo e igualmente, una bata que me compró mi madre en Melilla hace ya cómo cuatro lustros (20 años para los que son de letras) y que no me he puesto sino en un par de ocasiones a lo sumo. Lo que se dice, más o menos, una vez por década (10 años para los que son de letras).
Sigo…
TERCERA FIRICUSTANCIA:
Mi hijo –Cigalowsky Gorgonzola– se ha ido esta misma tarde a un viaje de ocio con unos amigos a Ámsterdam. La broma en la familia estos días era… «Y yo que voy a hacer sin ti con ésta (con Santa) yo sooooloooo? Tu madre me la va a liaaar!!! « decíamos entre risas.
CUARTA FIRICUSTANCIA:
Debido al estado de resfrío y ataviado con el citado pijama y la maldita bata, me dispongo hoy sentado en el salón –una vez que se ha ido Cigalowsky – acompañado de Kiko Mataporros y de la insigne María José Campanario anunciando alcachofas; pasando la tarde cómo puedo y como Dios, en su infinita sabiduría, me da a entender.
Bueno… Y por fin, llegamos a la…
QUINTA FIRICUSTANCIA (y la resultante de las cinco):
Santa estaba despendolada –imagino que para distraer su cabeza de la ausencia del ínclito Cigalowsky– poniendo lavadoras y tendiendo la colada al frescuelo de la azotea del edificio de vecinos donde vivimos. Un par de ellas al menos.
En la última tanda, me dice…
– Gordooo… Tú me acompañas arriba que es ya de noche y no me gustaaa?
– Claro mi amor! Respondo yo ignorando lo que se me venía encima. Toso.
Cojo la bolsa de ropa lavada. Toso. Mi mujer coge la bolsa con las pinzas y las llaves de la azotea y le digo, mientras la Campanario lanza un mensaje conciliador a la madre de Andreíta y alaba las propiedades de la alcachofa… O al revés…
– Chica… Has cogido las llaves de la casa?
– Sí! responde ella y cierra la puerta. PLAM!
Inmediatamente, ya en el descansillo de la azotea, me dice:
– Gordo, que me he equivocao! que estas son las llaves de la casa de Fernando. Bueno, no pasa nada! se las pido ahora a Mariví (la vecina).
Toso.
En ese momento oigo yo una puerta que se cierra abajo y el ascensor que desciende.
– Chica: Que me parece que Mariví se ha ido! .
– Que va!!! están en su casa. Seguro!
Entramos a la azotea. Mi mujer vestida de sport con un chándal muy casual; y yo, que me parezco al Puto Pedro, con mi bata y mi pijama vintage. Ah, y con mis Crocs, para terminar de enamorar y de arreglar la vestimenta.
Un ratito después –y yo ya con un puntito incipiente de ganas de mear– nos disponemos a bajar.
– Chica, pídele tú las llaves a Mariví que no quiero yo que me vea con esta facha!
– Vale!!! Ahora te aviso.
A los seis interminables minutos una trémula voz desde abajo me llama y dice:
Me echo a morir y se me afloja aún más la vejiga. Toso.
– Llámala por teléfono, cohoness!!!! Toso. Toso. Toso. Menos mal que ella sí tenía el móvil. Yo no. Toso.
Llama a la vecina, pensando que esta abajo en la calle, que se ofrece a volver desde el centro; pero se nos ocurre que lo mejor es llamar a nuestra hija que dispone de juego de llaves y que vive en Pedregalejo. Bastante más cerca de la casa. Y eso hacemos.
Yo, que me pongo nervioso, pues las ganar de mear ya se tornan pelín inoportunas, toso y planteo estrategia y mi mirada se posa en un macetón con una palmera que adorna el rellano (de mi propiedad todo hay que decirlo) y que llevo criando desde hace años. La palmera, que se lo huele, me mira con ojos de gatito de Shrek.
A los quince minutos, llega mi hija y puedo ya bajar (tosiendo) desde el rellano de la azotea, muy derecho y digno –por si alguien me ve– meándome horrores y me meto en la casa corriendo por el pasillo en dirección al cuarto de baño oyendo desde arriba el suspiro de la palmera aliviada que no pasaba tanto miedo desde que tuvo un affaire con un escarabajo picudo rojo.
Y dirán ustedes… Esto es una trola del Father que todo se lo inventa. Pues no! He aquí las dos pruebas:
Estuve con él hasta su último segundo. Lo que yo os diga. Vi cómo exhalaba la bocanada final del aire que la vida –tan ingrata y desafecta cómo es a veces– le negaba con la generosidad requerida. Fernando, mi querido hermano Fernando, ha cogido el camino final y definitivo; y lo ha hecho, cómo es propio de él: La mitad a pie y la otra mitad andando, que ya tenía ganas el pobre mío de estirar las piernas.
El cabeza de familia cómo a él le gustaba autodenominarse – yo para chincharlo, le decía que en realidad era el cabezón de la familia– mi queridísimo hermano mayor, ha descansado (por fin) conclusiva y determinadamente. Falta le hacía.
A diferencia de algún otro que no merece salir en esta entrada, Fernando, siempre estuvo a nuestro lado. Siempre al lado de mi familia. Y en aquellos momentos, los más dolorosos de mi vida, me acompaño y me consoló. Perennemente. A todo mi núcleo familiar. Fue un bálsamo reconfortante y reparador; un incansable dador de frases de aliento, de esperanza y de tranquilidad. Puede, que de aquellos días desgarradores y desesperanzadores, venga ese amor inquebrantable y firme que le han dispensado siempre mis hijos y mi mujer; y que aún –y por voluntad propia, por siempre jamás– le otorgarán.
Acabo de decir que la vida es ingrata y desafecta; pero también, es puta y es malvada. Porque para rizar el rizo del dolor, ha otorgado a la más fiel valedora de mi hermano, la indeseada, constante e insaciable compañía de ese padecimiento que, obligadamente, impone la ausencia de la razón, del discernimiento y de la memoria. Aunque –y me corrijo a mí mismo– pensándolo bien, pensándolo mucho más tranquilamente, quizás la vida no sea tan mala al fin y al cabo; porque puede que, apiadándose de los dos, haya obligado al destino –cómo el Dios de los cristianos–a escribir derecho con los renglones torcidos.
Se fue Fernando, acompañado por el dolor inconsolable de sus predilectos. Con las manos estrechadas y con el sonido del silencio roto, por algún débil gemido incontrolado y escapado de la boca de sus hijos y de algunos otros inquebrantables seres queridos.
Doy gracias a la muerte porque al final, fíjense Uds. fue más generosa que la vida y le proporcionó un tránsito apacible y tranquilo hacia su domicilio final. Allí pondrá derechos los cuadros colgados en las paredes. A ordenar todo lo ordenable. Descansa en paz querido hermano. Descansa en paz. Te lo mereces. Te querré siempre hasta mi último segundo.
***
Esto que viene ahora (HERMANO MAYOR) es una presentación que le hice en su día y que está musicada con una de sus canciones preferidas: Waltzing Matilda. Cómo la madre que nos parió.
Está un poco enclenque y bastante escuchimizado; moreno y arrugado de piel; maneja una desgreñada melena al viento cubierta, a veces, por una gorra de visera de publicidad incierta. También, y para arreglarlo ya del todo, posee una tristísima mirada que le proporcionan dos ojos profundos y oscuros. Apenas levanta –ese de quien hablo– un metro cincuenta del suelo y si pesara más de cuarenta kilos ya serían muchos y demasiados. Podría ser la definición perfecta del descorazonamiento y del desánimo, pero no se lo vayan Uds. a creer del todo.
Todos los días paso junto a él y ni tan siquiera lo saludo. Maleducadamente. Por no hacer nada, tampoco lo miro a la cara cada día que me lo cruzo, que son todos. Y esa circunstancia, no tengo más remedio que admitirlo, me abochorna soberanamente.
Y saben Uds. porqué no lo saludo? Saben Uds. porqué no lo miro a la cara cada día que me lo cruzo que son todos? Pues porque no nos ha intervenido esa formalidad convencional, precisa y necesaria, que es la presentación. Nadie nos ha presentado. No lo conozco absolutamente de nada. Si no fuese porque todos los días lo veo allí sentado, en la acera o en un escalón, esperando no se sabe bien el qué. Ya sé que nadie nos ha presentado, nadie; pero cada día nos encontramos, él sentado en la diminuta atalaya de su escalón, y yo pasando junto a él como si fuese un inmenso y antipático fantasma.
Para mi descargo y justificación, me digo que yo no puedo ir saludando a todas las personas con las que habitualmente me cruzo. Por ejemplo: Hay un par de tiendas vacías con sus aburridos dependientes apoyados en la puerta a los que veo siempre; hay también un carrillo de chuches que no es el oficial (el que regenta mi amiga María la gitana) a cuyo propietario también le evito la mirada porque nunca le compro nada; jamás entro en unos cuantos bares tristes –porque no llegan a despegar del todo– y, porque, además, tengo el mío de cabecera. No somos amigos entre nosotros, puesto que, a pesar de vernos cada día que son todos, nadie nos ha presentado y, por consiguiente, ninguno nos saludamos. Pero extrañamente, cada día que me cruzo con el de la mirada oscura –y lo ignoro– se me cae la cara de vergüenza.
Ya os digo que es enjuto y canijo y además añado que se busca la vida a base de una enorme paciencia –adornada de frío y humedad o de un intenso calor– en una interminable e improductiva tarea. Me lo encuentro cada día en la puta calle que es su lugar de trabajo. Una calle en medio de un polígono industrial sin presente ni futuro y con un pasado seguramente nada glorioso.
Se sienta este hombre, ya lo he dicho, en el escalón de una puerta lateral de una nave de una enorme cristalería al por mayor, y se sienta –y se siente– el gobernador representante de su particular trozo de acera. Más que nada, porque lo es. También vigila –y hace suyo– un enorme contenedor de desechos por lo que pudiera caer. Allí, sentado casi en el suelo, con la ayuda de una pocas herramientas (un destornillador y un martillo, y poco más) va desguazando con infinita parsimonia los muebles y los electrodomésticos que el resto de los mortales tiran al contenedor cuando ya están absolutamente inservibles. El canijo, con una meticulosidad exasperante, va sacando los pocos despojos que le procuran los cadáveres metálicos para venderlos y sacarse muy pocas monedas que le servirán para el sustento diario. Tornillo a tornillo; lamento a lamento; día a día que son todos.
Tiene tiempo de sobra mientras llega el botín. Incluso para tejer–con tiras de plástico que él mismo elabora y saca de garrafas de plástico– diminutos nidos que cuelga en los ficus que jalonan la calle para que los estorninos, que pululan por la zona, aniden más cómodamente.
Mañana, sin falta, voy a empezar a saludarlo; aunque nadie nos haya presentado. Porque ya no me hace falta. Y estoy seguro, que el agradecerá mi saludo, y yo, agradeceré aún más el suyo. Porque me encanta, sobretodo, que en sus muchos ratos libres –y sin que nadie le obligue a ello– fabrique nidos para los estorninos y los cuelgue de los árboles para que aniden.
Tuve el privilegio, el sábado pasado, de poder asistir al concierto de la presentación del nuevo trabajo en DVD del mítico grupo malagueño Tabletom: Cantes de Ida y Vuelta. El motivo, no era menor; pues se aprovechaba este concierto (en la Sala Cochera Cabaret) para que todos los asistentes pudiésemos -además de oír al grupo en directo- poder adquirir dicho trabajo y hacernos con la nueva Joya de la Corona. Cantes de Ida y Vuelta; ya lo he dicho.
Un DVD éste, en el que se incluye el video del concierto-homenaje al querido y recordado Rockberto en la Sala Paris 15 (con un prestigioso elenco de invitados) y la fallida despedida de Tabletom; digo lo de fallida, porque su público siempre se negó en redondo -y sin discusión posible- a que se nos dejase huérfanos de grupo de referencia. Y no se lo permitimos!! Vaya que no se lo permitimos!!!
También -continúo- cohabitan en este soporte, algunos temas de la inolvidable presentación del nuevo cantante Tony Moreno en el Teatro Cervantes de la capital.
Tabletom. Universo Tabletom.
Leed los créditos del estuche y del libreto, que tan amablemente Manolo Suarez y Rocío Cayuso (Ro’s Guitars) me han cedido para este artículo. Ved las magníficas fotos de mis amigos José Moreno Ceano, Eduardo G. Magaña y Gonzalo Martínez. Observad el magnífico y elaborado trabajo -el de los Ro’s- en cuanto a diseño y composición del DVD, y sabed, que se están dejando la piel, yo lo sé, en promocionar al grupo y a su página Web.
Manolo Suarez me dice:
«Espero te haya gustado, pues lo que hemos pretendido con este diseño y todos los carteles de los conciertos atrás, es dar definitivamente al grupo (a buenas horas mangas verdes) un sello de identidad corporativo que nunca ha tenido, pues siempre ha ido utilizando logos y tipografías distintas, lo cual no hace que se grabe a fuego en la vista de la gente.
Creo que vamos por el camino de unos diseños elegantes y a la vez con un toque un poquito canalla (con el rojo y algunas pinceladas) que no están mal.»
Pues yo os lo confirmo amigos míos; no está nada mal; para nada. Y sabed que vais por el buen camino. Porque le estáis facilitando y proporcionando el tiempo necesario y los medios modernos a un grupo de músicos que deben de estar a lo que se debe de estar: a la composición más creativa y a la interpretación más impecable. Porque ese es su destino. Porque ese es nuestro beneficio.
Yo, he tenido el inmenso honor de ser el autor de los textos del libreto; para los Cantes de Ida. Para los Cantes de Vuelta. Un privilegio enorme del que me siento -por el generoso detalle del Universo Tabletom- muy orgulloso; lo que yo te diga.
Éste es el trabajo en imágenes. Disfrutad del aperitivo. Comprad el DVD, ponedlo en el reproductor y prepararos para pasar un buen rato. Un enorme buen rato. Dejad que vuestros ojos y oídos se llenen de esa Málaga irreemplazable, de esa Málaga bonita que tan bien conocía su mejor paseante: Rockberto González; ese que ahora está de cháchara y colegueo por los arrabales de su Ciudadela en las Nubes.
Sé positivamente que existe el amor platónico. No ese amor mal entendido -a la moderna manera- de significando la imposibilidad de alcanzarlo (que también) sino al más autentico de «la motivación o el impulso que lleva al conocimiento de la Forma de la Belleza, así como a la contemplación de la misma». (Esto último, como comprenderán Uds. fácilmente, lo he cortapegado de la Wikipedia; que uno es listillo, pero ni tanto y sí más calvo.)
Y digo eso, lo del amor platónico, porque me he quedado prendado inmediatamente de una jovencita lituana -escultora y diseñadora para más señas- que se llama Jurga Martin.
De ella y de su obra.
De su obra porque detenta un dualismo asombroso; ya que lo mismo representa figuras de una frescura, de una ingenuidad e inocencia patentes, así cómo otras, que se contraponen a éstas con su enorme tristeza, aflicción y melancolía. Y esa dicotomía, esos dos caminos dispares que toman los trabajos de Jurga Martin, seducen y desazonan a la vez.
De ella, de la artista, me he quedado prendado, y sigo, porque tiene un aspecto de frescura vivaracha y jovial; la mirada directa y un aire de belleza tranquila y pausada. El que tiene la persona que sabe lo que se hace; la persona que está segura de que hace lo que le gusta, y que además, su trabajo, la divierte, la enriquece cómo artista, y la sustenta. Y levantarse cada día con esa sensación, debe de ser extraordinariamente gratificante.
Tener esa capacidad que tiene Jurga Martin del saber apretar, retorcer y amasar adecuadamente un bloque de barro o de arcilla blanda -algunos transfigurados en bronce- para (con los toque justos que van desde el pellizco casi doloroso a la caricia) poder crear las figuras que ahora vais a contemplar, es una suerte y es un don que sólo algunos poseen; y el contemplar su obra, no deja de ser una gratísima experiencia. Un precioso viaje a un mundo lleno de personajes oníricos, irreales e imaginarios que te cautivan; porque, si te acercas mucho, parecen estar susurrándote una invitación para que te unas a ellos.
Jurga Sculpteurs.
Jurga Martin es una joven artista nacida en Utena (ciudad al noroeste de Lituania) en 1977, e instalada ahora en Rouen (Francia). Escultora y diseñadora, ésta joven que firma simplemente como «Jurga» ha obtenido el Gran Premio del Salón de Rouen en 2005.
«Todos los trabajos de Jurga fascinan por su vitalidad, la increíble fidelidad de sus actitudes, expresiones, un gran sentido del humor, calidez y simplicidad. Son éstos los ecos evidentes de una exitosa escultura que es representacional y contemporánea al mismo tiempo.
¿Cómo no sucumbir a su fascinante calidez de terracota cuya áspera superficie despliega tanta humanidad? ¿Cómo resistir esa saga de personajes con tal fuerza evocativa, llenos de simplicidad, ternura, alegría o tristeza?
Esas expresiones, gestos y actitudes reflejan un profundo conocimiento del ser humano sea cual sea su edad o condición social. Y esto es lo que revela el talento y resalta una disciplina inmortal como la escultura.»
André Ruellan, crítico de arte.
Dice Jurga…
«El diálogo con la escultura me obsesiona. Se trata de un diálogo que no necesariamente se expresa en palabras, sino a través de los ojos y las manos. Temo no tener éxito, que no se me recuerde. Así que miro a los ojos, las manos y escucho lo que dice la escultura. Si ella no habla, no está viva. Éste es mi trabajo: hacer que hable.
Me tomo la escultura como viene. A veces no hay nada interesante allí, esto me duele. A veces, el diálogo es muy fuerte y la escultura inmediatamente siente la fuerza. Es ésta pequeño ‘algo más’ lo que es esencial.»
Mirad esta selección que he realizado para elaborar una presentación en Power Point. Si os gusta el triple de lo que a mí me ha gustado, estoy seguro de que no quedaréis, ni la mitad que yo de fascinado.
Muchas veces, la Red te sorprende. Pero algunas de esas veces, el hallazgo, es de una riqueza impresionante.
A través de mi querido amigo-hermano Diego Guzmán me llega un fantástico enlace a una página que os recomiendo encarecidamente, guardéis como un tesoro en vuestra lista de favoritos.
Recopilados en ocho páginas estan insertados directamente 160 conciertos en vivo y en directo- y lo mejorde todo- completos. Que de quien son estos conciertos?
Pues mirad, os pongo un pequeño resumen:
Santana, Bee Gees, Eric Clapton, Elton John, Ray Charles, Rod Stewart, Michael Jackson, Chris Rea, Simply Red, UB40, Phil Collins, Jimmy Cliff, Sade… Sigo?
Pues sigo:
Leonard Cohen, Jamiroquai, Joe Cocker, Credence Clearwater Revival, Adele, Led Zeppelin, The Platers, Black Eyed Peas, Wynton Marsalis, Simon & Garfunkel… Sigo?
Pues sigo:
Michael Bublé, Nat King Cole, Oscar Peterson, Peter Gabriel, Wes Montgomery, Aerosmith, Queen, Beyonce, Amy Winehouse, Rihanna, Sting, Jaco Pastorius, Pat Metheny, James Brown, Gary Moore, Alicia Keys, Dires Straits, Beatles… Sigo?
Pues ya no me da la gana!! que estoy cansado. Miradlos en este enlace, que ahora os pongo; yo mientras escribo esto, estoy oyendo un conciertazo de Simply Red en Viña del Mar, Chile del 2009.
En su día, solicité una colaboración a mis amigos “Los Artistas” –para revestir de realce y prestigio este articulo de agradecimiento -con motivo de celebrar el inesperado e ilusionante hito del millón de visitas a este blog.
Un millón de miradas. ¡Que se dice pronto!
Nunca -y digo bien eso de nunca- supuse la enorme generosidad que iban a desplegar estos amigos tras mi petición. Una generosidad que me demostrarían con el envío desinteresado de una muestra de sus trabajos para ser alojados en este artículo que ahora mismo tenéis delante de vuestros ojos.
Inesperadamente, tuvo esta petición, una impresionante capacidad de respuesta y de compromiso para con este blog, y por consiguiente, para con su creador y administrador.
Así que he decidido -sin tener que deliberarlo mucho- que, ya que ellos han tenido el altruista detalle de remitirme esos retazos de su arte, son ellos en exclusiva, los que van a configurar este post. Ellos van a ser los auténticos autores.
Yo, como me indica la sensatez, voy “solo” a aparecer “In the dark”. En la oscuridad.
Una anecdótica aparición voluntaria al comienzo de esta entrada. Ya estoy suficientemente citado (y bastante abrumado) hasta la mas inevitable vergüenza -esa que se debate entre la torera y la ajena- por las aportaciones de los amigos. Pienso que ya acaparo bastante, muy mucho, demasiado protagonismo.
No obstante… más adelante, realizaré un post de agradecimiento a todos los que hoy aquí figuran . Para contar el Making Off de esta historia tan emotiva de esplendidez, amistad y cariño.
Hoy, tengo el privilegio de teneros reunidos alrededor de mi blog. Y de consideraros, más que nunca, AMIGOS. Un millón de gracias por cada visita. Por cada mirada. Habéis -entre todos- hecho que este día sea absolutamente mágico y especial para mí. Un día perfecto. A perfect day!
Estos son los trabajos que me habéis remitido; Os estoy enormemente agradecido. A todos. A todos y cada uno de vosotros…
II
Los Trabajos:
Autor: Ángel Idígoras. Dibujante. «Para Álvaro»
Acertijo:
Bitácora de emoción
con nombre de padre y queso
que regala Souvirón.
¿Dime tú, listo sabueso,
qué visita hará el millón?
Si aciertas te doy un beso…
Autora: Mariví Verdú. Poeta. «Acertijo»
Autor: Joaquín Hidalgo «Quino. Fotógrafo. «Amanecer en el Espigón»
Ahora vivo a costa… De un millón de muertos, un millón de tumbas, un millón de espectros , de un millón de cuerpos, un millón de sombras, un millón de sueños.
Cecilia
Ahora vivo a costa…
De un millón de risas, un millón de llantos, un millón de gozos; de un millón de sosiegos, un millón de alegrías, un millón de festejos; de un millón de veladas, un millón de albas, un millón de tiempos; de un millón de acordes, un millón de poemas, un millón de versos; de un millón de colores, un millón de paisajes, un millón de lienzos; de un millón de ofrendas, un millón de halagos, un millón de pretextos; de un millón de moradas, de un millón de casas, un millón de techos; de un millón de lumbres, un millón de campanas, un millón de braseros; de un millón de tierras, de un millón de lagos, de un millón de cielos.
Ahora vivo a costa…
De un millón de amigos que vuelan con el viento.
Autor J. Rebuscá. Escritor. «Un millón de lectores»
Autor: Miguel Ángel S. Lucena. Fotógrafo. «Selfportrait»
# Una
Un millón de veces llamaron a su puerta,
un millón de veces entraban y salían.
Y él y todos… Así se complacían
# Dos
Un millón de veces a su puerta llamaron,
entraban y salían cada uno,
a la hora que mas les convenían.
Y él y todos… Así se complacían
# Tres y última
De un satélite a otro saltaban
y en su portal alegres entraban.
Un millón de veces fueron, y así,
como siempre, él y todos… Así se complacían.
Autor: Miguel Ángel Cumpián. Poeta. «Asi se complacían»
Autor: Gonzalo Martínez. Fotógrafo. «Bryant Park»
No he conocido a nadie más entusiasta con su blog que este hombre. Ni que pueda concitar tanta expectación ni aglutinar a tanta gente distinta, tampoco. Yo llegué a él por Nueva York, donde vive además, un amigo común; pero otros llegaron intentando aprender inglés y se encontraron con una ciudad vibrante, o unos cuadros, o tebeos y superhéroes, o unas poesías. Hasta relatos eróticos ha habido en este blog.
La posesión más preciada de mi librería me la regaló este hombre, junto con una mañana frente al mar, algunas conchas finas con vino malagueño y muchas risas y achuchones.
Felicidades, Gorgon.
Autora: Olga Ayuso Barreto. Periodista. «Para Gorgon».
Autor: Noni Gaviño. Pintor. «Sin Título» (In Absentia)
Un millón.
Un millón de palabras,
Un millón de miradas,
Un millón de risas,
Un millón de silencios.
Un millón de copas,
Un millón de caladas,
Un millón de lágrimas.
Un millón de «Te quiero»
Un millón de kilómetros,
Un millón de ciudades.
Un millón de personas,
Un millón de recuerdos,
Un millón de nostalgias,
Un millón de futuro.
Un millón de tí,
Un millón de nosotros,
Un millón de teclados
Que te siguen en este millón
De las libertades
De tu millón de amigos.
Un millón de poetas,
Un millón de escritores,
Un millón de fotógrafos,
Un millón de pintores…
… Un millón.
Un millón de abrazos
De quien, a lo mejor,
Ni te conoce.
Un millón de mí.
Autor Luís Centeno. Actor. «Un millón de mí»
Autor: Javier Rico. Dibujante. «Entre Millonario y Rico»
Acabo de llegar a Nueva York después de un duro día de trabajo. Bajo por la Quinta desde Central Park hasta St. Patrick, pero antes desvío la vista hacia el escaparate de Tiffany donde aún se reflejan las sugerentes gafas de Audrey Hepburn. Giro en la 47th y dos manzanas después, al llegar a Times Square, mi mujer me llama desde el salón para cenar. Apago el ordenador y una noche más dejo correr mi imaginación por los blues subterráneos de Gorgonzola.
Para mí, el blog de Álvaro es como viajar a Nueva York cada noche, salir de la rutina y dejarme llevar a través de sus palabras claras y certeras por su paraíso neoyorkino. Siempre he pensado que Antonio Muñoz Molina debió esperar un poco más para editar su magnífico libro acerca de esta fascinante ciudad, y es que, sin lugar a dudas, el blog de Father Gorgonzola es una de las ventanas de Manhattan.
Autor: Pedro Rojano. Escritor. «Para celebración»
Autor: Salvi Laporte. Fotógrafo. «Groucheando»
El olor de la biznaga
con espetos de sardina
en la noche de moraga
y el potaje la vecina.
El olor de Casa el Guardia
(A vino agrio)
A las conchas finas,
y a la grifa “el lejonario”
El NH3 del váter de la Campana,
A los pollos de San Juan.
Y como es naturá…
El cuscús de calle (es)Camas.
Recuerdo…
El olor a la tienda del estraperlista,
Y a los mistos cachondeo
a bronceador de las turistas
y a cazuela de fideos.
Recuerdo…
Con flores a María
en el mes de Mayo,
el romero de la Esperanza,
y el meao de los coches de caballo.
Recuerdo…
La dama de noche y el azahar,
Recuerdo…
El atardecer junto al mar.
Recuerdo…
El perfume después de amar.
Autor: Salvi Laporte. Artista de la Vida. «Los olores que compartí con Álvaro Souvirón»
Autor: Jose Luis Zambrano. Artista. «Figura en barro»
“ Y yo por los aleros
qué serafín de llama busco y soy”
García Lorca
Los violinistas conocen esta música
que el poeta escribe en el cielo con un puñado de agua.
Sólo ellos saben dónde una vez estuvo el aire
y cantan a la puerta desprendida del alma.
Te quise, entre espumas y nubes; te he perdido:
una alegre llama en los tejados se baña.
Me llamaste, canción del agua que un gorrión trae en el pico.
Te he visto: la vida de manzanas se empapa.
Los violinistas inventan el escote de las rubias muchachas
y van por la lluvia que llega,
pintada de abril, incendiando el agua.
Autor: Manuel Salinas. Poeta. «La música inventa»
Autor: Eduardo Guille. Pintor y fotógrafo. «Niebla en el Balneario»
Un blog malagueño que lleva el nombre de EL BLOG DE FATHER GORGONZOLA – si pronuncias lo del Father con acento de Brooklyn, suena más que genial – es probablemente lo mejor que navega en estos momentos por el ciberespacio.
Su autor, un malagueño rabelesiano, brillante e irreverente, se llama Álvaro Souvirón. Sus antepasados llegaron a Málaga desde el otro lado de los Pirineos hace mucho tiempo. Como es un genio le llamo maestro. Espero que no se enfade.
Me ha permitido su blog algo que siempre le agradeceré: volver, a través de su reino, a mi Málaga con unas claves insospechadas. Y regresar a mi N.Y., también alojada en mi alma compartida. Gracias a Álvaro, sé ahora que fue una buena acción cederle mi mesa en La Côte Basque a la señora Jacqueline Kennedy Onassis y a sus simpáticos amigos hace muchos años. Al fin y al cabo no muy lejos de allí, su nombre fue dado a lo que siempre fue el Central Park Reservoir. Creo que fue lo correcto.
Me dicen que el blog del Father Gorgonzola se acerca al millón de visitas. No me sorprende. The sky is the limit, Álvaro!
Autor: Rafael de la Fuente. Articulista. «Para el millón»
Autor: Frank Ramos. Fotógrafo. «La mirada de Picasso»
Autor: Fco Javier López Navidad. Escritor y Poeta. «A Don Álvaro de Souvirón»
Autor: Antonio Ruiz-Molero. «Noche en la Merced»
Mi admirado y además amigo, Álvaro Souvirón, me ha pedido le escribiera un soneto para festejar que su blog, ha superado la cifra de un millón de visitas. No es un aniversario, pero si una fecha a recordar, y yo, que jamás me he autoescrito un soneto al llegar al millón de años, (algo que espero hacer dentro de 999.941 febreros) no quiero dejar de pasar la ocasión de que Álvaro tenga su soneto al millón de visitas, su soneto millonario, y cuando llegue al billón (que será seguramente antes de salir de esta jodida crisis) le escribiré otro.
“Soneto millonario”
El llegar a un millón no es tu tragedia.
Visitas por juzgar. Pierde la cuenta
de veces que cantaste las cuarenta
o te pasaste de las siete y media.
Tu blog no va palmar. Palmar de Troya.
Jesús que disparate. Sube al carro,
al carro de combate y un cigarro
fúmate a mi salud. Que gilipollas.
Mas cuando solo quede un coito anual
y sea la ley de vida, mala ley……. (que desengaño)
la que ponga el fin a la condena
entonces tirarás de la cadena.
Que llegar a un millón no es el final.
La vida sigue. Tu sigue siendo el rey……….(por muchos años).
Autor: Luis Bravo. Sonetista. «Soneto millonario»
Autor:Paco Aguilar. Pintor y Grabador. «Babel»
Málaga a 2 de mayo de 2012
Querido amigo Alvaro:
Con ese hidalgo gesto pudoroso del que da mucho más de lo que , honesto, solicita, me sugieres que escriba unas líneas para tu Blog, en conmemoración del millón de visitantes alcanzado. Y esto hago ahora, contagiado del entusiasmo y la perseverancia con los que has logrado cumplir felizmente tu tarea. Por lo que a mí respecta, no puedo por menos que reiterarte mi agradecimiento por la exquisita acogida de mis colaboraciones a las que siempre ilustras con tanta distinción, que a veces se ven superadas por tu prodigalidad. Espero que algún verso, que alguna nota irónica mía, hayan alcanzado su modesta misión: ayudar a encontrar el camino de vuelta a casa…
Como el viernes pasado regresó la lluvia fecundante, y aguaceró en la falsa pátina de esta ciudad encaramada en la petulante vanagloria de su turismo museístico y cultural, como llovió, repito, e incluso la redimió el granizo, he cambiado el aguafuerte de las páginas humorísticas que te prometí, por esta pequeña elegía a la niñez. Por un instante, el pequeño diluvio entreabrió el paraíso, momento que aproveché para llenar mi sombrero de luciérnagas, de las que te hago llegar un ramo encendido.
Buenas noches, amigo. Gracias una vez más ¡Ánimo, salud y enhorabuena!
Autor: Juan Miguel González. Poeta. «Carta para Álvaro»
Autor: Antonio Abril. » Sin Título» (In Absentia)
Cuando vemos bailar a la necia abundancia,
cuando el agua salada esperando está el tren,
sacamos los paraguas del país de la infancia,
y, felices, saltamos las tapias del Edén.
Cuando llorar sentimos a San Jorge en el pozo,
y sacar a las niñas de su chistera el mar,
impacientes volamos al domingo ventoso,
y a llover por las calles, y a coser y cantar.
Cuando por los rincones donde escarban los gatos,
al Diablo escuchamos maldecir y reír,
es porque desde el fondo de los secos regatos
los grillos y los muertos se alegran de vivir.
Cuando despierte el ángel de los viejos graneros,
y el arroyo, cantando, se asome al torreón,
ladrarán las cachimbas, piarán los sombreros,
y brotarán del árbol las habas con jamón.
( Del libro inédito “ El Carrusel de Hiedra”)
Autor: Juan Miguel González. Poeta. «Cuando vemos bailar a la necia abundancia»
III
Autora: Beatriz Taillefer. Pintora. «Balneario de noche»
Todos los amigos:
Juan Miguel González (Poeta), Mariví Verdú (Poeta), Rafael de la Fuente (Articulista), J. Rebuscá (Articulista), Javier L. Navidad (Escritor y poeta), Eduardo Guille (Fotógrafo), Joaquín Hidalgo (Fotógrafo), Salvi Laporte (Artista de la vida), Antonio Ruiz Molero (Fotógrafo), J. Luis Zambrano (Artista). Beatriz Taillefer (Pintora), Frank Ramos (Fotógrafo), Paco Aguilar ( Grabador y Pintor), Ángel Idígoras (Dibujante y Pintor), Miguel A. Lucena ( Fotógrafo), Álvaro Souvirón Jr (Hijo), Antonio Abril ( Pintor “In Absentia”), Gonzalo Martínez (Fotógrafo), Miguel Ángel Cumpián ( Poeta), Luis Centeno ( Actor y Poeta), Manuel Salinas (Poeta), Olga Ayuso ( Periodista), Pedro Rojano ( Escritor), Noni Gaviño (Pintor “In Absentia”), Luís Bravo ( Sonetista), Javier Rico (Dibujante),